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| El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- | |
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| Autor | Mensaje |
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Laura Jonas ♥ Forista!
Cantidad de envíos : 141 Edad : 26 Localización : Da igual donde esté, si tengo a Joe Jonas conmigo (L) Fecha de inscripción : 20/05/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 25th 2012, 13:14 | |
| Nueva lectora.. tu nnove esta muy buena, siguelaaa!! | |
| | | nikifriky Casada Con
Cantidad de envíos : 1889 Edad : 28 Localización : Haciendo maldades con mi befo ::) Fecha de inscripción : 24/04/2010
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 25th 2012, 13:22 | |
| Wow... Q habra pasado???
Bueno chik siguela pronto... | |
| | | mariina Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 760 Edad : 28 Localización : Con Joe, abrazaditos mientras me canta I gotta find you al oido. Fecha de inscripción : 25/09/2011
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 25th 2012, 17:49 | |
| Tienes que seguirla pronto, que la has dejado demasiado interesante. | |
| | | It's Licsa! ♥ Amo A Los Jonas Brothers!
Cantidad de envíos : 2833 Edad : 27 Localización : De paseo por la sede de Intrepidez. Fecha de inscripción : 20/08/2010
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 25th 2012, 21:53 | |
| Uf, que fuerte. Pobre rayita esta viviendo un calvario. Pero, puede que Joe la ayude a salir no? Verdad que si? Que se puede? Uhm, que le habrá hecho Joe a Nick? Imagino que algo terrible porque Joe esta nadando en angustia. Síguela si? Pronto, ademas. : ) Cuídate. ♥ | |
| | | IrennIsDreaMy Casada Con
Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 26th 2012, 08:17 | |
| chicas no podia dejarlas sin capi, asi que se los pongo antes espero que les guste (:
Capitulo Dos: Tercera Parte
Mientras paseaba por el salón, nervioso, pensaba en ella. Ceguera histérica, le había dicho. Nunca había oído hablar de aquello, pero sabía que la mente era capaz de cualquier truco.
Joseph se quedó quieto cuando oyó que ella abría la puerta del dormitorio.
—¿Joseph?
—Estoy aquí —contestó él.
Cecilia entró en el salón y, en silencio, se sentó en el sofá.
—Creo que te debo una disculpa.
—No, soy yo el que te la debe —dijo Joseph, sentándose frente a ella—. Tenías razón. No tengo derecho a juzgarte. Lo que tengo que hacer es mantenerte a salvo.
—Tienes razón. Me debes una disculpa —dijo ella entonces. Por primera vez desde que había llegado, una sonrisa iluminó su rostro—. Y la acepto, pero solo si tú aceptas la mía.
—Hecho —sonrió él.
Cecilia era muy guapa cuando estaba seria, pero cuando sonreía era más que guapa.
Joseph sintió un escalofrío de placer al observar aquella sonrisa.
—Cuéntame qué hacen los buenos ciudadanos de Mustang para pasar el rato.
Joseph se encogió de hombros y entonces recordó que ella no podía verlo.
—No tenemos cine, ni bolera ni grandes almacenes, así que las diversiones son muy limitadas.
Joseph se dio cuenta de que, mientras ella hablaba, estaba estudiando sus facciones. No era de buena educación mirar fijamente a alguien, pero, en aquel caso, no había necesidad de apartar la mirada, ya que ella no iba a sentirse incómoda.
Las horas que había dormido antes de su pesadilla habían sido suficientes para borrarle las ojeras. No llevaba maquillaje y sus pestañas eran extraordinariamente largas. Tenía un cutis perfecto y un pequeño lunar sobre el labio superior.
—¿Joseph?
El se dio cuenta de que había dejado de hablar y se preguntó si Cecilia se daría cuenta de que estaba mirándola.
—Estaba pensando. La mayoría de los adultos de Mustang se dedica a sentarse en el porche de su casa y charlar con los vecinos. Por la noche, mucha gente sale a cenar y… a chismorrear.
—Una vida muy diferente de la que yo vivía en… de la mía —se corrigió ella a tiempo. Obviamente, Cecilia aún no confiaba en él y tenía miedo de decirle de dónde venía y qué era lo que la había llevado a Mustang, pensó Joseph—. Sin cines ni grandes almacenes, ¿qué hacen los jóvenes aquí?
