El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA-

ahiiiiiii no puedes hacernos estooo
como la dejas ahi???
SIGUELA PRONTO PORFAA

siguellaaaa pobrecito mi joshep =(pero no la dejes asi sigueeeeeeee

OMG!!!!

SIGUELAAAa

bueno preciosuras aqui otro capi espero que lo disfruten

Capítulo Once: Primera Parte

_______ no quería preguntarse por qué estaba de nuevo en la cama de Joseph. Solo sabía que estaba donde quería estar. Lo necesitaba y él la necesitaba también.

En cuanto se metió entre las sábanas, Joseph le dio un beso apasionado que la dejó sin aliento y al que respondió con el mismo ardor.

El miedo que había pasado se disipó con aquel beso. Y esperaba que, de alguna forma, sus besos, su calor, su amor, pudieran aliviar la angustia que Joseph había sentido mientras le relataba su accidente.

Cuando el beso terminó, _______ se quitó el camisón, deseando estar tan cerca de él como fuera posible. Un segundo después, Joseph la abrazó; él también estaba desnudo, su deseo evidente. Parecía enfebrecido mientras la apretaba contra él. Era una fiebre en la que ella también quería perderse.

La boca de Joseph la poseyó de nuevo mientras buscaba sus pechos y _______ gimió cuando él empezó a acariciarle los pezones.

Mientras se besaban, ella le pasaba la mano por la cara, memorizando sus facciones. Aunque no podía verlo con los ojos, lo veía con el corazón.

Aquella vez, ninguno de los dos quería esperar y cuando Joseph entró en ella, _______ le dio la bienvenida, sujetándose a sus hombros con fuerza. Solo había hecho el amor con Joseph una vez, pero sentía que había algo familiar mientras él se movía sobre ella con creciente pasión.

El corazón de él latía sobre el suyo, su aliento le quemaba la garganta mientras la llevaba a cimas inesperadas de placer. Era imposible pensar en nada mientras se entregaba a él, permitiendo que la poseyera por completo.

_______ gritó cuando las olas de placer la envolvieron mientras él no dejaba de murmurar su nombre con voz ronca.

Más tarde, entre sus brazos, _______ se dio cuenta de que aquella tarde se había equivocado. Había estado preguntándose si estaba enamorándose de Joseph, pero era demasiado tarde. Ya estaba enamorada de él.

Y descubrió cuándo había cruzado la línea entre estar enamorándose y estar enamorada. Había sido cuando él le había anudado el cinturón del albornoz, antes de abrir la puerta a Vic.

Con aquel simple gesto, Joseph había capturado su corazón.

Y _______ no sabía qué hacer. Joseph no había pronunciado palabras de amor, no había indicado en forma alguna que significara algo para él.

Pero no quería pensar. Abrazada a él, sintiendo el calor de su cuerpo y su aroma envolviéndola, _________ cerró los ojos y poco después se quedó dormida.

Cuando se despertó, Joseph había desaparecido. No sabía qué hora era, pero debía de ser por la mañana, porque se sentía descansada. ________ alargó la mano para tocar la almohada de Joseph. Estaba fría.

Poniéndose aquella almohada contra el pecho, ______ se preguntaba cómo era posible estar tan llena de amor y de dolor al mismo tiempo.

Si pudiera ver, ¿seguiría enamorada de Joseph? Sí, se contestó ella misma. Su amor por él no tenía nada que ver con su físico, ni con la ropa que llevase, ni con su forma de andar.

Pero, por el momento, no podía ver. Y su ceguera lo complicaba todo.

_______ soltó la almohada y saltó de la cama para buscar el camisón, pero no lo encontró en el suelo, donde lo había tirado por la noche. Estaba sobre la cama. Joseph debía de haberlo puesto allí para que lo encontrara con facilidad, pensó.

El delicioso aroma a café en el pasillo le indicó que Shelly debía de estar en la cocina, esperándola.

Después de una ducha rápida, _______ se puso los vaqueros y una camiseta y fue a la cocina para charlar con su nueva amiga.

Pero, en cuanto entró, se dio cuenta de que no era Shelly.

—¿Vic?

—¿Cómo lo has sabido? —preguntó el hombre, sorprendido.

—Conozco la colonia de Joseph y Shelly lleva perfume. Tú hueles a jabón de menta… lo cual me recuerda que no he tenido tiempo para darte las gracias por tu regalo.

—No es nada. Es solo una cosa que hago en mi tiempo libre.

