“Raptar & Pervertir” ( Joe & Tù )
Capitulo 9
Dejó que las colas se arrastrasen por encima de su polla dura. Las tiras de cuero provocaron que la carne se tensara, y se tragó un gemido.
Volviendo al lado de ______, se colocó en un buen ángulo para flagelarla. Ella estaba cerca de tener ayuda para el orgasmo número tres, y podía garantizar que sería como ningún otro que jamás hubiese experimentado.
Conduciendo atrás su mano, apuntó y a continuación lo soltó. _____ chilló, y Joe sonrió con el firme bofetón contra su culo, acompañado de franjas rojas.
______ aulló por el golpe duro del látigo que envió una picadura que irradiaba a través de su trasero hasta su columna vertebral. Choque y alivio mezclados. Él había vuelto. Esto podría ser el final. Sus muslos temblaban de agotamiento. Ella sólo comenzó a gritar cuando el cuarto orgasmo retorció su vientre, tan dolorosamente fuerte que no sabía si sobreviviría a otro. Sus pechos estaban tan duros saciados de sangre, y sus pezones Nunca había experimentado una sólida conexión entre ellos y su vientre. Ella era un organismo retorciéndose de sexo. Sólo sexo. Todas sus células trabajando para su placer extravagante, tórrido. Hartándose en él. Llenándola. Dejándola desolada, porque la parte que más necesitaba llenar estaba vacía.
Las lenguas del látigo golpearon en su trasero otra vez. _____ lo acogió con satisfacción, amando la intensa sensación que la condujo a través de las vibraciones sujetas en su coño.
-Gracias, Amo.- Exclamó sin reservas. -Por favor-‛
-¿A quién perteneces?- Gruñó.
-¡A ti!- El flogger(Latigo) le dio una bofetada, las tiras de cuero marcaron su trasero y espalda. El calor la inundaba, sus largos dedos dirigiéndose más profundo en su carne.
-¿Y a quién obedeces?-
-¡A ti!- No había dudas. Haría lo que él considerara en esta relación. Los orgasmos eran grandes, pero ella lo necesitaba. Había encontrado la única cosa que la atormentaba y la usaba contra ella. Estar sola.
Él la recompensó con otro golpe que dio en el pliegue donde el trasero se encontraba con sus muslos. Su trasero entero estaba ardiendo. Ella no lo detendría por nada.
-¿Y quién está al mando?-
-¡Tú, Amo! Tú lo estas.-
Él guardó silencio, y los únicos sonidos eran los del látigo en su carne y sus gemidos mientras obtenía su castigo. Una y otra vez, él le dio lo que deseaba. El dolor y calor se transformaron en una bestia de placer tan fuerte que había superado el vibrador atado a ella.
La flagelación se detuvo cuando otro orgasmo fuerte se apoderó de ella, moviendo todo su cuerpo, aunque todavía estaba limitada por las bandas que la mantenían en su lugar. Ella necesitaba moverse, para que su cuerpo trabajase en las sensaciones que surgían a través suyo. Estaba impotente, presa de la sensual tortura y esto hizo la reacción más fuerte.
-Sí, sí, oh por favor- Murmuró sin pensar mientras le sentía quitarle el vibrador, el dispositivo se deslizaba fácilmente, pues estaba empapada por sus liberaciones. Todo su cuerpo estaba húmedo, su coño, y su piel por sus esfuerzos.
Su Amo se puso detrás de ella y apretó sus caderas, inclinándola hacia arriba ligeramente. Retiró las restricciones, pero no le importó. Ella solo podía gritar.
-Sí.- Cuando él se sumergió en ella, hundiéndose hasta la empuñadura, y forzando a sus pliegues a separarse.
Esta vez cuando el clímax se estrelló sobre ella, la suave satisfacción sucedió a fuego lento.
-Oh, Amo- Suspiró.
Estaba laxa(Relajar, Disminuir la tención
), mientras él abría las esposas que la ataban. La levantó en sus brazos. Ella podía dormir por horas. ¿La llevaría a la cama ahora?
Ella gritó cuando la dejó, su ardiente trasero golpeando la madera dura y fría de una silla reclinable. Temía las manos atadas a su espalda y tobillos esposados en las barras laterales, manteniendo las rodillas separadas. De repente, oyó un clic, y la parte detrás se reclinó ligeramente. Las piernas de su amante a horcajadas sobre ella y su polla presionando sus labios. Su polla aun dura. No se había corrido aún.