—Su sitio favorito es un riachuelo a las afueras del pueblo. Hay un árbol que llaman «el árbol de los besos» y la leyenda dice que si besas a una chica debajo de ese árbol, su corazón será tuyo para siempre.
Ella sonrió.
—¿Has besado a alguna chica bajo las ramas de ese árbol?
—No. Estuve a punto cuando era joven, pero la idea de eternidad siempre me pareció demasiado profunda como para ir unida a un simple beso —contestó él—. Y, en este momento, el árbol y el perímetro que lo rodea están restringidos para todo el mundo.
—¿Por qué?
Joseph se levantó, incómodo al recordar el caso que había sacudido al pueblo entero.
—Hace dos semanas, una mujer fue secuestrada en mitad de la noche —contestó, parándose frente a la ventana—. La ataron y le pusieron una venda en los ojos. Después, la llevaron al árbol y la dejaron allí. La encontraron unos chavales por la mañana.
—Qué horror. ¿Le hicieron daño? —preguntó ella, mirando alrededor, sin saber bien dónde estaba él.
—Físicamente, no. Pero quedó traumatizada —contestó Joseph, sentándose de nuevo en el sofá cuando se dio cuenta de que a ella le resultaba más fácil tenerlo cerca—. Al principio pensamos que podría ser una broma, una cosa de críos. Pero la semana pasada volvió a ocurrirle a otra mujer.
—¿Sigues pensando que es una broma?
—Si las mujeres fueran adolescentes, podría pensarlo, pero no lo son. La primera tenía veintiséis años y la última veintiocho. No son niñas.
—Vaya, parece que lo último que necesitas ahora mismo es tener que cuidar de una mujer ciega —dijo ella. Pero en ese momento no había auto compasión en su voz.
—No te habría dicho esto, pero como vas a estar aquí algún tiempo, seguro que alguien te lo contará —murmuró Joseph, pasándose la mano por el estómago, donde estaba seguro empezaba a tener una úlcera—. La intrépida reportera de Mustang ha decidido descubrir ella misma el misterio del caso Casanova.
Le dolía el estómago al pensar en Millicent Creighton, que normalmente era una pesada pero que, últimamente, se había convertido en una piedra al cuello. Durante la última semana la había sorprendido husmeando cerca del árbol para encontrar pistas sobre el «sádico que tenía a Mustang aterrorizado». La última vez, la había amenazado con arrestarla si volvía a encontrarla allí.
—Casanova… ¿así se llama el caso?
—Así es como nuestra reportera lo ha llamado.
______ suspiró, acariciando un mechón de pelo entre los dedos. Joseph se dio cuenta de que le temblaban las manos ligeramente.
—La verdad es que no hay ningún sitio en el mundo que sea seguro. Uno piensa que está a salvo en su propia casa, pero no hay garantías —murmuró, clavando sus ojos verdes en Joseph, como si pudiera verlo. Y, sin embargo, en ellos solo había sombras de la pesadilla que había tenido que sufrir—. Dime que estoy a salvo aquí, Joseph. Necesito saber que, durante un tiempo, puedo olvidarme del miedo.
Cuando Joseph miró aquellos luminosos ojos verdes sintió la tragedia y el miedo que emanaba de ella y deseó poder asegurarle que no iba a pasarle nada, pero él no era hombre de falsas promesas.
No sabía nada sobre la situación de aquella testigo, ni sobre los peligros que la acechaban. No le mentiría: no podía darle garantías.
Algo, una expresión de necesidad en sus ojos, lo perturbaba, y eso no le gustó. No le gustó nada. No quería sentirse atrapado en aquel drama, no quería saber la historia de su vida o qué era lo que la había cambiado drásticamente.
Cecilia Webster era una cuestión de trabajo, nada más y nada menos. En dos semanas, el trabajo habría terminado y ella desaparecería de su vida.
—Mi trabajo es mantenerte a salvo y eso es lo que pienso hacer —le dijo.