—Pues debes de tener menos tiempo libre desde que yo estoy aquí —dijo ella, tanteando la repisa para buscar la cafetera—. Anoche trabajaste hasta muy tarde y encima tienes que venir a cuidarme por la mañana.

—No me importa. El trabajo es toda mi vida —dijo Vic, ayudándola con las tazas—. Joseph me lo ha contado… —empezó a decir entonces—. Me refiero a la razón por la que estás aquí.

______ asintió. No estaba sorprendida.

—Entonces, sabes que nuestro compromiso es falso.

—Joseph me lo contó. Eres muy valiente, ¿sabes?

—¿Por qué?

—Pues ya sabes… por testificar en contra de esos policías corruptos. La mayoría de la gente no se atrevería a hacerlo.
_______ pasó un dedo por el borde de su taza.

—Nunca se me ocurrió no cooperar con la policía. Desgraciadamente, mis ojos no están cooperando nada.

—¿Qué ocurriría si no has recuperado la vista antes del juicio?

—Eso no va a pasar —dijo _______. Se negaba a considerarlo siquiera. Recuperaría la vista. Cualquier día, en cualquier momento—. ¿Conoces a Joseph desde hace mucho tiempo? —preguntó, para cambiar de tema.

—Claro, íbamos juntos al instituto, pero no éramos de la misma pandilla. Joseph jugaba al fútbol y al baloncesto y a mí no se me dan bien los deportes.

—¿Conocías a Nick? —preguntó _______ entonces.

—¿Nick Miller? Todo el mundo conocía a Nick. Era el capitán del equipo, la estrella del instituto. Joseph y él eran uña y carne hasta el accidente.

—Cuando Nick se quedó ciego.

—Eso es. No se me ha ocurrido hasta ahora, pero puede que tu presencia aquí sea cosa del destino.

—¿Por qué dices eso?

—Joseph sufrió mucho después del accidente. Quizá el destino te ha traído aquí para que él resuelva ese conflicto interior —dijo. Después soltó una risita, un poco avergonzado—. Pensarás que es una ridiculez.

—En absoluto —dijo _______. Sabía que Joseph se sentía culpable por la ceguera de su amigo y tenía la impresión de que Vic podía no estar equivocado.

Pero ella no quería ser el catalizador de su curación. Quería que Joseph la quisiera a pesar de su ceguera, no por ella.
Vic y ella terminaron el café y estuvieron charlando un rato. Después, ________ fue a su habitación y empezó a pasear arriba y abajo preguntándose cuándo llamaría Keller, cuándo le pedirían que fuera a Chicago, cuándo tendría que marcharse de Mustang.

Joseph volvió a casa después de comer y Vic regresó a la comisaría.

—Esta noche hay una reunión en el ayuntamiento y me gustaría que vinieras conmigo —dijo Joseph, sentándose a su lado en el sofá.

—Claro. Después de todo, tenemos que mantener las apariencias —sonrió _______.

Había una nota de sarcasmo en su voz que a Joseph no le pasó desapercibida. Ella misma no sabía por qué había contestado así.

Quizá porque le dolía saber que aquello solo era una pantomima.

—No tienes que venir conmigo si no quieres.

—Claro que quiero. Perdona, estoy un poco… cansada.

—Te perdono —dijo. Su voz tenía una nota de humor—. Te he traído un regalo.

—¿Un regalo?

—Considéralo un regalo de cumpleaños. No sé cuándo es, pero da igual —dijo Joseph, poniéndole una caja sobre las piernas.

—Mi cumpleaños es el mes que viene —sonrió ______, quitando la tapa. Dentro había algo de tela… era seda.

—Es un vestido. He pensado que podrías ponértelo esta noche para la reunión.

—Oh, Joseph, parece precioso. Y seguro que no es azul.

—Es verde y espero que sea de tu talla.

—Seguro que me vale —dijo ella, encantada. De repente, se le ocurrió algo—. Joseph, ¿me has comprado esto porque mi ropa me queda mal?

—¡No! Todo lo contrario. Pero he pensado que… me gustaría… —_______ se dio cuenta de que no sabía qué decir—. Quería que tuvieras un vestido verde, algo que hiciera juego con el color de tus ojos —confesó él por fin—. Voy a hacer unas llamadas. Hablaremos más tarde.

_______ volvió a acariciar la tela, con el corazón rebosante de alegría.

Joseph le había comprado un vestido. Un vestido verde para que hiciera juego con sus ojos.

