El árbol de los besos (Joe y Tu) -TERMINADA-

El cap me encanto,
estubo genial,
tienes que seguirla pronto please.

Pff que frio es Joe -_-
Siguela por favor!

siguelaaaaaaaaaaaaa Laughing

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

bueno chicas aqui otro capi, espero que les guste (:

Capitulo Nueve: Segunda Parte

A Joseph no le gustó Burt Landry la primera vez que habló con él y aquella charla mientras tomaban una cerveza no estaba mejorando la impresión que tenía de él.

—Así que le digo: «mira, preciosa, si quieres montar un semental, ven conmigo a casa esta noche» —estaba diciendo Landry en ese momento—. ¿Seguro que no quiere otra cerveza, comisario?

—No, gracias. Estoy de servicio.

—Veo que lo de ese Casanova lo tiene preocupado —murmuró Burt, sacudiendo la cabeza—. Es una cosa rara, ¿verdad? ¿Qué clase de pervertido se lleva una chica por la noche y la besa debajo de un árbol? Qué estupidez. Pero seguro que alguien se lleva la recompensa dentro de nada.

—¿Qué recompensa? —preguntó Joseph, sorprendido.

—Ha salido en el periódico esta mañana. Millicent Creighton y un grupo de mujeres han establecido una recompensa de mil dólares para quien tenga información sobre ese Casanova.

Joseph ahogó una maldición. Estupendo. Aquello era justo lo que le faltaba.

—Será mejor que vuelva a la comisaría —dijo, despidiéndose de Landry y volviendo a entrar en la casa—. Ahora empezaremos a recibir llamadas acusando a vecinos raros y ex maridos —le estaba diciendo a _______ en el coche—. Maldita Millicent y sus tonterías. Estaremos perdiendo el tiempo durante un mes comprobando pistas falsas.

—Seguro que ha pensado que podría ayudar —dijo _______.

—Lo sé, _______. Pero esto de la recompensa solo complica la investigación —suspiró Joseph. Entonces se dio cuenta de que acababa de cometer un error llamándola por su verdadero nombre. Tenía que dejar de pensar en Cecilia Webster como ________ porque podría decirlo delante de alguien—. ¿Qué tal Maggie? —preguntó cuando aparcaba frente a la casa. Pero ella parecía como ausente—. ¿Cecilia?

—¿Qué? Ah, bien. O tan bien como podía esperarse. Esto de Burt, bueno, ella sabe dónde se mete, pero en este momento lo necesita —contestó _________, abriendo la puerta.

Una vez dentro de la casa, desapareció en el cuarto de baño para darse una ducha mientras Joseph llamaba a Shelly para que fuera a cuidar de ella.

Mientras sacaba las cosas del coche, él no dejaba de pensar en lo que había ocurrido la noche anterior.

Hacer el amor había sido un error. Pero ella estaba equivocada. Había sido mucho más que algo físico. Hacer el amor con ________ había despertado algo en su alma… una necesidad que no creía tener, sueños que no había creído desear.

—Es una locura —murmuró, preguntándose si el sexo hacía que todos los hombres se volvieran locos.

Cuando terminó de sacar las cosas del coche y entró en la casa, se llevó una sorpresa al ver que ________ había preparado unos bocadillos.

—He pensado que deberías comer algo antes de ir a la comisaría. No es nada. Solo mortadela y queso con mostaza.

—Gracias —dijo él, sentándose frente a la mesa de la cocina—. Me encantan los bocadillos de mortadela y queso.

________ olía a champú. Tenía el pelo húmedo de la ducha y, como siempre, llevaba vaqueros y una camiseta azul.

—¿Por qué siempre vas vestida de azul?

—Cuando salí del hospital, una mujer policía fue de compras por mí y lo compró todo en diferentes tonos de azul para que siempre fuera conjuntada —sonrió ella—. Así no corro el peligro de parecer tu salón.

—¿Mi salón?

—Sí, ya sabes, sofá naranja, sillón amarillo o… No me acuerdo cómo lo describiste.

Joseph soltó una carcajada.

—Si crees que el salón es horrible, deberías ver mi dormitorio.

—No me lo digas —se rio—. Bueno, vale, descríbelo.

—El papel tiene rombos de colores y se está cayendo a trozos.

—¿No te da vergüenza? ¿Por qué no lo cambias?

—No lo sé. Es horrible, pero no he tenido tiempo. La verdad es que paso muy poco tiempo en casa.