Su trabajo no consistía en ayudarla a recuperar la vista, ni a recuperarse de la tragedia que el destino había puesto en su camino.
Pero, a pesar de estar seguro de cuáles eran sus responsabilidades con respecto a ella, no podía apartar de sí la sensación de que si no tenía cuidado, podía llegar a involucrarse demasiado con aquella mujer.
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| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 26th 2012, 08:39 | |
| OMJ PERDONAMEEE!!!!!! soy una lectora fiel...peroooo en esta semana he estado DEMASIADO ocupada y no he podido pasarme pero woooooooow me encanto esta nove es PERFEEECTA siguela prooonto un abrazote | |
| | | It's Licsa! ♥ Amo A Los Jonas Brothers!
Cantidad de envíos : 2833 Edad : 27 Localización : De paseo por la sede de Intrepidez. Fecha de inscripción : 20/08/2010
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 26th 2012, 10:12 | |
| Oh, oh, Dios. Esta novela esta buenísima, y cada vez que sube hay algo que la pone mucho mejor. Síguela pronto, eh. Que quiero leer, mas y mas, y mas. xD Sigue. | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 26th 2012, 15:29 | |
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| | | mariina Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 760 Edad : 28 Localización : Con Joe, abrazaditos mientras me canta I gotta find you al oido. Fecha de inscripción : 25/09/2011
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 26th 2012, 20:13 | |
| Como la dejas asi, siguela, que necesito otro cap. | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 26th 2012, 21:24 | |
| nueva lectoraaaaaaaaaaaa seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | nikifriky Casada Con
Cantidad de envíos : 1889 Edad : 28 Localización : Haciendo maldades con mi befo ::) Fecha de inscripción : 24/04/2010
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 26th 2012, 22:26 | |
| Eahhhh rayo... Espero q la sigas esta muy muy buena... | |
| | | FearlessSoul Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 315 Edad : 28 Localización : Chile Fecha de inscripción : 20/05/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 27th 2012, 00:19 | |
| Nueva lectora!! Me esta encantando la nove síguela pronto please!! | |
| | | Wenn Casada Con
Cantidad de envíos : 1547 Edad : 29 Fecha de inscripción : 01/04/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 27th 2012, 07:10 | |
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| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 27th 2012, 11:25 | |
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| | | IrennIsDreaMy Casada Con
Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 27th 2012, 14:27 | |
| bueno chicas en el capi de hoy vamos a resolver mas dudas, asi que lean con atencion
Capítulo Tres: Primera Parte
______ se despertó cuando el sol que entraba por la ventana le calentó la cara. Por un momento, soñó que cuando abriera los ojos, tendría que cerrarlos para evitar ser cegada por la luz.
Nunca habría soñado que, algún día, echaría de menos la sensación de escozor que se siente cuando se mira al sol directamente.
Mientras se estiraba lánguidamente, se dio cuenta de que, a pesar de que la cama no le era familiar, había dormido muy bien. Ninguna pesadilla había turbado su sueño.
Suspirando, recordó la conversación que había tenido con Joseph la noche anterior. Ella buscaba consuelo, buscaba la seguridad de que estaría a salvo en Mustang, pero él no había podido ofrecérsela.
Y se dio cuenta de que no solo quería que Joseph le asegurase que no iba a pasarle nada en Mustang; había querido que le dijera que su ceguera desaparecería, que los asesinos acabarían entre rejas, que sería capaz de reconstruir su vida y que el dolor de perder a Alicia y John se haría más llevadero.
Había querido de él lo imposible.
Cuando abrió los ojos, se sintió decepcionada. Oscuridad. Siempre oscuridad. Lo que la asustaba era que, cada día que pasaba, le resultaba menos sorprendente.
Estaba empezando a aceptar su ceguera y eso la asustaba más que nada.
Irritada, se levantó de la cama, tomó el albornoz y se dirigió al cuarto de baño.
Acababa de poner la mano en el picaporte cuando la puerta se abrió de golpe y perdió el equilibrio.
—¡Eh! —exclamó Joseph, sujetándola por los hombros.
Ella apoyó las manos sobre su torso.
