AlejandraBelzu Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 421 Edad : 29 Localización : Junto al ser mas perfecto: Joe Fecha de inscripción : 20/08/2010
| Tema: Re: Travesuras Ciberneticas One Shot De Solo 2 Cap Joe&Tu.. SemiHot Junio 2nd 2011, 17:16 | |
| Capitulo II: La Venganza de ____(tn)
Llevaba tres meses saliendo con Joe Jonas, si lo sé, era una locura. Mi familia lo había aceptado con dificultad, creo que mi padre lo aceptó por que Joe venía a verme una vez al mes, como mucho, ya que estaba grabando Camp Rock 2 me. Aunque cuando llegaba se disgustaba porque estaba cerca de una semana en NY. Steph, mi alocada amiga se había ido de vacaciones justo a Clara a la casa de su padre, por lo que me tuve que quedar haciéndole compañía a Joe, quien esta vez viajó sólo por cuarto días. ―¿Qué haremos hoy? ―sonrió Joe mientras esperaba que la recepcionista del hotel le entregase la llave de su habitación. ―No lo sé, no creo que quieras salir ―apunté a los paparazzis que habían estado cazando a Joe, intentando sacar una foto con la desconocida que le robó el corazón, o sea yo. ―¿Pedimos comida a la habitación? ―sonrió. ―¡Estoy a dieta! No, mates mis planes ―reclamé. ―Estas hermosa, no necesitas dietas ―me besó tiernamente. La recepcionista aclaró su garganta rompiendo el momento… ¡Arpía! Había estado coqueteándole descaradamente frente a mí. ―Gracias ―respondió cortante mi novio. Nos dirigimos a la habitación de Joe. Este dejó caer su maleta y su chaqueta sobre la cama, llamó y pidió servicio a la habitación. Recordé mi primera vez. ―¿Has hablado con tus padres del viaje a L.A? ―me preguntó mientras encendía la televisión y se tiraba en la cama. ―Eh… ―me sonrojé. Decirle a mis padres que viajaría a L.A con mi novio, más encima famoso, con el que llevaba recién tres meses y para conocer su familia… era casi un suicidio. ―____(tn), quedamos en que lo hablarías ―dijo invitándome a recostarme a su lado. ―Prometo que lo intenté, pero sabes cómo son… necesito mentirles para conseguir la autorización y francamente soy terrible en eso ―me acurruqué en su pecho. Acarició mi cabello y me besó tiernamente en la frente. ―Esta bien, te daré un mes más, pero prométeme que me tendrás un si, para cuando vuelva ―me levantó la vista, haciéndome estremecer por las mariposas en el estómago. ―Lo intentaré ―sonreí coquetamente. Cuando quería se me daba muy bien. ―Amor ―me reprendió. Si, él ejercía un cierto poder sobre mí, me costaba decirle que no, pero era capaz cuando, realmente, era necesario. Pero esta vez era distinto, deseaba ir a L.A con él, era mi deseo conocer la ciudad que me quitaba el sueño. ―Esta bien, haré todo lo posible y te tendré un si de respuesta ―sonreí. Me besó en agradecimiento, un agradecimiento bastante efusivo. Sus labios tibios se posaron sobre los míos con necesidad, me apretó contra sí, obviando el programa de televisión, acaricié su exquisito cabello. Sonó el timbre, había llegado la comida. Joe se arregló la camisa, se masajeó el rostro y abrió la puerta. Dejó en el umbral a la mucama y el mismo entró el carrito. No necesitaba verme al espejo para saber que estaba ruborizada y que mis labios tenían el color de un rubí en toda su extensión. ―¿Comemos? ―sonrió malévolamente dejándose caer sobre mí. Manteniéndome aprisionada entre la cama y su cuerpo. ―Excelente ―dije intentando zafarme de su prisión. Entonces me levanté hacía la mesa. Joe me tomó por la cintura y me volteó. ―Srta. su cena esta servida, pero no precisamente en esa mesa… Me besó tiernamente y entre risas, era francamente muy tierno, mucho más de lo que se dejaba ver. Acarició mi cabello mientras que yo jugueteaba en su oído. Ambos habíamos aprendido mucho uno del otro en este tiempo, sus caricias comenzaron a ser más intensas y