—Pero es tu hogar, deberías decorarlo con telas y muebles que te resultaran agradables.

—Estás hablando como una decoradora.

—Soy una decoradora.

Con aquellas simples palabras, le recordaba que, fuera lo que fuera lo que habían sentido estando juntos la noche anterior, él y Mustang eran solo algo temporal para ella.

Y, en ese instante, Joseph supo lo que quería. Antes de que ________ se fuera de Mustang, antes de que se fuera de su vida para siempre, quería verla llevando algo verde, algo de seda, del mismo tono que sus ojos.

En ese momento llegó Shelly y Joseph se marchó, agradeciendo poder hacerlo.

Mientras se dirigía a la comisaría, pensó en lo que _______ había dicho sobre llenar su hogar de cosas que fueran agradables.

Él nunca había pensado en su casa como un hogar. Un hogar implicaba calor y compañía. Un hogar debía consistir en un marido y una mujer, dos personas comprometidas para construir una vida juntos, para afrontar el futuro de la mano.

Nunca había querido tener un hogar. Su casa había sido suficiente para él: un sitio para dormir, para darse una ducha… Pero la presencia de ________ lo había transformado todo.

Le gustaba saber que cuando paraba el coche frente a la casa, ella estaría allí.

Le gustaba saber que la luz del porche estaba encendida para él.

Joseph apretó el volante con fuerza. Podía seguir sintiendo la dulzura de los labios de ________. Seguía sintiendo el roce de las manos de ________ sobre su piel. Había sido mucho más apasionada, más generosa de lo que había imaginado.

Y lo que más lo irritaba era que, aunque sabía que no debía hacerlo, recordar los momentos de intimidad desataba un abrumador deseo de repetir la experiencia.

Super hermosa...
Siguela prontisimo Smile

Me encanto el cap,
y Joe es taaan tierno ,
siguela pronto please.

Wooo! Siguuela!
Me encaanto el capituulo!
Y amoo tuu novee!
skasdjasja y Joe se esta enamorando ♥.♥
ajaj siguuela!

Joe se enamorooo lalala xD
ameee el capitulo siguela porfa

buno chicas aqui otro capi, espero que lo disfruten.
tambien decirles que si quieren pueden seguirme en Twitter, doy Followback siempre https://twitter.com/#!/IrennIsDreaMy

Capítulo Diez: Primera Parte

Había sido una tarde triste. Shelly estaba deprimida porque Sam no la veía más que como a una compañera, y ella también había estado callada, intentando poner orden en sus sentimientos. Separando la cabeza del corazón, el deseo de la necesidad. Las palabras de Maggie seguían obsesionándola, obligándola a examinar sus sentimientos por Joseph.

Pero cuando él había vuelto a casa media hora antes, _______ seguía sin tener respuestas y había decidido irse a la cama.

Se sentía confusa. No sabía si se estaba enamorando de él porque representaba para ella seguridad. Si pudiera ver y su vida fuera normal, ¿seguiría sintiendo lo mismo por Joseph?

________ dejó de cepillarse el pelo. Se estaba enamorando de él. En ese momento, un trueno hizo temblar los cristales, como para subrayar el drama que estaba viviendo.

________ se sentó en la cama, con el corazón acelerado.

Joseph la hacía reír, la hacía sentir segura y… la noche anterior había experimentado con él sensaciones que nunca había tenido antes. Pero seguía sin poder confiar en sus sentimientos.

Su vida se había complicado demasiado como para estar segura de nada. Sufría una ceguera temporal, estaba a cientos de kilómetros de su casa y solo había ido a Mustang porque su vida corría peligro.

Sus sentimientos por Joseph parecían reales, pero ¿podía confiar en sus emociones cuando había tanto miedo y tanto dolor en su corazón? No conocía la respuesta a esa pregunta.

_________ se levantó para dejar el cepillo sobre la cómoda, y entonces escuchó un ruido al lado de la ventana, que había dejado abierta. Su corazón empezó a latir aceleradamente, pero aquella vez no era por Joseph.

Le había parecido oír pasos en el jardín, como si alguien hubiera pisado una rama. Y, junto con el ruido, le había llegado la sensación de que no estaba sola, de que alguien estaba observándola.

—¿Hay alguien ahí? —llamó. El ruido se repitió y _______ corrió hacia la puerta, despavorida.

Entonces, algo le golpeó en la cara.

