BROKEN PROMISES -Nick,Joe&tu-

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Very Happy

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Smile

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa cheers

Aaaaa Jajaja la tarde jajaja Joe se 'desziso' de la amiga jajja ... pero cuando llama mama y ella no hace caso y se va Joe y cuando dice para estar contigo Jajajaja eso suena chistoso Jajaja Very Happy

Siguela esta Increible !! Very Happy

Hola chicas les traje unos capítulos.
eso, espero que los disfruten

CAPITULO 27

- Perdón – respiré profundamente y me calmé. Mucho mejor. – Listo.
- No entiendo por qué no te gusta mostrar tus sentimientos – comentó de la nada.
- Yo tampoco – me encogí de hombros – supongo que es mi forma de ser.
- Hum… no importa, eso me gusta – admitió – pero eres muy frágil, aunque quieres fingir que nada te lastima.
- Supongo que así es – le di la razón.
- Te prometeré algo – me miró directamente a los ojos, siendo sincera, tenía una mirada muy hermosa, profunda & cualquier adjetivo positivo que exista. Destacaban como un par de joyas en el sol – A partir de este preciso momento, no diré algo que te pueda lastimar, ni doler ¿de acuerdo? Para que no tengas que fingir estar bien cuando estés conmigo, quiero que estés bien – pronunció en un hilo de voz, casi en un susurro, a pesar de que no era necesario que lo hiciera, porque éramos solo él y yo… y honestamente eso era todo lo que yo necesitaba.
Sonreí agradecida, y enternecida. Sus palabras eran sinceras, y yo confiaba en él.
- Ahora… ¿Vas a estar feliz? – preguntó sonriendo.
Yo asentí, sin que lo esperara, con sus dos dedos índices tomó las comisuras de mis labios y las curveó en una sonrisa, cuando lo hizo yo la transformé en una verdadera a la que él había dado lugar. Había momentos de silencio, donde cada uno se perdía en sus pensamientos, o en la belleza de la noche. En uno de estos, Joe se acostó en el piso y dobló sus manos poniendo detrás de su cabeza sus muñecas apoyándola en ellas. Yo repetí su acción a excepción de que yo coloqué mis manos en mi vientre y recosté mi cabeza en el pasto.
- Es hermoso – dijo él volteando a verme esbozando una sonrisa encantadora.
- ¿El cielo estrellado? ¡Es precioso! – exclamé asombrada.
- No, ¿el cielo? ¿Quién habla de eso? – bufó.
- Pues creí que tú – me apené confundida.
- No – rió ligeramente – hablo de esto, que estemos tú y yo juntos, solos, con solo la luna como testigo de este momento – volvió a mirar a ese hermoso satélite que adornaba el oscuro cielo.
- Ah – me avergoncé, él siempre tenía palabras para decir, y yo jamás, supongo que era por eso que millones de adolescentes lo aman. Pasamos un largo rato ahí, con nuestros cuerpos extendidos sobre el suelo, pero el tiempo me dio la idea de que se había ido volando, pero aun así tuve que volver a casa.