sus besos mucho más compactos. La molestia de la ropa no tardó en desaparecer, ahora el rocé de su tibia piel acariciaba la mía. Sus suspiros en mi lóbulo producían que aumentasen las mariposas que revoloteaban escandalosamente. Sus perfectas manos acariciaban mi espalda mientras que mi ser estaba preparado para el concierto. Si, por que con Joe, toda mi vida tenía notas preciosas que componían la sinfonía perfecta, más cuando profundizábamos nuestro amor con caricias. Su boca en mi oído comenzaba a recitar entre jadeos, uno de mis escritos favoritos, mientras que sus manos y su cuerpo comenzaban a danzar entorno a mí. ―"El día perfecto se resume en un amanecer junto a tus labios, los que llenaré de caricias hasta el medio día, juntos, en el fulgor de la tarde, escribiremos poemas de amor en nuestras pieles, tatuando cada momento único que la vida nos ha regalado. Mientras que en la hermosa puesta de sol, cuando el atardecer llene de hermosos colores tus cabellos ya cenizos, sellaré mi promesa de amor eterno con un beso dulce, que será la estampa de mi ferviente y eterno amor por ti" ―susurró en mi oído, mientras danzaba dentro de mí. Mi escandaloso pecho subía y bajaba con gran rapidez, claro efecto de lo que Joe producía en mí. El calor de mi cuerpo se acentuó en mi estomago, concentrándose en él… cada caricia de Joe aumentaba la sensación, hasta que se dejó expandir dentro de mi ser, produciendo que mi cuerpo estremeciera. Descansamos y nos acariciamos varias veces, tiernamente. ―Te ves más hermosa cuando estas así, ruborizada, tus ojos brillan como luceros ―sonrió mientras que su mano recorría mi rostro. ―Te amo ―respondí abrazándome a él. ―Yo te amo más ―susurró en mi oído. Joe se marchó como había prometido al cuarto día. Era triste verle partir, no podía acompañarlo hasta el aeropuerto en vista que los paparazzis lo acosaban aún más allí. Ahora tenía otro dilema en que pensar: decirle a mis padres que viajaría a L.A. Cuando volví hice un intento fallido, vi que los ánimos estaban algo tensos, así que dejé a un lado la idea. Sonó mi celular. ―¿Joe? ―dijo mi papá en tono burlón. Reclamaba cada vez que sonaba mi celular, independiente que fuese mi novio o cualquier otra persona. ―Si ―respondí. Contesté el celular. ―Hola, amor ―dijo dulcemente tras el auricular. ―Hola ―dije subiendo las escaleras. Me incomodaba demasiado hablar por teléfono delante de mi familia. ―Me conectaré en un rato más desde el avión, así que por ahora esta será la última llamada ―su voz sonaba triste, de seguro igual que la mía. ―Estaré conectada en una hora más ¿Esta bien? ―mi voz se apagaba. ―Si, te amo ―susurró. Quizá por miedo que alguien le escuchase. ―Tambien te amo, adiós ―colgamos. Sufría cada vez que Joe viajaba, el hecho que los paparazzis no lo dejasen tranquilo y que se subiese al avión… no es que fuese una psicópata con eso, pero realmente entraba en depresión con el hecho de pensar que pudiese pasarle algo. Pasaron los días… en dos semanas más Joe volvería a casa y yo aún no había hablado con mi familia. Estábamos sentados todos, dispuestos a cenar, cuando decidí soltar la bomba, tenía que aprovechar el momento, después de todo sentarse en familia a comer se daba con suerte los domingos. ―Papá, quería preguntarte algo ―dije tanteando el terreno. ―Dime ―respondió endulzando el té. ―¿Me darías permiso para ir a conocer a la familia de Joe? ―solté rápidamente, las palabras casi se atropellaban. ―¡¿Qué? No supe si no me entendió o se sorprendió ante la idea. ―Bueno, es sólo que Joe me invitó a conocer a su familia y… ―De ninguna manera, ____(tn) ―interrumpió mi madre. Intercambiaron miradas entre ellos. ―Es que queríamos aprovechar que tengo vacaciones y ya que aprobé todos mis ramos…―argumenté. ―No, ____(tn), por supuesto