Por un segundo, creyó que la habían atacado, pero enseguida se dio cuenta de que, en su prisa por salir, ella misma se había golpeado con la puerta.

—¡Joseph! —gritó, asustada.

La puerta del dormitorio de Joseph se abrió inmediatamente.

—_______, ¿qué ocurre?

—Creo que hay alguien ahí fuera.

Él no hizo más preguntas. La tomó por los hombros y la apoyó contra la pared.

—Quédate aquí. Voy a ver qué pasa.

Sus palabras fueron ahogadas por otro trueno más fuerte, más aterrador; como el disparo de un cañón.

________ cruzó los brazos sobre el pecho, asustada. ¿La habrían encontrado? Los policías que habían asesinado a su hermana y su cuñado… ¿Habrían encontrado su santuario?, ¿habrían ido a matarla?

¿Dónde estaba Joseph? ¿Por qué tardaba tanto? Los segundos se convertían en horas. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba? «Por favor, por favor, que no le pase nada a Joseph», rogaba mentalmente.

El miedo se convirtió en terror y el ruido de la tormenta le hacía revivir su tragedia. Alicia… John… el sonido de los disparos. «No puedo dejar que me encuentren», pensaba. El armario, tenía que esconderse en el armario.

—________, no pasa nada, cariño.

La voz de Joseph disipó el terror, como el bisturí de un cirujano cortando un tumor maligno. ________ se dio cuenta de que, en su pánico, había vuelto a buscar refugio en el armario. Sin ser consciente de ello, su miedo la había llevado a meterse en el único lugar en el que se sentía a salvo.

Joseph la tomó de la mano para sacarla y, en cuanto estuvo fuera, se apretó contra él, buscando la seguridad de sus brazos. Su aroma era consolador; el calor de su piel, un signo de vida y seguridad.

Volvieron a escuchar un trueno, pero aquella vez no parecía un disparo, sino un simple elemento de la Naturaleza.

—¿No has visto a nadie? —preguntó ________, sin apartar la cara del torso desnudo de Joseph.

Tenía que hacer un esfuerzo para no besarlo, para no saborear su piel y olvidarse del miedo dando rienda suelta a su deseo.

—No. He revisado mi jardín y el de los vecinos, y no he visto nada.

________ dio un paso atrás, avergonzada.

—Supongo que me lo habré imaginado. Quizá los truenos me han puesto nerviosa.

Joseph la tomó de la mano para llevarla de vuelta a la cama.

—No te has imaginado nada —dijo entonces, con voz tensa—. Había alguien. El rosal que hay bajo tu ventana está tronchado.

—Eso fue lo que oí —exclamó ella—. Como si alguien partiera una rama.

________ se pasó una mano por el brazo, sintiendo frío de repente. ¿Alguien había estado mirando por la ventana mientras se desnudaba?

¿Habría una pistola apuntando en dirección a ella? ¿O habrían preferido esperar hasta que estuviera dormida para entrar en su dormitorio y cortarle el cuello?

—¿Crees que me han encontrado? —susurró entonces, aterrada.

Joseph no contestó inmediatamente. ________ lo oía paseando por la habitación, como una fiera enjaulada.

—No lo sé. Solo sé que había alguien ahí fuera.

—Quizá debiéramos llamar a Keller. Él podría decirnos si alguien sabe dónde estoy…

—No puedo hacer eso —la interrumpió él—. Keller me dijo que se pondrían en contacto conmigo.

—Pero esto cambia las cosas, Joseph —protestó ella—. Tengo derecho a saber qué está pasando. Tengo que saber si
alguien ha conseguido información sobre mi paradero.

Joseph se sentó a su lado en la cama.

—Si lo hago, mi llamada quedaría registrada. Y si los teléfonos de Bob y Kent están pinchados, una llamada pondría en peligro tu vida.

—No había pensado en eso —murmuró ella.

—Además, es posible que quien estaba ahí fuera no tenga nada que ver con lo que pasó en Chicago.

—¡Casanova! —exclamó ella asustada.

—Exacto —murmuró Joseph—. Vamos a comer algo. Creo que ninguno de los dos va a poder dormir por el momento.

Antes de salir de la habitación, Joseph cerró la ventana y corrió la cortina.

Al cabo de un momento estaban sentados en la cocina, con un refresco y una bolsa de patatas fritas frente a ellos.

_________ no podía comer, pero tomaba el refresco a sorbitos intentando librarse del pánico. La idea de que alguien hubiera estado mirándola por la ventana la hacía sentirse asqueada.

