Solo fue una memoria. [Joe & Tu]

Siguela me encanta tu novela esta buenisima y sube capitulo please pronto!!!!

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Niinoo

siguela!!! =)

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Niinoo

siguela!!

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Niinoo

Capitulo 40:
Joe extendió su mano para ayudarme a bajar de su auto. La tome y salí del auto, y a apreté al mismo tiempo en el que él cerraba la puerta del auto. Mire hacia la gran casa de los Jonas e hice una mueca. Recordé la noche en la que habíamos venido a darles aviso a su familia sobre el compromiso y lo mal que nos había salido todo. Desee que esta vez, todo saliera bien.

-Relájate, linda –me dijo Joe, besando mi mejilla-. La casa no come.

-Pero tu madre si –dije, comenzando a caminar por el caminillo hacia la casa. Joe soltó una carcajada.

-No te comerá a ti –dijo, soltando mi mano para pasar el brazo por mi cintura-. Soy el único que tiene derecho a eso.

Sonreí.

-De acuerdo –lo mire durante un segundo y devolví la vista a la casa-. Confió en que eso sea cierto.

-Lo es, amor, lo es.

Joe abrió la puerta principal sin tocar el timbre, la cual por lo menos estaba abierta, y yo lo seguí sin soltar nuestras manos. Caminamos por el amplio pasillo mientras escuchábamos varias voces provenientes de la sala de estar. Giramos a la izquierda para entrar en ella y nos topamos con la voz chillona de Ally Young y la risa melodiosa de Kevin Jonas. Sonreí al ver a Kevin, pero esta flaqueo cuando mis ojos se posaron sobre Ally.

-¡Joe! –exclamo ella, levantándose del sofá, igual que Kevin. Corrió hacia Joe y lo abrazo. El se tambaleo y soltó mi mano para abarcar la espalda de ella, riendo-. ¡Hola!

-Hola –dijo Joe. Sonrió cuando Ally se separo de él y se miraron a los ojos-. Mira, traje a…

-¡Hola ____! –exclamo ella, girándose hacia mi sin doblar ni un poquito su sonrisa. No supe si era muy buena actuando o si era sincera esa sonrisa, cuando ya tenía su esbelto cuerpo abrazándome-. Es un gusto tenerte aquí, ____. De verdad, le suplique una y mil veces a Joe que alguna vez te trajera de nuevo, pero él se negaba. Peeero, ahora tenemos un buen tema que tratar y el no puede llevarte. La boda, oh, la boda, tenemos tanto de que hablar. Por cierto, ese jean me encanta, siempre he querido tener uno así. ¡Oh, el vestido de bodas debe ser…!

-Ally, cierra el pico –tercio Joe, riendo-. Volverás loca a ____.

-Cállate tu –dijo ella, sacándole la lengua-. Ella y yo hablaremos con Denise ahora. Así que, ¡adiós!

Ella asió mi muñeca y me obligo a seguirla hacia otro pasillo al lado izquierdo de la sala. Le di a Joe una mirada de horror y el solo me envió un beso en el aire, sonriendo. Mientras me alejaba, escuche la risa de Kevin a mi espalda y no pude evitar esbozar una sonrisa. Su risa era hermosa y contagiosa, algo parecida a la de Joe, pero a la vez muy diferente.

-¡No la secuestres por mucho tiempo, Ally, tenemos cosas que hacer! –grito Joe, a nuestra espalda.

-¡No me importa, pervertido! –le grito ella, de vuelta.

Joe rió.

Seguí a Ally a trompicones, casi a punto de caerme por los tacones, hacia el jardín de la casa. Allí la alberca rodeada por baldosas de piedra blanca, resplandecía por la luz del sol y se formaban pequeñas ondas por el movimiento fresco del viento. Al lado derecho de ella, si la veías desde el lado vertical, estaban cuatro tumbonas de madera blanca. Entre ellas había tres mesas de igual material, con una sombrilla elevándose de su medio, dándole un poco de sombra a las tumbonas. El lugar entero estaba rodeado de verde pasto reluciente por varias gotas de agua, al estar recién regado, y varias flores rosas en unas especies de tiestos enormes. Todo en aquel lugar gritaba “somos ricos y poderosos”. Y aunque todo estaba perfectamente arreglado y hermoso, no le veía luz a tanta decoración innecesaria. Pero Denise era una mujer que le gustaba presumir, así que podía entender el porqué de tanta… gala.