Estaban tan cerca que _______ podía oler la colonia masculina. Al mismo tiempo, sus dedos notaban el calor de la piel de aquel hombre y los poderosos músculos de su torso.
Por un momento, deseó apoyar la cabeza sobre aquel torso, sentirlo bajo su mejilla, escuchar los latidos del corazón de Joseph, mientras él la rodeaba con sus brazos.
Pero dio un paso atrás, apartando las manos, como si se quemara.
El seguía sujetándola por los hombros y ella podía sentir el calor de sus manos penetrando a través de la tela del albornoz.
—¿Estás bien? —preguntó Joseph, con una voz más ronca de lo normal.
—Sí. Es que he perdido el equilibrio —murmuró ella, apretando el albornoz sobre su pecho—. Volveré a mi habitación y…
—Yo ya he terminado. ¿Qué te apetece desayunar?
—Solo café. No suelo comer por las mañanas.
—Tú te lo pierdes. Hago una tortilla estupenda.
—Bueno, una pequeña —sonrió ella—. Una mujer puede cambiar de opinión, ¿no?
El rio, un sonido ronco y cálido que parecía penetrar la piel de _______.
—Por lo que yo sé de las mujeres, es algo que hacen muy a menudo. ¿Necesitas ayuda para llegar a la cocina?
Ella negó con la cabeza.
—Me las arreglaré.
Unos minutos después, bajo la ducha, _______ recordó sus propias palabras. «Me las arreglaré». Quizá era el momento de empezar a acostumbrarse a su ceguera y dejar de soñar con que desaparecería.
Podría aprender braille o comprar un ordenador con tarjeta de voz para escribir cartas. Había nuevas tecnologías para ayudar a las personas con problemas de visión.
Pero su mente rechazaba aquello. Pensaba que si aprendía a vivir como una persona ciega, sería ciega para siempre. No quería aprender, no quería acostumbrarse. Quería ver. Quería volver a su vida de siempre.
______ intentó dejar de pensar en ello. Para apartar de su mente aquellos pensamientos, recordó el momento en el que sus manos habían tocado el torso de Joseph.
Y se puso colorada.
Habría deseado tener una hora para explorar aquel torso; habría deseado tomarse su tiempo para imaginar lo que sus ojos no podían ver.
Poco después, cerró el grifo de la ducha y buscó con las manos la toalla, sin dejar de pensar en Joseph. Después de secarse, fue a su habitación y se puso unos vaqueros y una camiseta.
Mientras se peinaba, reconocía que se sentía vulnerable junto a aquel hombre. Y sería muy fácil, en su situación, caer en una fantasía romántica. Él era su protector, su único contacto con el mundo. Mientras Keller había sido frío e impersonal, de Joseph emanaba una calidez enormemente atrayente.
Pero no podía olvidar que, para él, ella solo era trabajo. Nada más. Además, pensó con un toque de amargura, ¿qué hombre querría cargar con una mujer ciega? Una mujer ciega a la que varios policías de Chicago querrían ver muerta.
_______ recordó las lecciones de su madre sobre independencia y seguridad en sí misma. Para ella, necesitar un hombre era una debilidad imperdonable. Siempre le había dicho que una mujer solo podía depender de sí misma y que depender de un hombre era ridículo.
_______ se pasó la mano por el pelo y, cuando estuvo satisfecha con su aspecto, salió del dormitorio. Pensaba demasiado, se dijo.
Cuando entró en la cocina, respiró el agradable aroma a café y los ingredientes de la tortilla.
—Algo huele muy bien —dijo mientras se sentaba en la silla en la que se había sentado la noche anterior.
—¿Café? —le llegó la voz de Joseph a su derecha.
—Sí.
—¿Leche y azúcar?
—Solo un poco de azúcar —contestó. Un segundo después, Joseph puso una taza frente a ella—. Gracias.
—Las tortillas estarán listas en dos minutos. ¿Has dormido bien?
—Como un lirón —contestó ella, tomando un sorbo de café—. ¿Y tú?
—Yo siempre duermo como un lirón.
—Hace una mañana preciosa, ¿verdad?
—Sí. ¿Cómo… cómo lo has sabido?