—No soporto la idea de que alguien haya estado mirándome sin que yo lo supiera —dijo, rompiendo el silencio.

—Afortunadamente, lo has oído a tiempo —murmuró él. ________ sabía que Joseph estaba tan preocupado como ella.
¿Qué habría pasado si no lo hubiera oído, si se hubiera quedado dormida? ¿Habría entrado ese hombre en su
habitación, amparándose en su ceguera?—. No pienses en ello —dijo Joseph, apretándole la mano.

—No puedo dejar de hacerlo.

Y tampoco podía dejar de sentir el placer que le producía tenerlo a su lado. Las manos de Joseph le calentaban el
corazón, ahuyentando el miedo.

--¿Qué ha pasado? Tienes un moretón en la cara —dijo él entonces, con gesto preocupado.

—Me he dado un golpe con la puerta. No es nada —contestó ________, pensativa—. ¿Es posible que Casanova observe a sus víctimas antes de asaltarlas?

—No lo sé. Quizá.

—Si quien estaba observándome ahí fuera es uno de los policías de Chicago, no podría estar aquí tomando un refresco. Me habría disparado sin más.

—Supongo que tienes razón —asintió Joseph.

—Y eso significa que es posible que Casanova me estuviera observando… Quizá esperaba que me quedase dormida con la ventana abierta.

—Sí, es posible —Joseph no podía disimular su furia—. Si era Casanova, ese canalla se está arriesgando mucho. Y no parece preocuparle que yo sea el comisario de Mustang —añadió, golpeando la mesa—. Pero quizá nos estamos equivocando. Quizá era Jed Burnside.

—¿Jed Burnside?

—Jed es el mirón del pueblo. Tiene setenta años y dice que una ventana abierta es una invitación. Mañana hablaré con él.

—Pero si era Casanova, podrías detenerlo —dijo ______—. Si me ha elegido a mí como su próxima víctima, podrías dejar que me secuestrase.

—¿Usarte como cebo? Ni lo sueñes —exclamó él, levantándose de golpe.

—Joseph, puede ser la forma de detenerlo. Podríamos tenderle una trampa.

—He dicho que no. Hay demasiados factores que no podemos controlar. No puedo arriesgarme. Y no dejaré que tú te arriesgues. No podría soportar que te hicieran daño —dijo Joseph entonces. El corazón de ________ se llenó de alegría.
Le importaba. Lo notaba en su voz, en la tensión que él irradiaba—. Te han dejado a mi cargo para que te proteja y yo me tomo mis responsabilidades muy en serio. No puedo ponerte en peligro.

Aquellas palabras rompieron el hechizo. Claro que le importaba, como a una niñera le importa el niño que cuida.
Habían traspasado las barreras por una noche, pero _________ debía recordar cuál era su sitio en la vida de Joseph.

Ella era una responsabilidad para él. Nada más.

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siguelaaaaaa!!!!

Omg!!!! Agh este joseph Razz

Bueno chica siguela!!!!!!!!!!!!

siguelaaaaaaaa no la dejes asiii sigueeeeeeee Laughing

OMJ !!!!!!!!!!!!!!!!!!
Quien estaria en la ventana?????
No me puedes dejar con la duda,
asi que tienes que seguirla pronto please .

Esta hermosa siguela porfavor!

omg! No me digas que era Casanova!
Por favor, no!
Ayyyy please siguela prontoo, que me muuero
De verdad me encanta tu nove Wink

Ya la leí y es hermosa...
Solo para no quedar como una fantasmita te he comentado Smile

sigela

Siguuela ppoorfaaa! enseerio me eecantaa tuu nove!
quue de una veez se digaan quue se amaan!

amorcitos aqui les dejo otro capi (: Disfrutenlo

Capitulo Diez: Segunda Parte

Joseph tomó una patata de la bolsa, pensativo. Alguien había estado observando a ________. Y estaba seguro de que era Casanova.

Antes de encontrarla en el armario, había llamado a la comisaría para informar a los alguaciles que estaban de guardia
y, en aquel momento, debían estar patrullando la zona. Pero Joseph estaba seguro de que no iban a encontrar nada.

Mientras tomaba otra patata, intentó apartar la mirada de _________. Con el albornoz abierto, el camisón dejaba ver su cuello y parte del escote.

