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| Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] | |
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+14Kathy_hb aDyJonasCullenHunter nobodyisperfect! ama-jonatik Enchanted♥ claribel de jonas Choco Jonas Lovatoo Silvii!!! nikifriky Diiana_jb_xDD t@lu Anghy FuckMeJoe Beautiful-NO-Tamed. 18 participantes | |
Autor | Mensaje |
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nobodyisperfect! Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 845 Fecha de inscripción : 07/02/2011
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 12th 2011, 13:18 | |
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| | | nobodyisperfect! Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 845 Fecha de inscripción : 07/02/2011
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 12th 2011, 13:25 | |
| y joe se acuesta con otras mujeres a demas de ---------------?????? | |
| | | nobodyisperfect! Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 845 Fecha de inscripción : 07/02/2011
| | | | nobodyisperfect! Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 845 Fecha de inscripción : 07/02/2011
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 12th 2011, 16:04 | |
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| | | claribel de jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1416 Edad : 30 Localización : tomando el sol en las playas de republica dominicana con nick a mi lado wiii Fecha de inscripción : 06/02/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 12th 2011, 16:31 | |
| ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh mira mira yo ahopra me voy para una fiesta espero q cuando llegue encuentrar mi cap | |
| | | claribel de jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1416 Edad : 30 Localización : tomando el sol en las playas de republica dominicana con nick a mi lado wiii Fecha de inscripción : 06/02/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 12th 2011, 21:24 | |
| donde estaaaaaaaaaaaaa el capppppppppppppppppppppppppppppppppppppp ¬¬ | |
| | | claribel de jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1416 Edad : 30 Localización : tomando el sol en las playas de republica dominicana con nick a mi lado wiii Fecha de inscripción : 06/02/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 13th 2011, 13:43 | |
| Me siento decepcionada T.T | |
| | | claribel de jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1416 Edad : 30 Localización : tomando el sol en las playas de republica dominicana con nick a mi lado wiii Fecha de inscripción : 06/02/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 13th 2011, 13:43 | |
| qiero cap x diossssssssssssssssssss | |
| | | claribel de jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1416 Edad : 30 Localización : tomando el sol en las playas de republica dominicana con nick a mi lado wiii Fecha de inscripción : 06/02/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 13th 2011, 16:05 | |
| pero x Diossssssssssssssssssssssssssss q te pasa? ¬¬ me estoy enojando qiero cap joderrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr T.T | |
| | | nobodyisperfect! Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 845 Fecha de inscripción : 07/02/2011
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 13th 2011, 16:36 | |
| sii que pasa con el maraton??? | |
| | | claribel de jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1416 Edad : 30 Localización : tomando el sol en las playas de republica dominicana con nick a mi lado wiii Fecha de inscripción : 06/02/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 13th 2011, 21:07 | |
| ¬¬ te voy a matar mujerrrrrrrrrrrrrrrr | |
| | | Enchanted♥ Casada Con
Cantidad de envíos : 1906 Edad : 27 Localización : Waiting for the best :] Fecha de inscripción : 06/10/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 14th 2011, 07:54 | |
| SIGUEEE POR FAAA! :/
By: Vale D' Jonas~Lovato...Love Jonas&Demi | |
| | | claribel de jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1416 Edad : 30 Localización : tomando el sol en las playas de republica dominicana con nick a mi lado wiii Fecha de inscripción : 06/02/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 14th 2011, 15:01 | |
| me voy a cortar las venasssssssssssssssssssssss | |
| | | nobodyisperfect! Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 845 Fecha de inscripción : 07/02/2011
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 14th 2011, 15:31 | |
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| | | Diiana_jb_xDD Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 305 Edad : 27 Localización : "ciudad gotica" Fecha de inscripción : 10/12/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 14th 2011, 16:32 | |
| y el maratoon?? ¬¬'! probocas mi enojo!
hahaha! xDD | |
| | | Beautiful-NO-Tamed. Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 515 Edad : 29 Localización : Tomando leche de la granja de Joe ;) Fecha de inscripción : 02/08/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 14th 2011, 19:13 | |
| Bueno chicas perdon,saben tambien tengo una vidaa!Y ultimamente ando con muchos problemas,tengo a mi mama enferma y que me presionen como si fuese algo super importante no ayuda en nada.De ahora en adelante subiere dia por medio y punto.Pensaba ponerles otra novela parecida a esta pero si me ponen en el papel de que es una obligacion no lo hago para evitarles disgustos de que no suba.
Capitulo 08-Parte 3
Se arrodilló y levantó el dobladillo de su vestido con ambas manos. -Sostén esto por mí. Aturdida, ____ tomó la pesada tela y la plegó con cuidado en sus manos. La punta dura de la lengua de Joseph rozaba la hendidura de su sexo. Después de solo algunas bre¬ves caricias, su capullo se hinchó para unirse a su lengua in¬quisitiva. Ahogó un gemido cuando él apoyó los dientes y tiró con suavidad. Separó las piernas. Sus manos desnudas se apoyaban sobre su piel. Había arrojado los guantes en el suelo. Aún atrapándola con la boca, deslizó un dedo en su interior, lo me¬tía y lo sacaba. Al sostener sus faldas, ____ solo podía resistir el exquisito tormento. Cuando por fin liberó su clítoris y agregó otro dedo dentro de su vagina, levantó la mirada hacia ella. -Ahora estás húmeda y dilatada. Recibirás mi polla sin dificultad. ¿Tus pezones están duros? ____ asintió con la cabeza, por una vez demasiado absorta en el placer que le brindaba para desperdiciar palabras. -Bien. Puedes soltar tus faldas. Antes de que ____ pudiera protestar, él se puso de pie, se lamió los dedos y volvió a colocarse los guantes. Se inclinó dentro de ella, aplastando sus senos doloridos contra su pecho. -Ahora bailarás conmigo. Y seré el único hombre que sepa lo húmeda y preparada que estás para tener sexo. -La besó con fuerza, con la boca violenta y provocativa -Y si te comportas bien, podría jugar contigo un poco más en el carruaje camino a casa. ¿Te agradaría? ____ lo miró fijo a los ojos. Un atisbo de excitación se despertaba en su vientre. -¿También puedo jugar contigo? -Acarició el bulto en sus pantalones -Tal vez pueda arrodillarme a tus pies y tomar tu polla dentro de mi boca. ¿Te agradaría? Sus pupilas se agrandaron, quedaron casi negras. -Quizá sí. Pareció llevar una eternidad que el carruaje llegara a las escaleras de la gran mansión luego de que lo pidieran. Por fin, un lacayo cerró la puerta y los dejó solos en el interior oscuro. ____ arreglaba sus faldas mientras salían con una sacudida repentina. Joseph se sentó a su lado, con un brazo a lo