¿Era ese el comportamiento de un hombre que solo la veía como una obligación? ¿O era el gesto de un hombre que se sentía culpable por algo que había ocurrido mucho tiempo atrás y que la usaba a ella para curar su dolor?

Con aquel pensamiento, a _______ se le heló el corazón.

me encanto el cap .
Jseph le regalo un vestido verde para que haga juego con sus ojos,
que tierno .
Please siguela pronto,
que la has dejado muuuuuy interesante.

OMJ! Tienes que seguirla me encanta!
Joe tambien la quiere! Aunque se haga menso
>< es realmente hermosa siguela porfavor

ohh Dios
Joe va a cumplir su deseo hahaha xD
SIGUELA!

aqui otro capi preciosas y os informo que ya tengo la siguiente nove que les voy a subir...os va a encantar (:

Capitulo Once: Segunda Parte

Joseph intentaba mantener su atención en Elena Richards, que estaba hablando sobre la posibilidad de colocar una estatua en el parque.

La reunión había empezado una hora antes, pero le resultaba difícil concentrarse desde que _______ había salido del dormitorio con el vestido verde.

Estaba más guapa de lo que había imaginado. El vestido le quedaba como si lo hubieran hecho especialmente para ella, marcando su delgada cintura y la curva de sus pechos. La falda flotaba sobre sus rodillas, mostrando unas piernas perfectas.

Pero era el color lo que lo hacía precioso. Aquel verde, tan parecido al de sus ojos. Y, al verla, Joseph se había dado cuenta de que sus sentimientos por ella iban mucho más allá del deber y mucho más allá del deseo.

Joseph se movió, deseando que ______ no estuviera a su lado, que no llevara aquel perfume, que sus muslos no se rozaran.

Estaba enamorado de ella y se sentía ansioso, alegre… nervioso, excitado. Y detrás de todas aquellas emociones estaba la seguridad de que ______ pronto desaparecería de su vida.

La amaba, pero quería que ella lo amase de la misma forma. ______ no podía ver, no podía hacer una vida normal y quizá optara por quedarse en Mustang con él porque no sabía qué otra cosa podía hacer. Y Joseph no quería eso.

Su ceguera lo torturaba solo porque la torturaba a ella. ______ se negaba a aceptarla, se negaba a creer que podía ser definitiva y, por lo tanto, se negaba a plantearse el futuro teniendo en cuenta que era una mujer ciega.

Se quedase en Mustang o no, Joseph necesitaba saber que podría acostumbrarse, que eso no iba a arruinar su vida.

Cuando Millicent Creighton subió al estrado, Joseph dirigió su atención hacia la reportera y escuchó a medias su propuesta de organizar un carnaval en el gimnasio del instituto.

Por fin, la reunión terminó y Joseph y ______ se unieron a los demás junto a las mesas de refrescos.

—¿Quieres un poco de ponche?

—Sí, gracias —ella sonrió.

—Volveré enseguida.

Cuando Joseph regresó a su lado, Millicent Creighton y Marissa Crockett se la habían robado.

—Marissa me ha dicho que no la has llamado todavía para que te haga el ramo de novia —estaba diciendo Millicent—. No puedes dejar esas cosas para el último minuto, Cecilia. El día se acerca y tienes que empezar a hacer planes.

—Quizá haya decidido encargárselo a otra florista —dijo Marissa, obviamente avergonzada por la insistencia de la reportera.

—No, no es eso —intentó sonreír ______.

—Es culpa mía —intervino Joseph—. Cecilia lleva días pidiéndome que la acompañe a la tienda, pero tengo tanto trabajo que no he podido hacerlo.

Millicent levantó las manos al cielo y el gesto provocó que el canario que llevaba en el sombrero cayera de lado.

—Por favor, no mencionemos a ese monstruo y sus horribles crímenes.

Joseph asintió. Él tampoco quería hablar de Casanova.

—Intentaremos ir esta semana.

Marissa se disculpó entonces para saludar a otro vecino.

—Querida, necesitamos voluntarios para el carnaval. Sé que, como prometida del comisario, te encantaría echar una
mano.

—Desde luego —asintió ______, aunque tanto ella como Joseph sabían que no estaría en Mustang en esa fecha.

—Estupendo —dijo Millicent, sacando un cuaderno del bolso—. Ahora, déjame ver dónde necesitamos gente. No
podemos ponerte a vender entradas y… no, en la caseta de tiro al blanco, tampoco.