Denise estaba tumbada en una de las tumbonas, con un bañador negro cubierto por una suave camisola de gasa roja. Tenía puestas unas gafas de sol Gucci y el cabello recogido desenfadadamente. Y por primera vez, vi su rostro sereno, mirando hacia el cielo, en mi presencia. Aunque, era bueno incluir, que aun no me había visto.

-¡Denise! –grito Ally, moviendo su mano en dirección a ella mientras nos acercábamos-. ¡Denise, Joe y ____ ya están aquí!

Denise giro su rostro en dirección a nosotras con cautela, levanto sus gafas de marca sobre su frente y arqueo una ceja, fijando su vista en mí. Se incorporo para quedar en posición sentada sobre la tumbona y coloco sus gafas donde iban.

-Hola ____ –dijo Denise, sin entusiasmo.

-Hola señora –dije, forzando una sonrisa.

-¿Dónde está Joe? –estiro su cuello para mirar por encima de nosotras-. No lo veo.

-Oh, Joe se quedo con Kevin en la sala. Supongo que hablando de cosas de hombres –bufo Ally-. Ahora lo importante es dialogar sobre la boda –soltó un chillido emocionado, y Denise hizo una mueca-. Y bien, -se giro hacia mi-, creo que deberíamos iniciar con la fecha, ¿no? ¿Has pensado en la fecha, ____? Estaría bien para verano, así tendríamos mucho tiempo para planear y seria el momento perfecto para casarse, ¿no? El sol, la playa, una bonita luna de miel en alguna playa de Cancún, California o Los Ángeles. Tal vez hasta en el Caribe. ¡Ay, seria hermoso! –chillo.

-Las plagas, el calor, el sudor dañando peinados y maquillajes perfectamente elaborados –se quejo Denise-. No, deja que la chica elija. De todos modos, ella no querrá esperar hasta verano para casarse con Joe, ¿no?

A través de las gafas de sol Gucci, pude sentir el veneno de su mirada atravesarme. Me limite a asentir.

-Estaría bien dentro de uno o dos meses –dije, encogiéndome de hombros-. Octubre o noviembre serian perfectos.

-Opino lo mismo –asintió Denise-. Un buen tema otoñal para el diseño de la recepción, el vestido con encaje… y miles de cosas más que se verían magnificas en esa época.

-¡No, otoño no! –Se quejo Ally-. Esta muy cerca. Sera muy tedioso el planear tanto en poco tiempo. Además yo tengo que manejar las cosas con las cámaras, las entrevistas, la televisión, las ganas de saber quien esta misteriosa chica con la que se casara el guapo Joe Jonas. Tengo que manejar eso, la boda, los detalles que no se deben escapar, el problema con las cámaras acosando a ____ para el trabajo…

-Es tu problema, Ally –la interrumpió Denise-. No nos atormentes con eso. Ahora, siéntate, ____. Dialoguemos un rato, ¿quieres?

En silencio, me senté en la tumbona frente a Denise. Ella se giro hacia mí, al tiempo en que Ally se apresuraba a tomar asiento a su lado. Sus posiciones perfectamente erguidas en la tumbona me hicieron sentir tonta al estar sentada jorobada con los codos sobre los muslos, pero no lo hice notar.

-Ally –Denise la miro-. Apenas estamos a mitad de agosto, claro que podemos planear algo para octubre o noviembre. No, mejor noviembre. Se sentiría más el aire otoñal y entonces todo calzaría. ¿Qué opinas de comienzos de noviembre, el dos o el tres de noviembre? Preferiría que fuera antes del cumpleaños de Kevin, claro, para preocuparnos primero de la boda y luego del cumpleaños.

-Perfecto –sonreí, asintiendo-. Estaría bien.

-De acuerdo –ella asintió-. También tendríamos que pensar en los invitados, las invitaciones…

-Preferiría que fuera algo un poco privado, mamá –tercio Joe, apareciendo de la nada a mi lado. Tomo el lado vacio de la tumbona y se acomodo en una posición parecida a la mía. Entrelazo nuestras manos luego de darme un beso en la mejilla-. Tampoco extravagante.

