Aqui fanaticas y fanaticos de los Jonas Brothers en Venezuela y como en otros paises.. da click y unete al mundo de la diversion Jobromania |
¿Quieres participar en la nueva imagen del foro? Ingresa AQUI y deja tu comentario |
|
| ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! | |
|
+31The princess nicknactica jonatika1 karlha_nick nailedys jimenez DayaCarolinaJ:D miss.nick jonas BeckieSummer daniela_n_j xPeaceFlyWithMex Ysabel D' Jonas without_you Andreina Jonas :) nikifriky Nick'sFirstLady ro$$ 100% fan$ griton@ Luise_JB º|LadyJonas|º IshPaniagua SunnyJonasLovato BrendaJonas almustyles EmmyChiiang* Maaar.- Fini --JoBros Romi love jonas jbENAMORADA Floopii.xoxo ILoveEzraFitz♥ jonatikarla Zubulubu 35 participantes | |
Autor | Mensaje |
---|
Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 22nd 2010, 19:39 | |
| ohoh, oveo q vamos a ir juntas, yo te tomo la palabra me encanta la nnoovvee siguela y coomo ves sigo adicta a la web!! bueno besitos ya sabes q toy loqita bsos!! | |
| | | BrendaJonas Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 258 Edad : 30 Localización : Barranquilla-Colombiia Fecha de inscripción : 29/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 22nd 2010, 19:52 | |
| psss espero que te valla bn en el estupiido colegiiooo!! hahahahahahahaha Buenoooo cuiidate y te recuerdo que los cap de hoii estubiieron de ensueñooo hahahahha Ashhhh! Sabes cuanta rabiia cogii cundo entro el otro iidiiota a interumpiirm con Niick ¬¬ hahahahahahahahahahahahahahahaahaha Bye | |
| | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 22nd 2010, 20:02 | |
| sisi la verdad q si xq tuvieron q interrumpir!! | |
| | | --JoBros Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 745 Edad : 28 Localización : Jonaslandiia Fecha de inscripción : 08/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 22nd 2010, 20:06 | |
| jaja yoo tambiien entroo mañana ¬¬ en paarte ya qeriia entrar jaja las vacacionees ya me estaaban empezando a artar pero podriia apostaarte qe en unas 3 o 4 semanas voy a estaar deseando qe sean vacaciones jaja
me gussto el caap xD
contiinuaalaa xD
qkuiidat besos bye | |
| | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 23rd 2010, 17:21 | |
| oye sube plis!! me encanta la literatura de lisa kleypas (la autora de la laga de las wallflowers, este libro y muchas sagas romanticas mas) viste ahora tuve un momento de sensates en toda mi locura!!!!!!! besos | |
| | | jbENAMORADA Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 184 Edad : 29 Localización : MÉXICO ayayay¡¡¡ Fecha de inscripción : 06/04/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 23rd 2010, 17:53 | |
| heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeyy vamos sube ya siguela me encanta como siempre sube plisssssssssssssssssssssssssss
| |
| | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 23rd 2010, 18:48 | |
| | |
| | | Luise_JB Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 317 Edad : 28 Localización : Maracaibo-Zulia y en Jonaslandia xD Fecha de inscripción : 19/11/2009
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 23rd 2010, 22:22 | |
| SIguelaaaaaa por favor | |
| | | ro$$ 100% fan$ griton@ Casada Con
Cantidad de envíos : 1282 Edad : 29 Localización : Venezuela Wants Jonas Brothers Fecha de inscripción : 21/01/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 23rd 2010, 23:15 | |
| OHH MYY GOSHH!!! YA SUBEE CAPPP ESTUBO MUY BUENO LOS DOS CAPISS Q SUBIDTE PERO ERS 1 MENTRIOSO XQ DIJIST 3 Y SOLO AI DOS JUM!! ANDAA YA SUBE EL CAPP MUROO POR SABEERR!!!!LO Q SIGUE EN ESTA HISTORIAAA!!ES Q ES SUPER INTERESANT! POR CIERTO AI ALGUNA CHICAA AQUI Q SEAA DE VENEZUELAA PUERTO LA CRUZZ???????? o puerto piritu?? XFISSS AVISENME EN MENSAJE PERSONAL!!!
FOLLOW ME ON TWITTER: www.twitter.com/AlexGlorieyy | |
| | | Zubulubu Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 396 Edad : 28 Fecha de inscripción : 30/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 24th 2010, 16:23 | |
| oow U_U chiqaas diiscuuLpeenmme U_U eesqe am amdavaa tooda asii oqupadaa jee amm peroo ariititittaa les suvoo 2 caps .D Laas qiiero Heermosas! | |
| | | Zubulubu Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 396 Edad : 28 Fecha de inscripción : 30/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 24th 2010, 16:48 | |
| CAPITULO 15 (PARTE 1,2,3&4)
La tarde siguiente, Nick entró en la oficina para ver a ______, que estaba sumando recibos y anotando cantidades en un libro contable.
—Tienes una visita —le dijo sin preámbulo alguno. Sus miradas se cruzaron por encima del montón de papeles—. La señora Hunt.
______ lo observó asombrada mientras el corazón le daba un vuelco. Había estado pensando si debería escribir o no a Annabelle. Anhelaba ver a sus amigas, pero tenía miedo de que la hubieran condenado por haberse fugado con St. Jonas. Se levantó despacio de la silla.
