Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo VII

“Placeres”

Las manos de Nick paseaban por todo mi cuerpo con tanta delicadeza que me hacia estremecer, sus fuertes manos se posicionaban en puntos clave de mi cuerpo mientras sus besos acariciaban las zonas más sensibles de mi piel –creo que hay algo que me gusta de esa criatura– las manos de Nick estaban colocadas sobres mi senos mientras hacia un gesto de asombro –no creí que pudiera gustarme que fueran más grandes– continuó luego, mordió ligeramente su labio y luego besó uno de mis senos, todas mis terminaciones nerviosas explotaron al sentirlo y la lujuria se apoderaba completamente de mi cuerpo, Nick ya había logrado desnudarme completamente, sus manos intentaban no colocarse sobre mi vientre levemente pronunciado, diría que casi imperceptible, en ese momento decidí tomar control de la situación, el cuerpo de Nick estaba relajado mientras se dejaba manipular con facilidad por mí –vamos a jugar algo– le dije mientras besaba su pecho descubierto –jugaremos lo que quieras– respondió desesperado al sentir como mordía suavemente una de las simas de su pecho –no podrás tocarme hasta que te lo permita– Nick dudó por lo que me vi obligada a rozar su excitación con mi entrepierna –haremos lo que quieras– dijo luego –coloca las manos detrás de tu cuello– Nick volvió a dudar entonces repetí mi movimiento haciendo escapar un gemido de su garganta, al instante obedeció, coloqué mis manos sobre la hebilla de su pantalón para desabotonarlo lentamente, podía sentir el roce de los bellos de su abdomen acariciar las palmas de mis manos, con un par de movimientos logré dejarlo en bóxers, incliné mi cuerpo hacia el suyo para permitir el roce de mis pechos con su piel –¿Qué quieres que te haga?– le pregunté con un susurro al encontrase mi rostro con el suyo, mis labios jugaban suavemente con el lóbulo de su oreja, mi cuerpo se mantenía en movimiento provocando fricción en nuestros cuerpos –entonces ¿Qué quieres que te haga?– le dije luego tentándolo a responder –lo que quieras– dijo luego de tragar saliva de una manera gruesa –si tu lo dices– coloqué la punta de mi lengua en la parte trasera de su oreja y fui bajando suavemente por su cuello hasta llegar a su manzana de Adán, separé mi cuerpo ligeramente para permitirle a mi mano tomar su erguido miembro –¡AH!– dijo Nick jadeante, lo que me indicaba que debía continuar, mordí ligeramente su labio mientras mi mano aceleraba sus movimientos –¡al demonio el juego! ¡Necesito sentirte!– dijo Nick cuando pudo, giró su cuerpo y se colocó sobre mí, una de sus manos se colocó en mi seno derecho para jugar con la corona lentamente mientras sus besos bajaban hacia mi entrepierna, al sentir su lengua la piernas y brazos empezaron a fallarme, el placer amenazaba con hacerme perder la razón –ya estoy listo– me dijo, ahora entendía que Nick estaba preparando el camino, cuando creí imposible recibir más placer me penetró lenta pero completamente, podía sentirlo rozar mi punto G sin ningún problema, con cada penetración mi garganta soltaba un gemido de placer, a medida que aceleraba corría el riesgo de quedar muda, pero nuevamente supo cómo resolverlo, sus besos callaron mis gemidos, su lengua jugaba con la mía mientras su cuerpo se encargaba de darme todo el placer posible, coloqué mis manos en su espalda, podía sentir como los fuertes músculos se estiraban he hinchaban por la actividad, bajé mis manos hacia sus brazos fuertes y duros, mis manos no podían envolverlos completamente, estaban grandes y torneados, su piel era suave y estaba cubierta por una pequeña capa de sudor, detallaba como las pequeñas gotas escurrían desde el inicio de sus cabello hacia su frente –ahora seré yo quien juegue– me dijo y antes de poder responderle me encontraba boca abajo sobre la cama, Nick colocó una almohada bajo mi vientre para alzar mis caderas, su pecho rozaba mi espalda, de repente sentí como su mano me daba una pequeña nalgada, no podía creerlo, estaba en shock, Nick soltó una carcajada, sus labios se colocaron en el lugar donde su mano se salió de control para luego subir suavemente hacia mi cuello –me deje llevar– me susurró justo antes de volverme a penetrar –¡Ah!