- ¡______ MICHELLE FOURNIER SAYERS! – escuché gritar a mi mamá llena de enojo. Sabía lo que venía, pero no permitiría que me despojara de la alegría que me invadía.
- Mamá… regáñame mañana – sugerí deteniéndome en un escalón – te prometo que te seguiré el juego y te gritaré si es necesario – esbocé una sonrisa, estaba irradiando felicidad – Buenas noches.
Subí a mi recámara y me dejé caer en mi cama, sin poder evitar sonreír como una tonta, me quedé recostada ahí, mirando el techo imaginando el rostro cautivador de Joe. Me encantaba esa imagen.
// Nick //
(Días después.)
Últimamente había tenido malos días, con recaídas, con preguntas existenciales y ganas de quedarme acostado en cama, presentía algo, sabía que estaba por ocurrir algo que no me gustaría, me lo decía mi corazón. No tenía mucho que hacer, esto de no tener ensayos, conciertos, entrevistas o cosas con la banda se volvía triste día con día. Vi mi celular y lo tomé para escuchar un poco de música, sin querer con mi dedo toqué la pantalla táctil y me desvié a mis contactos. Apareciendo frente a mis ojos el nombre de “______” con una dulce foto que le tomé desprevenida. Joe no estaba en casa, como había pasado en el último mes y medio, supuse que estaban juntos. El y ______ estaban saliendo aunque no lo gritaran a los cuatro vientos. Todos los sabíamos y Mamá, Papá, Frankie y Kevin estaban emocionados con la noticia de que pronto ella formara parte de la familia. La única excepción era yo, que no disfrutaba las razones por las que pasaría a ser una miembro de mí parentela.
- Mamá, voy a salir – avisé desganado.
- ¿A dónde vas hijo? – me preguntó mientras daba un sorbo a lo que sea que estuviera en el cucharón.
- A donde sea que me lleve la vida – respondí dramáticamente.
Ella rió levemente.
- Que te vaya bien en tu viaje – deseó.
Salí de casa y caminé un poco, respirar aire fresco nunca estaba de más. Me tranquilizaba mucho estar solo con la naturaleza presenciando mi sentir. Sin darme cuenta y cuando menos lo pensé me vi parado en casa de ______, no iba a tocar porque me toparía con una situación desagradable que solo probaría cuan masoquista soy. Entonces me senté y escondí mi cara con mis manos.
- ¡Hola Nick! – saludó una muchacha pelirroja ¿Cuál era su nombre? Me esforcé por recodarlo pero no lo logré – Soy Hayley - ¡Gracias Dios! - ¿Me recuerdas?
- Claro, hola – le devolví el saludo.
- ¿Viniste a ver a ______? – preguntó. Podría decir que no y salvarme de un interrogatorio, o ser sincero con ella. Qué más daba.
- Pues venía a verla a ella, pero no me atreví a cruzar la puerta – confesé triste.
- Eres Nick Jonas – expresó – no es lo que conocía de ti, la cobardía.
- Todos los días se aprende algo nuevo – dije - ¿Tú a que viniste?
- A lo mismo, a verla.
- Pues entra – musité.
- Entremos los dos – propuso. – le dices que viniste conmigo y así la vez sin parecer desesperado – ofreció orgullosa de su idea.
- ¡Perfecto! – una sonrisa me cubrió el rostro.