que no. Nuestra decisión es una sola y no cambiará por nada del mundo ―respondió mi madre. No quise insistir más, miré a mi padre con tristeza y a la vez aplicando la persuasión de Steph en estos casos. Mi madre no tardó en levantarse de la mesa. ―____(tn) ―susurró mi padre ―. ¿Cuál es la urgencia de ir a L.A? ―Bueno, tú sabes que es mi sueño conocer L.A, más ahora y así no tendría que ocultar más mi relación con Joe ―susurré. ―No es que me guste el chico, pero considerando que se ha comportado contigo… hablaré con tu madre. ¡No lo pude creer! ¡Mi padre intercedía por mí! Definitivamente había algo en el té. No sé que efecto surten los hombres sobre nosotras, ya que finalmente mi padre logró convencer a mi madre con respecto al viaje. Estaba haciendo el equipaje cuando sonó mi celular. Steph. ―Hola desaparecida ―sonreí. ―Hola, ____(tn), ¿Así que viajas sin despedirte de tus mejores amigas? ―me reclamó. ―Aún están en casa de tu papa con Clara, no podré ir a despedirme ―Su papa vivía fuera de NY. ―Volvimos a despedirnos de ti, así que a penas nos cambiemos de ropa iremos para allá ―chilló. ―Esta bien ―sonreí ante la hiperactividad de mi amiga. ―¿A que hora es el vuelo? ―al parecer iba corriendo, ya que se oía mucho ruido. ―En cinco horas ―grité al oír el ruido que rodeaba a mi amiga. ―¿Joe vino por ti? ―No, he decidido que se quede en L.A, no lo haré viajar solo por venirme a buscar ―reclamé. ―Esta bien, nos vemos en dos horas, te pasaremos a buscar ―chilló. ―Pero… Steph ―me dejó hablando sola y cortó el teléfono. Mi amiga, era una loca, definitivamente tenía algo planeado antes de irme para allá y no debía ser nada bueno si lo planeaba ella. Mi familia me había venido a ver, curiosamente toda mi familia… incluyendo aquellos que nunca aparecen. Tuve que cargar con todos los comentarios que se le ocurrieron y con la lista de regalos que exigían, al parecer tendría que ganarme la lotería para traerme la mitad de L.A en mi bolsillo… ¡Por Dios! Steph y Clara llegaron, sorprendidas por la cantidad de gente que había en mi casa. ―¡Clara! ―chillé al verla, desde la travesura cibernética no la veia. ―Amiga, eres una ingrata, así que te vas y nosotras ni enteradas… ―Podría salir en la prensa antes que sus mejoras amigas se enteraran ―la interrumpió Steph. ―¡Chicas! No sean así saben que hago todo lo posible por dividir bien mi tiempo para poder estar con todos ―sonreí. Mi padre y mi madre, más Clara y Steph me llevaron al aeropuerto. Me abracé varias veces a ellos y me despedí otras cuantas más, pero Steph me apretaba mucho y no me quería soltar. ―Prométeme que me traerás un londinense ―chilló entre lágrimas. ―Joe me mataría ―sonreí al imaginarme un londinense en mi maleta. ―Uno inflable ―rió entre lágrimas. ―Lo prometo ―sonreí. ―Toma esto, lo lees en el avión, es mía y de Clara ―me tendió una carta ―. Creímos que no te veríamos mucho tiempo, así que habíamos decidido escribir todo lo que se dice, ya sabes ―se limpiaba las mejillas. ―Pasajeros del vuelo 607 destino L.A, por favor, abordar en la puerta de embarque número 15, Pasajeros del vuelo 607 destino L.A, por favor, abordar en la puerta de embarque número 15 ―repitió la operadora. Nos dimos un abrazo de grupo, me despedí nuevamente de mis padres y subí al avión. Joe me llamó un par de veces, pero perdía la señal dentro del avión así que decidí mandarle un mensaje. A mitad de vuelo recordé la carta de las chicas, así que la abrí y me dispuse a leer. ____(tn). Quien te viera y quien te ve, ¡Te vas a L.A y sin nosotras! ¡Agregarle a eso que con Joe Jonas! (Eso lo dijo Steph) Bueno amiga te quiero mucho, disfruta mucho por allá, soporta a tu suegra, me dices a mi que la madre de Taylor… ¡Uff! Las suegras son cosa seria… tráeme algo… algo muy importante… tú… te