largo del respaldo del asiento de cuero y sus largas piernas extendidas delante de él. La escasa luz se reflejaba en el brillo del satén de sus pantalones y enfatizaba las marcadas sombras abultadas de su entrepierna. El cuerpo de ____ respondía a la cercanía de Joseph y se reblandecía por el deseo. Se quitó los guantes y trazó un camino por el satén brillante desde la rodilla de Joseph hasta su polla y volvió. Él suspiraba con lentitud y amplió la abertura de sus piernas como si buscara más. -Déjame aflojar tus lazos. Nadie verá debajo de tu capa. ____ se puso de pie apoyada entre las rodillas de Joseph y permitió que le quitara el corsé. Giró en sus brazos y se hundió hasta el suelo en una espuma de enaguas. Al menos con él sabía quién era y qué quería con exactitud. Colocó las manos sobre sus rodillas y le separó bien las piernas. Eso provocó que la parte delantera de sus pantalones se estirara sobre su erección. El satén se sentía frío contra su lengua mientras lamía su falo definiendo la forma y el tamaño de su pasión. Los de¬dos de él se cerraron en su cabello mientras ella desabrochaba cada uno de los botones. Sonrió con placer cuando su polla quedó al descubierto estaba contenta de que no llevara ropa interior debajo de los pantalones. Levantó la mirada hacia Joseph. La observaba con el rostro tenso expectante de placer. Le agradaba poder hacer que la mirara de esa manera la había sentir poderosa y deseada. –Si deseas succionar mi polla por favor hazlo. Lo asió desde la base ahuecó la otra mano debajo de sus testículos y los sopesó en su mano. Él suspiró cuando su lengua lamió la punta de su polla húmeda. Investigó la estre¬cha abertura y la coronilla hinchada antes de bajar por su grueso falo sabía a vida y a promesa de éxtasis. ____ aspiró su perfume único y besó su camino ascendente. Cuando lo tomó en su boca él gimió y sus dedos apre¬taron dolorosamente su cabello. Tomó tanto como pudo sin ahogarse y envolvió los dedos alrededor del resto. Pronto había alcanzado un ritmo enérgico que hizo que él empujara dentro de su boca llevó su falo bien profundo en su garganta. Sus testículos se ponían tensos en su mano y quedó inmóvil. -Espera. Ella soltó su pene y levantó la mirada. La sonrisa de Joseph estaba teñida de lujuria. Se acercaba más mientras las manos de él quitaban de un tirón el corsé de su cuerpo. Deslizó su miembro hinchado entre sus pechos desnudos. -Quiero acabar aquí. Sus manos se cerraron sobre sus pechos, los apretó para que rodearan su erección. ____ solo podía observar cómo se deslizaba contra ella, con los pulgares presionando sus pezones y provocando que le dolieran por la necesidad. Acabó con un gemido. Su simiente húmeda y caliente goteaba entre sus pechos, sobre su vientre, y bajaba por su vagina excitada. Cerró las manos alrededor de su cintura y la llevó sobre su re¬gazo para que se pusiera a horcajadas sobre él. ____ se estremeció cuando hizo a un lado su corsé, cogió su pezón entre los dientes y succionó con fuerza. Frotaba su sexo contra su vientre plano y la parte inferior de su falo, buscaba alivio, buscaba satisfacción. A pesar de su meneo, él se negó a penetrada. Ella casi grita cuando el carruaje se detuvo. Joseph arregló su capa para cubrir su desnudez y la sentó en el asiento de enfrente. Sonrió cuando ella levantó una mano temblorosa hasta su cabello. -Te daré dos minutos de ventaja para que subas las escaleras y entres a tu habitación. ____ lo miró fijamente. Fingió bostezar. -Es muy amable de tu parte. Estoy muy cansada. Torció una de las comisuras de su boca hacia arriba. -No te dormirás. Te encontraré, y cuando lo haga, voy a follarte. La puerta del carruaje se abrió, y Joseph bajó de un brinco para ayudar a ____ a salir. Susurró en su oído: -Dos minutos, comenzando desde ahora
Última edición por ely_jelu el Febrero 17th 2011, 08:04, editado 2 veces | |
| | | Beautiful-NO-Tamed. Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 515 Edad : 29 Localización : Tomando leche de la granja de Joe ;) Fecha de inscripción : 02/08/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 14th 2011, 19:17 | |
| Capitulo 08-Parte 4
Ella apenas recordó dar las gracias al mayordomo al pasar por delante de él, su mirada estaba puesta en las escale¬ras. Cuando llegó al primer descansillo, se volvió y vio que Joseph ya estaba en el vestíbulo. Él levantó la mirada y dijo «uno» moviendo los labios. ____ apresuró el paso al recorrer el pasillo desierto hacia su habitación. Abrió la puerta y dejó que la capa cayera de sus hombros. Solo el brillo de la lumbre acumulada iluminaba las habitaciones. Por alguna razón, no había velas que se le suma¬ran a su luz. ____ se detuvo para orientarse y oyó pasos en el pasillo detrás de ella. ¿Deseaba esconderse de Joseph? Su cuerpo ansiaba la satisfacción que podía darle, pero su mente disfrutaba de la idea de una persecución. Cuando la puerta se abrió, ella salió a toda prisa, rodeó la inmensa cama y se dirigió al vestidor que conectaba las dos habitaciones. Allí tampoco había luz. «Joseph debió haber planeado esto». ____ intentaba calmar su respiración y decidir dónde esconderse. El armario que estaba entre los dos cuartos parecía ser la mejor elección, era largo y angosto, y estaba lle¬no de ropa. Se movió hacia la puerta y sintió un tirón en su falda. Con tanta rapidez como pudo contoneó las caderas para quitarse el vestido suelto y continuó. Joseph reía. ____ se in¬trodujo en el armario y se agachó hasta el suelo. Se quitó la enagua y la metió detrás de alguna de sus botas de invierno. ¿Se notaría su corsé blanco en la oscuridad? ____ no quería quitárselo y quedar desnuda. Se detuvo al aspirar el característico olor de Joseph, cítricos y humo de cigarro. Casi grita cuando él envolvió la mano en su tobillo y la giró sobre sus espaldas. Le lamió el pie y luego procedió a besarla subiendo por la rodilla cubierta por la media. Con desesperación, ____ intentó alejarse, pero Joseph la asía muy fuerte. La acercó de un tirón. Su boca le ro¬zaba la parte interna del muslo mientras la lengua vibraba en su sexo. Ella pateó con la otra pierna y encontró músculo sóli¬do. Las manos de él desaparecieron. ____ ahogó un gemido al sentir que él se había ido. Se dio la vuelta y comenzó a gatear junto a la otra pa¬red del armario que tenía salida a la habitación de Joseph. Las franjas de luz de luna iluminaban la alfombra roja más cercana a su cama. No había rastros de él. Detrás de ella había oscuridad y la posibilidad de la lujuria de Joseph. Le dolían los pechos; su sexo vibraba al compás del latido de su corazón y de su respiración acelerada. Deseaba que Joseph la atrapa¬ra y hundiera su polla dentro de ella. ____ volvió a dirigirse hacia la parte oscura de la habi¬tación. Pasó con cuidado por delante de la cómoda y chocó contra una pared masculina caliente y excitada. Con un gemi¬do de triunfo, Joseph la asió de las muñecas y la giró sobre su espalda. Con los dientes le apretó los pezones y ella arqueó la espalda mientras él succionaba con fuerza. Metió su muslo entre sus piernas, frotó su sexo dilatado, enloqueciéndola. El goteo caliente de su semen adornó su vientre. El cuerpo de ella se preparaba para acabar, pero él se retiró a las sombras otra vez, dejándola terriblemente excita¬da y a punto de enfurecerse. Ella miró hacia la puerta que daba al pasillo principal. Se tendría bien merecido que desapa¬reciera a descansar a una de las habitaciones de huéspedes. Su corazón palpitaba tan fuerte que se preguntaba si él podría oído. Llegó hasta la puerta, probó el picaporte y se