Habían pasado menos de veinticuatro horas desde que hicieron el amor y Joseph la deseaba de nuevo. Habría querido tomarla, escuchar sus gemidos mientras la poseía, ver cómo sus ojos brillaban con pasión…

Lo llenaba de furia pensar que Casanova había querido hacerle daño.

Lo llenaba de furia que le hubiera hecho daño a tres mujeres de Mustang a las que apreciaba y que todo el pueblo sintiera miedo.

Pero la posible agresión a ______ llevaba su furia hasta límites increíbles.

En ese momento, alguien llamó a la puerta y los dos saltaron de la silla.

—Será uno de mis hombres. Están patrullando la zona.

________ lo siguió hasta la puerta. Pero antes de abrir, Joseph le ató el cinturón del albornoz. No quería que nadie la viera como él la había visto, tan deseable y…

—Gracias —murmuró ella.

Joseph abrió la puerta. Vic estaba fuera, empapado.

—Entra.

—Está lloviendo a mares —dijo el alguacil—. Hola, Cecilia.

—Hola, Vic —sonrió ella.

—¿Has visto algo?

—Nada. Y te aseguro que hemos mirado por todas partes.

Joseph suspiró.

—Me lo imaginaba. Gracias de todas formas.

—¿Tú estás bien, Cecilia? —preguntó el nombre.

—Sí, gracias. Me he asustado, pero, a partir de ahora, cerraré la ventana todas las noches.

—Será lo mejor.

—Gracias, Vic —se despidió Joseph, cerrando la puerta—. Es tarde, ¿no crees que deberíamos irnos a la cama?
Ella negó con la cabeza.

—No podría dormir. Prefiero quedarme un rato en el salón.

—Me sentaré contigo —suspiró él.

Durante un rato estuvieron en silencio, escuchando la lluvia que golpeaba los cristales.

—Joseph, ¿quieres hablarme de Nick?

La pregunta casi le hizo dar un salto.

—¿Nick? ¿Quién te ha hablado de él?

—Shelly me contó algo.

Joseph tuvo que disimular su irritación.

¿Por qué tenía Shelly que hablar de Nick? Pero la respuesta estaba muy clara. —¿Qué quieres saber? —suspiró.

—Háblame de él… y de ti.

Joseph no quería hablar de eso. Pensar en Nick siempre le producía tristeza. Era una herida que nunca había podido curar.

—No hay mucho que decir. Éramos amigos, tuvimos un accidente, él se fue a vivir a otro sitio y perdimos el contacto.
Joseph había recitado los hechos, pero no le había contado nada.

—¿Erais muy amigos antes del accidente?

—Nick y yo éramos inseparables en el instituto, íbamos juntos a todas partes y yo lo quería como si fuera un hermano

—contestó Joseph, con un nudo en la garganta.

—¿Y qué pasó?

De nuevo, los recuerdos lo asaltaron. La fiesta, la música y después… la noche, la carretera cubierta de hielo, el golpe y el ruido de cristales rotos.

—Habíamos estado en una fiesta y Nick insistía en que nos fuéramos, que era tarde…

—Pero tú no querías irte a casa —dijo ________.

Joseph la miró, sorprendido. Se preguntaba cómo una mujer ciega podía ver tantas cosas.

—Eso es. Esa noche, Caroline McKenzie, la chica más guapa del instituto, estaba coqueteando conmigo y yo no quería irme. La tormenta me daba igual. Me sentía indestructible… invencible.

—Como casi todos los adolescentes.

—Supongo que así es —murmuró él. No quería recordar aquella noche, pero se sentía incapaz de parar. Quizá necesitaba hablar por fin de lo que había pasado—. Salimos de la fiesta y, al principio, la carretera no estaba tan mal.
Había hielo, pero se podía conducir —siguió diciendo. Los recuerdos eran tan vividos como si el accidente hubiera tenido lugar un día antes—. Tan solo habíamos recorrido un par de kilómetros y el hielo empezó a endurecerse. Cuando llegamos a la colina, me di cuenta de que había perdido el control del coche y pisé el freno con todas mis fuerzas, pero no sirvió de nada, íbamos cuesta abajo y no podía parar. No podía mover el volante.