-¿Lo que quieres es algo pequeño? –pregunto Ally; el asintió-. ¡Es la boda del año, Joe! ¿Cómo puedes pedir algo así?

-Porque es nuestra boda –me miro durante un segundo y luego volvió a mirarlas a ellas. Sonreí-. Puedo pedir lo que quiera.

-Es cierto, Ally –dijo Denise-. Nosotras solo opinamos y sugerimos, nada más. Aunque no me guste, dejare que ellos sean los que decidan.

-Pero…

-Ya –la callo Denise-. Déjalos hablar.

Y comenzamos el debate de la boda.

Unas horas más tarde, comencé a quejarme por el hambre. Ni Joe ni yo habíamos almorzado, pero él estaba absorto en el tema de la boda, aun mas que yo, y no se preocupaba por comer, pero yo sí. Necesitaba algo delicioso y comestible pronto, antes de que me convirtiera en carnívora.

Denise le pidió a una de las chicas del servicio que me prepararan algo pequeño, a petición mía. No quería una cena o algo parecido, ya que planeaba ir a cenar con Joe en casa de mis padres. Mientras Joe, Ally y Denise charlaban animadamente sobre la boda, me devore un plato entero de frutas. Joe me quito varias fresas mientras yo masticaba una manzana, y terminamos discutiendo como niños pequeños. Ally se vio divertida por ello, pero Denise no cambio su máscara de hierro. Yo sabía que debajo de ella, Denise estaba a punto de explotar. Ella deseaba sacarme a rastras de la casa y alejar a Joe de mí, en vez de estar hablando de una boda que ella no deseaba para su hijo.

Cuando me canse se escuchar la voz chillona de Ally y de escuchar a Denise hablar hipócritamente sobre la boda, anuncie que ya era hora de irnos. Joe explico que era porque iríamos a visitar a mis padres y Denise lo tomo con indiferencia, volviendo a recostarse sobre la tumbona. En cambio, Ally comenzó a hablar como loro mientras caminábamos hacia la entrada de la casa. Puse los ojos en blanco varias veces. Mi tolerancia “Ally” era cero. Estaba irritada.

Joe se percato de eso cuando nos detuvimos frente a su auto. Sonrió, y me rodeo con sus brazos antes de depositar un beso sobre mis labios, justo en frente de Ally, callándole la boca durante los instantes que permanecimos juntos.

-¡Ustedes son una ternura juntos! –chillo-. Me muero por verlos casados, y con hijos. Es que, no puedo imaginarlo. O sea, tú y ella… -soltó un grito, alterando mis nervios-. ¡Ay, me van a matar!

Reí forzadamente.

-Mira mi cara de preocupación, Ally –dijo Joe, mostrándose divertido. Me reí.

-Púdrete –le saco la lengua.

-Igual, linda –dijo Joe.

Sacudí la cabeza, riendo.

-Parecen niños pequeños –dije.

-Tu novio no madura, ____ –dijo ella-. Dile que se comporte.

Joe soltó una carcajada.

-No lo creo.

Le pegue en el pecho, divertida. Trate de esconder la sonrisa, pero otra carcajada de Joe me hizo sonreír.

-No es cierto. Se controlarte, vaquero –dije, mirándolo a los ojos.

-Seguro –dijo él, sonriendo-. Pero solo si te quitas la ropa, ejerce mayor efecto.

Aun sonriendo, atrapo mis labios entre los suyos. Mordí su labio inferior cuando nos íbamos a separar y reí. El volvió a besarme.

-Ay, bien. Ya lárguense antes de que me den depresión por no tener novio –dijo Ally, con pesar.

Joe rió, abriendo la puerta del copiloto del auto.

-Adiós Ally –dije, antes de subirme en el.

-Adiós –dijo ella, sonriendo y sacudiendo su mano en señal de despedida.

Joe cerró la puerta y rodeo el auto. Cinco minutos más tarde, íbamos de camino a casa de mis padres.

me encanto el capitulo!!!
denise no me cae ¬¬
pero bueno ally habla mucho
jajaja pleaseeeeeee!!!
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Esa Ally es una chistosa.
Enserio, eh.
Jajajaja, me causaba mucha gracia, y Denisse, no se que pensar ya.
La cosa aca es que quiero que la sigas, yaaaaaa!
Pronto pornfavor,msuhe mas. (:

Siguela me encanta tu novela esta buenisima y sube capitulo please pronto!!!!