dio cuenta de que estaba cerrada con llave. Con una frustración cada vez mayor, miró en la penumbra. ¿Dónde más podía es¬conderse? Unos dedos le tocaron el tobillo, y se marchó con ra¬pidez. Con toda su energía, corrió hacia la cama con dosel y desapareció entre las gruesas cortinas. Su intención era gatear por la cama y dirigirse al banco junto a la ventana del otro lado. Gritó cuando Joseph la tomó de la cintura e impidió que se moviera. Sus manos le arrancaron el corsé. La manipu¬ló contra uno de los gruesos postes en la esquina de la cama. Antes de que pudiera quejarse presionó sus pechos y su vien¬tre contra la madera, atrapándola delante de él. Ahora la respiración de ella era entrecortada y su cuer¬po ardía con el deseo de finalizar. -Coloca los brazos alrededor del poste -Joseph le susurró la suave orden cerca del oído-, y no te muevas ni te des la vuelta. ____ envolvió los brazos alrededor de la gruesa colum¬na y apoyó la mejilla contra la tersa superficie fría de la madera. Sintió que el colchón cedía mientras Joseph se alejaba y luego regresaba. Cogió sus muñecas y las ató con algo sedoso que reconoció como una de sus medias. Llevó sus muñecas por encima de su cabeza y las sujetó contra el poste. Tuvo que ponerse de pie para estar cómoda. El poste de la esquina descansaba entre sus pechos, presionando contra su entrepierna y estimulando su vagina ya excitada. Lo había deseado toda la noche. Lo deseaba en ese momento. Él se quitó el resto de la ropa y el calor resbaladizo de su polla empujó en su espalda. Cerró los ojos mientras Joseph jugaba ligeramente con sus pezones. -Has succionado bien mi polla en el carruaje. ¿Te agrada sentirme en tu boca? -Sí. Apretó sus pezones entre sus dedos y tiró. -¿Porqué? -Porque me gusta cómo sabes y cómo llenas mi boca. Joseph apretó con más fuerza, llevando su cuerpo excitado a un punto entre el placer y el dolor. Ella se estremecía mientras sus uñas presionaban más profundamente. -Si no fuera un hombre civilizado, te tendría desnuda para que me succionaras cuando quisiera. -____ tragó con fuerza -Me gusta imaginarte a mis pies en mi oficina. Chas¬quearía los dedos y me atenderías al instante. Incluso aunque hubiera otras personas allí -gruñó desde el fondo de su garganta, y envió ondas de deseo a través de su piel -Todos mis empleados estarían constantemente excitados. -Entonces, tal vez sea bueno que el mundo sea más civilizado. Joseph le mordisqueó la nuca con la fuerza suficien¬te como para hacer que se estremeciera. -Créeme, el mundo no es civilizado. He visto cosas que no... Dejó de hablar, casi sin respirar sobre su piel. Su tono apagado la alarmó. Dejó caer las manos de sus pechos y le lamió el cuello con la punta de la lengua. Uno de sus hábiles dedos rozó la curva de su columna y se detuvo en sus nalgas. Ella no pudo evitar ensanchar su postura, invitándolo a hurgar más profundamente. Aspiró el olor mezclado de su excitación. La risa en voz baja agitó el cabello de su nuca. -¿Qué deseas, ____? En la oscuridad, se sentía más atrevida. Una mujer que podía pedirle a su amante cualquier cosa, sin importar lo ver¬gonzosos que fueran sus deseos. Arqueó la espalda, dejó que sus nalgas presionaran contra su vientre duro y velludo. -Deseo que me toques. Su dedo se detuvo a unos centímetros de su ano. -¿Dónde? -Había órculos en su capullo apretado-. ¿Aquí? -Su pulgar la atravesaba -Me encantaría penetrarte allí. ____ quedó inmóvil ante la invasión desconocida. -No sabía que se pudiera. -Intentaba relajarse mientras él deslizaba su pulgar hasta llegar al nudillo. -Llevaría tiempo ayudar a que te acostumbres a mí, pero valdría la pena. -Deslizó los otros dedos hacia delante y los hundió en el néctar espeso que se vertía de su vagina -¿Qué deseas? -Tus dedos, dentro de mí -jadeó mientras él actua¬ba-. iAy, sí, de esa manera! La mantenía cautiva, en equilibrio, entre sus dedos y el pulgar sobre la palma extendida de su mano. Tembló cuando él llevó la otra mano hacia abajo para acariciarle el clítoris. -¿Dónde preferirías estar, ____? Su pregunta en voz baja la sorprendió mientras luchaba contra el deseo de acabar. Él aumentó la presión en su clítoris. -¿Preferirías estar bailando conmigo o dejar que jue¬gue con tu vagina? -Prefiero que juegues conmigo. -Se frotaba contra sus dedos, desesperada por acabar. Él dejó de moverse y le besó el cuello. -Déjame desatarte las manos. Si me prometes que permanecerás quieta, te traeré un obsequio. A pesar de la falta de satisfacción, ____ esperó de ma¬nera obediente en la oscuridad mientras él se marchaba. Cuando regresó, encendió un candelabro y lo colocó al lado de la cama. Los iluminaba con un brillo dorado. Joseph quedó de pie delante de ella, con una caja en las manos. La levantó hacia la luz para que ella pudiera ver las ilustraciones de la tapa: una mujer desnuda recostada en un diván, con una sonrisa complaciente en el rostro. Al principio, ____ solo vio los aros de oro que perforaban sus pezones y su ombligo. Luego bajó la mirada hacia la mano de la mujer, que descansaba entre sus piernas abiertas. ____ intentaba desci¬frar qué estaba haciendo la mujer para provocar esa sonrisa. -¿Es doloroso tener esos aros puestos? -Imaginaba cómo debía sentirse que la boca de un hombre tirara de esa parte tan sensible. Joseph sonrió, mostrando sus dientes blancos en la penumbra. -Un poco, y, sí, a los hombres les agrada, si esa era tu próxima pregunta. -Hizo a un lado la caja -¿Qué crees que tiene entre las piernas? ____ miró fijamente la ilustración y luego a él. -No estoy segura. -Está masturbándose. -¿Con qué? -Con una polla de imitación. -¿Por qué? Joseph retiró la tapa de la caja para mostrar el interior sedoso. -Porque no tiene un amante o él se encuentra ocupa¬do. Hay muchas razones por las que una mujer podría querer utilizar un consolador, o como lo llaman los italianos de manera muy romántica: un diletto. ____ observaba, con la boca seca, cómo desenvolvía el contenido de la caja. -Extiende la mano. Dejó un pesado objeto de jade en la palma de su mano. ____ pasaba la yema del dedo por el complejo tallado mientras el latido de su corazón se calmaba y hacía eco en el latido entre sus piernas. Era la interpretación perfectamente esculpida de una polla erecta. ____ estimaba que el largo superaba los veintidós centímetros. -¿Esto es para mí? Joseph se sentó detrás de ella en la cama y miró por encima de su hombro. -Sí. Tengo que ir a Southampton durante una semana y pensé que me echarías de menos. -Dejó la caja sobre la colcha y le mostró un estrecho arnés de cuero -A algunas mujeres les agrada utilizar el consolador cuando se pasean. Este artilugio lo mantienen clavado en tu interior. ____ se relamió. -¿Te agradaría pensar en mí haciendo eso cuando estés lejos? Joseph giró el rostro de ella para darle un beso, su boca era fuerte y posesiva. -No, me molestaría no verte demasiado, aunque sin duda me darías algo en qué pensar cuando esté por acabar solo. ____ cerró sus dedos alrededor del jade, que se había entibiado en su mano. -¿Me enseñarás a utilizado? A modo de respuesta, se arrodilló detrás de ella y la levantó sobre sus rodillas, con la espalda contra su pecho, y las piernas extendidas a ambos lados de él. Podía ver su reflejo borroso en el espejo que estaba sobre el tocador. La veía tranquila y juguetona, con el sexo abierto ante su mirada. Cerró una mano sobre su pecho y deslizó la otra hasta su clítoris. -Asegurémonos de que estés preparada. ____ reprimió una risa. -Creo que he estado preparada desde que te vi por primera vez en el baile