Su boca se abrió de buen grado, y él se deslizó en el interior, su sabor fuerte y picante estalló sobre sus sentidos. Con entusiasmo, amamantó su longitud. Su lengua arremetió sobre él mientras lo conducía, trabajando para llevarlo al clímax. Anhelaba saborear su semilla y saber que le había dado placer. Sus dedos se enredaron en su pelo, tirando con el cierre de su mano, pero aun así no la dirigió. Dejó que tomara a su manera su polla o al menos todo lo que pudiese, mientras estaba erecto.
Sus labios se apretaron alrededor de él, mientras lentamente follaba su boca.
-Oh, sí, así, esclava.- Gimió. -Hágame gozar. Haz que se corra tu Amo.-
Ella no quería nada más. Su lengua pasó por encima de su punta, juntando su pre-semen. Ella lo mantuvo inmóvil con la succión de la cabeza hasta que él se revolvió y entonces la dejó deslizarse hacia adelante, inclinando la cabeza hacia atrás para permitir su penetración profunda. Ella tarareó, dejando que la vibración le golpease, y él tiró mientras empujaba de vuelta. El caliente semen inundó su lengua, y lo tragó compulsivamente para tomarlo todo. Satisfecha con su poder, incluso obligada, fluyendo en ella.
Con él, ella era poderosa. Sin embargo, impotente. Debería haber estado confusa, pero en su lugar parecía la manera perfecta en ella.
Ella sonrió cuando lo dejó libre, y se pasó la lengua por los labios. De repente, su boca estaba en la de ella. La besó con avidez. Sus manos se movieron detrás de ella, mientras su lengua empujaba en su boca, reclamando el espacio.
Ágilmente, liberó sus muñecas. Ella lo sintió llegar más abajo y hacer lo mismo con sus tobillos. Sus piernas fueron alrededor de él cuando la levantó, nunca renunciando a su boca. Ella sabía que estaban en movimiento, pero no se molestó en prestar atención hacia donde.
Cuando su espalda golpeó en el colchón, suspiró por la dureza y su calor cubriéndola.
Él no se quedó, sino que se trasladó a una posición de cuchara, y colocó las mantas sobre sus saciados cuerpos.
-Esta sensación será intensa.- Le advirtió. Ella sintió sus manos en sus pechos. El zumbido se detuvo, entonces el dolor-placer estalló a través de sus pechos y la traspasó hasta su vientre. Ella jadeó y gritó, un orgasmo la atravesó sin tocar su coño.
Capitulo 10
Su palma alisó su vientre, y dos dedos se deslizaron en su coño. Se movían lentamente como para calmarla. Ella separó sus piernas para darle mayor acceso.
-Shh- Canturreó. -Está bien.-
-Oh, Dios mío- Ella susurró. -Lo que me has mostrado hoy es increíble.-
A medida que se calmaba, sus dedos se deslizaron libres. Él los llevó hacia su boca, y ella la abrió, disfrutando de su sabor en su piel.
-¿Te gusta el sabor de ti misma?- Preguntó, la pregunta era tan sensual y tan íntima entre ellos que no se sintió avergonzada.
-Sí.- Respondió cuando él los retiró.
Él paso su brazo alrededor de su cintura luego besó su hombro.
-Háblame de ti, ______.-
Ella se puso rígida. ¿Él la conocía? Joder, ¿estaría caminando por la calle después de esto y se estaría riendo a sus espaldas en secreto por que él sabría y ella no tendría ni idea? ¿Se burlaría por lo fácil que había sido?
-Sí, se tu nombre.- Añadió. -No fue un rapto al azar. Sólo hice esto porque tú lo deseabas. Y te he deseado desde hace mucho tiempo. Hasta ayer, no pensé que tú estarías en mi estilo de vida.-
Ella se relajó. Resolverían esto. Sabría quién era antes de que el fin de semana hubiese terminado.
-Ningún problema, creo. Realmente no sabía lo mucho que me gustaría esto. ¿Me dirás quién eres?-
Hubo una larga pausa, y supo su respuesta antes de él hablase.
-No.-
Dejó escapar un suspiro de frustración, pero no discutió con él.
-Se trata de que me hables de ti.- Le recordó.
-No sé qué decirte.-
-Dime porque te gusta ser azotada.-
-No lo sé.- Respondió. -No sabía que me gustaba. Se siente bien. Con el tiempo. Y me gusta la disciplina. Siempre fui del tipo perfecto, ya sabes. La hija perfecta. La alumna perfecta. La empleada perfecta. Eso no significa que no haya trabajado duro para conseguir mis propias cosas, pero nunca necesité disciplina. Siempre tuve miedo de ello en realidad. Si hubiera sabido-
Él gruñó.