—Probablemente no sería buena idea —dijo ______, poniéndose colorada.

—Bueno, ya se me ocurrirá algo —dijo la mujer.

—¿Estás bien? —preguntó Joseph cuando Millicent desapareció.

—Un poco cansada.

—Vámonos de aquí —dijo él, tomándola del brazo.

Pero antes de que pudieran salir del edificio, Vic apareció a su lado.

—Qué guapa estás, Cecilia.

—Gracias, Vic. Seguro que tú también estás muy guapo.

—Estoy como siempre —murmuró el gordito alguacil, poniéndose colorado.

Joseph sonrió. Empezaba a tener la impresión de que Vic estaba prendado de su prometida… La sonrisa desapareció de sus labios.

______ no era su prometida. ¿Y por qué no iba a estar Vic prendado de ella? Además de guapa, era inteligente y generosa.

Cualquier hombre se sentiría orgulloso de tenerla en su vida.

Él se sentiría orgulloso de tenerla en su vida.

—Estábamos a punto de irnos —murmuró, tomando la mano de _______.

—Ah, de acuerdo. Nos veremos mañana —dijo Vic, dirigiéndose hacia la mesa de los bocadillos.

Hicieron el camino de vuelta en silencio. Joseph no sabía lo que ______ estaba pensando, pero él estaba irritado.

Estaba irritado con ella, por ser inteligente y preciosa, la clase de mujer de la que él podía enamorarse. Y estaba irritado consigo mismo por haberse enamorado de una mujer que debería haber sido para él solo una obligación.

______ estaba en Mustang para que él la protegiera y cuando Keller llamase, volvería a Chicago.

Joseph apretó el volante con firmeza. Años atrás, se había prometido a sí mismo no ser vulnerable, no abrirle su corazón a nadie.

Lo mejor sería no volver a tenerla entre sus brazos, no volver a besarla, se decía. Era el momento de empezar a distanciarse para cuando ella desapareciera de su vida.

Cuando entraron en la casa, el teléfono estaba sonando y Joseph corrió a contestar.

—¿Comisario Jonas? —escuchó una voz familiar al otro lado del hilo.

—Sí —murmuró Joseph, escuchando atentamente. Unos segundos después, colgaba el teléfono—. Era Kent Keller.

____ se puso tensa.

—¿Qué ha dicho?

—Todo ha terminado. Han arrestado a los dos policías que mataron a tu familia y a los otros seis.

—Gracias a Dios —susurró ella, dejándose caer sobre el respaldo del sofá—. John y Alicia podrán descansar en paz.

—Hay más buenas noticias. No necesitan que testifiques.

—¿Por qué?

—No has recuperado la vista, así que no puedes hacer una identificación visual. Un jurado no creería tu testimonio.
Además, no te necesitan. Uno de los asesinos ha confesado. Le han ofrecido inmunidad y ha delatado a todos sus
compañeros.

—Entonces, todo ha terminado.

Joseph se sentía feliz por ______, pero sabía que, después de aquella llamada, no había nada que la retuviera en Mustang.

—Kent llegará pasado mañana para llevarte a casa.

—A casa —repitió ella sin entusiasmo. Joseph se preguntó qué estaría pensando. ¿Echaría de menos Mustang? ¿Lo echaría de menos a él?

En dos días, habría desaparecido de su vida. Qué ironía que hubiera sido ella precisamente quien había insuflado aliento a su corazón justo antes de romperlo en pedazos.

Que bien que arrestaron a los asesinos ,
pero ella no puede irse de Mustang,
no puede alejarse de Joe,
estan enamorados,
como van a separarse??? .
Tienes que seguirla pronto,
o no se que sera de mi.

Hay no que no se vaya!!
Me alegra que hayan capturado a los asesinos pero que no se vaya!!
Que se quede con joseph!! Que le confiese su amor! <3
Síguela pronto please

O: tienes que seguir porfavor espero
Q joe le diga lo que siente, pero por favor eso
No es posible Joe no es tan sensible!
Tienes que seguirla porfa! La amo!

OMG!!! siguelaaaa

OMGGG 'o' siguelaaa! ;D a sii nueva lectora xoxox cheers

bueno chicas aqui otro capi, ahora empieza a llegar lo VERDADERAMENTE bueno (:

Capítulo Doce: Primera Parte

Su casa. A la mañana siguiente, mientras Shelly le hablaba de Sam, _____ pensaba que, en veinticuatro horas, estaría de vuelta en Chicago.