esta noche. Joseph le apretó el clítoris. -Creo que has estado preparada desde el primer día en que te vi. -La penetró con cuatro dedos -Imaginé tener¬te de esta manera. Cada noche que pasé en la casa de tu padre estuve excitado y listo para follarte. -¡Dios! Estaba muy húmeda y resbaladiza, sus dedos entraron con facilidad -Dame el consolador y observa con atención. Tomó su mano, entrelazó sus dedos con los de él, y bajó el terso jade hasta su entrepierna. Al principio, rozó con suavidad su clítoris, se aseguró de que el grueso falo se cu¬briera de su néctar. -Abre más las piernas, quiero que lo veas. Mientras la ayudaba a introducir la sólida cabeza pro¬tuberante, él apretaba su pezón con fuerza y mordía el tendón al costado de su cuello, provocando que se retorciera contra él. -¿Ves? Entra con facilidad. Estás muy húmeda y pre¬arada para tener sexo. -Hizo que albergara los primeros quince centímetros, observó su reacción, la indecisión de sus dedos medía cuando creyó haber aceptado lo suficiente. Él retiró la mano. -Deslízalo hacia adentro y hacia afuera como si fuera una polla verdadera. -____ suspiraba al asir el jade y moverlo hacia atrás y adelante en un ritmo lento y lánguido. Joseph mecía sus caderas, dejando que su vara terriblemente hinchada se deslizara contra sus nalgas desnudas. Frotaba su clítoris al ritmo de sus caricias, la observaba acercarse al clímax. Ella movía el jade con más rapidez, albergando un poquito más con cada penetración. Mientras su cuerpo llegaba al punto de mayor excitación, Joseph colocó la mano sobre la de ella y metió el consolador más profundamente, hasta que lo acogió por completo. Ella alcanzaba espasmos contra sus manos; sus caderas corcoveaban en un esfuerzo por asi¬milar el placer. Con esfuerzo, Joseph contuvo su necesidad desesperada de acabar mientras esperaba que ella dejara de temblar. Cogió varias almohadas de la cabecera de la cama y la inclinó sobre ellas. Sus nalgas se elevaron en el aire mientras él ex¬traía el jade. Sin decir una palabra, tomó sus caderas y empujó con fuerza dentro de ella. No tenía tiempo para las sutilezas, solo una necesidad salvaje de colmada con su simiente con tanta rapidez como fuera posible. Sus delicados gritos resonaban con las violentas pal¬madas de su cuerpo contra el suyo, un sonido más alto que los gemidos de él. No deseaba disminuir el ritmo, la necesitaba rápido y con fuerza. Cuando el semen salió de su interior con inmensa prisa, rugió su lujuria y cayó sobre ella, su corazón latía con tanta fuerza que estaba a punto de estallar. No valía de nada tratar a su esposa como a una delicada dama, ella parecía alentar su apetito sexual y disfrutar de hacerle romper los límites sexuales tradicionales de un matrimonio de sociedad decente y educado contraído por el bien de la descendencia. No se podía negar que deseaba violarla. De¬seaba colmarla con su simiente, tenerla desnuda en su cama para que solo lo sirviera a él. ¡Maldición! Joseph abrió los ojos y miró fijo la penumbra de las colgaduras de la cama. El olor a sexo y el perfume único de su mujer flotaban a su alrededor. Se apartó y dejó que ____ girara sobre su espalda. Observó su rostro. Ella le sonrió, con la mirada suavizada por el brillo de la finalización. La polla de Joseph temblaba. Sin decir nada, se arrastró entre sus muslos abiertos y la observó. Estaba muy húmeda ahora, cubierta de su semen. Tocó su clítoris con la punta de la lengua y notó que ella contuvo la respiración. Su falo respondió y se levantó un poco. Abrió más los muslos de ella, haciendo lugar para sí mismo entre sus piernas. Ya no era un juego divertido, era suya. Tuvo un deseo absurdo de marcarla con su manera de hacer el amor para que ni siquiera mirara a otro hombre mientras él no estaba. Deseaba dejarla muy dolorida para que cada dolor de sus músculos le recordara a su polla clavándose en su interior, a su cuer¬po poseyéndola, a su deseo por nadie más que por él. Se agazapó delante de su cuerpo, respiraba fuerte, su deseo primitivo por ella luchaba contra su mente civilizada. Después de las experiencias en Turquía, estaba seguro de que el sexo era solo un juego exquisito, no esa necesidad que le retorcía las tripas por proteger y conquistar a una mujer. Se ha¬bía prometido a sí mismo que nunca más lo poseerían, ni es¬clavizaría a nadie. Sus sentimientos posesivos por ____ se acercaban demasiado a las emociones que guardaba de la manera más íntima. Miró su clítoris y volvió a provocarlo con su lengua, sintiendo su temblor. Ella bajó la mano hacia su nuca y empujó su rostro para acercarlo. Con un gemido la lamió, tomando el obsequio que le ofrecía. Su falo se endureció, y supo que debía tomada otra vez. Su promesa de limitarse a no hacerla más de dos veces por noche de repente pareció ridícula. Se preocuparía por las consecuencias de sus acciones por la mañana, después de que ambos quedaran exhaustos por los placeres carnales.
Última edición por ely_jelu el Febrero 17th 2011, 08:06, editado 1 vez | |
| | | Diiana_jb_xDD Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 305 Edad : 27 Localización : "ciudad gotica" Fecha de inscripción : 10/12/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 14th 2011, 20:36 | |
| U.U no te enojes no fue nuestra intencion molestarte esq la verdad no sabiamos nada de ti y es preocupante! quisa si nos hubieras dicho pues no estariamos haci de molestonas! xDD loo siento u.U! en serio lo siento! espero que tu mamii se mejore! y si tengo vida pero esq aveces no la uso xDD soy una friki anti-solcial sin vida y matada! xD ok no -_-! peroo enserio no te enojes! =D es san solterin ponte feliz! | |
| | | claribel de jonas Casada Con
Cantidad de envíos : 1416 Edad : 30 Localización : tomando el sol en las playas de republica dominicana con nick a mi lado wiii Fecha de inscripción : 06/02/2010
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 14th 2011, 20:43 | |
| Mira primero no debes sentirte presionada , ya q no es una presion , es normal q nos pongamos asi , cuando nos dices q tal dia pondras cap ... .. si tienes problemas con solo decirnos chicas.. miren tengo esto y esto .. ya nosotras entendemos y esperariamos .. pero no te puedes incomodar con nosotras ya q no es nuestre culpa.. espero q todo se solucione y de corazon q tu mama se mejore ... PD: Siento mucho si te incomode , pero es q la nove me tiene mal jeje.. ademas como escritora debes acostumbrarte al sentir el desespero de tus lectoras al no poner cap.. te lo digo yo , q soy escritora de 4 novelas .. y como tu tengo una vida y tambien tengo uno q otro problema.. Pero , se lo hago saber a mis lectoras y ellas entienden y se calman.. solo debes decirnos y punto ... Los caps me encantaron cuand puedas sube PROMETO NO FASTIDIAR MAS | |
| | | nikifriky Casada Con
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| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 15th 2011, 19:40 | |
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| | | nobodyisperfect! Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 845 Fecha de inscripción : 07/02/2011
| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 16th 2011, 12:35 | |
| sii mira person si te hicimos sentir mal, no fue nuestra intencion, primero esta tu familia cuidala y espero que mejore y ps siguela cuando puedes pero no te molestes ni nos abandones | |
| | | Beautiful-NO-Tamed. Amiga De Los Jobros!
Cantidad de envíos : 515 Edad : 29 Localización : Tomando leche de la granja de Joe ;) Fecha de inscripción : 02/08/2010
| | | | Beautiful-NO-Tamed. Amiga De Los Jobros!