– gemí al sentir el primer movimiento –tranquila, si me detengo será peor– me susurró, y fue cierto, en menos de diez segundos volvía a sentir suficiente placer por todo mi cuerpo como para hacerlo explotar, los movimientos de Nick aceleraban mientras su besos incursionaban por toda mi espalda, sus manos tomaron mis senos haciendo que mi cuerpo se levantara, el pecho tibio de Nick rozaba mi espalda mientras sus manos jugaban con la punta de mis senos, en ese momento sentí como todo el éxtasis que inundaba mi cuerpo se concentraba en mi vientre y luego de golpe se dispersaba hacia cada centímetro de mis entrañas, los labios de Nick ahogaron nuestros gemidos mientras recibíamos el orgasmo, nuestros cuerpos cayeron en la misma posición sobre la cama –no tengo palabras para describirlo– dijo entre jadeos de cansancio –no existen palabras para hacerlo–le respondí con el mismo cansancio expresado en mi tono de voz, Nick se lanzo a un lado de la cama para luego halarme hacia él y acurrucarme en su pecho desnudo y tibio, en unos pocos minutos el sueño se apodero de mí haciéndome entrar en un transe, desde que mi situación se torno delicada mi sueño se había vuelto muy ligero, cualquier ruido o movimiento era capaz de despertarme, era por eso que tenía que mantenerme medicada pero en esta ocasión había olvidado tomar la píldora correspondiente, sin ningún tipo de aviso sentí como si una aguja entrara desde uno de los costados de mi espalda y atravesara mi vientre, era una sensación nueva, nunca había sentido dolor en esa zona de mi cuerpo, no pude evitar retorcerme en uno de los lado de la cama, el aire se me escapaba de los pulmones rápidamente, me llevé una almohada a la boca para evitar cualquier tipo de grito que pudiera despertar a Nick, la intensidad fue tal que luego de unos minutos reconsidere hacerlo, tal vez Nick debía llevarme a la clínica, sentía como la bebé se movía, al parecer estaba llena de energía, con cada patada o movimiento que hacia una nueva punzada atravesaba mi cuerpo, luego de pasar los minutos más largos de mi vida, la bebé bajo la intensidad de sus movimientos pero sin cesarlos completamente, fue en ese momento que decidí caminar para comprobar si la posición la alteraba, me coloqué la camisa de Nick que cubría las partes más importantes de mi cuerpo, cuando el dolor me permitió ver más allá, descubrí que ya había anochecido, arropé con la sabana el cuerpo desnudo de Nick y salí de la habitación, las punzadas iban y venían con irregularidad en su intensidad, a veces amenazaban con derrumbar mi cuerpo y otras veces no pasaban de ser simples molestias, bajé las escaleras hacia la cocina al sentir como mi estomago rugía, pero mis esperanzas se desvanecieron al recordar que todo estaba nuevo, mientras abría los gabinetes de la inmensa cocina me desesperaba aun más, los electrodomésticos aun tenían el plástico protector –volveremos a la habitación– dije con resignación mientras sobaba mi vientre, mientras subía las escaleras todo comenzó a darme vueltas, me estaba sucediendo lo mismo que en el coche, por lo tanto ya sabía que luego de las nauseas vendría el desmayo y no estaba en una posición muy adecuada, intente subir las escaleras con más rapidez pero un punzada me lo impidió –tranquila, dame un par de minutos más– le decía a la bebé mientras me desesperaba, el pánico me estaba inundando, si me desmayaba ahora rodaría por las escaleras –ya estamos llegando– le dije luego, pero al colocar mi pie en el último escalón los tiempos se me distorsionaron, un gritó lleno de temor salió desde mi garganta, Nick no podría salvarme pero al menos debía avisarle que me sucedía algo, de ese modo tendría tiempo para ser llevada al hospital, podría salvar a mi hija de lo que podría sucederle por la caída, sin poder resistirme más dejé caer mi cuerpo al no responder mis extremidades a las órdenes que mi cerebro les daba.