—¿Estás seguro de que no se trata de otro engaño? —Estoy seguro —respondió Nick con ironía—. Todavía me resuenan en los oídos sus acusaciones e improperios. Ni la señora Hunt ni la señorita Bowman conciben que no te raptara, te violara y te obligara a casarte conmigo a punta de navaja. —¿La señorita Bowman? —repitió ______, y pensó que no podía tratarse de Lissie, ya que seguía de viaje de novios con lord Wescliff—. ¿También está aquí Daisy? —Y está que muerde. Deberías asegurarles que actuaste por voluntad propia, porque al parecer quieren denunciarme a la policía. —No puedo creerme que hayan osado venir aquí —comentó ______, emocionada—. Estoy segura de que el señor Hunt no sabe que Annabelle está aquí. —Desde luego —dijo Nick—. Hunt no permitiría que su esposa se me acercara a menos de diez kilómetros. Y los Bowman no aprobarían que su hija menor pusiera un pie en un club de juego. Sin embargo, conociendo a tus amigas, no me cabe duda de que habrán urdido una pérfida estratagema para ocultar sus actos. —¿Dónde están? No me digas que las has dejado en la entrada de atrás. —Están en la sala de lectura.
______ tenía tantas ganas de ver a sus amigas que tuvo que contenerse para no echar a correr en cuanto salió de la oficina. Se dirigió a paso rápido hacia la sala de lectura seguida de Nick. Cruzó el umbral y se detuvo, insegura.
Ahí estaba Annabelle, con su cabello dorado peinado en tirabuzones y una tez tan fresca como la de las lecheras idealizadas que aparecían en las latas de dulces. Cuando la conoció, la típica belleza inglesa de Annabelle la había intimidado tanto que no se había atrevido a hablar con ella, convencida de que la desairaría. Pero más adelante había descubierto que Annabelle era cariñosa y amable, con un sentido del humor que le permitía reírse hasta de sí misma.
Daisy Bowman, la hermana menor de Lissie, poseía un carácter decidido que contrastaba con su frágil y menuda figura. Idealista y fantasiosa, devoraba novelas románticas pobladas de bribones y tunantes. Pero la apariencia delicada de Daisy ocultaba una inteligencia perspicaz que la mayoría de gente solía pasar por alto. De piel lechosa, tenía pelo oscuro y ojos color jengibre...
Unos ojos picaros de pestañas largas y gruesas. Al ver a ______, sus amigas se precipitaron hacia ella con chillidos impropios de unas damas. ______ soltó una carcajada mientras se abrazaban y se besaban las mejillas, exultantes. Las tres jóvenes siguieron exclamando y chillando emocionadas hasta que alguien irrumpió en la habitación.
Era Joe, con los ojos desorbitados y la respiración rápida, como si lo persiguieran. Recorrió toda la habitación con mirada alerta y luego se relajó un poco.
—Maldita sea —masculló—. Creí que pasaba algo. (jjajaj, que lindo) —No pasa nada, Joe —dijo ______, a quien Annabelle seguía rodeando los hombros con un brazo—. Son mis amigas que han venido a verme. —He oído hacer menos ruido a los cerdos en el matadero—observó Joe agriamente a Nick.
La mandíbula de éste mostró una súbita tensión, como si se esforzara por contener la risa.
—Señora Hunt, señorita Bowman, les presento al señor Miller. Les ruego disculpen su falta de tacto, pero es que es... —¿Un rufián? —sugirió Daisy con inocencia.
Esta vez Nick no pudo evitar sonreír. —Iba a decir que es extraño que nos visiten damas. —¿Es eso lo que son? —Joe dirigió una mirada de duda y fijó su atención en el pequeño rostro de Daisy. —Había oído que los gitanos eran famosos por su encanto —comentó Daisy a Annabelle, ignorando deliberadamente a Joe—. Al parecer, es una creencia infundada. —También somos famosos por llevarnos doncellas gaji—replico Joe con los ojos entornados.
______ intervino antes de que el intercambio subiese de tono. —Si no tienes inconveniente —dijo a su marido—, me gustaría hablar en privado con mis amigas. —Por supuesto —accedió él con impecable cortesía—. ¿Pido que os traigan té, cariño? —Sí, por favor.
Una vez a solas, Daisy explotó: —¿Cómo puedes hablar cordialmente con St. Jonas después de lo que hizo? —Daisy —repuso ______ con tono contrito—, lamento tanto lo que le pa... pasó a Lissie, pero es... —No me refiero a eso —la interrumpió acaloradamente Daisy—. Me refiero a lo que te ha hecho a ti. Aprovecharse de ti, obligarte a casarte con él y después... —No me obligó. —______ dirigió la mirada de la cara indignada de Daisy a la preocupada de Annabelle—. ¡Os lo juro! Fui yo quien acudí a él. Sentémonos y os lo contaré todo. ¿Cómo habéis conseguido ve... venir al club? —Mi marido está de viaje de negocios —explicó Annabelle con una sonrisa picara—. Y a los Bowman les dije que llevaba a Daisy conmigo de compras a St. James' Street. Soy su acompañante, ¿sabes? —Y fuimos de compras —añadió Daisy con picardía—. Sólo que después hemos dado este rodeo.
Annabelle y ______ se sentaron en el sofá, y Daisy en un sillón. Con algunos tartamudeos, ______ les contó lo ocurrido desde que había abandonado el hogar de los Maybrick. Para su alivio, sus amigas no la condenaron por sus actos. En lugar de ello, se mostraron solícitas y comprensivas, incluso a pesar de que era evidente que no estaban de acuerdo con su proceder.