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| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 17th 2011, 07:54 | |
| CAPITULO 09-Parte 1
-¿Estás seguro de que no puedo ir contigo? Joseph miró el reloj de bolsillo antes de volverse hacia ____. -Esta no es una visita social. Han hecho algunas acusaciones graves sobre el gerente de nuestra oficina en Southampton. No esperamos que nuestra reunión sea placentera. Aunque debido a la postura inflexible de su boca se daba cuenta de que no podría hacer que cambiara de opinión, no pudo resistir otro intento. -Podría quedarme con mis padres. Ni siquiera tendrías que verme. Su sonrisa brilló. -Entonces, ¿con qué motivo estarías allí? Y si supiera que estás cerca, me distraería demasiado y no podría hacer mi trabajo como corresponde. -Tal vez solo desee ver a mi familia, señor, no a ti. Dio una vuelta y le tomó la barbilla con sus largos dedos. -¿No me extrañarías en tu cama? Sintió que sus mejillas se acaloraban mientras él la miraba firmemente. ¿Cómo podía hacerle eso? Le acarició el labio inferior con el dedo pulgar. -Te extrañaría. Tal vez deba intentar captar tu atención con más tesón. El reloj sobre la repisa de la chimenea dio las diez, y alguien golpeó la puerta del estudio, lo que provocó que ____ diera un brinco. Joseph dio un paso hacia atrás cuando Nick entró a la sala y le hizo una reverencia a ella, quien le sonrió, agradecida de que se quedara para hacerle compañía mientras Joseph no estaba. Observó a Joseph mientras se acomodaba en una silla junto al escritorio. Vestido para viajar, se veía en su habitual estado impecable, con una chaqueta negra y pantalones color canela que se aferraban a su cuerpo musculoso. Ella se reclinó contra los cojines, consciente del dolor que perduraba entre sus muslos, y del roce de sus pezones contra el corsé. La manera de hacer el amor de Joseph había alcanzado nuevos niveles la noche anterior. El deseo que sentía por ella era en apariencia insaciable. Le echó una mirada. -¿Necesitas otro cojín, querida? -Estoy bien, gracias, milord. Nick se volvió para observarla, con preocupación en el rostro. -¿Estás indispuesta, ____? La boca de Joseph se torció en una de sus comisuras mientras ella se sonrojaba. -Creo que mi esposa no durmió bien anoche. ¿No es así? -Joseph tiene razón. Por desgracia sus fuertes ronquidos no me han permitido dormir. -No recuerdo que roncaras, Val. ¿Cuándo ha ocurrido eso? -preguntó Nick mientras le alcanzaba otro cojín a ____. -Es probable que se deba a su avanzada edad -comentó ella con dulzura -Lo he amenazado con ponerle una pinza de ropa en la nariz. Joseph comenzó a reír justo cuando su secretario, el señor Jeremy Carter, entraba al estudio. El señor Carter arru¬gó el entrecejo ante el extraño sonido mientras se detenía junto al escritorio y apoyaba una pila de libros sobre este. -Buenas tardes, milord. ¿Soy la razón de su diver¬sión, o solo me he perdido algo? Joseph se levantó y negó con la mano. -Nada importante, señor Carter. Sabe que siempre es bienvenido. -Hizo un gesto hacia ____ -No creo que co¬nozca a mi esposa. Decidí que era hora de involucrarla en nuestros problemas familiares. ____ le sonrió al señor Carter, quien usaba gruesas gafas y no tenía ni un solo cabello en su lustrosa cabeza sudorosa, olía a bolas de naftalina y tinta seca. Su postura encorvada le recordaba al jefe de la oficina naviera de su padre, quien le ob¬sequiaba caramelos de menta cuando era una niña pequeña. -Encantada de conocerlo, señor Carter. Mi esposo dice que es un empleado magnífico y leal. Los labios finos del señor Carter se ensancharon en lo que pasó a ser una sonrisa mientras hacía una reverencia so¬bre la mano de ____. -Gracias, milady. Procuro mantener a flote nuestro barco financiero lo mejor que puedo. Joseph se sentó detrás del escritorio y acercó los libros mayores hacia él. -¿Cuánto nos afectó el último incendio? El señor Carter carraspeó. -Como el barco aún estaba en el puerto, pudieron so¬focar el incendio y el daño que sufrió el carguero fue insigni¬ficante. -Abrió el libro más grande y señaló un renglón con letras en fina caligrafía –Si el barco hubiera estado en alta mar, las cosas hubieran sido peores. La lana arde con rapidez. -Parece que tu idea de apostar más guardias en los barcos y en los depósitos ha funcionado bien, Nick. -Joseph asentía con la cabeza hacia su amigo, que estaba sentado al borde del escritorio -A nuestros enemigos les resulta más difícil perpetrar sus delitos. ____ se inclinó hacia adelante para observar las páginas escritas de manera compacta. Junto con la música, las matemáticas eran una de sus pasiones. Solo le llevó un momento darse cuenta de lo cerca que la empresa se encontraba de la quiebra. También notó que algunos de los primeros números no eran correctos. Después de una serie de cálculos rápidos en su mente se sentó y oyó la discusión que llevaban a cabo delante de ella. Era interesante observar a Nick y a Joseph en su ambiente de trabajo. Se despojaban de sus modales de sociedad y hacían surgir una sensación fría de negocios que a ____ le recordaba a su padre. Esperó que la complicada discusión sobre el poder del hombre frente a nuevos rumbos comercia¬les llegara a su fin. Joseph apretó los dedos sobre el caballete de su nariz y cerró los ojos, un gesto de cansancio que ____ había llegado a reconocer. -¿Puedo sugerir algo? -preguntó ____. Todos los hombres la miraron. -Por favor, hazlo. -Joseph extendió las manos en un gesto de súplica. -Es algo que hizo mi padre cuando sus negocios se vieron bajo amenaza debido a otros rivales. ¿Les han ofrecido a sus competidores asociarse en la carga? Nick arrugó el entrecejo. -¿Por qué haríamos eso? Lo último que necesitamos es perder su mercadería además de la nuestra. Nuestra repu¬tación ya está lo suficientemente mal de esta manera. -Creo que ____ podría tener razón. -Joseph se puso de pie y caminó por la gruesa alfombra azul –Si les ofreciéramos un espacio libre en el carguero a los demás, sería interesante ver qué barcos atacarían y cuáles no. -Con el paso del tiempo, podría ayudarlas a identi¬ficar a quién pertenecen los bienes que siempre sobreviven -agregó ____. Joseph le lanzó una mirada de aprobación. -Si controlamos los detalles de manera cuidadosa, podríamos identificar un patrón y un enemigo. -Si es que es uno de nuestros competidores –agregó Nick despacio. ____ arrugó el entrecejo. -¿Quién más podría ser? Joseph cerró el libro mayor. -No estamos seguros. Quien quiera que sea, también intenta manchar nuestras reputaciones personales. -Le sonrió a ____ -Nick y yo no hemos llevado vidas ejemplares exactamente. -¿Hablas del tiempo que pasasteis en Turquía? -____ intentaba llamar la atención de Joseph-. Erais niños. -Pudimos haber hecho enemigos. También intentaron chantajear a Nick. Y hay que tener en cuenta a mi familia. ____ miró con dureza el rostro tranquilo de Joseph. -No puedes pensar que tu familia desee hacerte daño. -¿Por qué no? -La miró, con desafío en su mirada. Mi regreso complicó la vida de mi padre. Es bien sabido que se regocijaría con mi ruina. Cree que volveré arrastrándome a él para que me ayude económicamente. -El comentario desdeñoso de Joseph se hizo más marcado -Por supuesto que preferiría pedir limosna en las calles, pero él podría pensar que la quiebra de mi empresa sería una manera adecuada de volver a dominarme. ____ no sabía qué decir. Por lo que había visto última¬mente del padre de Joseph, deseaba defenderlo. El instinto le decía que Joseph no tomaría bien su intervención. El señor Carter se aclaró la garganta. -Si me lo permite, milord, investigaré la posibilidad de transportar la mercancía de nuestros competidores. -Se puso de pie y recogió la pesada pila de libros. ____ apoyó la mano en su brazo. -Señor Carter, ¿le molestaría dejar los libros aquí esta