Estaría de vuelta en un solitario apartamento. En una tienda que no podía llevar. En un sitio que nunca había sido realmente su hogar.

¿Cuándo se había convertido aquella casa en su hogar? ¿Cuándo había empezado a sentir que aquel era su sitio? Daba igual. No iba a quedarse. Volvería a Chicago con Kent Keller e intentaría retomar la vida que había dejado atrás.

Joseph se merecía una mujer que pudiera trabajar como voluntaria en el carnaval. Se ponía colorada al recordar a Millicent Creighton intentando buscarle un trabajo que ella pudiera hacer. _______ no se había sentido más inútil en toda su vida.

Joseph se merecía una mujer que fuera para él una compañera, no una carga.

Aquella mañana se había sentido de nuevo decepcionada al abrir los ojos y encontrarse con la oscuridad. Había pensado que con los asesinos entre rejas, recuperaría la vista milagrosamente. Pero no había sido así.

—De modo que le he dicho que necesitaba una mujer de verdad, no otra de esas rubias con las que sale —estaba diciendo Shelly—. Así que esta noche va a llevarme a cenar.

_____ intentó concentrarse en lo que ella estaba diciendo.

—Shelly, me alegro por ti.

—Sí, ese tipejo me ha robado el corazón. Ahora lo que tengo que hacer es convencerlo de que yo soy la mujer de su vida.

______ habría deseado advertirle que fuera despacio, que no se acostase con Sam hasta que supiera que la amaba.

Compartir la intimidad del sexo hacía que decir adiós fuera mucho más difícil. El corazón de ______ parecía a punto de romperse al recordar que, en veinticuatro horas, tendría que decirle adiós a Joseph para siempre.

—¿Tienes hambre? —preguntó Shelly entonces—. Puedo hacer una ensalada o calentar algo de sopa.

—No, gracias. No tengo apetito —contestó _____. Además, cuando se había marchado por la mañana, Joseph había
dicho que regresaría a comer. Prefería comer con él, sabiendo que sería la última vez que lo hicieran—. Pero tú come si quieres.

—No, yo tampoco tengo hambre, Cecilia. Estoy demasiado emocionada con lo de esta noche.

______ se dio cuenta de que iba a echar de menos a Shelly. No solo había sido su ángel guardián, sino que se había convertido en su amiga.

____ no había podido sincerarse con ella por la amenaza que pendía sobre su cabeza, pero en aquel momento no había nada que le impidiera contárselo.

—Shelly, mi nombre no es Cecilia. Me llamo ______ Welch.

—¿Qué? —Shelly estaba sorprendida.

Durante los siguientes minutos, ______ le contó todo lo que había pasado y los acontecimientos que la habían llevado a Mustang.

Shelly la interrumpía de cuando en cuando para hacerle preguntas, absolutamente perpleja.

—Tengo que confesar que me has deprimido —dijo Shelly cuando ______ terminó su relato.

—¿Yo?

—Sí. Te vas mañana a Chicago y seguramente no volveré a verte. Voy a perder una buena amiga.

______ le apretó la mano a Shelly.

—Yo también voy a echarte de menos.

—Entonces, lo del compromiso con Joseph era mentira —dijo. ______ asintió—. Pues deberían daros un premio de interpretación. Os he visto juntos y habría podido jurar que lo que veía en los ojos de Joseph cuando te miraba era amor.

Aquellas palabras hicieron que los ojos de ______ se humedecieran.

—Lo siento —se disculpó, intentando secar sus lágrimas.

—Ah, ya entiendo. Tú no estabas fingiendo, ¿verdad? Estás enamorada de Joseph.

De nuevo, los ojos de _____ se llenaron de lágrimas.

—Sí —susurró.

—¿Se lo has dicho?

_____ negó con la cabeza.

—No. Y no pienso hacerlo.

—¿Por qué no? ¿No crees que tiene derecho a saber lo que sientes por él?

—No hay razón para decírselo. Joseph y yo no tenemos futuro. Además, yo solo he sido una obligación para él, alguien de quien tenía que cuidar. Nunca me ha indicado que yo fuera algo más.

Shelly dejó escapar un suspiro.

—Los hombres son un asco. A veces creo que sería mejor que me quedara soltera y me comprara un gato.

______ rio, a pesar de las lágrimas. Shelly estaba demasiado llena de vida, era demasiado generosa como para pasar el resto de su vida sola.