queremos de vuelta… Beso. Te quiero Mucho Clara. Ahora adivina quien se viene…. Si, yo… Steph. Bueno amiga ¡es el colmo! Te vas sin mi, yo que soy… tú mejor amiga en la Universidad, que gracias a mí estas con Joe, o sea como mínimo me llevas en la maleta… ¡Por Dios! Te mataré si algún día me entero de tu matrimonio por el diario… ¡Te lo juro! Bueno amiga, disfruta y vitrinea mucho por mi, claro solo la ropa, por que con tu novio al lado no creo que te dé para mirar a los guapísimos londinenses… Besos amiga y devuélvete pronto mira que quiero detalles. Ya quiero ver la cara de Camila cuando te vea en los diarios como: La novia de Joe Jonas. Te quiero. Steph. Sonreí al leer a mis amigas. Bueno sería mejor dormir antes de llegar a L.A, no querría conocer la familia de Joe en un estado deplorable. Al llegar fui recibida con un caluroso abrazo de Sussan, después que me detestaba ahora me apretaba fuertemente, luego me presentaron a los padres de Joe, bueno una presentación formal ya que los conocía por medio de fotografías. Denise y Paul eran francamente muy tiernos. Denise es dueña de una productora de modelos de ropa. Mientras que Paul era una especie de managger de Joe. Los días familiares de Joe, eran francamente exquisitos, aunque él no podía disfrutar mucho de estas tardes, ya que siempre estaba grabando alguna película. Ahora tenía un mes de vacaciones pues terminaron de grabar Camp Rock 2. Un día Joe me propuso que sería bueno que saliésemos con un grupo de amigos de él, era hora que "el mundo" se enterase que estábamos juntos. Acepté la propuesta. ―¿Estas lista, amor? ―preguntó desde el primer piso. ―Bajó en un segundo ―le grité. Salimos rápidamente a reunirnos en un bar. Nos subimos al volvo. ―¿Quién viene? ―aún no me lo había dicho. ―Taylor, Demi, Selena, Nick, Kevin, Danielle, Alec ―enumeró. ―¿Nick Whitlock? ―aluciné. ―Si… ¿Por? ―frunció el ceño. Esta era mi oportunidad. ―¿Eres muy amigo de Nick? ―Si, bueno somos cercanos ―señaló. ―Steph lo adora ―sonreí maquiavélicamente. ―Creo que me lo habías dicho… ―Si, es que… Amor… ¿Me ayudarías en algo? ―pregunté coquetamente. ―¿Qué planeas? ―dijo mirando la calle. ―Bueno… Steph… ella fue la culpable de que nos conociéramos… y bueno yo… ―Quieres devolverle la mano a Steph ―me interrumpió. ―Algo así, juré venganza sobre mi amiga, es que ella… ¡Dios! ―suspiré. ―¿Cuándo? ―¿Me estas diciendo que si? ―dije sorprendida. ―Puede ser ―sonrió. ―El cumpleaños de Steph es en tres semanas ―mi mente comenzó a unir todo. ―Nick dejará de grabar en dos semanas y luego de eso tiene vacaciones ―sonrió. Estaba hecho, Steph sabría lo que es tener en frente al hombre que te quita el sueño, más cuando el momento es embarazoso… ya me las pagaría mi loca amiga. Llegamos al bar, y los chicos ya estaban esperándonos, había olvidado lo puntuales que eran en L.A. ―¡Joe! ―le saludaron los chicos de la mesa. Se saludaron uno por uno… no podía creer que frente a mí tenía la ídola del drama: Demi. ―Les presento a mi novia: ____(tn). Repetimos los saludos y disfrutamos de una agradable velada. Entonces comencé a hablarle con un poco más de confianza a Nick. ―Así que tienes familia en USA ―intervine. ―Si, al sur de NY ―reconoció. ¡Dios! Esto iba de maravilla. ―¿Viajas en vacaciones? ―dije recordando que para el cumpleaños de Steph él tendría unas semanas de relajación. ―Si, creo que en un par de semanas iré ―sonrió bebiendo su trago. ―Sé que nos conocemos hace muy poco, pero realmente quiero pedirte un favor. ―Tú dirás. ―____(tn) tiene una amiga ―interrumpió Joe a mi favor ―. Que te adora. Ella fue la que nos unió por la locura de Facebook… y dentro de tres semanas esta de cumpleaños… ¿Asistirías? ―Joe fue al grano. ―Bueno, quizá este en USA y viaje… ¿Qué día esta de cumpleaños? ―¿Piensas