El mejor amante subastado Joe y Tu ....(sugerencia : solo para mayores..) CAPITULO FINAL =)

Narras tu

Busque sus labios y el me beso mientras entraba y salía de mi despacio,
Prendiendo distintos fuegos en mi cuerpo. Sus manos me acariciaban la piel y su p*n* duro me
Llevaba al borde de la locura.
Aumentaba el ritmo y yo gemía en su boca y me aferraba con fuerza en el.
Al fin, como sí no
Podía acercarme todo lo que quería, le abraze la cintura con las piernas y me vi.
recompensada al instante con un gemido por parte de Joe .
Él se echó a reír, pero el sonido no tardó en convertirse en un gemido. Unos
Segundos más y echó la cabeza hacia atrás con una mueca de placer
tan agudo que casi parecía dolor.
Yo temblaba por efecto de mi propio orgasmo; pero me aferraba a él con fuerza.
Joe se movió varias veces más en mi interior y luego su cuerpo entero se relajó.
yo le soltó las piernas, pero tarde un segundo en recuperar el equilibrio.
Cuando lo hice, estaba encima de el agotada.
Con la llegada de la tarde venia la siguiente cita.
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-No puedo creer que me hayas convencido para hacer esto- dije al salir del coche.
–De todas las citas esta me daba mucho miedo -
-¿Tienes miedo a las alturas?- pregunto Joe con su hermosa sonrisa torcida.
Mire el inmenso globo que nos esperaba.
. Pronto, Joe y yo
Estaríamos volando en esa cosa.
-Quizás un poco.
No importa princesa aquí esta tu príncipe dijo riendo.
Me sentí conmovida de nuevo, pero no tenia ninguna intención de dejarme caer en el romanticismo.

¿a lo mejor Creía él que lo había perdonado? Él parecía estar
Actuando como si ciertamente fuera una conclusión previsible.
En el día de hoy ninguna vez habíamos mencionado nada del pasado,
pero tampoco yo había mencionado ni una vez el incidente de esta mañana,
por que volver a su cama solo fue un accidente, pudiera que él basara sus
presunciones en eso. Él hacía presunciones demasiado fácilmente.

Rápidamente ver como se prendía una llama dentro del globo me saco de mis pensamientos.
-eso No tenia volante ni paracaídas- observe mientras nos acercábamos


Nuestro piloto es un veterano con más de veinte años de experiencia-
así que no te preocupes dijo el tomándome la mano
-Esa es la única razón por la que accedí- repuse, preguntándome aun si seria una locura.
-Buenos tardes- saludo a el hombre, ya mayor cubierto de canas. – seré su piloto
Si están listos para ver el mundo como los pájaros, suban a bordo-
Joe entro primero en la cesta del globo y se giro para tenderme la mano.
Subí por las escaleras de cuerda que habían preparado.
Lo primero en lo que me di cuenta fue en que había muy poco espacio.
-¿Listos para despegar?- pregunto el señor
Mi corazón latió con una mezcla de excitación y miedo. La cesta comenzó a moverse.
Trague saliva y cerré los ojos. El estruendo del calentador de propano me obligó
a abrirlos de nuevo. Despacio, el globo comenzó a elevarse.
Salte del susto a los brazos de Joe y ahí estaba el aprovechándose de mi miedo,
me agarre con fuerza de el y me concentre en respirar con normalidad.
-Volaremos a una altura entre mil y mil quinientos pies- informó el piloto
Demasiado alto, tan alto que hubiera preferido no saberlo.
Gracias por la información poco útil en estos momentos dije murmurando
Joe como que me escucho y entrelazo una de sus manos con la
mía agradecí su apoyo silencioso. Pasaron unos minutos interminables.
-Mira- me dijo Joe al oído.
Me obligué a despegarme de su pecho y abrir los ojos para mirar hacia abajo
y me sorprendió no sentirme mareada. El sol brillaba como una gran bola de fuego en el
Horizonte. Mi miedo fue desvaneciéndose.
-¿Ves tu casa?- preguntó Joe
El aliento de él hizo que se me pusiera la piel de gallina.
se coloco detras mio estrechandome con sus brazo y señaló hacia abajo.
Tragué saliva e intente frenar el cosquilleo que sentía entre los muslos.
Mire en la dirección que indicaba, hasta que encontré mi casa.
-Si-
Entonces, se apago el quemador y se hizo el silencio.
-Es hermoso- respondí relajándome.
-¿Tu ya habías montado en globo?- le pregunte .
. si mas de una vez. No hay nada como
el silencio y la sensación de flotar en una corriente de viento-
-Nunca te hubiera imaginado montando en globo y dejando que el viento te llevara a su antojo-
-Las personas cambian, musito alejando su cuerpo del Mio.
Aquí arriba tienes mas control sobre la dirección del vuelo de lo que crees.
Las corrientes de aire viajan en diferentes direcciones alturas. Así puedes elegir tu camino-
Asentí.
El había cambiado y yo también. Había dejado de ser una persona confiada, torpe e inocente para volverme más sofisticada y reservada.