________ sonrió al descubrir un matiz de sorpresa en la voz de Joe.
—Debe haber una ventana detrás de mí. Puedo sentir el sol en la espalda.
—Es una hermosa mañana, típica de Mustang —dijo Joseph, poniendo un plato frente a ella.
—Una hermosa mañana típica de Mustang —repitió, divertida—. Haces que Mustang parezca Camelot.
—Es lo más parecido a Camelot que puedas imaginar —dijo él. En su voz había un tono cálido que lo hacía inmensamente atractivo—. Solo llueve por las noches y en verano no hace demasiado calor.
________ rio, divertida.
—Eso parece una canción.
—Lo es. Es una canción de Camelot, el musical. La aprendí en el instituto cuando hice mi debut como actor.
—¿De verdad? ¿Qué papel hacías?, ¿el rey Arturo, Lancelot?
—Nada tan ilustre —rio él—. Era uno de los reyes de la tabla redonda, y no tenía ni una sola frase. Solo llevaba una armadura y tenía un aspecto serio y caballeresco.
—Debió de ser divertido —comentó, lamentando las experiencias que ella se había perdido en el instituto—. En mi colegio también se hacían obras, pero yo nunca participé en ninguna.
—¿Por qué?
_______ tomó un bocado de su tortilla, recordando sus años de adolescente.
—A mi hermana y a mí nos criaron con la idea de que todo lo que no fuera estudiar y estudiar era una pérdida de tiempo. El colegio era para conseguir una educación y elegir después una carrera que nos permitiera ganarnos la vida.
En nuestro tiempo libre trabajábamos y ahorrábamos dinero para la universidad. No había tiempo para jugar, ni para hacer deporte, ni para obras de teatro.
—Suena un poco triste —murmuró él.
—Lo era. Aunque ahora entiendo los motivos de mi madre. Ella tenía veinte años cuando mi padre la abandonó con dos hijas pequeñas, sin trabajo y sin formación académica.
—¿Has vuelto a saber algo de él?
—No. Ni siquiera lo recuerdo. Tan solo tenía un año cuando se marchó —contestó ella, tomando un sorbo de café—. Mi madre trabajó muy duro para sacarnos adelante. Al mismo tiempo, estudiaba contabilidad y, cuando Alicia y yo estábamos en el instituto, ya tenía un despacho con cuatro empleados. Pero nunca olvidó los años de lucha. Estaba decidida a que nosotras no tuviéramos que pasar por lo mismo y a que aprendiéramos a sobrevivir sin un hombre —añadió. Después, rio no sin cierta amargura—. Afortunadamente, mi madre no está viva para verme ahora. No estoy en mi mejor momento.
—No seas dura contigo misma —dijo Joseph en tono cálido.
—No querrás mandarme a mi habitación otra vez, ¿verdad?
La mano de Joseph se posó sobre la de ella. Fue un roce ligero, pero lleno de calor. Había habido poca alegría en la vida de _______ durante los últimos meses. Las enfermeras del hospital se limitaban a cumplir con sus tareas y los policías que la custodiaban la trataban de forma impersonal.
El consuelo de aquel contacto rompió el auto control que _______ había intentado mantener a toda costa.
—La mataron —susurró, con voz llena de emoción—. Mataron a mi hermana y a su marido. Les dispararon mientras yo estaba escondida en el armario —siguió diciendo. Las lágrimas la ahogaban y tuvo que tragárselas, mientras el horror y el trauma de aquella noche se repetía en su mente—. Yo no hice nada para ayudarlos. Me quedé inmóvil en el armario mientras los veía morir.
Joseph le apretó la mano con fuerza y aquel gesto desencadenó un tornado de emociones que _______ no podía seguir conteniendo.
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| | | FearlessSoul Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 315 Edad : 28 Localización : Chile Fecha de inscripción : 20/05/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 27th 2012, 14:41 | |
| Ooowww pobre rayis pero que tierno joe al apoyarla <3 Definitivamente amo esta nove!! Me encanta ,uno queda metida de inmediato Síguela pronto please!! | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 27th 2012, 15:23 | |
| le conto a Joe! se estara enamorando de el? y quien no lo haria xD SIGUELAAA | |
| | | nikifriky Casada Con
Cantidad de envíos : 1889 Edad : 28 Localización : Haciendo maldades con mi befo ::) Fecha de inscripción : 24/04/2010
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 27th 2012, 19:20 | |
| Oh wow!!! Plisssss siguela me gusta mucho | |
| | | sheila_jemi Forista!