ir? ―preguntó Kevin. ―¡Es de locos! ―interrumpió Taylor. ―Bueno, ____(tn) ¿Cuándo es el cumpleaños? ―me volvió a preguntar Nick. ―20 de diciembre ―le respondí. ―Por favor, Nick… ¿Podrías ir? ―intervinó nuevamente Joe. ―Haré todo lo posible ―sonrió. ¡No lo podía creer! Nick Withlock intentaría ir… Esto era perfecto… ―¿Me confirmarías? ―le pedí. ―Por supuesto, pasado mañana llamo a Joe. Quedé complacida… no necesitaba más… mi estancia en L.A había sido perfecta. Los últimos tres días me lo pasé de compras, buscando cada detalle para llevarles a mis familiares y amigos, Sussan me acompañó ya que Joe tenía unas reuniones. De vuelta en mi casa, mi familia me recibió calurosamente, mientras que recibían los regalos que había traído. Esperaba con ansias que llegase el cumpleaños de Steph. Así que había decidido llamar con una semana de anterioridad a Clara, para que lo organizáramos juntas, ya que Nick había confirmado. Claro que nadie sabría de mi regalito. Con Clara nos fuimos de compras. ―____(tn) ¿El sex shop? ¿Tú, me estas llevando a un Sex Shop? ―dijo incrédula. ―Ok, esta bien, veo que si no te digo lo que planeo me creerás una psicópata ―declaré. ―¡Suéltalo ya! O pensaré que los aires de L.A te hicieron mal ―rió Clara. ―Nick Whitlock viene al cumpleaños de Steph ―chillé. ―¡Mentira! ____(tn)… ¡Mentira! Steph se va a morir ―rió. ―¿Ahora entiendes el Sex Shop? ―Si, creo que si ―se ruborizó. Al entrar sentí como la vergüenza se apoderó de mi rostro, estaba en el umbral y mi rostro parecía una nariz de payaso. Compramos algunas tonterías y con Clara huimos de allí. Todo estaba perfecto, habíamos arrendado el bar, estaban todos los amigos de Steph invitados y no había descuidado nada. Si iba a vengarme, obviamente sería sublime y memorable. Llegó el gran día. Joe viajaría con Nick desde L.A, estarían acá una hora antes de la fiesta, como Steph vía Internet se enteraba de todo lo que hacía su actor favorito y no quería que lo vinculase con nada. Con Clara nos fuimos a la casa de Steph, la obligamos a levantarse y la llevamos corriendo por toda la ciudad. Spa, peluquería, maquillaje y un almuerzo de amigas. Todo el esfuerzo valdría la pena cuando Steph muriese al ver a Nick. ―¿Dónde me llevan? ―reclamó Steph. ―A tu cumpleaños, por supuesto ―dijo Clara. Caminamos cubriéndole los ojos. ―¡Sorpresa! ―gritaron los invitados. El Dj puso la música, y el ambiente se genero rápidamente. Algunas amigas de Steph la saludaban, mientras que había una montaña de regalos para ella. La gente comenzó a bailar y nosotros con Clara nos robamos a la cumpleañera. ―Un trago por año ―chilló Clara. ―Son veinte, así que tú eliges que licor ―agregué. No quería embriagarla, así que decidí que sería mejor que eligiese yo el licor. Sería mejor que interviniese, no quería a Steph borracha frente a Nick, no sería lo mismo. ―Mejor elijo yo ―chillé ―Será Baileys. ―Muy suave ―reclamó Steph. ―¡Estarás de cumpleaños, pero Clara y yo ponemos las reglas! ―chillé. 1, 2, 3, 4, 5. Llevábamos el conteo de las copas. ―Steph ―llamé su atención a la sexta copa ―. ¿Recuerdas que le dirías a Nick Withlock si lo tuvieses en frente? ―¡Oh! ¡Calla con eso! ―chilló mi amiga. ―¡No me toquen a Nick, él es mío, es perfectamente adorable…y mío ―empezó a imitarle Clara, para provocarla. ―No seas así ―chilló Steph ―. No es así. Aquí se venía el momento. ―Toma el micrófono y dilo ―sonreí. ―No, no haré eso ―reclamó la cumpleañera. ―¡Vamos, Steph! Tú no conoces la vergüenza ―insistí. ―No seas así ____(tn) ―reclamó mi amiga. ―Tú siempre insistes Steph, ahora me toca a mí ―sonreí. ―Esta bien ―se resigno. ―No aprendiste todas esas frases para tenerlas guardadas ―sonrió Clara. ―Si yo tuviese a Nick Withlock, frente a frente… no dudaría, como lo hizo ____(tn), no señores ―dijo