CAPITULO 28

Allí estaban ellos dos, sentados mirando una película que no pude conocer. Ella lo miraba tontamente y él solo sonreía como el galán que se creía. Hayley se acercó a ellos y de una forma muy graciosa que no me esperaba, pero que me hizo reír para mis adentros; abrazó a ______ y se sentó a su lado, moviendo bruscamente a Joe.
- Nick, que sorpresa – expresó sarcásticamente Joe.
- ¿Sí? Quisiera decir lo mismo – dije.
- Vine a Starbucks, al que está por aquí y me encontré a Nick ¡Que coincidencia! ¿No?, entonces recordamos que vives por aquí y dijimos ¡Hey! Deberíamos visitar a nuestra estimada ______ – sonrió sin mostrar los dientes, me recordó a un grinch.
- Lo que ella dijo – comenté para ahorrarme explicaciones.
- Ah – musitó – que… gesto más amable – parecía insegura.
- Si, demasiado amable – completó Joe.
- Pero bueno, si ya están aquí, supongo que podrían ver la película con nosotros – propuso.
- ¿De qué se trata? – me dio intriga saber cuál filme era.
- Ahm… - miró a Joe sonriendo – la verdad no sé – se apenó.
- Oh, bueno, hay que descubrirlo – me senté al otro lado de ella, dejando a Joe hasta el final y muy alejado de ella.
Era una película muy divertida para mí, Chicas pesadas, no es precisamente una película de hombres, pero narra una historia real con un poco de comedia. La chica rubia, me recordaba mucho a mi casi chica. La película no duró mucho, iba algo adelantada. ______ no dejaba de ver a Joe, ni siquiera lo disimulaba. No podía evitar pensar si ______ algún día se daría cuenta de que estoy enamorado de ella, se lo he dicho indirectamente y se lo he mostrado, era imposible pero a la vez lo comprendía. Cuando se terminó, no me quedó de otra más que dejar a Hayley en su casa…. Le debía una grande.
Al día siguiente por primera vez vi a Joe en casa tocando su guitarra, practicando una de nuestras viejas canciones, One day at a time¸ no podía creer la suerte que tenía. Me cambié un poco más presentable y después bajé con entusiasmo las escaleras, iba a abrir la puerta pero mis zapatos rechinaron con el piso cuando escuché a Joe pronunciar mi nombre.
- Nick – ahí fue cuando me llamó – ni siquiera te molestes, ______ no está en su casa, salió de compras con su mamá – explicó. Tenía sentido para mí. – Por eso yo no fui, y debes saber que pronto ______ será mi novia y tendrás que olvidarte de ella – sus palabras me llegaron como fuego a un hielo. Sin destruirme, pero debilitándome.
- No entiendo porque te empeñas en tenerla, pude haberla enamorado si no te hubieras metido como salero – respondí irritado.
- Mis razones para acercarme a ella no fueron las mejores – admitió – pero es una gran chica.
- Veamos si dices lo mismo cuando veas que no es como Ashley, Camilla y todas tus noviecitas que se acuestan contigo en un dos por tres.
- Sé que no es como ellas, es por eso que quiero algo más serio con ______. La voy a esperar todo lo que sea necesario.
- No puedes hablar enserio – reí entre dientes.
- Pues así es – aclaró firmemente.
- Se llevan cinco años Joe, no puede haber nada serio ahí.
- No me voy a casar con ella – estaba perdiendo la paciencia – pero no voy a tener un hola-sexo-adiós con ella.
- Pero así eres tú.
- No le voy a romper el corazón si eso te hace feliz.
- Más te vale – advertí – porque si tú le rompes el corazón, yo te rompo tu linda carita.
- ¿Me estás amenazando? – no me creía, lo supe por su expresión.
- No – negué – te estoy previniendo para que cuando la vea derramar una sola lágrima por ti, sepas muy bien lo que te espera – cerré la conversación dando un portazo y saliendo de ahí.
La verdad no me gustaba pelear a cada segundo con él, extrañaba aquellos momentos fraternos donde éramos hermanos y mejores amigos. Las cosas no eran tan difíciles y ______ no estaba de por medio. Confiaba en sus palabras, parecían sinceras… pero no terminaba de confiar en él, tantas novias que había tenido le quitaban credibilidad a lo que decía y si en mis manos estaba salvar a ______ de un desamor, haría todo lo posible por hacerlo.