Cantidad de envíos : 130 Edad : 26 Localización : España/Córdoba Fecha de inscripción : 22/04/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 28th 2012, 09:21 | |
| owwwwwwww lo siento muxooooo siento muxo el no haber comentado pero me encantaa siguelaa porfa ay pobresita la rayis siguelaaaaaaaaaa | |
| | | Wenn Casada Con
Cantidad de envíos : 1547 Edad : 29 Fecha de inscripción : 01/04/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 28th 2012, 11:14 | |
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| | | IrennIsDreaMy Casada Con
Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 28th 2012, 13:02 | |
| chicas este es uno de los capis que mas me gustan...a ver que os parece a vosotras
Capitulo Tres: Segunda Parte
Empezó a sollozar mientras su corazón se encogía con un dolor tan grande que pensaba que iba a morir.
Era el dolor por la pérdida de su hermana y… el sentimiento de culpa por haber sobrevivido.
Llevaba semanas intentando alejar de ella aquellas emociones, concentrándose en su repentina ceguera en lugar de recordar la trágica pérdida de su familia. Pero, en aquel momento, el dolor era como un hierro candente en su corazón.
Casi no se dio cuenta de que Joseph apartaba la mano. _______ sabía que estaba haciendo el ridículo, pero no podía dejar de sollozar, como no había podido detener las balas que habían matado a su familia.
En todos sus años como comisario, Joseph se había enfrentado con muchas cosas, incluyendo borrachos armados, un asaltante de bancos menor de edad y un perro rabioso, pero nada en su experiencia lo había preparado para las lágrimas de aquella mujer.
La observaba derrumbarse sabiendo que nada de lo que dijera o hiciera podría apagar la angustia que le destrozaba el corazón.
Cuando los sollozos de Cecilia se hicieron más angustiosos, fue hacia ella y, sin saber si estaba bien o mal, la levantó de la silla y la abrazó.
Ella le pasó los brazos alrededor del cuello y escondió la cara en el pecho de Joseph, llorando desconsoladamente.
Él le pasaba la mano por la espalda intentando no prestar atención a su aroma y la intimidad de aquel cuerpo femenino apretado contra el suyo.
—No pasa nada. Ahora estás a salvo —murmuró.
Bajo los senos de _______, apretados contra su torso, podía sentir los latidos del corazón de ella. Joseph siguió consolándola con tiernas palabras, acariciándole la espalda como si fuera una niña.
Por fin, los sollozos empezaron a hacerse más débiles, pero seguía aferrándose a él como si fuera un salvavidas en un mar de lágrimas. Joseph sintió que los latidos del corazón de _______ empezaban a volver a la normalidad, pero, a pesar de haber dejado de llorar, Cecilia seguía entre sus brazos.
Ella levantó la cabeza, como para mirarlo. Tenía las pestañas húmedas, largas picas oscuras que enmarcaban la belleza de sus ojos.
—Gracias —susurró con una sonrisa trémula—. Me hacía mucha falta.
—Se supone que las lágrimas son catárticas. ¿Quieres contármelo?
Joseph habría deseado que ella se apartara, porque su respuesta ante el roce de aquel hermoso cuerpo empezaba a ser menos que adecuada. Pero ella seguía sin moverse.
—Lo que me gustaría ahora… me gustaría saber cómo es tu cara. Solo puedo verte con los dedos. ¿Te importa? — preguntó Cecilia entonces, tomando la cara de Joseph entre las manos. Antes de que este pudiera contestar, empezó a mover los dedos sobre la frente, el puente de su nariz y los ojos. Lenta, deliberadamente, sus dedos exploraban los contornos de su cara, haciéndole sentir un extraño calor con cada roce—. ¿De qué color tienes los ojos? —preguntó, muy cerca de su boca. Joseph se dio cuenta de que el corazón estaba latiéndole más deprisa de lo que era habitual.
