Te digo adiós.

Amaba tanto la forma en la que sus labios se posaban sobre los míos, tan dulcemente que las mariposas revoloteaban fuertemente, la corriente eléctrica de las yemas de sus dedos sobre mi espalda desnuda… Sus sonrisas afectuosas siempre al mirarme, podría decir que era perfecto… Pero no todo en la vida dura tanto como para satisfacerte completamente, con él lo tenía todo… Siempre le daba apoyo para que pudiese entrar al equipo de futbol americano, nunca habíamos tenido una crisis, una que otra pelea pero él siempre las arreglaba con un beso y susurro dulce lleno de amor.

Su amor era muy grande, pero luego de entrar al equipo de dicho deporte todo cambio, sus amigos se la jugaban para entrometerse en nuestra relación, según ellos yo no era digna de un jugador de futbol, Nicholas cegado por la popularidad siempre era distante conmigo, a tal punto de no regresar mis llamadas, pasarme por un lado e ignorarme completamente… Siempre me buscaba fuera del instituto y la guarida de los encuentros era mi casa o quizás la suya. Yo sufría en silencio su indiferencia, su doble personalidad, y así en vez de olvidarme de el, lo fui queriendo más… 5 meses más adelantes todo seguía igual, o quizá mucho peor, ya se paseaba con sus amigas las porristas a mis narices. ¿Dime como debo hacer para olvidarme de tus besos y sacarte para siempre de mí?

Me miras diferente, me abrazas y no siento tu calor… Te digo lo que siento, me interrumpes y terminas la oración, “siempre tienes la razón”.[i/]

-Sinceramente esto ya no funciona- sentencio el con la mirada tan fría, decir que iba a caerme con un balde de agua fría en pleno invierno seria mentir, la verdad nuestra relación había sido un caos desde que él se había vuelto capitán del equipo de futbol americano, se diría que ya no era el prototipo de chica que él quería a su lado

-Si así lo quieres, perfecto- recogí mi bolso de la baldosa fría de su cuarto, camine, camine y camine hasta llegar a casa, se supone que el clima estaba en mi contra, una fría y torrencial lluvia se escurría por todo mi cuerpo, maldije una y otra vez de manera que mis lágrimas se fundían con el resto del agua que corría por mi rostro.

Tu libreto de siempre tan predecible, ya, ya me lo se… así que corre, corre, corre corazón de los dos tu siempre fuiste el más veloz, toma todo lo que quieras pero vete ya que mis lágrimas jamás te voy a dar.

-Fui un tonto, sé que cometí un error al dejarte ir- sus ojos estaban cristalizados pero en ellos no se reflejaba la sinceridad y yo podía verlo- ¿Me perdonas? – cuestiono frunciendo el ceño

-No puedo- susurre casi inaudible- no otra vez…

-Esta es la última, lo prometo… junto a ti esta mi vida- tomo mis manos, las suyas temblaban

-Han sido muchas ya, no doy para más… vete de una vez, no otra vez por favor- suplique, me miro atónito y enredo sus fuertes y esculturales brazos alrededor de mi cintura, ya no existía esa chispa que siempre me derretía como mantequilla al sol…

-Por favor – me miro a escasos centímetros- sé que siempre es igual, pero esta vez es en serio

-Ya viví esta escena y con mucha pena te digo no, otra vez no, sigue tu camino y espero que seas feliz...

Di lo que podía, pero a media puerta se quedó mi corazón, tu, libreto de siempre tan repetido ya, no te queda bien… así que corre como siempre y no mires atrás lo has hecho ya y la verdad me da igual. Tu… el perro de siempre los mismos trucos.

Cancion: Corre - Jesse y Joy

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