El Terror De Tener Alguien En Mi Cama -Nick & Tu- (algo hot) Sipnosis y 1er Cap!

-Hace días que realmente no vale la pena salir de la cama –_______
rezongó, enojada, al mirar el reloj digital sobre la mesa de luz.

El pequeño botón rojo titilaba indicando una falla de energía durante
la noche, que había interrumpido el mecanismo del despertador. Ella
arregló la hora y, en voz baja, murmuró un juramento mientras
caminaba perezosamente hasta la ducha.

El chorro frío del agua la despertó completamente, no que fuera el
baño más rápido del mundo. Entonces, se vistió deprisa, corrió hasta
la cocina, le puso la comida al gato y se tragó un vaso de jugo
pronto de naranja. Tomó su cartera, manteniendo su ritmo
vertiginoso, y se subió al elevador rumbo al garaje del edificio.

Segundos después, ________ se puso tras el volante de la furgoneta de la firma “Flores y Buqués”, giró la llave en el encendido y... ¡nada!

-No me hagas esto-, suplicó al vehículo mudo. Durante los minutos
siguientes, ella pidió, imploró, golpeó, prometió, y el motor continuó
sin vida.

___________ reprimió el impulso de gritar de frustración. Aquella era
apenas un martes, pero parecía ser un viernes 13. Todo parecía salir
mal aquella mañana.

Le restaba manejar su MG rojo, exhibiendo a disgusto el auto
deportivo por las calles de Sydney. No era el vehículo más indicado
para transportar flores de la tienda localizada en el Double Bay, de
la cual era propietaria junto con su hermana, Selena.

Por suerte el tránsito era tranquilo. La ciudad daba señales de
despertar de a poco, con los vehículos de entrega de pan y leche
comenzando a circular, los basureros del ayuntamiento terminando
de limpiar las calles con sus aterradores chorros de agua y los taxis
llevando ejecutivos a los primeros vuelos de la mañana.

A ___________ le gustaba ese momento del día. Puso la radio del auto en una emisora popular y balanceó su cuerpo al ritmo de las fuertes compases de la música, una manera bastante peculiar de convocar al buen humor.

Luego el sol estaría firme en el horizonte, alejando las últimas
nubes grises, inundando todo con luz y color.

En el mercado de flores, una mirada de reojo le bastó para concluir
que las mejores rosas ya habían sido llevadas. Ella escogió las flores
que le parecieron más atrayentes, llenó la orden de compra y puso el
auto rumbo a Double Bay.

Era un área elegante donde se encontraba su florería. Gracias al
espíritu previsor de su finada madre, el negocio además de propio,
estaba libre de deudas e hipotecas y era razonablemente lucrativo.

A las seis y media, ___________ llegó, abrió la puerta externa de enrollar y encendió las luces, pues aún estaba oscuro. Prendió la cafetera, después de abastecerla de polvo, y entonces se sentó para trabajar.

Mientras se hacía el café, ella tuvo tiempo de prender el computador
y chequear las encomiendas hechas por e-mail. También verificó la
máquina de fax y concluyó que tendría un día totalmente ocupado. Y
por teléfono, llamó a un mecánico conocido y le pidió que fuese al
edificio donde vivía para arreglar la furgoneta.

El café fuerte y fresco le reforzó las energías. ___________ estaba en su tercera taza cuando Selena apareció. Observarla era un poco como
mirarse al espejo. Ambas poseían estaturas mediana, huesos
salientes en el rostro, curvas suaves y cabellos naturalmente oscuros.
Dos años las separaban, y Selena, la mayor, tenía 27. El detalle de las
personalidades, no obstante, era más importante. Se mostraban
semejantes en valores y criterios, aunque ______ tuviese mayor
dificultad en tomar decisiones.

La necesidad de sobrevivir a una relación amorosa negativa le había
traído una fuerza de voluntad que ignoraba poseer. Pero también
había plantado en ella una radical desconfianza en relación a los
hombres.

Un año de noviazgo con Justin Somerville, los planes para una bella
boda y una luna de miel perfecta no la habían preparado para la
súbita transformación del hombre que ella había jurado amar u
honrar.

Al principio, ella juzgó que hizo ó dijo algo que enojara a Justin. La
agresión verbal que él pasó a adoptar con hábito ya era suficientemente mala, pero el abuso físico ella no lo pudo soportar.
Celoso, posesivo hasta el límite de la obsesión, Justin matara los
sentimientos que ella sentía por él. Tres meses después de una
convivencia infernal ________ simplemente había hecho las maletas y
salió de la vida de su marido.