—Castaños claros.
Ella continuó su exploración.
Cuando sus dedos rozaron los labios de Joseph, este tuvo que hacer un esfuerzo para no besarlos. Y respiró, aliviado, cuando ella empezó a tocarle el pelo.
—Negro —dijo él, contestando a la pregunta antes de que fuera formulada.
—Gracias —murmuró Cecilia, dando un paso atrás—. Lamento haberte estropeado el desayuno.
—No has estropeado nada. Había terminado la tortilla cuando empezaste a llorar —intentó sonreír él—. ¿Quieres hablar de ello? No tienes que hacerlo si no quieres; comprendo que no confíes en mí.
—Si no puedo confiar en ti, estoy perdida. Me gustaría que supieses lo que pasó. Y la verdad es que necesito hablar de ello.
—¿Por qué no vamos al salón? —sugirió él.
Allí podría colocarse a suficiente distancia como para no oler su perfume. La distancia física le daría distancia emocional y, en aquel momento, era justo lo que necesitaba.
Cecilia se sentó en el sofá y Joseph se dejó caer en el sillón, observando las emociones que recorrían el rostro femenino mientras se preparaba para compartir con él los sucesos que habían destrozado su vida.
—Yo solía cenar muchas veces con Alicia y su marido, John —empezó a decir ella, con las manos en el regazo—. Aquella noche era como cualquier otra, solo que, en lugar de ir en mi coche, fui en taxi.
—¿Por qué? —preguntó él, con típica curiosidad policial.
—Alicia me había dicho que había comprado todo lo necesario para hacer daiquiris y no quería tener que preocuparme por conducir después de tomar un par de copas —explicó ella—. Si hubiera llevado mi coche, si hubiera estado aparcado frente a la casa…
—Tú no tienes la culpa de nada —la interrumpió Joseph.
Él sabía bien que el sentimiento de culpa podía destruir a una persona.
Cecilia asintió.
—Llevaba cinco minutos en la casa cuando oímos un coche. John miró por la ventana y me dijo que me metiera en el armario —siguió diciendo, concentrada en sus recuerdos—. En cualquier otro momento me habría reído, pero había algo en su tono de voz que me hizo obedecer sin preguntar. John y Alicia eran oficiales de policía y John solía trabajar de secreta, así que pensé que estaba trabajando en alguno de sus casos y no quería que me vieran —______ se levantó, incapaz de permanecer quieta, y Joseph apartó la mesa de café para que pudiera moverse con comodidad—. Entraron dos hombres y cuando los vi estuve a punto de salir del armario. Eran policías —murmuró, apartándose el pelo de la cara con manos temblorosas—. Pero antes de que pudiera abrir la puerta, los dos hombres dispararon sobre mi hermana y su marido.
Joseph se dio cuenta de que él mismo estaba conteniendo el aliento. Dos policías asesinados por otros dos policías. Era lógico que Bob Sanford y Kent Keller la hubieran alejado del lugar del crimen inmediatamente. Era un asunto feo.
—Parece ser que me desmayé dentro del armario —siguió diciendo ella—. Cuando recuperé el conocimiento, estaba ciega en una habitación de hospital. Allí conocí a Bob Sanford. El me explicó que Alicia y John estaban trabajando para Asuntos Internos, investigando a un grupo de policías corruptos.
—Y, aparentemente, esos policías sabían que estaban haciendo una investigación —dijo Joseph.
Ella asintió.
—Y ahora John y Alicia están muertos y la policía espera que yo recupere la vista para identificar a sus asesinos.
—¿Podrías identificarlos?
Cecilia se dejó caer en el sofá.
—Sí. Tengo sus caras grabadas en la memoria. Pero, desgraciadamente, en este momento soy una testigo ciega.
—¿Y qué ocurriría si nunca recuperases la vista? —preguntó Joseph.
Pero se dio cuenta de que la pregunta era muy dolorosa para ella.
—La verdad es que me niego a considerar esa posibilidad.
—Has mencionado a un grupo de policías corruptos… ¿Sabes cuántos son?