noche? -Le sonrió de forma suplicante -Joseph prometió que me mostraría lo bien que usted mantiene las cuen¬tas de la empresa naviera para enseñarme a ajustar los gastos de mi hogar. -Le guiñó un ojo al señor Carter-. Parece que continúo gastando demasiado y eso hace que Joseph se en¬fade mucho conmigo. Levantó la mirada y vio que Joseph y Nick la observaban. El señor Carter le dio una palmadita en la mano. -Por supuesto, puede quedárselos, milady. Estoy en¬cantado de ver que se esfuerza por practicar el delicado arte de la economía. Nick abrió la puerta del estudio. -Se los devolveré mañana, señor Carter. Me compro¬metí a recoger a lady Jonas a las diez. Puedo devolverlos entonces. ¡Qué tengas un viaje seguro, Joe! Le hizo una reverencia a Joseph, le guiñó el ojo a ____ y acompañó al señor Carter a salir de la sala. Joseph cerró la puerta y se apoyó contra esta. -¿Qué ha sido todo eso? Tus cuentas del hogar siem¬pre son inmaculadas. ____ se puso de pie, y llevó su atención a los libros mayores. -Las columnas no cuadran. -¿Qué? ____ lo ignoró cuando se acercó al escritorio. -Mientras el señor Carter te mostraba el último asiento, yo revisé los primeros números. Según mis cálculos, alguien ha vuelto a alterar las cantidades. Joseph miró con atención las dieciséis columnas estrechas que se desplegaban en una hoja doble. Le llevaba horas hacer cuadrar los valores de recaudación de una semana. ¿Cómo diablos pudo ____ darse cuenta de una infinidad de errores en seis meses de asientos? Ella hizo un gesto con impaciencia. Él le dio una pluma y una hoja del cajón de su escritorio. Su dedo marcó una línea cerca de la parte superior de la planilla. -¿Ves cómo algunos de los pequeños números están alterados? A veces es tan simple como un cero que se convier¬te en seis, pero cada cuarto de penique hace una diferencia. Joseph entornó los ojos hacia los números recalcados con tinta. Por Dios, tenía razón. La caligrafía de la segunda persona que escribió difería del estilo distintivo del señor Carter. –Si el señor Carter no hizo esto, ¿cómo es que no lo notó? ____ escribía con tanta prisa en el papel que la punta de la pluma salpicaba tinta sobre el secante. -Por lo gruesas que son sus gafas, supongo que su vista es muy escasa. Es posible que no notara los errores hasta completar sus cuentas anuales. -Levantó la vista hacia Joseph-. Por supuesto, para entonces es probable que fuera demasiado tarde para encontrar el dinero. ¿Quién más tiene acceso a estos libros? -Los guardamos en la oficina principal de envío y recepción aquí en Londres, por lo que, en teoría, cualquiera puede meter las manos en ellos. -Joseph corrió de su rostro un rizo de cabello que se le había escapado -Maldición, no hay manera de guardados bajo llave sin provocar rumores. Pídele a Nick que se encargue de esto mañana, ¿lo harás? ____ bajó la pluma. -Me llevará un tiempo revisar todos estos libros. Quizá podrías traerlos aquí por las noches para que yo pueda examinados. Joseph volvió a tapar el tintero. -No espero que hagas semejante trabajo. Hay muchos hombres capaces allí que podrán detectar el fraude. -Puedo hacerlo, Joseph. -____ mantenía su mirada con ojos suplicantes -¿Dudas de mí? Supervisé los libros de mi padre hasta que decidió que no era propio de una dama. Lo tomaría como un desafío fascinante. John Harrison había mencionado el talento de ____ por los números. Como un idiota, a Joseph no le había importado saber lo capaz que era ella. Había estado muy ocupado en imaginarla desnuda. -Está bien, puedes hacerlo. ____ brincó y envolvió sus brazos alrededor de él. Era lo más animada que se había mostrado fuera de su cama. En su decisión de encuadrarla en su ideal de esposa de sociedad, había estado cerca de negar sus notables capacidades. Odiaba que lo juzgaran por las apariencias, y aun así parecía incapaz de permitir que su esposa fuera más que un objeto decorativo en su brazo. -Gracias. No te defraudaré. Para cuando llegues de Southampton, tendré algo más definido para mostrarte. La besó en la mejilla y sintió que su polla se elevaba mientras su perfume femenino inundaba sus sentidos. De mala gana la apartó. -Debo irme. Ella hizo un puchero. El color rosa delicado de sus labios era un atractivo ante el cual le resultaba difícil resistirse. -Te echaré de menos. Él rio para ocultar la extraña reticencia por dejarla. Era una sensación molesta, una de la que había luchado mucho por escapar en las relaciones anteriores con las mujeres. -¡Tonterías! Estarás demasiado ocupada disfrutando de la temporada con mi madrastra y Nick como para extrañarme. Además, tienes que ocuparte de los libros mayores. ____ se puso de puntillas y lo besó en la boca. Su lengua se movía con rapidez sobre sus labios cerrados. -Te echaré de menos. Nadie más me hace sentir tan viva. Él miró fijo sus ojos azules mientras el deseo de hundirse dentro de ella crecía junto con su erección. -Usa el jade por mí. -Lo haré. Te imaginaré de pie al lado de mi cama, observándome. -Con lentitud se relamió a un escaso centímetro de los labios de él -Y escribiré mis fantasías solitarias en el Libro Rojo, para cuando regreses. Se apartó de ella hasta llegar a la puerta y giró la llave en la cerradura. Ella observaba con ojos bien abiertos y llenos de diversión mientras él desabotonaba de manera metódica sus pantalones. -Siéntate en el borde del escritorio y abre las piernas para mí, ____. El carruaje puede esperar unos momentos más. | |
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| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 17th 2011, 07:56 | |
| Capitulo 09-Parte 2
____ observaba el rostro angelical de Nick mientras atravesaba con cuidado las puertas de Hyde Park a la inusual hora de las once de la mañana. A pesar de las advertencias veladas de su padre acerca del pasado de Nick, a ____ le resultaba fácil confiar en él. La trataba de igual a igual, sus consejos acerca de la moda eran excelentes y sabía todo el cotilleo. Él inclinó su sombrero hacia un militar que iba al trote en un magnífico caballo negro. ____ admiraba el dominio tranquilo de Nick sobre las riendas. Joseph tenía un estilo más arriesgado de conducir que en el fondo la asustaba. Inspiró profundamente el aire vigorizante y se preparó para hacerle la pregunta que la había atormentado desde la partida de Joseph. -Nick, ayer Joseph mencionó que te habían chantajeado. Le sonrió y suspiró. -Estabas muy ocupada defendiendo a la familia de Joseph. Creí que esa parte había pasado inadvertida para ti. -No comprendo por qué alguien querría chantajearte. Detuvo el carruaje y le dio las riendas al mozo de cuadra. ____ esperó hasta que le tendió la mano para bajar y apoyó los dedos en la manga de su abrigo de montar azul oscuro. Dieron un paseo hacia la arboleda; las hojas marrones y doradas crujían bajo sus pies. -Como sabes, Joe y yo fuimos esclavos en Turquía varios años. Durante ese tiempo, adquirí varios hábitos des¬agradables que me ayudaron a sobrevivir el infierno en el que vivía todos los días. ____ observaba su rostro, y deseó cerrar los ojos ante el duro desconsuelo de su expresión. -Aún no comprendo. -Me hice adicto al opio. Aun después de mi regreso a Inglaterra, me llevó varios años sobreponerme al vicio. -Su boca se torció -Hice algunas cosas estúpidas para asegurarme de tener un suministro constante del opio más puro. Robé, mentí y engañé a todos los que intentaron ayudarme. Es fácil que alguien utilice esos años perdidos de mi pasado en mi contra. ¡Demonios! Aún no sé exactamente lo que he hecho. -¿Por eso no le gustas a mi padre? -Por supuesto; te ha advertido sobre mí, ¿no es verdad? -A Nick se lo veía divertido. ____ se atrevió a echarle una mirada rápida a su rostro. –Mi padre me dijo que no eras de fiar y que eras una mala influencia para Joseph. -Tiene razón. Le robé a tu padre y le