—Tengo la impresión de que esta noche Sam Black va a quedarse con la boca abierta. Dentro de un año, estaréis casados, seguro.

—¡Que Dios te oiga! —exclamó Shelly—. No se me ocurre nada más maravilloso. Pero sigo pensando que deberías decirle a Joseph lo que sientes. Quizá él también esté enamorado de ti y tal vez no te lo diga por timidez o por miedo.

—No importa. Aunque me amase, no podríamos estar juntos.

—No te entiendo. ¿Por qué no podríais estar juntos si estáis enamorados?

—Shelly, soy ciega. Joseph necesita una mujer que sea su compañera. Yo no soy más que una carga y lo quiero demasiado como para casarme con él. Tendría que hacer muchos sacrificios, y no quiero eso.

—Pero tú misma has dicho que es una ceguera temporal. ¿No significa eso que podrías recuperar la vista en cualquier momento? ¿Qué pasa si te vas de aquí, no le dices a Joseph lo que sientes por él y, de pronto, recuperas la vista?

—¿Y si me quedo aquí, carga conmigo y nunca recupero la vista?

Antes de que Shelly pudiera replicar, oyeron que alguien abría la puerta. ______ supo el momento exacto en que Joseph entraba en la cocina.

Lo olía, el maravilloso olor que para ella significaba pasión y protección, seguridad. Sentía su presencia, como si solo con entrar en una habitación, la llenara de energía.

—Hola, jefe —lo saludó Shelly—. ¿Hay novedades?

—Nada —contestó Joseph. Había una gran tensión en su voz y ______ se preguntó cuál sería la causa.

—Bueno, me marcho. _____, piensa en lo que te he dicho. Te llamaré luego —dijo Shelly.

—¿De qué hablaban?

—De nada. Cosas de mujeres —contestó _______—. ¿Qué ocurre, Joseph ?

—Nada —contestó él, pero la tensión en su voz le decía lo contrario.

—Sé que ocurre algo. Dime qué es, Joseph .

—Estamos en punto muerto con el caso Casanova. Y lo peor es que tenemos que esperar a que cometa otro asalto y meta la pata.

La necesidad de consolarlo era enorme, pero _______ se controló. Al día siguiente no estaría allí para ofrecerle consuelo. Por la mañana, Kent Keller iría a buscarla y la sacaría de la vida de Joseph.

—______, tenemos que hablar —dijo él entonces.

—¿De qué? —preguntó asustada.

—De nosotros.

El corazón de ______ se paró un momento.

NOOOOOOOO no la puedes dejar ahí!!! No seas mala Sad

Síguela pronto please o moriré!!!
Quiero saber que le dirá Joe a la rayis ojalá le confiese su amor Enamorada

Que ahora viene lo verdaderamente bueno??! Para mi toda la nove hasta el momento ha estado excelente!
Síguela pronto please !!

Ahora biene lo bueno???
Aun mejor???
Que le dira Joseph,
le confesara su amor???
o sera otra cosa???
Que nervios,
no se si podre esperar a mañana para leer el proximo cap,
asi que siguela pronto.

Hay no!!!!!! Como puedes dejarla así!
Hay no! Estoy que me doy un tiro!
Que le va a decir? Siguela porfavor siguela!!
Me encanta que pasara con ellos!
Están enamorados! Y rayis aun no recupera la vista
Espero que lo haga pronto! Hay la amo siguela porfavor!!
No aguanto mas!

aaaaaaahhhhhhh!
Coomo puuede ser quue la hayas deejado asi!
Myy goosh! Estooy muurieendo!
Esquue aaaahhh! Van a hablaae de elloos
omg! Pleease siguurella proonto Wink

Omg i want more!!!! Plis pon mas capissss

siguuelaaa!

NO LA PUEDES DEJAR ASI!!!!!!

ME VAS A MATAR!!!! SIGUELAAA

Capitulo Doce: Segunda Parte

—¿Qué quieres decir?

—______, no quiero que te vayas mañana. No te vayas a Chicago. Quédate aquí —dijo rápidamente. Lo había dicho así, como si tuviera miedo de decirlo—. Quiero que te quedes conmigo. Que compartas tu vida conmigo —añadió, tomando su mano—. Cásate conmigo, ______. Quiero que seas mi esposa.

Por un momento, ______ dejó que la felicidad llenara su corazón. Y supo que nunca nadie le diría nada que la hiciera más feliz.