—Lo siento —dijo ______ en un momento dado, al ver cómo Annabelle fruncía el ceño—. Sé que no apruebas mi matrimonio con lord St. Jonas. —Da igual si lo apruebo o no —comentó Annabelle con dulzura—. Seguiré siendo tu amiga hagas lo que hagas. No me importaría aunque te hubieras casado con el mismísimo diablo. —¿Por qué hablas en condicional? —preguntó Daisy. —La cuestión es que ahora ya está hecho y queremos ayudarte —prosiguió Annabelle tras dirigir una rápida mirada de advertencia a Daisy. —Sólo necesito vuestra amistad —sonrió ______ agradecida—. Me daba mucho miedo perderla. —Eso nunca. —Annabelle alargó la mano para acariciarle el cabello—. Espero no ser impertinente, pero como dejaste la casa de tu familia de un modo tan apresurado, estoy segura de que no habrás podido llevarte demasiados vestidos. Así que te he traído algunas cosas. Sé que estás de luto, y sólo incluí prendas marrones, negras y grises. Y por supuesto camisones, guantes y cosas así. Pediré que los entren del carruaje. Tenemos casi la misma estatura, y creo que con unos pocos retoques... —Oh, Annabelle —exclamó ______ a la vez que rodeaba a su amiga con los brazos—. ¡Qué amable eres! Pero no quiero que sa... sacrifiques parte de tu ajuar de novia por mí. —No es ningún sacrificio —dijo Annabelle con una sonrisa—. En poco tiempo ya no podré llevarlos.
______ recordó que el mes anterior Annabelle le había confiado sus sospechas de que podía estar embarazada.
—Entiendo... Oh, Annabelle, he estado tan pre... preocupada con mis problemas que ni siquiera te he preguntado cómo estás. ¿Es cierto, pues? ¿Lo ha confirmado el médico? —Sí—intervino Daisy, y se levantó para ejecutar una pequeña danza de la victoria, como si le resultara imposible seguir quieta un segundo más—. ¡Las floreros van a ser tías!
______ también se puso de pie y ambas se menearon con regocijo infantil, mientras Annabelle las miraba divertida.
—Pero míralas, Dios mío —dijo—. Ojalá Lissie estuviera aquí. Seguro que haría algún comentario sobre vuestra alocada celebración.
La mención de Lissie bastó para empañar la euforia de ______. Se dejó caer de nuevo en el sofá y miró a Annabelle con preocupación.
—¿Me perdonará por haberme casado con St. Jonas después de lo que le hizo? —Por supuesto —contestó Annabelle con dulzura—. Ya sabes lo leal que es. Te perdonaría cualquier cosa, menos un asesinato. Puede que incluso eso. Pero me temo que perdonar a St. Jonas es otra cosa.
Daisy frunció el ceño y se tiró del vestido para alisarlo. —St. Jonas se ha enemistado con lord Kevin. Lo que nos complica las cosas.
La conversación se interrumpió mientras una criada servía el té. ______ sirvió dos tazas para Annabelle y para ella. Daisy declinó tomar té y prefirió pasearse por la habitación para echar un vistazo a los libros de los estantes. Leyó con atención los títulos grabados en los lomos.
—La mayoría de estos libros tiene una capa de polvo encima —exclamó—. Se diría que hace años que nadie los lee.
Annabelle alzó los ojos con una sonrisa graciosa. —Me apostaría algo a que nadie los ha leído. No es probable que los caballeros que frecuentan este club se dediquen a la lectura cuando disponen de tantas otras actividades más estimulantes. —Pero ¿por qué tener una sala de lectura, si nadie lee nunca? —dijo Daisy—. No se me ocurre ninguna actividad más estimulante que la lectura. Pero si a veces, con alguna historia particularmente interesante, incluso noto que el corazón se me acelera. —Pues sí hay una... —murmuró Annabelle con una sonrisa maliciosa. Pero Daisy, que seguía repasando las hileras de libros, no entendió el significado de sus palabras. Con una mirada a ______, Annabelle añadió en voz baja—: Y ahora que tratamos el tema, ______, me preocupa que no pudieras hablar con nadie antes de la noche de bodas. ¿Fue St. Jonas considerado contigo?
______ se ruborizó y asintió con rapidez. —Como era de esperar, es muy experto —dijo. —¿Pero fue atento? —Sí, creo que sí. —Es un tema incómodo, ¿verdad? —preguntó Annabelle, sonriente, en voz baja—. Pero si tienes alguna pregunta al respecto, aquí me tienes. Me siento como si fuera tu hermana mayor, ¿sabes? —Yo siento lo mismo —aseguró ______, y le apretó la mano—. Supongo que hay un par de cosas que me gustaría preguntar, pero son tan... —¡Vaya! —exclamó Daisy desde el otro lado de la habitación. Ambas alzaron los ojos y la vieron tirando de una sección de estanterías de caoba—. Cuando me apoyé en este estante, oí una especie de clic y empezó a abrirse. —Es una puerta secreta —explicó ______—. En el club hay varias puertas que dan a pasadizos secretos, para esconder cosas si hay una redada policial, o si alguien tiene que irse apresuradamente... —¿Adonde lleva éste? —Oh, a ningún sitio al que quieras ir—dijo vagamente ______ ante el temor de que explicar algo más animaría a la audaz Daisy—. Es probable que a un armario de la limpieza. Será mejor que lo cierres. —Mmm...
Mientras Daisy seguía examinando los estantes, ______ y Annabelle reanudaron su charla susurrada.
—Lo cierto es que lord St. Jonas ha aceptado pa... pasar un período de celibato por mí —anunció ______—. Si lo consigue, entonces reiniciaremos nuestras relaciones conyugales. —¿Cómo dices? —susurró Annabelle con los ojos desorbitados—. Dios mío. No me creo que St. Jonas y celibato hayan sido mencionados antes en la misma frase. ¿Cómo diablos lograste convencerlo? —Dijo... que me desea lo suficiente como para intentarlo.
Annabelle sacudió la cabeza, desconcertada.
—No es propio de él. En absoluto. Hará trampa, por supuesto. —Sí. Pero creo que sus intenciones son sinceras. —St. Jonas nunca es sincero —aseguró Annabelle irónicamente.
______ no pudo evitar recordar la urgencia desesperada del abrazo de St. Jonas en esa misma habitación. La forma en que su aliento le había acariciado el cuello. La ternura apasionada de sus besos. Y su voz al murmurar: «Te deseo más que a nada en este mundo...»