CAPITULO 29

Me fascinaba esa sensación que llegaba a mi cuando salía a caminar sin rumbo. Mi cabeza dejaba de pensar y en lo único que confiaba era en mis pies y en que por tan solo un instante todo estaba bien. Pero algo rompió ese gran sentimiento tocando con su húmeda boca mi pantalón. Voltee a ver que era y me encontré con un peludo perrito color crema. Estaba algo sucio y con unos ojos que derretían el corazón de cualquiera por más duro que este fuera. Me agaché para estar a su altura.
- Hola pequeño – le dije a pesar de su gran tamaño. Acaricie su cabeza tratando de no ser tan ruda para que no me mordiera, al parecer no era callejero, solo estaba perdido, su cola se movía alegremente de un lado a otro rozando su propio cuerpo, era una cosa hermosa.
De repente fijo su mirada en un puesto de hot dogs que había cerca y su nariz adoptó una serie de movimientos hacia arriba, abajo y los lado frunciéndola mientras movía su lengua.
- ¿Quieres uno? – pregunté pensando que me iba a responder. Sus ojos se abrieron y unos ladridos salieron de él. – Vamos entonces – le dije encaminándome a cruzar la calle.
El perrito me siguió y cuando llegamos pude ver que su olfato se agudizaba.
- Me da un par de salchichas por favor – ordené al hombre gordo cuya panza salía de su camisa y pantalón mostrando sus vellos. Tomo un plato desechable y los puso ahí para entregármelos.
- Ahí está la salsa kétchup – comentó “amablemente”.
- Si, gracias, tome – le di 10 dólares y sin pedir el cambio me fui. El animal perfectamente abrazable iba tras de mí dando leves saltos pero sin conseguir alcanzarme. Me detuve y senté sobre la banca y puse en mis rodillas el plato. Cuando menos lo pensé ya no había nada, ni siquiera el recipiente de corcho. Lo que más me espanto es que el perro tampoco estaba, solo lo vi corriendo velozmente y en un segundo el carrito de perros calientes estaba sobre el vendedor que me acababa de atender.
- Demonios – exclamé. Este volvió en cuestión de segundos con la boca más sucia de lo que ya la traía. El viejo obeso que se creía sexy logro levantarse muy enfadado. El perro comenzó a correr y yo lo seguí, fue muy cansado pero logramos perderlo.
- ¡Tú, animal! – dije casi sin aliento. Me miró tiernamente y suspiré – ojalá encuentres a tu dueño pequeño – le acaricié su cabello, deseando sinceramente que no se quedara solo. Me alejé y me dispuse a caminar con la misma paz que lo hice antes. Llegué a casa y entré, Frankie ya estaba ahí, me dediqué a ver que hacía y noté que se abalanzaba sobre algo en mi misma dirección, porque sobre mí no sería. Me percaté de que ese algo era mi peludo amigo de hace rato.
- ¡Perro! – Exclamé espantado – vete de aquí, chú chú – lo corrí palmeándole frente al rostro.
- No – pidió Frankie – déjalo – lo acarició y este respondió lamiéndolo.
- No puedo, Frankie – mentí.
- Ay, Elvis es muy lindo – lo besó.
- Está sucio – lo regañé - y no creo que Elvis sea su nombre.
- Sí, sí es – aseguró tomando el collar canino grabado con el nombre de mis dos ídolos musicales: Presley y Costello.
- Pero no es nuestro – seguí.
- ¿Quién? – intervino mamá secando sus manos adentrándose en la conversación.
- El perro este – contesté.
- Elvis – reclamó Frankie – yo lo quiero… ¿Puedo tenerlo? – él y el cachorro miraron a mamá con cara de perrito abandonado. Bueno, el perro solo dejó su cara como la tenía y Frankie la gesticuló de forma extraña.
- Ya que – musité – solo mantenlo lejos de mí – finalicé yendo arriba.
- Nick – gritó mamá – sí se queda, pero contigo – aclaró.
- ¿Qué? – preguntamos Frankie y yo.
- Te servirá Nick – sonrió – y Frankie, tu tendrás el tuyo, o pueden compartirlo.
- Por mi está bien – comenté.
- Una condición – propuso Frankie – Elvis debe ser importante para ti, entonces debes sacarte un poco de la cabeza a ______ – me advirtió.
Sin decir nada me subí a la recámara, Frankie debía perdonarme pero no podía sacar de mi cabeza a alguien que está enterrada en lo más profundo de mi corazón.