Sin embargo, oía una vocecita de advertencia. ¿Le estaba proponiendo que se casara con él porque se sentía culpable por la ceguera de Nickl? Aunque se casaran y ella recuperase la vista, nunca sabría con seguridad si le había pedido que fuera su mujer por esa razón.

La felicidad que había sentido se le escapaba ante aquella certeza.

—Oh, Joseph —murmuró, con lágrimas en los ojos. ______ apartó la mano. No quería que él la tocara cuando estaba a punto de rechazar su amor—. Tengo que volver a hacer mi vida.

Él se quedó callado. El corazón de _____ se encogió al darse cuenta de que pensaría que no lo amaba, que solo lo
había usado para su conveniencia… para no estar sola por las noches.

No podía marcharse, no podía dejarlo sin decirle que su corazón le pertenecía.

Las lágrimas que intentaba contener empezaron a caer como una cascada por su rostro.

—No puedo quedarme, Joseph. No puedo casarme contigo.

—No lo entiendo —murmuró él.

—Joseph, soy ciega.

—Sé que eres ciega. ¿Qué tiene eso que ver con casarte conmigo? —preguntó, frustrado—. ¿Ahora quieres escudarte en la ceguera que siempre te has negado a reconocer?

—¿Qué quieres decir con eso?

—Nada. Da igual.

—No. ¿Qué estás intentando decir? Joseph empezó a pasear arriba y abajo por la cocina.

—Es que me parece raro que ahora seas ciega y que, durante todo el tiempo que has estado aquí, te hayas negado a reconocer que tu ceguera tenía algo que ver con tu futuro. ¿Y si sigues ciega para siempre?
_______ sentía que estaba furioso. Y esa furia hacía que dudase aún más de sus sentimientos por ella.

—Si sigo ciega para siempre, tendré que acostumbrarme.

—Pues no has empezado a hacerlo mientras estabas aquí. Ni siquiera has querido hablar del asunto.

_______ hubiera querido contradecirlo, pero sabía que tenía razón. Se había negado a aceptar la posibilidad de que su ceguera fuera definitiva.

—¿Quieres sentarte un momento? Me resulta difícil saber dónde estás si no dejas de moverte —le espetó ella entonces. ______ esperó hasta que Joseph volvió a sentarse frente a ella y tomó aire—. Tienes razón. No he querido admitir la posibilidad de que pueda seguir ciega el resto de mi vida. Pero ahora lo estoy haciendo.

—¿Y por qué no puedes hacerlo aquí… conmigo?

La rabia que había notado en su voz unos segundos antes había desaparecido. Y su tono de súplica le rompía el corazón.

—¿Es que no te das cuenta, Joseph? Si me quedo, nunca sabré si me propones matrimonio porque me amas o porque estás intentando arreglar lo que ocurrió en tu pasado. Tú crees que abandonaste a Nick. ¿Qué mejor manera de solucionarlo que cuidar de mí?

—¿Has terminado de jugar a los psicólogos? —preguntó él, irónico—. Quizá no es eso. Quizá no estás segura de tus sentimientos por mí.

—¿De qué estás hablando? —exclamó ella. Si de algo estaba segura era de su amor por Joseph.

—Quizá eres una cobarde. Tienes miedo de acostumbrarte a tu ceguera, miedo de soportar lo que el destino te ha puesto en el camino. Quizá, si pudieras ver, no sentirías nada por mí.

—Eso es ridículo. Sé muy bien lo que siento por ti, Joseph Jonas —dijo ella, levantándose. Tenía que marcharse de allí antes de que su amor por aquel hombre la hiciera aceptar lo que le proponía. Sabía que Joseph estaría mucho mejor sin ella—. Nunca lo sabremos y es mejor que nos digamos adiós.

_______ salió de la cocina sin esperar respuesta. Necesitaba estar a solas en su dormitorio para dar rienda suelta a las lágrimas que la estaban ahogando. Necesitaba llorar, por lo que había encontrado… y por lo que había perdido.

Llevaba solo unos minutos en la habitación cuando Joseph llamó a la puerta.

—________, tengo que irme —le dijo, desde el pasillo—. He llamado a Shelly para que venga a hacerte compañía. Cerraré la puerta con llave.

—De acuerdo —dijo ella—. No te preocupes por mí.

_______ tenía la impresión de que iba a pasar mucho tiempo antes de que alguien volviera a preocuparse por ella como lo hacía Joseph Jonas.

Joseph conducía sin rumbo, intentando entender lo que acababa de pasar.