¿Cómo podía explicárselo a Annabelle? ¿Cómo podían las palabras justificar que su instinto le decía que lo creyera? Era ridículo pensar que ella, la desgarbada ______ Jenner, se hubiera convertido de repente en el objeto más deseado de un hombre como Nick, que había estado con las mujeres más hermosas de Inglaterra.
Sin embargo, Nick no era exactamente el mismo hombre que se había paseado con tanta arrogancia por la mansión de Kevin en Hampshire. Algo en él había cambiado, y seguía cambiando. ¿Se debía al rapto fallido de Lissie? ¿O había empezado después, durante el deprimente viaje a Gretna Green? Quizás el club tenía algo que ver en ello. Se comportaba de un modo extraño desde el momento en que habían puesto los pies en él. Buscaba algo que no parecía poder explicarse ni siquiera a sí mismo.
—Oh, no —dijo Annabelle con tristeza, mirando más allá de ______. —¿Qué pasa? —______ se volvió.
En la habitación sólo estaban ellas dos, y una sección de estanterías estaba abierta. Daisy, de manera previsible, había seguido los impulsos de su curiosidad insaciable y había cruzado la puerta secreta.
—¿A donde conduce? —preguntó Annabelle con un suspiro, reacia a dejar el té a medio terminar. —Depende de la dirección en que haya ido —contestó ______ con ceño—. Es una especie de pasadizo laberíntico que se bifurca, y hay escaleras secretas que conducen al primer piso. Gracias a Dios el club está cerrado; eso reduce los problemas en que podría meterse. —Recuerda que se trata de Daisy Bowman —dijo Annabelle con sequedad—. Si existe la menor posibilidad de meterse en problemas, la encontrará. Al recorrer el oscuro pasadizo, Daisy sentía la misma emoción que de niña, cuando Lissie y ella jugaban a piratas en su mansión de la Quinta Avenida de Manhattanville. Una vez concluidas sus lecciones diarias, salían al jardín: un par de diablillos con trenzas largas y vestidos rasgados que jugaban con aros y cavaban agujeros en los parterres de flores. Un día se les ocurrió crear una cueva pirata secreta, y se pasaron todo el verano abriendo un túnel en el seto que bordeaba la fachada y los lados de la casa. Lo habían cortado y podado diligentemente hasta que tuvieron un largo canal, donde entraban y salían como un par de ratoncitos. Habían celebrado reuniones secretas en su «cueva pirata», y habían guardado una caja de madera llena de tesoros en un agujero cavado junto a la casa. Cuando el airado jardinero descubrió su fechoría, horrorizado por la profanación de su seto, Daisy y Lissie estuvieron castigadas unas cuantas semanas.
Con una sonrisa nostálgica al recordar a su querida hermana mayor, Daisy sintió una oleada de soledad. Lissie y ella siempre habían estado juntas, peleándose, riendo, metiéndose en líos y rescatándose una a otra. Naturalmente, se alegraba de que Lissie hubiera encontrado a su media naranja en el tozudo Kevin, pero eso no impedía que la echara muchísimo de menos. Y ahora que las demás floreros, incluida ______, se habían casado, formaban parte del misterioso mundo conyugal del que ella seguía excluida. Pronto encontraría un marido. Algún caballero bueno y sincero que compartiera su pasión por los libros. Un hombre que llevara gafas, y a quien le gustaran los perros y los niños.
Avanzaba a tientas por el pasadizo hasta que casi se cayó por un pequeño tramo de escaleras que se encontró de repente. Un tenue brillo al pie de los peldaños la impulsó a bajar. A medida que se acercaba a la luz, vio que salía de una puerta entornada. Preguntándose qué habría al otro lado, se detuvo y oyó unos golpecitos repetidos. Una pausa, y más golpecitos.
La curiosidad pudo más que ella. Empujó la puerta con decisión y ésta cedió. La luz llenó el pasadizo mientras ella entraba en una habitación que contenía varias mesas y sillas, y un aparador con dos grandes teteras de plata. Tras rodear la puerta vio el origen de los golpecitos.Un hombre en cuclillas estaba reparando una moldura de la pared y clavaba clavos en la madera con martillazos expertos. Se irguió de un brinco y cambió la forma de sujetar el martillo, para utilizarlo como arma.
Era el gitano, el joven con ojos de pantera hambrienta. Se había quitado la chaqueta, el chaleco y la corbata, de modo que, de cintura para arriba, sólo llevaba una fina y holgada camisa blanca, remetida en unos pantalones ajustados. Verlo provocó en Daisy la misma reacción que arriba: una punzada en el pecho seguida de una aceleración del corazón. Paralizada al darse cuenta de que estaba sola en la habitación con él, observó sin pestañear cómo se le acercaba despacio. Nunca había visto a un hombre de una belleza tan exótica. Tenía la piel del color de la miel, unos ojos avellana claro enmarcados por espesas pestañas negras, y un cabello obsidiana que le cubría parte de la frente. Era muy delgado, pero su complexión larga y de hombros anchos anunciaba una espléndida madurez física cuando alcanzara la edad adulta.
—¿Qué hace aquí? —quiso saber Miller, que no se detuvo hasta estar tan cerca que la hizo retroceder instintivamente hasta la pared.