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Niinoo

siguelaaaaaaaaaaaaa

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Niinoo

siguelaaaaaaaaa

siguuela!

esa Ally noc
no me inspira mucha confianza
pero bueno....
a mi tb me irrito jajaja noc me imagine su voz y ushh jahahaha
xD
SIGUELA!

SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAA

sube capi

Siguelaaaaaaaaaaa!

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Niinoo

Capitulo 41:
-Sobreviviste –comento Joe, tomando mi mano entre la suya, sin despegar la mirada del camino.

Suspire, hundiéndome un poco en el asiento. Reí un poco y lo mire.

-No, en realidad la sobreviviente es Ally.

El me miro durante unos instantes con una expresión de confusión. Sonreí.

-Estaba a punto de desollarla por tanto parloteo y risita –explique-. Mis nervios estaban que explotaban. De verdad, quería hacer que se callara de cualquier manera.

Joe soltó una carcajada antes de llevarse mi mano a sus labios y besarla.

-Relájate, Ally es así.

-Pues yo no la soporto.

-Yo tampoco –me miro con expresión burlona-. Pero me acostumbre a ella. Por obligación, tenía que hacerlo.

-No la paso, Joe –dije, exasperada-. ¡No-la-so-por-to! –hice la división en silabas y todo, para que el me entendiera, pero solo volvió a reírse.

-De acuerdo, de acuerdo –volvió a besar mi mano-. Entonces, ¿le dirás a tus padres o no?

-Si –suspire, acomodándome bien en el asiento-. Debo decirles, ¿no?

-Pero a mis padres yo no les dije nada –hizo una mueca, apretando los dientes.

-Te dije que si Ally estaba allí no diría nada –recalque.

-Sí, vale –asintió, y golpeo levemente el volante con la mano que lo apretaba con fuerza-. Pero podíamos apartarlos y decirle, ¿no?

-¿Y tus hermanos? ¿Y Adam? Ellos también deberían saber –le persuadí.

-Tu hermana también debería saber, en ese caso.

Golpe bajo, pensé. Respire profundo para ahorrarme la pelea con él. Puse la cabeza sobre el reposacabezas y lo mire, sonriendo.

-Lo haremos pronto, Joe, no seas impaciente –le dije-. Mientras tanto, apégate a lo que yo te diga, ¿sí?

-Si –dijo a regañadientes.

Suprimí una sonrisa de suficiencia. Note que él estaba al menos un poquito molesto, dado a que apretaba los dientes y una de las venas del cuello sobresalía. Me mantuve en silencio para no molestarlo un poquito más y hacerlo explotar como si fuera propano expuesto al fuego. Y menos cuando íbamos a casa de mis padres.

Mamá abrió la puerta, sonriente como siempre. Y esta vez, no le flaqueo ni un poquito al percatarse de Joe a mis espaldas. Me sorprendió que, después de darme un abrazo y beso cariñoso a mí, también se los diera a Joe. ¿Quién era esa mujer y qué demonios había hecho con mi madre?

-¿Ya cenaron? –Pregunto mamá, con entusiasmo-. Ya sabes que siempre hago comida demás, y no me gusta desperdiciar.

-Conmigo no hay problema –dijo Joe-. Yo me como todo lo que me dé, señora Hill.

-Dime Kate, Joe –sonrió ella; asustándome a cada segundo.

-¿Dónde está, papá? –pregunte, queriendo escapar de aquellos extraños sucesos.

-No lo sé –se encogió de hombros, dándonos la espalda para dirigirse a la cocina-. Creo que en el despacho o tal vez en la sala de estar. ¡Voy a servir la comida, chicos!

Dicho eso, desapareció en el umbral de la cocina que estaba a varios pasos de la entrada. Mire a Joe, y el solo sonrió, encogiéndose de hombros también. Puse los ojos en blanco y camine hacia la sala de estar, que estaba hacia el lado contrario de la cocina. Joe me siguió en silencio, tomando mi mano entre la suya. Le sonreí.