mentí una y otra vez. De no haber sido por Joe, no estaría aquí ahora. Permaneció a mi lado cuando todos los demás perdieron las esperanzas. Me obligó a abandonar el opio y a encargarme de mi vida. ____ volvió la mirada hacia el carruaje en el sendero irregular. La chaqueta roja del mozo de cuadra brillaba vivamente contra los matices otoñales del parque, su respiración nublaba el aire helado. A pesar de los recelos de su padre, ____ creía a Nick. Lo veía como un hombre que había atravesado los fuegos del infierno y había sobrevivido. ¿Y qué sucedía con su encantador esposo que parecía tan indiferente ante algo tan sórdido? -¿Joseph ha sufrido como tú? -Joe eligió maneras más físicas para superar nuestra esclavitud. Es mucho más fuerte que yo. Aunque aún tiene las cicatrices. Quizá sean más profundas de lo que pueda darse cuenta. ____ se puso de puntillas y besó la boca fría de Nick. -Me alegra que hayas sobrevivido. Me alegra que hayas decidido vivir. La mano enguantada de él acarició su mejilla, con su mirada azul pálido directamente sobre la suya. -Gracias por eso -su voz sonó grave. ____ miró alrededor para ver si alguien había notado su conversación íntima y luego continuó caminando. Después de que hablaron sobre los descubrimientos en los libros mayores ella llevó la conversación a temas más generales hasta que Nick volvió a relajarse. Cuando volvían hacia el carruaje, decidió hacerle otra pregunta que la inquietaba. -Si quisiera darle a Joseph un obsequio muy especial, ¿me ayudarías? -Por supuesto que sí. -Nick bajó la mirada hacia ella, con la expresión disimulada una vez más bajo la sombra del ala de su sombrero. -Debe ser algo muy extraño si crees que necesitas mi ayuda. ____ luchaba contra el rubor que se elevaba en sus mejillas. -Quisiera perforarme las orejas. ¿Conoces a alguien que pueda hacérmelo? -¿Las orejas? -Nick se detuvo y le prestó toda su atención. -Cualquier criada capaz podría hacer eso. No se necesita mucha habilidad. Incluso yo podría hacértelo. La ayudó a entrar al carruaje. ____ esperó hasta que el mozo de cuadra estuviera fuera del alcance del oído. Se retorcía en el asiento. Sus manos enguantadas se entrelazaban en su regazo. -¿Y si quisiera perforarme otras cosas también? Al no recibir ninguna respuesta, se vio obligada a levantar la vista. Nick la miraba, con los ojos entrecerrados. Por primera vez vio un destello de interés puramente mascu¬lino en sus ojos. -¿Por qué crees que yo sabría eso? No parecía enfadado, solo interesado. -Porque Joseph dijo que disfrutabas de experimentar con los placeres carnales, y no puedo pedir... Se detuvo cuando él levantó la mano hasta su boca y besó su muñeca descubierta. -Está bien. No tienes que explicármelo. Conozco a una mujer que puede ayudarte. Es una vieja conocida de Joe y mía, de nuestros días más desenfrenados. -Le guiñó el ojo-. Puede perforarte lo que quieras. | |
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| Tema: Re: Esclavos del sexo-Joe y tu (Mayores) [Terminada] Febrero 17th 2011, 08:07 | |
| CAPITULO 10Joseph subía las escaleras sin hacer ruido mientras el reloj daba la una de la madrugada. Su habitación estaba envuelta en oscuridad y tenía aspecto húmedo y de desuso. Nadie sabía cuándo esperar su regreso a casa. Su plan original de regresar de Southampton en una semana había quedado truncado. A su llegada, encontró que el administrador naviero, el señor Reynolds, había desaparecido con una considerable suma de dinero que había robado de los libros, y todo el dinero para gastos menores. Había permanecido en Southampton casi un mes hasta que la oficina estuvo funcionando otra vez con normalidad. Había pasado la mayor parte de su tiempo visitando a los clientes y a los bancos para asegurarles la futura estabilidad financiera de la compañía. Había sido un trabajo agotador, incluso para un hombre de su supuesta simpatía y contactos. Imaginar a ____ y a Nick divirtiéndose juntos en Londres tampoco había colaborado con su humor. Tampoco lo hacían las noticias de que a pesar de sus enormes esfuerzos, el señor Reynolds andaba suelto. Joseph suponía que se había marchado del país en barco o bien que sus otros empleados se habían ocupado de él. Encendió una vela y la utilizó para prender el fuego preparado en la parrilla de la chimenea. Todo el acontecimiento le había dejado un sabor horrible en la boca. Nick y él habían trabajado muy duro para montar esa empresa juntos. En ocasiones habían navegado sus propios barcos, ensuciado sus manos para evitar problemas, y hasta habían asesinado cuando fue absolutamente necesario. Ver que el trabajo de su vida se le escurría entre los dedos como preciada agua potable en alta mar, hacía vibrar sentido del control. Se veía tan desesperanzado como cuan había sido esclavo, con su cuerpo sometido a los antojos sexuales de otros. Se quitó el abrigo de montar con capa, contento de estar libre de su peso. La última vez que había estado en casa, estuvo a punto de contarle a ____ sobre su pasado sexual. Dudaba que ella creyera cómo los obligaban a Nick y a él a servir a clientas hasta que caían exhaustos en sus camas. Su juventud, resistencia y piel blanca eran una atracción que la señora Tezoli, la dueña del burdel, había explotado al máximo. Su boca se torció en una sonrisa reacia. No era que hubiera sido tan mercenaria como los dueños de algunos burdeles; se preciaba de la calidad de sus mercancías. Esperaba has que fueran lo suficientemente maduros como para tener una erección antes de venderlos a cualquiera que pudiera pagar un exorbitante precio. Durante los primeros estados de excitación hasta había disfrutado de algunas de las mujeres. Los hombres siempre habían sido una cuestión diferente. Vislumbró el reflejo de su rostro triste en las sombra del espejo. Llegado un momento, había provocado a propósito a sus clientes masculinos más detestables a que le cortaran el rostro para destruir lo que codiciaban, para que le dieran el último golpe y lo liberaran del tormento. Estaba convencido de que su belleza física era una maldición, no una bendición. Luego de soportar los insultos, un cliente le rompió la mandíbula, y solo la intervención de Nick lo salvó de una fuerte paliza. Sonreía sin humor. Nick debió haberlo dejado. Si ____ supiera a cuántas mujeres había follado, ¿lo rehuiría o continuaría recibiéndolo en su cama? Un ligero ruido desde la habitación de ____ hizo que Joseph se volviera. Abrió la puerta interna y cruzó la corta distancia desde el vestidor hasta su habitación. La luz brillaba a través del marco. Ella volvió a suspirar, fue un sonido opu¬lento de satisfacción carnal que a menudo hacía cuando él la complacía. ¿Estaba con otro hombre? La lujuria y los celos retumbaban dentro de Joseph mientras abría silenciosamente la puerta. ____ estaba recostada en su cama; su camisón carmesí enmarcaba su exquisita piel y su cabello oscuro. Un haz de luz de vela se concentraba sobre la colcha de seda. El Libro Rojo estaba abierto y apoyado en la almohada de ____ mientras ella leía lo que era evidente que acababa de escribir. La garganta de Joseph se secó al darse cuenta de que movía su mano izquierda lentamente en¬tre sus piernas. Hizo el delicioso gemido sensual otra vez. Joe ahuecó su mano en su erección y apretó con fuerza. Había dormido solo en Southampton. El período más largo que había permanecido célibe en su vida de adulto. No había deseado a ningu¬na otra mujer. Había pasado las noches soñando con ____ y utilizando su propia mano y su viva imaginación para sentir alivio. No había sido suficiente. Se apoyó contra el marco de la puerta, con una mano aún friccionándose el miembro. Ella levantó la pierna derecha y flexionó la rodilla, y extendió la izquierda a un lado. Él vis¬lumbró un tenue destello del jade húmedo por su néctar con¬tra su muslo color marfil mientras se