Narras tu



Vayamos a tu casa dijo Joe.
Al terminar la cita.
No hablamos de mucho al regreso.
Yo experimentaba la creciente expectación de lo que podía suceder de nuevo
¿Quién habría pensado que la subastes ayudaría convertir a Joe en mi amante fantástico?
Y si que era fantástico. Me estaba costando quedarme quieta en el asiento. Quería contonearme.
Quería tantear. De hecho, quería bajar sobre él en mitad de la carretera. Pero me
quede quieta. Mire a Joe y vi que tenía la mandíbula tensa.
Baje la vista a su miembro
y, tal como había sospechado, estaba más duro que la palanca de cambios.
Gire la cabeza para ocultar mi sonrisa.
El se hallaba tan excitado como yo por la expectativa de nuestros cuerpos.
Quizá no pudiera manipularlo físicamente en el coche, pero si podía divertirme un
Poco.
Acerque mi mano a su p*n* que aun cubierto por tele, urgía por el contacto
Lo vi Tragar saliva antes de poder reaccionar.
-acaso un hombre puede darle más placer a una mujer con la lengua que con
Cualquier otra parte del cuerpo Joe No sonaba muy feliz; supuse que su centro era el p*n*,
como el de cualquier otro Hombre en el universo.-Bueno -oculte una sonrisa-,
Jamás pensé en ello de esa manera, aunque supongo que es verdad.
La lengua es muy flexible y lleva su propia lubricación.
Pero a mí me gusta... mmm....... todo el conjunto.
-Es un alivio. Veamos... - pensó un instante. No había puesto
Música, de modo que reinaba el silencio en el interior del coche-.
¿ Que te gusta? me pregunto
¿De que?
-¿Qué te gusta a ti, _____? ¿Una lengua firme en un movimiento penetrante sobre el
clítoris, o uno más ligero, de caricia?
-Yo, mmm... -maldición, había planeado torturarlo, le había dado vuelta a las tornas
y era él quien me torturaba.
Las palabras invocaron imágenes en mi boca
Haciéndome esas cosas hasta que la encendía en una conflagración total.
Carraspee y trate de considerar la situación como un momento de aprendizaje.
-Las dos cosas. Para empezar... me gusta un contacto suave, y cuando estoy más...
Excitada, prefiero uno más fuerte -cielos, era bochornoso. ¿Por qué no había
Mantenido la bocaza cerrada?
Él asintió,
-¿Y tu punto G? -preguntó con tono vehemente de estudiante-. ¿Te gusta que te lo
Masajeen mientras te l*m*?
Sentía como si se me estuvieran masajeando en ese momento.
Sus palabras, las
Imágenes que evocaban, me volvían tan sensible que hasta la ligera
vibración del motor del coche a través del asiento me acercaba al abismo.
-Me... me gusta. A veces requiere cierto tiempo encontrar el punto G, pero te lo
Haré saber cuando te acerques –me abanique la cara con la mano-.
¿Te importa que abra un poco la ventana?
-En absoluto -repuso con voz trémula.
Si fuera con otro hombre, sospecharía que intentaba no reír, pero con Joe podían
Ser simples nervios.
Apreté el botón para bajar la ventanilla y deje que el aire primaveral le refrescara el
Rostro encendido.
Fue algo fugaz, pero habría jurado que Joe contenía una sonrisa.
Entrecerré los ojos.
-¿Por casualidad lo has hecho a propósito?
-¿Hacer qué?
Estaba tan excitada por la breve lección verbal, que podía sentir el calor que
Emanaba de mi cuerpo.

el se sintió tentado a apartar una mano del volante, subirla por
debajo de mi falda y eliminar mi desdicha. Pero también él sufría.
Después de haberme tocado, de haberme penetrado, anhelaba
tomarme con la boca, probar de mi placer.
Pero haberlo postergado solo me había potenciado el deseo.
Cada partícula de mi
cuerpo ardía de necesidad. Ya no podía seguir con los juegos.
-Te necesito.
Ahora. Si no te hago mía, me voy a volverme loco. Dijo Joe
La respuesta de mía fue un gemido estrangulado.