—Bob Sanford me dijo que eran ocho. «Los ocho renegados» es como los llaman. Desgraciadamente, nadie sabe quiénes son. Y me temo mucho que me estén buscando.
—No te preocupes, el comisario de Mustang sabe cómo tratar con desesperados —intentó bromear Joseph, haciendo una imitación de John Wayne.
—Con esa voz, cualquier desesperado saldría corriendo —sonrió ella con tristeza—. Estamos muy lejos de Chicago, que es donde ocurrió todo. No creo que me busquen aquí.
Joseph frunció el ceño. El no estaba tan seguro. Sabía que los policías tenían muchos recursos cuando querían encontrar información. Y pensar que había ocho policías corruptos buscándola no era nada tranquilizador.
Solo tres personas sabían dónde estaba Cecilia Webster, pero eran demasiadas. No se quedaría tranquilo hasta saber que los ocho policías habían sido detenidos.
—¿Quieres saber mi verdadero nombre? —preguntó ella.
—No creo que sea buena idea. Podría llamarte por tu verdadero nombre delante de alguien. Es mejor que para mí sigas siendo Cecilia Webster.
—De acuerdo.
—¿Qué hacías antes de lo que pasó? —preguntó él, intentando apartar de su mente aquel trágico asunto.
Cecilia sonrió y Joseph vio que empezaba a relajarse un poco.
—Era decoradora.
—Ah, entonces me alegro de que no puedas ver mi casa. Probablemente, tendrías pesadillas.
—Seguro que no es tan fea. ¿En qué tonos está decorada?
—¿Cómo?
_______ se inclinó hacia adelante con una sonrisa casi alegre, una sonrisa que la convertía en una mujer mucho más que guapa. Turbadora.
—¿Cuál es el color dominante en esta habitación?
—Hay un sofá naranja, moqueta beige y un sillón rosa. No sé si hay un color dominante.
—¿Un sofá naranja y un sillón rosa? —repitió ella, con cara de susto—. Has conseguido lo que no ha conseguido nadie en un mes.
—¿Qué?
—Que me alegre de estar ciega —dijo ella sonriendo. Al ver su sonrisa, Joseph sintió una punzada de deseo que lo sorprendió y lo irritó—. Te diré lo que vamos a hacer. En cuanto recupere la vista y todo haya vuelto a la normalidad, volveré a Mustang y te redecoraré la casa.
—Trato hecho —aceptó él, aunque sabía que era una falsa promesa.
Aquel era un lugar para esconderse, un limbo para ella. Cuando recuperase la vista y su vida hubiera vuelto a la normalidad, regresaría a Chicago y nunca miraría atrás. Joseph sabía que él y Mustang, Montana, solo representarían para ella un mal sueño que no querría volver a visitar jamás.
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| | | nikifriky Casada Con
Cantidad de envíos : 1889 Edad : 28 Localización : Haciendo maldades con mi befo ::) Fecha de inscripción : 24/04/2010
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 28th 2012, 14:16 | |
| Nah _____ volvera :)and she will libe there and bla bla bla!!! | |
| | | mariina Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 760 Edad : 28 Localización : Con Joe, abrazaditos mientras me canta I gotta find you al oido. Fecha de inscripción : 25/09/2011
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 28th 2012, 19:07 | |
| El cap me encanto, me da tanta pena ____, tiene un pasadotan triste, pero creo que si algun dia vuelve a Chicago, despues regresara a Mustang con Joe. | |
| | | Tatu d'Jonas Gran forista y Jonatica
Cantidad de envíos : 6938 Edad : 32 Localización : Peru Fecha de inscripción : 20/08/2011
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 28th 2012, 21:01 | |
| woow rayita le conto todo bno casi todo eso es genial SIGUELAA | |
| | | FerJonas12 Novia De..
Cantidad de envíos : 645 Localización : Ave. Fastlife LA. California Fecha de inscripción : 03/02/2012
| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- Mayo 28th 2012, 22:52 | |
| Totalmente hermosa me encanta siguela porfavor Es tan tierno Joe amo amo la nove please siguela! Muero por leer mas! | |
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| Tema: Re: El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- | |
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| | | | El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA- | |
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