En la limitada experiencia de Daisy, ningún hombre se había dirigido a ella con tanta confianza. Era evidente que no sabía nada sobre modales de salón. —Sólo estoy dando un paseo —balbuceó. —¿Le enseñó alguien el pasadizo? Daisy vio cómo Miller apoyaba las manos en la pared, una a cada lado de ella, Era un poco más alto que la media, pero no en exceso, de modo que su cuello moreno quedaba a la altura de los ojos de ella. —No; lo encontré yo sola —explicó tras inspirar para ocultar su nerviosismo—. Tiene un acento extraño. —Y usted también. ¿Es americana? Asintió con la cabeza, ya que se había quedado sin habla al ver el brillo de un diamante en el lóbulo de la oreja del muchacho. Notó una especie de nudo en el estómago, casi como si sintiera repulsión, y se percató, consternada, de que se estaba ruborizando. Él estaba tan cerca que ella notaba su límpido aroma a jabón mezclado con olor a cuadra y cuero. Era un olor agradable, una fragancia masculina muy distinta de la de su padre, que siempre olía a colonia y betún, y a billetes de banco nuevos. Su mirada inquieta recorrió los brazos de Miller, que la camisa remangada dejaba al descubierto, y se detuvo fascinada en la figura que llevaba dibujada con tinta en el antebrazo derecho: un caballito alado de color negro. Al percatarse, Miller bajó el brazo para que lo viera mejor. —Un símbolo irlandés —explicó—. Un caballo de pesadilla llamado Pooka. El sonido absurdo de la palabra hizo sonreír a Daisy. —¿Se diluye al lavarlo? —preguntó con vacilación. Miller negó con la cabeza. —¿Es parecido al Pegaso de los mitos griegos? —quiso saber Daisy, y se pegó aún más a la pared. Miller le miró el cuerpo en una especie de repaso lento que ningún hombre le había hecho antes. —No. Es más peligroso. Tiene los ojos amarillos como el fuego, da unos saltos que le permiten salvar montañas y habla con una voz humana profunda como una gruta. A medianoche, puede pararse delante de tu casa y llamarte por tu nombre si quiere llevarte a pasear. Si vas con él, te llevará volando por la tierra y por el mar, y si alguna vez regresas, tu vida ya no volverá a ser igual.
A Daisy se le puso carne de gallina en todo el cuerpo. Todos sus sentidos le advertían que pusiera fin a esa desconcertante conversación y huyera de aquel hombre a toda prisa. —Qué interesante —masculló, y se volvió en busca de la puerta.
Para su consternación, Miller la había cerrado. La puerta estaba muy bien escondida en los paneles de la pared. Asustada, presionó distintos puntos buscando el mecanismo de apertura. Tenía las palmas sudadas apoyadas en un panel cuando notó que Miller se inclinaba hacia ella por detrás para hablarle al oído.
—No la encontrará. Sólo hay un punto que la abre.
Su aliento cálido le acariciaba el lado del cuello, y la ligera presión de su cuerpo le daba calor donde la tocaba. —Entonces ¿por qué no me dice cuál es? —repuso Daisy en su mejor imitación del sarcasmo de Lissie, aunque le consternó oír que sólo sonaba insegura y perpleja. —¿Qué me dará a cambio?
Daisy trató de mostrarse indignada, a pesar de que su corazón le palpitaba desbocado. Se volvió para mirarlo y le lanzó un ataque verbal que esperaba lo hiciera retroceder.
—Señor Miller, si está insinuando que debería... Bueno, evidentemente no es usted un caballero. Él no se movió ni un centímetro y esbozó una sonrisa que dejó al descubierto su blanca dentadura.
—¿Quiere dinero? —preguntó Daisy con desdén. —No. —¿Una libertad, entonces? —sugirió tras tragar saliva. Al ver que no la entendía, aclaró con las mejillas sonrojadas—: Tomarse libertades es dar un abrazo, o un beso...
Algo peligroso brilló en los ojos dorados de Miller. —Sí —murmuró—. Me tomaré libertades.
Daisy apenas podía creerlo. Su primer beso. Siempre lo había imaginado como un momento romántico en un jardín inglés al claro de luna, por supuesto. Y un caballero rubio de cara aniñada le diría algo bonito como un poema justo antes de que sus labios se juntaran. No se suponía que iba a ocurrir en un sótano de un club de juegos con un crupier gitano. Por otro lado, tenía veinte años, y tal vez ya iba siendo hora de que empezara a acumular algo de experiencia. Tragó saliva de nuevo, luchó por dominar su respiración y contempló la parte del cuello y el tórax que dejaba al descubierto la camisa medio desabrochada de Miller. La piel le brillaba como si fuera de satén ámbar. Cuando se acercó más a ella, su aroma le anegó la nariz como si se tratara de la fragancia de una especia. Miller alzó una mano hacia su cara y, al hacerlo, con los nudillos le rozó involuntariamente el pecho. Aturdida, ella pensó que tenía que haber sido sin querer, mientras el pezón se le contraía bajo el canesú de terciopelo. La mano de Miller le sujetó con suavidad el rostro y se lo inclinó hacia arriba. Mientras le miraba las pupilas dilatadas, llevó la yema de los dedos a los labios y se los acarició hasta que estuvieron separados y temblorosos. Le puso la otra mano tras la nuca para acariciársela y luego apoyarle en ella la cabeza, lo que fue muy oportuno, ya que toda su columna vertebral pareció disolverse como azúcar. Le puso los labios sobre la boca con una presión tierna para explorarla con suavidad. Ella sintió un placer cálido por todo el cuerpo, hasta que ya no pudo resistir el ansia de apretar su cuerpo contra el del muchacho. Se puso de puntillas, le tomó los hombros con las manos y se le cortó la respiración cuando él le deslizó las manos por el cuerpo. Cuando por fin Miller levantó la cabeza, Daisy descubrió, avergonzada, que estaba aferrada a él como un náufrago. Apartó con rapidez las manos y retrocedió todo lo que le permitía la pared. Confusa y abochornada por su propio comportamiento, lo miró ceñuda.
—No he sentido nada —dijo con frialdad—. Aunque supongo que hay que reconocerle el mérito de haberlo intentado. Y ahora, si me dice dónde está la... —Soltó un gritito de sorpresa cuando Miller volvió a acercarse a ella y se percató, demasiado tarde, de que se había tomado su comentario desdeñoso como un reto.