Encontramos a papá sentado en un sillón de la sala de estar junto al televisor. El tenia sus lentes de lectura puestos, los que yo llamaba “de viejo”, y leía un libro. No alcance a leer el titulo cuando el ya lo había retirado hacia la mesa de centro, frente a él.

-¡Hija mía! –Exclamo, mostrando una pequeña sonrisa-. ¡Qué sorpresa!

Se levanto del sillón al tiempo en que yo soltaba la mano de Joe, y esbozaba una gran sonrisa. Siempre me alegraba de ver a mis padres. Era simplemente maravilloso saber que ellos siempre estarían ahí para mí sin condiciones.

-Joe insistió –reí, abrazando a papá-. Le gustó la comida de mamá.

-Todos se enamoran de la comida de Kate, Joe –rió el-. No eres el único.

-Y su hija tiene el mismo don –contesto él.

Reí, separándome un poco de papá. El pasó el brazo por mi cintura y beso mi mejilla, sonriente. Joe, para mi sorpresa, también sonreía. Metió sus manos dentro de los bolsillos y se mojo los labios con la lengua, viéndose ardiente. Decidí desviar la mirada hacia papá, que a su vez la desvió hacia Joe.

-Supongo que traen una sorpresa consigo –dijo, era muy bueno en las adivinanzas-. Siempre que vienen, tienen una sorpresa.

La sonrisa de Joe se ensancho y yo sentí las mejillas arder bajo la piel.

-Sí, la verdad sí, señor Hill –dijo Joe, volviéndose a mojar los labios con la lengua.

-La mesa del comedor es un buen testigo de todo lo que ha sucedido en esta familia, ¿no crees, ____?

-Totalmente –reí.

Mamá preparo la mesa y sirvió la cena en poco tiempo. Pollo asado con patatas, verduras y unas deliciosas croquetas de pollo. Sin olvidar el delicioso postre de mamá: flan de vainilla y chocolate. Devore todo como si no hubiera mañana, y continúe hacia la segunda ronda. Joe bromeo un rato con que yo estaba peor que el con el apetito, y papá le siguió el juego. Yo los ignore y continúe comiendo mi deliciosa cena. No todos los días iba a comer a casa de mi madre.

-Bien, creo que ____ ha terminado con toda la cena y el postre…

-No, vi un trozo en la cocina –interrumpí, sintiendo que mi estomago me gritaba “¡mas!”-. Voy a por él.

Me levante del asiento y camine hacia la cocina con mis pies descalzos. Me había quitado los tacones antes de sentarme a comer. Escuche varias risas a mi espalda, pero mi cerebro solo enfoco la de Joe. Grave, baja, hermosa. Tome mi quinto y último trozo de flan en un pequeño plato, tome una cuchara pequeña, y volví al comedor. Vi el rostro de Joe sonreírme desde su posición y le devolví la sonrisa, sin enseñar los dientes, masticando un bocado de flan.

-Eres una glotona, ____ –dijo severamente mi padre, aun así sonriendo, cuando me senté de nuevo en la mesa-. Tu figura no durara mucho así.

Joe sonrió y se recostó contra el espaldar de la silla, mirándose las manos sobre la mesa.

-Estoy de acuerdo con usted, señor Hill, pero no creo que esa sea la única razón por la cual su figura de dañe.

Y el martillo comenzó a sacar el clavo.

La mirada estupefacta de mamá se poso en mi y su boca de abrió en una perfecta O. Trate de no ahogarme en la risa mientras masticaba el flan en silencio. Joe también me miro durante un segundo, sonriendo. Por otro lado, la mirada entrecerrada de papá seguía clavada en el.

-¿Qué estas queriendo decir, Joseph? –preguntó con la voz llena de sospecha; su expresión seria.

-Van a ser abuelos –espetó Joe, con la voz rebosante de entusiasmo.

Sonreí. Mamá dio un respingo y se llevo una mano al pecho para asirse la camisa con fuerza. Papá alzo una ceja, estupefacto. Ambos quedaron mudos con la anunciación. Termine de comerme el trozo de flan durante los segundos que ellos se quedaron en silencio y deje el plato sobre la mesa.

-¿Y? ¿Cómo les cayo la cosa? –pregunte, sonriendo, divertida por la situación.