Después del divorcio, volvió a usar su apellido de soltera, compró un pequeño apartamento, adoptó una gata de raza, que bautizó Millie, y pasó a vivir solamente para su trabajo.
-Hola –____ saludó a su hermana con una sonrisa, notando el leve aire de fatiga de Selena. – ¿Gran trasnochada? ¿Náuseas matinales?
-Hasta que no sería mal. –Selena cruzó frente a ella y se inclinó delante del monitor para verificar las encomiendas ya agendadas.
-Tal vez fuese bueno que escucharas a Joe y trabajaras menos.
-¿De qué lado estás? –Selena le lanzó una mirada reprobadora.
-Del tuyo, claro. –_____ empinó la nariz, de buen humor.
-¿Qué haría yo en aquella casa enorme, todo el día? Robert es el criado perfecto. No deja nada para que yo haga.
El teléfono inalámbrico sonó, Selena tomó el receptor y escuchó. Luego pasó el aparato a _______.
-Para ti.
Era el mecánico, avisando que había instalado una nueva batería a la furgoneta y que mandaría la cuenta por correo.
-¿Problemas? –Selena quiso saber.
-El motor de la furgoneta no quiso arrancar –le resumió, atendiendo al llamado siguiente.
El día avanzó sin que las cosas mejorasen. Un cliente difícil usó tiempo y paciencia de las hermanas, otro reclamó furiosamente de las tasas de entrega. Cuando _______ se dio cuenta, ya era mediodía.
-Voy a comprar un sándwich, después tú sales a almorzar –avisó.
-Puedo comer tan deprisa como tú –Selena retrucó, con la intensión de evitarle a ______ que corriera a comer.
-Pero no es necesario. Quiero que comas bien y después compres una revista para leer mientras haces la digestión, tomando café.
-Té. Acuérdate que estoy embarazada... –Selena cortó con una mueca. – Y, si continúas tratándome como una muñequita de cristal, te voy a dar un pellizcón.
______ rió y sus ojos ganaron un brillo malvado.
-¿Robert aún te llama “Sra. Jonas”? –el criado de mediana edad era como parte de la casa de Joe, por muchos años, mismo antes que Selena conociera a su impecable marido.
Selena rió también, defendiendo al criado como, por encima de todo, un hombre respetuoso.
____________ adoraba a su hermana y consideraba que el casamiento con Joe Jonas, un año antes, había sido uno de sus momentos más felices.
-Joe reservó un restaurante para nosotros, esta noche. -Selena dijo el nombre y el lugar, para asombro de ________. – Nos gustaría que fueras con nosotros. Por favor... –agregó. – Dos Jonas son demasiado para una pobre mujer.
Un escalofrío recorrió la espina de ___________, que sintió los nervios a flor de piel. Lanzó su pregunta con el tono más natural posible.
-¿Uno de los primos de Joe está en la ciudad? –contenta por haber conseguido demostrar calma, ___________ pidió mentalmente: por favor, que no sea Nicholas.
-Si –fue la respuesta de Selena. – Nicholas llegó ayer de los Estados Unidos.
¡No!
El grito silencioso murió en la garganta de ______, mientras su cerebro reconstruía la imagen viril de aquel hombre.
Alto, bonito, hombros largos, facciones bien formadas, misteriosos ojos marrones y una boca que pedía ser besada.

Ella no sabía porqué los labios del visitante la atraían tanto. Aún ahora, un año después, era vívido el recuerdo del casamiento de Selena, cuando ella fue su dama de honor y Nicholas el padrino del novio. Habían sido apenas algunas horas de proximidad, de toques furtivos en la mano, de un abrazo más fuerte en el momento de las fotos, de fricción con su cuerpo a la hora del baile...
Bailar con él, además, había sido un dulce sacrificio. Olas de calor y excitación dominaron el cuerpo de ______. La atracción sexual entre los dos se volvió evidente.
¿Habría sido ese el motivo de su escapada a la terraza, cuando Selena y Joe se prepararon para partir? Nicholas surgió de repente, casi acorralando a ______ contra la baranda cuando ella se volvió para huir.
Grave error, pues el gesto la dejó incluso más próxima a él. En el instante siguiente, los labios del griego se posaron en su mejilla, delicadamente, y con menos calma se deslizaron hasta su boca, sin que ________ hiciese algún movimiento para evitar el beso.
La respuesta de sus instintos fue devastadora.
Sorprendida, _______ concluyó que nadie antes la besara así. Era como si Nicholas, en el papel de un general vencedor, explorase las profundidades de su alma, solidificando la conquista. Ella se sintió en lo alto de un precipicio, pronta para caer al vacío. Presentía, no obstante, que él la salvaría, levantándola en brazos antes que alcanzase el suelo.