Esta vez, tras sujetarla por la nuca, la besó con labios más exigentes. Con inocente asombro, notó el contacto sedoso de su lengua, una sensación que la hizo estremecer de placer. Miller terminó el beso con una caricia con los labios, la miró a los ojos y la retó en silencio a negar que estaba excitada.
—Nada —dijo ella con voz débil tras reunir el poco orgullo que le quedaba.
Esta vez él la estrechó totalmente contra su cuerpo y la besó con un ardor inusitado. Daisy no se había imaginado que un beso pudiera ser tan apasionado. La boca de Miller se apoderó de la suya mientras con las manos le sobaba el cuerpo. Notó cómo le separaba los pies con los suyos y aumentaba el contacto de sus cuerpos. La incitó y la acarició con sus besos hasta que ella tembló como un animalito desamparado entre sus brazos. Para cuando sus labios se separaron, Daisy estaba exhausta, con toda la conciencia concentrada en las sensaciones que la conducían hacia un fin desconocido. Abrió los ojos y lo miro aturdida.
—Ahora ha estado mejor —consiguió decir con temblorosa dignidad—. Me alegro de haberlo conocido. —Se volvió, pero no sin ver cómo él sonreía.
Miller alargó la mano para pulsar el mecanismo oculto y abrir la puerta. Para turbación de Daisy, entró con ella en el pasadizo oscuro y la acompañó escaleras arriba guiándola como si tuviera ojos de gato en la oscuridad. Cuando llegaron arriba, donde era visible el contorno de la puerta de la sala de lectura, se detuvieron.
—Adiós, señor Miller —musitó Daisy, necesitada de decir algo—. Es probable que no volvamos a vernos nunca. —Ojalá fuera así, porque estaba claro que no podría volver a mirarlo a la cara. —Tal vez una noche me aparezca en tu ventana —le susurró al oído Miller—. Para tentarte a dar un paseo por la tierra y por el mar. Y si dejas que te lleve, no volverás a ser la misma.
Y, dicho esto, abrió la puerta, empujó con suavidad a Daisy hacia la sala de lectura y la cerró de nuevo. Daisy parpadeó confundida al ver a sus amigas.
—Debería haberme imaginado que serías incapaz de resistirte a una puerta secreta. ¿Adonde lleva el pasadizo? —preguntó Annabelle. —______ tenía razón —respondió Daisy, ruborizada—. No lleva a ningún sitio al que quisiera ir.
| |
| | | Zubulubu Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 396 Edad : 28 Fecha de inscripción : 30/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 24th 2010, 16:49 | |
| CAPITULO 16 (PARTE1,2,3&4)
Aunque la ropa que Annabelle Hunt le había llevado era más adecuada para un medio luto que para un luto riguroso, ______ decidió ponérsela. Entendió que, como ya había ido contra los dictados de la corrección al llevar telas distintas al crespón, y como apenas había ya nadie en el club que se atreviera a criticarla, daría lo mismo si iba de negro, marrón o gris. Además, a su padre no le habría importado.
Recogió la nota que Annabelle había puesto entre las prendas y leyó con una sonrisa lo que su amiga le había escrito con picardía: «Me confeccionaron esta ropa en París sin tener en cuenta las consecuencias de la virilidad del señor Hunt. Para cuando pueda volver a ponérmela, estará pasada de moda. Acéptala como regalo, amiga mía.»
Se probó el vestido de suave lana gris, forrado de seda, y descubrió que le iba muy bien. Sin embargo, el placer del vestido quedó un poco mermado por la nostalgia de recordar a su padre. Al recorrer con tristeza la sala de juego principal, vio que Nick hablaba con un par de albañiles cubiertos de polvo. Como era mucho más alto que los dos, agachaba la cabeza al hablar, y dijo alguna ocurrencia que les hizo reír.
Una nota de humor permaneció en los ojos de Nick cuando vio a ______. Su mirada se suavizó y se despidió de los albañiles para dirigirse hacia ella. ______ se esforzó por contener un repentino deseo, temerosa de parecer tontamente encaprichada de su propio marido. Sin embargo, por mucho que intentara ocultar sus sentimientos bajo la superficie, parecían aflorar y centellear de modo visible como si fueran polvo de diamante. Lo extraño era que Nick parecía igual de contento de verla, y se desembarazó por una vez del aspecto de calavera hastiado para sonreírle con verdadero cariño.
—______, ¿estás bien? —Sí, yo... No. —Se frotó las sienes—. Estoy cansada y aburrida. Y tengo hambre.
La risa de Nick pareció resquebrajar su melancolía. —Puedo hacer algo al respecto. —No quiero interrumpir tu trabajo —dijo ella tímidamente. —Miller se encargará de todo por un rato. Ven, vamos a ver si la sala de billar está vacía. —¿Billar? ¿Para qué quieres ir ahí? —Para jugar, por supuesto. —Nick le dirigió una mirada sugerente. —Pero las mujeres no juegan a billar. —En Francia sí. —Por lo que dice Annabelle, en Francia las mujeres hacen muchas cosas que aquí no hacemos. —Sí —asintió Nick—. Son muy avanzados, los franceses. En cambio, los ingleses tenemos tendencia a recelar mucho del placer. La sala de billar estaba desocupada.
Nick pidió que les llevaran una bandeja con algo de comida, se sentaron en una mesita y charlaron mientras tomaban bocados. ______ no entendía muy bien por qué dedicaba tiempo a entretenerla, cuando había tantos asuntos que requerían su atención. Tras años de ver el aburrimiento plasmado en el rostro de los hombres cuando hablaba con ellos, la confianza en sí misma le había quedado reducida al mínimo. Sin embargo, Nick escuchaba con atención todo lo que decía, como si la encontrara de lo más interesante. La animaba a decir cosas atrevidas, y parecía que sus intentos de discutir con él le deleitaban.