CAPITULO 30

//______//
Era viernes y no había salido
- Estaba aburrida – admití encogiéndome de hombros.
- El ocio es la madre de todos los obesos – bromeó y se echó a reír.
- Estoy obesa – me espanté.
- No – se apresuró a decir – no, no dije eso – sus palabras salían de su boca rápidamente e incompletas.
- Ya, cálmate – lo relajé poniendo mis manos en sus hombros - ¿No tenías algo que hacer? – dudé.
- Sí – confirmó. Pero quiero que vengas conmigo – tomó delicadamente mis manos y las alejó de su cuerpo para entrelazarlas con las suyas a la altura de nuestra cadera.
- ¿Qué es? – inquirí con curiosidad y ganas de saber.
- Una boda – contestó mirando hacia otro lado. Reí entre dientes y me solté de él al mismo tiempo que retrocedí alejándome un poco de él.
- No es en serio – estaba nerviosa y ofendida, no podía creerlo.
- Sí, si es de verdad – insistió serio sin una pisca de algo que me insinuara una broma. No podía creer que me estuviera pidiendo eso.
- Es de Josh ¿Cierto? – cuestioné tontamente porque yo ya conocía la respuesta a la perfección.
- No – negó haciéndome pensar si había reaccionado mal – es de tu papá – corrección: reaccioné bien.
- Vete de aquí Joe – dije de la manera más cordial que pude.
- Es importante para él – respondió ignorando por completo mi petición.
- Pues acompáñalo – repliqué con sarcasmo.
- Te juro que le importa más tu presencia que la mía y por mucho. La misa es en una hora y deberías cambiarte de ropa. El pijama de conejos no es la mejor opción ni esas pantuflas, son tiernas – miré mis pies – pero no para la ocasión – señaló.
- ¡Que no! – negué perdiendo el control.
- No voy a permitirte hacer algo de lo que te vas a arrepentir después – advirtió.
- Hola Mr. Sabio, ¿Cuándo llegaste a Joe? – crucé los brazos evitando mirarlo.
- Desde que puedo ayudarte así – contestó molesto – pero si no te gusta aceptar ayuda u opiniones de otros, perfecto, quédate sola porque nadie soportará a alguien como una actitud tan irritante como la que incluyes en ti – lo vi darse media vuelta y dar unos pasos, pero no lo dejaría, me dolía admitir que tenía razón y que quería ir a la boda de mi papá, pero no quería aceptar que me daba miedo conocer mi reacción, no consentiría llorar en plena boda.
- Joe – lo llamé con la mirada en el piso y se detuvo para enfocarse en mí. Caminé hacia él y lo abracé muy fuerte, más que nunca. La verdad duele, lo había comprobado – está bien – susurré en su oído y él sonrió satisfecho, lo había logrado de nuevo.
- Ten – me ofreció las cajas – esto es lo que necesitas, al parecer es requisito ir de negro – se rascó la cabeza.
- Bueno… me baño, me cambio, me visto, me arreglo, me…
- Tienes menos de una hora – me interrumpió – no hay mucho de donde escoger.
- Soy mujer Joe – dije – podemos hacer eso y más en menos de lo que dices “Sabotaje” – reí – espérame aquí.
Subí a mi recámara de alguna forma, resignada. Abrí las cajas que me había obsequiado Joe y miré lo que se escondía en su interior. Una tenía un vestido negro de un solo tirante ancho completamente liso y un poco más abombado y suelto al final, en la otra venía un par de tacones igualmente oscuros y en la última un prendedor para el cabello. Me metí a bañar rápidamente y al salir envuelta en una bata sequé mi cabello con la secadora, y proseguí dejándolo caer en ligeras ondas. Recordé el pasador y fui por él a la cama, recargué mi cabello hacia la derecha y después uní dos mechones en la parte de atrás con el pequeño presente de Joe. Después me vestí y me puse el vestido, que curiosamente encajaba perfecto, Joe era muy bueno con eso de las tallas, supongo. Puse un poco de loción y después los tacones. Me maquillé un poco hasta que coloque brillo labial en mi boca y moviendo mis labios lo arreglé. Tomé un bolso y guardé ahí un poco de polvo, brillo y claro, mi celular.
Después apagué la luz y bajé las escaleras, Joe escuchó los pasos y volteó a verme, esbozó una enorme sonrisa y supe que vendría un cumplido.
- Te ves hermosa –me sonrojó.
- Con esta ropa, este lindo prendedor y los altos tacones, supongo que era de esperarse – dije.
- El vestuario más hermoso de una mujer siempre es su carisma, el accesorio más bonito su sonrisa y el mejor par de zapatos altos siempre serán su seguridad – me quedé boquiabierta. Fueron unas lindas palabras que me habían dejado sin aliento y me habían dado un poco de fuerza para lo que seguía esta tarde-noche.

bien espero le hayan gustado los capítulos
tratare de pasarme a subirles pronto,
pero no prometo nada Very Happy

chau
xoxo

PD son las mejores las amo <3