sosteniendo el micrófono ―. Yo le diría. Te amo, no busques más, soy la mujer de tu vida. Los invitados vitorearon y sonrieron ante las ocurrencias de mi amiga. ―Steph, arriba de la silla, creo que no todos te oyen ―le aconsejé. Mi amiga se subió arriba de la mesa, al parecer la silla no le era suficiente. ―¡Steph, Steph! ―chillaban los invitados. ―Tú Nick Withlock ―apuntó al Nick tamaño real que le habíamos preparado ―. Te amo, no busques más, soy la mujer de tu vida, I love you, look no further, I am the woman in your life, Jag älskar dig, inte leta längre, jag är kvinnan i ditt liv, Ich liebe dich, suchen Sie nicht weiter, ich bin die Frau in deinem Leben, Je t'aime, ne cherchez pas plus loin, je suis la femme de votre vie, Ti amo non cercate oltre, io sono la donna della tua vita, Eu te amo, não procure mais, eu sou a mulher da sua vida. Entonces corrieron el Nick tamaño real que estaba sobre el escenario, mientras que Steph le declaraba su amor sobre una mesa y allí estaba… El Nick real, el de carne y hueso, sonriente. Pagaría por ver mil veces el rostro de Steph, pero ya había grabado el momento, no me lo perdería para años posteriores. Steph comenzó a mutar de color, estaba absolutamente ruborizada, luego su color cambio abruptamente, empalideció. ―__(tn)-__(tn)-____!(tn)…―alcanzó a decir Steph y se desmayó. Si no es por la reacción rápida de Nick, Steph se hubiese golpeado contra el suelo. Todos corrieron hacía donde estaba Steph. Comencé a pedirles que por favor dejasen espacio. Levanté las piernas de mi amiga… comenzó a tener más color. Se incorporó lentamente. ―¡____(tn), te mataré! ―chilló. ―Esperaba las gracias por salvarte la vida ―sonreí. ―Es que… es que… ―dijo mirando a Nick. Ya veía que se volvía a desmayar. ―Tú dijiste que le dirías, yo simplemente te hice el sueño realidad ―le recordé. ―Mori con todo esto… o sea… ____(tn), ¡te mataré! ―chilló. ―Recuerda que me quieres, que soy tu mejor amiga y que no puedes vivir sin mí ―sonreí. ―Bueno… ¿Yo estoy pintado? ―dijo Nick. Steph se quedó muda. O sea ¡Steph muda! Sólo Nick lograba dejarla en ese estado. Demasiado duró mi alegría. ―¡Oh! Nick… perdóname por el espectáculo ―se ruborizó. ―No te preocupes, pero si no es mucho el atrevimiento, me podrías decir nuevamente todo lo anterior ―pidió Nick. Steph volvió a repetirle, tartamudeando, que ella era la mujer de su vida, mientras que yo no paraba de reír. Esto había sido perfecto, tintes de venganza, pero con cariño, nada muy agresivo. La fiesta volvió a su curso, la gente comenzó a bailar nuevamente. Hasta que Nick y Joe subieron al escenario. ―Steph, esto es para ti ―dijo Nick con voz un tanto seductora. ―Acabo de morir con eso ―me susurró Steph que hiperventilaba a mi lado. Joe comenzó a tocar el piano, mientras que Nick comenzó a cantarle el cumpleaños feliz. Todo el resto de los invitados oyeron atentamente y los chicos fueron halagados. Las horas pasaban y disfrutamos bailando, Clara con su novio, yo con el mío y Steph no había dejado solo a Nick en ningún momento. ―____(tn), eres una villana ―me besó Joe. ―No, no lo soy, simplemente era un regalito para mi amiga ―sonreí. ―Si claro, si no eres vengativa eres una casamentera ―sonrió. ―¿Yo? No… mentira ―sonreí. ―Entonces mira ―me señaló Joe. Vi a Steph besando a Nick… ¿Qué? Si, había visto bien, Steph estaba besando a Nick, no al revés. ―¡Wow! Ellos si que van rápido ―me abracé al cuello de Joe. ―¿Y nosotros? ―sonrió. ―No, nosotros no ―mentí. Steph y yo ahora estábamos en una especie de empate, por lo menos no debía volver a vengarme, no por ahora. Aunque no me extrañaría que me saliera con otro pastelito, siempre y cuando sea una sorpresa como fue con Joe, no temería que me metiese en líos.
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