Cuando ______ terminó de comer, Nick la llevó a la mesa de billar y le entregó un taco. A continuación procedió a enseñarle los aspectos básicos del juego. —No me digas que es demasiado escandaloso para ti —le dijo con burlona severidad—. Después de fugarte conmigo a Gretna Green, puedes hacer cualquier cosa. Inclínate sobre la mesa.
______ obedeció con torpeza y se sonrojó al notar cómo él se inclinaba sobre ella y la cubría de modo excitante con su cuerpo para enseñarle a sujetar bien el taco.
—Ahora pasa el índice y el pulgar alrededor del taco, como una embocadura —oyó que le decía—. Así. No lo sujetes con tanta fuerza, cariño. Relaja la mano. Perfecto. —Tenía la cabeza tan cerca de la suya que le llegaba la fragancia a colonia de sándalo que emanaba su piel cálida—. Trata de imaginar una ruta entre la bola blanca y la bola de color. Tienes que golpear justo aquí para enviar la bola de color al agujero. Es un tiro directo, ¿lo ves? —dijo mientras señalaba un punto sobre el centro de la bola blanca—. Agacha un poco la cabeza. Tira hacia atrás del taco y golpea la bola blanca con un movimiento suave. Al intentarlo, la punta del taco no acertó en aquel punto de la bola blanca, que salió rodando hacia el costado de la mesa.
—Eso se llama pifia —observó Nick, y cogió la bola para volver a ponerla en su sitio inicial—. Cuando pase esto, entiza la punta del taco y adopta una expresión ceñuda. Eso da a entender que la culpa es del taco y no de tus aptitudes.
______ notó que una sonrisa le asomaba a los labios, y se inclinó otra vez sobre la mesa. Puede que estuviera mal, dado que la muerte de su padre era tan reciente, pero se estaba divirtiendo por primera vez desde hacía mucho tiempo. Nick volvió a inclinarse sobre ella por detrás y le puso las manos sobre las suyas.
—Deja que te muestre el movimiento adecuado del taco. Mantenlo recto, así. —Se concentraron juntos en el deslizamiento regular y constante del taco por el pequeño círculo que ______ formaba con el índice y el pulgar. Era prácticamente imposible que el significado sexual de aquel movimiento le pasara por alto, y ______ se ruborizó a su pesar. —Debería darte vergüenza —le murmuró él—. Ninguna muchacha recatada pensaría algo así.
______ rió nerviosa, y Nick se apartó para observarla con una sonrisa. —Vuelve a intentarlo —dijo. Ella se concentró en la bola blanca, retrocedió el taco y golpeó con fuerza. Esta vez la bola de color cayó limpiamente en el agujero. —¡Lo he conseguido! —exclamó emocionada.
Nick sonrió y la preparó para varias tacadas más. Le situaba el cuerpo, le ajustaba las manos, y ponía cualquier excusa para rodearla con los brazos. ______, que se lo estaba pasando muy bien, fingía no darse cuenta de sus caricias descaradas. Sin embargo, cuando le hizo fallar un tiro por cuarta vez, se volvió hacia él, acusadora.
—¿Cómo quieres que una mujer tire como es debido si le pones ahí la mano? —Intentaba ajustarte la postura —replicó Nick con picardía. Al ver la mirada burlona de su mujer, sonrió y se apoyó en la mesa de billar—. Es culpa tuya que me vea obligado a portarme así. Te aseguro que hasta a mí mismo me parece horroroso que el único placer del que disfruto estos días sea perseguirte como un adolescente que va detrás de una criada. —¿Perseguías a las criadas cuando eras un muchacho? —Por Dios, claro que no. ¿Cómo se te ocurre? —Nick pareció indignarse. ______ fue a disculparse, pero entonces él añadió con petulancia—: Ellas me perseguían a mí. (jajajaj xD)
______ soltó una carcajada y lo amenazó con el taco. —Tranquila, geniecillo —le dijo él, riendo, y le quitó el taco—. Te cargarás la poca inteligencia que me queda y, entonces, ¿de que te serviría un marido así? —Serías puramente decorativo. —Ah, bueno, supongo que eso tiene cierto valor. Que Dios me ayude si alguna vez pierdo el atractivo. —A mí no me importaría. —¿De veras? —preguntó Nick con una sonrisa burlona. —Si... —Se detuvo, violenta de repente—. Si algo le pasara a tu atractivo, no me importaría tu aspecto. Seguiría... —vaciló— seguiría queriendo que fueras mi marido.
La sonrisa de Nick se fue desvaneciendo poco a poco. Le dirigió una mirada larga e intensa y su rostro reflejó algo extraño, una especie de pasión y vulnerabilidad.
—Eres la primera que me dice tal cosa —comentó con voz grave—. Espero que no seas tan ilusa como para atribuirme dotes que no poseo. —No; ya estás lo bastante dotado sin necesidad de eso —replicó ______ antes de darse cuenta del doble sentido de la frase. Se sonrojó—. Es decir... no me refería a...
Pero Nick rió en voz baja, la tensión desapareció y tiró de ella hacia él. ______ reaccionó ansiosamente, y la diversión de su marido se disolvió como azúcar en brandy caliente. La besó más, con más pasión.
—______, cariño... —susurró—. Te deseo tanto. Dios mío..., aún faltan dos meses, trece días y seis horas para poder acostarme contigo. Diablilla. Me vas a matar. Ella, apesadumbrada por el trato infame que le había impuesto, le acercó los labios a los suyos. Nick gimió y la besó mientras alargaba la mano para cerrar la puerta de la sala de billar. Buscó a tientas la cerradura, giró la llave y se arrodilló ante ella. ______ apoyó los hombros contra la pared. Estaba tan confusa y excitada que la cabeza le daba vueltas. Nick le levantó el vestido y buscó con las manos bajo las capas de tela para tirar de las cintas del culote.
—No, Nick —susurró temblorosa, consciente de que no estaban en un sitio privado—. Por favor, aquí no puedes...