-Tal vez debería haber actuado, de modo que el director de la escuela me hubiese azotado con la palma.- Continuó, incitándolo a propósito.
Su brazo se apretó en su cintura.
-El placer de los azotes es todo mío.- Dijo con voz áspera. -Haremos frente a tus fantasías de colegiala en otro momento. Creo que me gustara inclinarte sobre un escritorio y azotarte.-
Ella se estremeció con la imagen. La felicidad la llenó. Su promesa sonó como si tuvieran un futuro juntos. Y realmente quería uno. ¿Cómo podía ir tan rápido? Era la intensidad. O chocaban y ardían, o podrían forjar un futuro juntos. Ella esperaba que fuese lo último. Chocar la heriría más que lo que quería imaginar.
-¿Así que eres una buena chica?- Solicitó.
-Ya no.- Ella rió.
-Oh, aún eres buena- . Él respondió. -Sólo estoy enseñándote una nueva manera de obedecer en un nuevo mundo.-
-Eso es bueno porque mi mundo real es una mierda.-
-Cuéntame.-
-Soy enfermera, y los médicos con los que trabajo son gilipollas.-
-¡Qué lenguaje!- La reprendió.
-Bueno, idiotas. ¿Me azotaras mas tarde?- Ella preguntó.
-Por esto no. Continúa.-
-Se creen dioses porque son médicos. Quiero cambiarme para otra oficina, pero no existen vacantes de pediatría en este momento. Me gustan los niños, aunque a veces muerden. Odio verlos infelices, y me gusta poder ayudar.-
Se sintió cómoda hablando con él de esto. A pesar de que era desconocido, no era como los doctores. Era positiva. Ninguno de ellos se acercaba a la magnífica
Constitución de su amante y sabía condenadamente bien que ninguno tenía un tatuaje tan sorprendente.
-Soy soltera, sin más familia. Mi vida familiar es bastante aburrida, supongo. Y no estoy en el mundo de las citas, a pesar de que la soledad y yo no somos buenas amigas. En realidad lo odio, a decir verdad. Paso tiempo con mis amigos cada vez que puedo, pero todos tienen familias o están profundamente metidos en el juego del emparejamiento. Los clubes y bares no me atraen.-
-Bueno.- Él acarició su cuello, enviándole pinchazos calientes por la espalda. -No es sobre que estés sola, o que no hayas estado durmiendo con nadie, o revoloteando por las barras, o siendo una chica fiestera.-
-¿No es sobre eso?-
-Señor, no.- Su mano acunó su pecho mientras besaba su cuello. El cariño por él la llenaba. De alguna manera, estaba enamorándose de este tierno, sexualmente dominante y feroz hombre. ¿Pero cómo era posible?
Porque él era todo que quería. Ella esperaba ser lo mismo para él. Sonrió irónicamente, excepto por que creía que estaba demasiado delgada.
-Yo era una niña regordeta.- Admitió. -Los niños me usaban para burlarse de mí. Incluso en la escuela secundaria cuando estaba delgada, ellos se metían conmigo.-
-Así que ahora no comes-
-Yo cómo-
-No lo suficiente. Vamos a arreglar eso-
Hmm bueno, él podía pensarlo pero nunca volvería a ser gorda. Por nadie. En esto, no se inclinaría.
-Casi puedo oír lo que estas pensando.- Se rió. -Tienes un alto lenguaje corporal.-
-¿Y qué está diciendo mi alto lenguaje corporal de ti?-
-Crees que quiero hacerte subir mucho de peso. Estoy hablando de una mujer con curvas, en vez de huesos. La talla cero en ti no es una talla, es un grito de ayuda-
-Muérdeme.- Estalló. ¡Oops! -Hum, Amo.- Añadió.
Riendo, él hizo exactamente eso, mordisquearle el hombro.
-Eres una sumisa traviesa. Negociaremos lo de la comida. Pero créeme, comenzarás a comer más. Alimentos saludables, pero más-
-Si una sumisa no cumple tus requisitos de peso, ¿la echas?- Preguntó con toda seriedad. Su cuerpo era sólo una parte de ella
Él la rodó sobre su espalda y retiró la venta que llevaba puesta todavía. Ella parpadeó con la repentina luz y le miró a los ojos.
Termino de editar y les subo mas pero quiero opiniones o si no, no subo mas