Lo que había empezado como una declaración de amor, de repente se había convertido en una discusión absurda. ¿Dónde se había equivocado?

Apretó el volante, luchando contra una abrumadora desesperación al imaginar una vida sin ________.

El no había querido enamorarse. Hasta aquel momento, había vivido solo. Pero, a partir de ese instante, la idea de vivir sin ella le parecía un infierno.

Se había despertado por la mañana sabiendo que _______ se marcharía al día siguiente y eso le partía el corazón. Se había dado cuenta entonces de que no podía dejarla ir, no podía dejarla marchar sin decirle que la amaba. Nunca se lo perdonaría a sí mismo si no lo intentaba.

Un suspiro desolador escapó de su boca. Lo había intentado y… había fracasado. ________ no creía que la amaba.

¿Cómo podía creer que se había enamorado de ella por una extraña necesidad de hacer las paces con Nick?
¿Sería posible que la amara por eso?, se preguntó a sí mismo. Él era el primero en admitir que el accidente lo había dejado marcado, pero no tenía nada que ver con lo que sentía por _______.

La había llamado cobarde por no enfrentarse con la posibilidad de una vida en la oscuridad, pero, en realidad, él era el cobarde.

Había tenido miedo de enfrentarse con el pasado, de volver a revivir el sentimiento de culpa.

Pero había llegado el momento. Era hora de revivir su pasado. Era hora de visitar a Nick.

Minutos más tarde estaba en la autopista en dirección a Grange City y miraba el paisaje por la ventanilla para describírselo a _______.

Y entonces recordó. A partir del día siguiente, no tendría que describirle nada. No volvería a tener el placer de ser sus ojos.

Joseph apartó aquellos pensamientos de su mente. Necesitaba prepararse para ver a Nick. Quizá debería haber llamado antes, pero tenía miedo de que su amigo lo mandara al infierno. Y Joseph no podría culparlo si lo hiciera.

Una hora después llegó a Grange City y preguntó por la dirección en una gasolinera.

Era una casa bonita, con flores en las ventanas. Joseph aparcó el coche, pero no salió inmediatamente, sino que se quedó sentado, pensando en _________.

¿Habría tenido razón? ¿La amaba porque, de alguna forma, estar con ella aliviaba el dolor de haber abandonado a Nick? Joseph no estaba seguro de nada. Había cargado con el sentimiento de culpa durante demasiado tiempo, dejando que se convirtiera en parte de su personalidad. Aquella experiencia con Nick había marcado su vida y, quizá, siguiera marcándola en lo que se refería a su amor por ________.

Tomando aire para darse valor, Joseph abrió la puerta del coche. Tenía que enfrentarse con su pasado. Tenía que hacerlo para aclarar sus sentimientos por ________.

En un par de zancadas se plantó frente a la puerta y, sin darse tiempo para pensar, llamó al timbre.

Se le encogió el corazón al ver a Nick.

Tenía el pelo castaño y rizado como en el instituto, siempre demasiado largo. Estaba más delgado y llevaba gafas oscuras, pero, por lo demás, era igual que entonces.

—¿Sí?

—Nick…

El nombre salió de sus labios como un suspiro.

Nick inclinó la cabeza a un lado.

—¿Joseph?

—Sí, soy yo.

Nick soltó una carcajada, llevando a Joseph de vuelta a aquellos años de felicidad y libertad que habían compartido.

—No me lo puedo creer —dijo, ofreciéndole la mano—. ¿Por qué demonios has tardado tanto en venir?
Joseph apretó con fuerza la mano de su amigo y, en aquel momento, empezó a curarse.

Oh diablos estoii llorando a mares... Siguela plisss pon otro u otrossss capis
Plissss t lo pido more more more...

OMJ,
no puedes dejarla asi!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Joe se reencontro con Nick,
cuando se de cuenta de que sus sentimientos son reales,
podra volver a Mustang y aclararlo todo .
Tienes que seguirla pronto please .

Porque maldita Rayita! Porque le dijiste que no!
Muerete! Jajaj okey no.
Pero aggh!
Ayyy no! Pero cuando menos sirvio para que Joe fuera
a visitar a Nick
Awww espero que las sigas pronto, porfa

» los jonitas y los BESOS :$
» Besos a la Venta Joe&Tu (semiHot)
» A ver.. cuantos besos le puedes dar a Joe??
» terminada.
» Besos de un Angel (ADAPTACION) NIck y tu Hot