El ignoró sus protestas, siguió rebuscando bajo el vestido y le bajó el culote hasta las rodillas.
—Me volveré loco si al menos no te tengo así. —No, no... —suplicó ______ débilmente, pero él no podía oírla.
Le había puesto la mano en el tobillo y le mordisqueaba y lamía una rodilla a través de la media de seda. ______ sintió un súbito y abrasador deseo, y el corazón se le desbocó. Nick le subió la parte delantera del vestido hasta la cintura y le pidió que lo sujetara.
—Aguanta esto —masculló.
Ella no debería haber obedecido, pero sus manos parecían tener vida propia y sostuvieron el revoltijo de terciopelo a la altura de su estómago. Nick le bajó el culote hasta los tobillos y le recorrió el muslo con la boca, de modo que su aliento cálido le excitaba la sensible piel de esa zona. Cuando le rozó el pubis, ______ gimió de placer. Los dos dedos que Nick le introdujo fueron de inmediato apretados y absorbidos, ya que la húmeda vagina se contraía ansiosamente.
—Oh, Nick... —murmuró con los ojos medio cerrados mientras la pasión le sonrojaba el cuerpo y se lo cubría de irregulares zonas rosadas. —Chitón.
Le introdujo más los dedos mientras con la boca le chupaba la hinchada vulva. ______ apretó los dientes y arqueó la espalda. Nick no se detuvo ni le concedió un instante para recuperar el aliento, sino que siguió acariciándola y atormentándola, lo que hizo que sus sensaciones aumentaran, hasta que contuvo un grito y se estremeció. Pero él no apartó la boca, provocándole así oleadas de placer hasta que se quedó finalmente inmóvil, agotada y desprovista de sensación.
Nick se puso de pie, presionó su cuerpo excitado contra el de ______, que le rodeó la cintura con los brazos y, con los ojos cerrados, apoyó la mejilla en su hombro.
—Nuestro trato... —farfulló. —Dijiste que podía besarte —le susurró él junto al oído—. Pero no especificaste dónde, amor mío.
| |
| | | Zubulubu Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 396 Edad : 28 Fecha de inscripción : 30/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 24th 2010, 16:50 | |
| N.N jAJAJA SISIS YOO tambien amo a lisa kleypas bueno me vooy! LAS QIIEROO! | |
| | | IshPaniagua Novia De..
Cantidad de envíos : 558 Edad : 29 Fecha de inscripción : 06/04/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 24th 2010, 18:20 | |
| | |
| | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 24th 2010, 21:40 | |
| ayay plis seguila amo esta nove me encanta!! | |
| | | BrendaJonas Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 258 Edad : 30 Localización : Barranquilla-Colombiia Fecha de inscripción : 29/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 24th 2010, 22:34 | |
| hahahahhaha niick es cosa seriiaaaaaa hahahahah siiguelaaaa o.o | |
| | | BrendaJonas Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 258 Edad : 30 Localización : Barranquilla-Colombiia Fecha de inscripción : 29/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 24th 2010, 22:34 | |
| hahahahhaha niick es cosa seriiaaaaaa hahahahah siiguelaaaa o.o | |
| | | Floopii.xoxo Casada Con
Cantidad de envíos : 1984 Edad : 29 Localización : In Wonderland with the Mad Hatter Fecha de inscripción : 16/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 25th 2010, 09:37 | |
| si hahaha siguela me encanta!!! | |
| | | BrendaJonas Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 258 Edad : 30 Localización : Barranquilla-Colombiia Fecha de inscripción : 29/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 25th 2010, 20:58 | |
| | |
| | | BrendaJonas Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 258 Edad : 30 Localización : Barranquilla-Colombiia Fecha de inscripción : 29/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 25th 2010, 20:59 | |
| | |
| | | nikifriky Casada Con
Cantidad de envíos : 1889 Edad : 28 Localización : Haciendo maldades con mi befo ::) Fecha de inscripción : 24/04/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 25th 2010, 21:20 | |
| | |
| | | SunnyJonasLovato Me Gustan Los Jonas!
Cantidad de envíos : 231 Edad : 29 Localización : Con Nick Jonas cantando Your Biggest Fan! & Introducing Me!! Fecha de inscripción : 02/08/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 26th 2010, 19:54 | |
| aaaaaaaaaaaaaa dios!!!!!!!! dime qe qe vaz a subri cap muy pronto!! o si no morire!! aaaa qe listo es Nick xqe es cierto jamas especifiqe xD aaaa sigue please!!!!!!!!!!!
Me estoy obsessionando con tu novee!!! sube sube sube sube!! | |
| | | --JoBros Comprometida Con...
Cantidad de envíos : 745 Edad : 28 Localización : Jonaslandiia Fecha de inscripción : 08/06/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 26th 2010, 22:43 | |
| | |
| | | ro$$ 100% fan$ griton@ Casada Con
Cantidad de envíos : 1282 Edad : 29 Localización : Venezuela Wants Jonas Brothers Fecha de inscripción : 21/01/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 27th 2010, 10:27 | |
| ´pleasee siguelaa q me encantaaa oh my GOSHH NICKK eres un trampozzzzooo jajajajajjaja
FOLLOW ME ON TWITER: www.twitter.com/AlexGloriett
| |
| | | IshPaniagua Novia De..
Cantidad de envíos : 558 Edad : 29 Fecha de inscripción : 06/04/2010
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! Agosto 27th 2010, 12:59 | |
| siiiiiiiigueeeeeeelaaaaaaa! | |
| | | Contenido patrocinado
| Tema: Re: ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! | |
| |
| | | | ♥~El diablo en invierno (Nick&tu)(Hot&romantica)(HOT)! | |
|
Temas similares | |
|
| Permisos de este foro: | No puedes responder a temas en este foro.
| |
| |
| |
|