-Voy a pedir café, si nadie quiere postre. –Joe hizo una señal al mozo.
Como de costumbre, Selena prefirió té, temiendo que el café le quitara el sueño. _______, con su vicio por el café, no rehusó. Calculó cuanto tiempo estaban en el restaurante: ¿una, dos horas? Treinta minutos más, como máximo, y estaría libre para buscar su coche e ir a casa.
¡Maravilloso! El drama ya va a acabar, pensó cuando vio a Joe pedir la cuenta y sacar la tarjeta de crédito. Fue la primera en levantarse, y Selena la siguió hasta la entrada. Pero los hombres las alcanzaron y la piel de ________ se erizó con la proximidad de Nicholas, con el calor que él transmitía.

-Voy a acompañarte hasta tu auto –anunció.
-Gracias, pero no es preciso. Tienen ballet parking.
Agitada, levantó la mejilla para recibir un beso de despedida de Selena.
-Calma –ella pidió en voz baja. Enseguida, en tono más alto dijo – Joe y yo vamos a llevar a Nicholas de regreso al hotel.
-Espero que a _______ no le importe. –Nicholas lanzó a su primo una mirada significativa. – Me pondré en contacto mañana.
_______ murmuró una oración para que Joe no intercediese, haciendo que tuviera que ver con el transporte Nicholas. Fue escuchada. Selena se inclinó para besar el rostro de la hermana, que oyó un afectuoso “buenas noches” en griego, mientras él se dirigía al auto de Joe.
Por más extraño que pudiese parecer, _______ se sintió manipulada por sus acompañantes. El hotel de Nicholas quedaba de camino a su apartamento, mientras Joe tendría que desviarse de su trayecto para dejarlo. Así, en el último segundo, antes que el muchacho le entregara el MG, ella sugirió aquello que su mente condenaba: alcanzar a Nicholas. ¿Por qué, si no había coqueteado con él ni prestado más atención que la educación recomendaba?
¡Maldición! Ahora, sólo le restaba entrar en el auto deportivo, llevar a Nicholas al hotel y celebrar el fin de la noche. Diez, quince minutos más, y tendría paz.
No había espacio de sobra en la cabina para las largas piernas del griego. A propósito ó no, él tuvo que recostar una de ellas en la cadera derecha de ________.
Sin pérdida de tiempo, ella metió la marcha y salió, vía Double Bay. Ni siquiera se preocupó en mantener una conversación, por más fútil que fuese, y no intercambió una palabra con su invitado, mientras violaba los límites de velocidad en las avenidas de Sydney.
Era una bonita noche. El cielo oscuro exhibía vetas azul claras, llenas de estrellas. La temperatura amena prometía otro día agradable, y ________ dirigió su mente a la tienda, las encomiendas, las rosas que tendría que comprar en el mercado bien temprano.
No funcionó, porque ella se mantenía sumamente conciente del hombre a su lado. En el espacio estrecho del MG, ella sintió el aroma de la colonia masculina que Nicholas usaba, junto con un olor que parecía pertenecer exclusivamente a él.
Sin querer, su piel se erizó en respuesta y su cuerpo entero acusó el calor intenso que le aceleraba el corazón.
Cerca de la palanca de cambios, la mano de Nicholas reposaba en la rodilla, tan próxima que era casi imposible no rozarla cuando ______ cambiaba de marcha.
Evitar ese contacto, sin parecer calculadora, ocupó el pensamiento de la florista el resto del trayecto.
¿Y si él tomase la iniciativa de tocarla, rompiendo el silencio que parecía divertirlo hasta allí?
“Sólo conduce”, ella se exigió a si misma. Cinco más minutos, y estaría libre de aquella perturbadora presencia. Un cruce más de semáforos, y ella dobló en
Double Bay, parando frente al hotel. Una sensación de alivio se apoderó de ella cuando el portero fue al encuentro de ellos y abrió la puerta para que Nicholas descendiera.
-Buenas noches –ella dijo, con prisa por escapar.
Entonces, en un movimiento fluido, casi imperceptible, él capturó el rostro de ella entre las manos y le dio un beso provocativo, capaz de encantar, seducir...Todo muy breve, como si contuviera la promesa de más y mayores contactos.
Chocada y sorprendida, ________ mantuvo los labios entreabiertos, en un ofrecimiento para ella incomprensible. Nicholas murmuró una despedida y salió rumbo a la entrada del zaguán. En los ojos de él, ella pensó ver un brillo irónico.
¿Qué juego él estaba pensando que hacía?
Con innecesaria fuerza, ________ metió primera y volvió a la pista. Su apartamento estaba a dos cuadras de allí, y ella las cruzó en tiempo record. En el elevador, se censuró por no haber previsto el gesto del griego. ¡Él apostara en el elemento sorpresa, y ganó!
¿Pero qué le importaba? Era improbable que viese a Nicholas de nuevo, sólo no soportaba haber sido encontrada desprevenida. Con eso, no sólo se mostró vulnerable, sino sensible a las iniciativas de aquel hombre. Podría haberle dado una cachetada, repitiendo el gesto de la boda. No obstante, tal acción sería demasiado infantil, además de inconsecuente.