»Era como estar en una montaña rusa —continuó, levantándose. No podía seguir sentado. Sentía un peso en el pecho que le impedía respirar, pero sabía que debía seguir—. Vimos el árbol mucho antes de chocar contra él, pero no podía frenar. Después del golpe, perdí el conocimiento y cuando me desperté… el parabrisas estaba roto y Nick había salido despedido —Joseph tuvo que sentarse en el sofá, temiendo que las piernas no lo sujetaran. _______ le apretó una mano para darle valor—. Lo encontré debajo del árbol. Creí que estaba muerto. Su cara estaba cubierta de sangre, y sus ojos… era como si no estuvieran allí.

________ lo abrazó y Joseph cerró los ojos, preguntándose cómo era posible que los brazos de aquella mujer consiguieran aliviar su dolor.

—Fue un accidente horrible, Joseph. Pero tú no fuiste responsable.

Él se apartó.

—Claro que fui responsable —dijo él, con un dolor innegable en la voz—. Debería haber escuchado a Nick. Si nos hubiéramos marchado antes de que el hielo se endureciera, no habríamos tenido ningún accidente.

—Eso no lo sabrás nunca. Si yo me hubiera llevado a mi hermana y mi cuñado a cenar fuera aquella noche, no los habrían asesinado. Si hubiera llevado mi coche en lugar de ir en taxi, los asesinos no se habrían atrevido a entrar. No puedes pensar eso, Joseph. Tú mismo me lo dijiste —protestó ella, mirándolo a los ojos, como si realmente pudiera verlo—. No tienes por qué sentirte culpable. Fue un accidente.

Joseph no dijo nada. _______ tenía parte de razón, pero el sentimiento de culpa lo consumía.

—Esta es la primera vez en mucho tiempo que hablo de ello —susurró, angustiado.

—¿Y qué pasó entre Nick y tú después?

—Nada. Fui al hospital al día siguiente y los padres de Nick no me dejaron entrar en la habitación. Según ellos, era mejor que no volviera a ver a su hijo.

—Eso debió dolerte mucho.

El sentimiento de culpa asaltó a Joseph entonces con más fuerza. Porque, en realidad, se había sentido aliviado cuando los padres de Nick le prohibieron ver a su amigo.

—Nunca volví a ver a Nick después del accidente. Su familia se mudó a Grange City cuando él salió del hospital —murmuró, levantándose. Se sentía más cansado que nunca—. Me voy a la cama. Hemos tenido demasiadas emociones por esta noche.

—Puedes apagar las luces. Yo me acostaré dentro de un rato.

Era como si ella hubiera sabido que necesitaba hablar de Nick. Y una parte del peso que Joseph había llevado en el corazón durante tanto tiempo había desaparecido.

—Buenas noches, _______.

Habría deseado llevarla a su dormitorio y hacerle el amor. Habría querido dormir abrazado a ella. Pero sabía que era imposible.

Joseph se desnudó y se metió en la cama, pensando en su amigo ciego. Cuando su amistad con Nick había terminado, algo dentro de él había muerto; la parte de sí mismo que era más vulnerable, la parte de sí mismo que era capaz de amar.

De repente, Joseph se dio cuenta que había pasado la mitad de su vida temiendo acercarse a alguien, temiendo amar a alguien y perderlo después. Y, al instante, se dio cuenta de lo vacía que había sido su vida. Nunca se había sentido más solo que en aquel momento.

—¿Joseph?

Abrió los ojos. Podía ver la silueta de _______ recortada en la puerta.

—¿Sí?

—Me da miedo dormir en mi habitación. ¿Puedo dormir contigo? Te… te necesito.

El corazón de Joseph empezó a latir con fuerza. Sin decir una palabra, se levantó, la tomó de la mano y la llevó a la cama. Él también la necesitaba. Tanto o más que ella.

Nuev@ Cantidad de envíos : 2 Fecha de inscripción : 27/05/2012

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Very Happy

Como la dejas asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Pobre Joe, y pobre Nick .
No puedo esperar a leer el proximo cap,
siguela pronto please.

Pase de pag .
Siguela pronto please.

NEW READER!
ME ENCANTA TU NOVELA! POR FA SIGUELA ( :

:O no la puedes dejar así!!!
Síguela pronto please muero por saber que pasa

dkalsjdhajkskdhkjas
& Joe esta desnudoo! o.O
jajajjaja awwws amo tuu nove
jajjaja a ver quue pasaa?
siguuela prontoo!

» los jonitas y los BESOS :$
» Besos a la Venta Joe&Tu (semiHot)
» A ver.. cuantos besos le puedes dar a Joe??
» terminada.
» Besos de un Angel (ADAPTACION) NIck y tu Hot