Varias semanas atrás, la noticia habría dejado a Joe con un ojo morado, y moretones en todo el cuerpo, y a mamá tendida en el suelo por la sorpresa. Pero no fue así. Papá esbozo una gran sonrisa, mirando a Joe y se levanto de su asiento para abrazarme. Escuche el chillido alegre de mamá el ruido de la silla al ser apartada.

-¡Felicidades, felicidades! –escuche a mi madre exclamar.

Papá me apretujo entre sus brazos, riendo. Yo pase mis brazos alrededor de su cintura con un poquito de esfuerzo y le correspondí al fuerte abrazo. Él besó mi mejilla repetidas veces y recito las mismas palabras que decía mamá, en mi oído.

-¡Felicidades, preciosa, felicidades!

Me limite a reír, con las lágrimas brotando de mis ojos y la emoción inundando tanto mi ser que se escapaba por mis poros. Conseguí distinguir la risa de Joe entre tanto beso y apretujón de papá. Y me di cuenta de que él también había sido abarcado por mamá.

-¡Guao, no puedo creerlo! –chillo mamá, al tiempo en que papá me soltaba y ella me atrapaba entre sus menudos brazos-. ¡Vas a ser mamá! ¡Y yo abuela!

Reí, pasándole los brazos por encima de sus pequeños hombros. Su rostro estaba empapado en lágrimas, igual que el mío.

-No sé si lloro de alegría y de tristeza –dijo ella-. Primero porque tu vas a ser madre y segundo porque siento que me estoy poniendo vieja demasiado pronto.

Reí de nuevo.

-¡Oh, mamá! Llora por ambos –dije, besándole la mejilla-. No importa.

-Sí, realmente no importa –dijo, separando su cuerpo de mí y agarrando mi rostro entre sus manos-. Estoy tan, pero que tan feliz por ti, ____. Me alegro de que por fin seas feliz, de que por fin todo haya recuperado su sentido en tu vida, mi amor. ¡Estás tan radiante como el sol! –rió entremedio de un sollozo. No pude evitar sonreír.

-Recuerdo aquella vez cuando me entere de que estaba embarazada de ti –siguió ella, una lágrima resbalo por una de sus mejillas-. Tu padre estaba dando clases y yo estaba en casa, solo con Marie de compañía. Tu hermana aplaudió y rió cuando me vio danzar y reír por toda la habitación –rió; yo la acompañe-. Me siento tan feliz como aquella vez.

-Te quiero, mamá –dije con la voz rota por el llanto.

-Oh, yo también a ti, mi amor –y me abrazo.

Al poco tiempo, ella se separo de mí y beso mi frente con ternura antes de darse la vuelta hacia donde Joe y papá estaban viendo nuestra escena. Ambos tenían una sonrisa en sus rostros, y la más iluminada era la del futuro padre, tan hermosa como siempre.

-A pesar de todo lo pasado, me alegro de que seas tú el que colme de felicidad a ____, Joe –dijo mamá, secándose las lagrimas-. Y me arrepiento de cualquier prejuicio que tuviera de ti. Eres un gran hombre, Joe. Un gran hombre.

OMG!
Que lindos los padres de Rayita... Son hermosos. Tan tiernos.
Por fa Licsa, te ruegomque la sigas promto, Si?
Pronto por favor, necesito leer mas y mas y mas.
Hasta el infinito si quieres, eh.
Jajaja, solo sube pronto.

ahww q lindo los papas de rayita son los mejores Smile

ahww amoo tu novela y a Joe
SIGUELAA

Siguela me encanta tu novela esta buenisima y sube capitulo please pronto!!!!

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Niinoo

me encanto el capitulo
super que increible!!!
siguelaaaaaaaaaaaaaaaa

¡OMJ! No puedo creer que los papás de la rayis ya los hayan aceptado...
¡ES FANTÁSTICO! Ahora sólo falta Denisse...
Aún me confunde esa Ally, no se porque, pero sigo desconfiando de ella.
Bueno, tu novela está sensacional, me encanta.
Aunque no se porque, pero siento que falta algo, o va a pasar algo muyy malo...
Yo y mis corazonadas noveleras Very Happy

Siguela pronto, ¿SÍ?

OK, empezare a leer tu nove, por el argumento se ve buena Smile

desde ya siguela, aunque aun no la empece a leer jaja SIGUELAAAAAAAAA Smile

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