masturbaba. Arqueó la espalda y elevó más ambas rodillas, rozó el extremo del artefacto sobre su vagina. Rió, desde la profundidad de su gargan¬ta. La sangre se acumulaba en su falo mientras observaba sus exploraciones. Sin hablar, cruzó hasta los pies de la cama, se abrazó a los postes y la miró. Ella no reaccionó ante su presencial solo continuó masturbándose. Él aspiró el olor de su néctar, el sua¬ve sonido resbaladizo del jade que se movía. Habiendo olvidado el cansancio, se quitó con dificultad la chaqueta ajustada. El chaleco, el pañuelo de cuello y la ca¬misa le siguieron enseguida. Se dejó puestos los pantalones y las botas, disfrutaba de la sensación de su erección hambrien¬ta que empujaba contra la gruesa tela. Avanzó lentamente por los pies de la cama y se agachó delante de ella. Ella le sonrió, con la mirada intensa debido a la excitación, con los labios abiertos y ávidos. Pasaba el artefacto sobre su sexo hinchado. La rozaba de atrás hacia adelante, mantenía el jade hundido en su canal. Joseph se inclinó hacia adelante y rozó los labios de su vulva, calientes e hinchados contra el jade verde que apretaban con firmeza. Hizo círculos en su abertura, disfrutando de su espeso néctar y la punta dura de su clítoris. Su polla vi¬braba junto a los frenéticos latidos de su corazón, en busca de alivio. Deseaba desabrochar sus pantalones e introducirse en su interior, follarla y follarla hasta que se le agotara el semen. En cambio, se puso cómodo y frotó la cresta dura de su falo con los dedos temblorosos. Sus pantalones de gamuza ya estaban húmedos, y se sentían bastos y estrechos contra su carne que se abultaba con rapidez. «Aún no». No hasta que ella rogara. En cambio, rozó su clítoris con un dedo. Ella dejó que el artefacto cayera de su mano. Él se acercó, bajó la cabeza e inhaló su olor, lamió su clítoris con la punta de la lengua. Ella se estremeció y movió la barra de jade con más rapidez dentro y fuera de su canal. Joseph bajó la cabeza y lamió su camino alrededor del jade. Disfrutaba del contraste entre su carne hinchada y elástica, y la dureza tersa de la piedra. Con delicadeza, metió un dedo a cada lado del consolador para dilatarla aún más. La hacía jadear. Sabía que podía dilatarla aún más. Como esclavos, Nick y él habían penetrado con sendos miembros a una misma mujer. Toda esa fricción y firmeza también eran esti¬mulantes para el hombre. Sofocó sin piedad ese pensamiento y se concentró en ____. Movió los dedos dentro de ella y los hundió con fuerza, lamiendo su clítoris. Deslizó su otra mano debajo de sus nal¬gas y la elevó al ritmo de las caricias del jade. Dejó que su dedo más largo pa____ por sus nalgas y explorara su ano. Recogiendo su néctar espeso, pasó el dedo por su capu¬llo y con rapidez, agregó otro. Pellizcaba su clítoris mientras su pene intentaba perforar su salida de los pantalones, frené¬tico por follar. «Aún no». Esperó hasta que el dolor insoportable se mezcló con la anticipación y el placer. Sentía la larga firmeza de la barra de jade y sus otros dedos a través de sus paredes internas. Sabía que ella también lo notaba. Mientras estuvo en Southampton, había visitado a un comerciante oriental y había encontrado algunos tapones y anillos anales para ayudar a ____ a aceptar su polla. Por un momento imprudente, deseó tenerlos con él en ese momento, aunque quizá fuera mejor que no los tuviera. Después de un mes sin sexo, tenía que hacer las cosas poco a poco. Sabía de antemano lo doloroso que podía ser atravesado de manera forzada. De mala gana retiró los dedos y concentró la atención en su vagina y en su clítoris. Su respiración aminoraba, y supo que estaba cerca del clímax. Se echó hacia atrás, apenas tocándola, deseaba ver su rostro en ese momento tan íntimo. Corrió los pliegues de su camisón para dejar al descubierto sus pechos y casi perdió lo poco que le quedaba de sentido. Sus pezones rosados brillaban en oro. Él miró fijamente los aros que perforaban su piel sensible. Ella se estremeció cuando él alargó un dedo. Con gran control, tocó ligeramente el aro. Durante un tiempo estaría dolorida. Le dolería aún más si se quitaba el aro, como le había sucedido a él. Aún llevaba la cicatriz en su pecho. Pasó la lengua por el cálido metal y retiró los dedos de su vagina. -¿Aún te duele? Ella se mordió el labio. -Un poco. Le lamió el pezón con tanta suavidad como pudo, y ella suspiró. Cuando cicatrizara, pensaba pasar un buen tiempo en sus pechos, sin escatimar su atención. Dios, era posible que nunca le permitiera salir de la cama otra vez. Ahuecó la mano en su mentón y la besó en la boca, obsequiándole el sabor de su propio placer. Su polla vibraba, deseaba estar dentro de ella con un apetito primitivo que lo sacudía hasta la médula. Aún besándola, alargó la mano hacia abajo y se abrió los pantalones. Silbó su aliento entre dientes mientras su polla se liberaba. La buscaba a ciegas. Ella bajó sus calzones para dejar al descubierto sus nalgas y sus testículos tensos. -Ay, Dios, Joseph, cómo te he echado de menos. Él gimió cuando sus uñas le arañaron la piel. Liberó su boca y volvió a deslizarse entre sus piernas, apartó sus rodillas con las caderas. Ahora albergaría su polla y gritaría de placer. ____ se estremeció cuando él quitó la mano del conso¬lador de jade y asió la base de su falo. Su polla estaba más grande de lo que la había visto alguna vez. Llevó la enorme coronilla que goteaba a lo largo del lateral inferior del jade (dilatada carne roja contra un verde claro, calor aterciopelado contra la piedra bañada en su néctar). Su vagina lo aceptó debajo del jade. Él esperó hasta que su piel cedió de buen grado y luego continuó su lenta penetración. Las sensaciones estallaban en su cuerpo. La vagina de ella apretaba. La firme resistencia de la piedra estaba por encima de él. Estaba atrapado en un torno de banco erótico de su propia creación. -Joseph -____ se aferró a sus hombros musculosos, sus uñas se clavaban profundamente -¡Ay Dios! ¡voy a acabar. Él presionó más profundamente hasta que sus testículos golpearon contra las nalgas de ella y permaneció inmóvil mientras bañaba su polla con la fuerza de una tormenta devastadora. Contuvo los gritos en su boca, negándose a finali¬zar el beso incluso cuando ella pellizcaba y mordía sus labios en los últimos espasmos de su clímax. Cuando dejó de sacudirse, él se retiró y quitó el conso¬lador de jade. Bajó la mirada hacia su hermosa vagina húmeda y preparada para follarla. Era demasiado para controlarse. Ahora estaba más allá de eso, igual que ella. Sostuvo el jade y deslizó dos dedos dentro de su recto. -Lo quiero aquí dentro. ¿Lo harás por mí? -Lo he intentado sola cuando no estabas. Levantó una ceja mientras la penetraba poco a poco con el jade. -Debiste de haber estado aburrida. Te pedí que me esperaras. Su respiración se entre cortó cuando él deslizó el jade hasta que no pudo llegar más lejos. -Pensé en prepararme para ti. -Siempre eres muy impaciente, ____, pero en esta ocasión me alegra. Se relamía mientras él llevaba sus muslos por encima de sus hombros y volvía a sumergirse directamente en su interior. Ahora era suya; ya no podía negarlo. Se hundió en su calor con un gemido. Podía sentir el jade incluso a pesar de que su vagina apretaba y aflojaba mientras ella acababa. -Estoy de vuelta ahora, ____. Ya no hay más jade para tu vagina a menos que yo lo coloque allí. No más de tus dedos, solo mi polla que te follará tanto tiempo y con tanta fuerza como desees. Ella gimió y lo abrazó más fuerte mientras él continuaba empujando. Su bienvenida estaba asegurada. Por primera vez en su vida de adulto, se sintió seguro de que alguien entendería y perdonaría su pasado. Gimió mientras su semen la colmaba y se dio cuenta de que en verdad, había vuelto a casa. Listo chicas | |
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