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 Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada

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CristalJB_kjn
PidgeJonas
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 24th 2014, 21:51

no dejes de subir tus novelas a mi me encantan, siempre intento de pasar seguido, porque me fascinan
son geniales siguelas prontoo por favoorrr
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VaLeexD
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 25th 2014, 01:28

Uuuh yaa se va a acabaar nooooooo!!!!


Me encantan tus noves las he leido todas y de verdad son geniales no importa si toms un descanzo y seria genial q adaptaaras otraa cualquier decision que tomes esta bien siempre y cuando no seaa abandonarnos jajajajajaja



Me encaantaaaa n.n
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PidgeJonas
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PidgeJonas


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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 25th 2014, 16:18

Hola chicas si por mi fuera continuo subiendo otra novela, es cuestion de que ustedes no esten cansadas de mi jajaja, hace poco lei una trilogia, que les juro que me hizo doler la cabeza, tenia ganas de tirar el telefono (porque los leo desde ahi) pero es muy buena y adictiva, tiene tanta mierda el personaje, pero es re lindo y un hijo de puta, pero es lindo, bueno esas son las mejores, no? jaja si quieren subo esa, cuando suba la sinopsis me dicen si alguna ya la leyo, para que no hagan spoilers, ahre jaja. bueno ahi les subo el capitulo de hoy. Gracias por sus comentarios Smile

Orgullo y Placer

Capitulo 32


Con la ayuda de Westfield, Joseph escoltó a ____ y a la señorita Chilcott a Melville House. Desaliñados y apestando a humo, el aspecto de los cuatro contrastaba con el ambiente elegante de la mansión, preparada para la boda. Los cuatro permanecieron inmóviles en el vestíbulo, tratando de contener la risa. Lady Collingsworth salió de la sala de baile donde iba a celebrarse la ceremonia y se acercó a ellos.

—Cielo santo —murmuró—. El vicario espera, pero es evidente que habrá que retrasar la ceremonia.

—No —dijo ____, sorprendiendo a Joseph—. Si puede esperar una hora, yo estaré lista para entonces.

Recuperándose, él añadió:—Yo también estaré listo en una hora.

Lady Collingsworth miró a la señorita Chilcott y parpadeó.

—Regina —dijo ____ con firmeza—, te presento a la señorita Vanessa Chilcott, mi hermanastra. Vanessa, ella es la condesa viuda de Collingsworth.

—Milady —susurró Vanessa, haciendo una reverencia.

Joseph se sintió muy orgulloso de ____. No conocía a ninguna otra mujer que hubiera sido capaz de sobreponerse a los acontecimientos del día con ese aplomo. Podría haber dejado que la señorita Chilcott se las apañara sola tras haberse enterado de su auténtica identidad. Pero en vez de eso, le había hecho una sola pregunta:—¿Por qué?

A lo que la joven había respondido: —Quiero ser autosuficiente e independiente. ¿Qué mejor modelo que usted? Y no podía hacerlo
sin librarme del apellido que me ha marcado toda la vida.

____ le había ofrecido vivir en su casa por el momento, ya que la vivienda y todas las posesiones de la señorita Chilcott se habían perdido en el incendio. Al menos, la tendrían controlada mientras duraba la investigación. Ya se encargarían de los demás detalles al día siguiente.

—La señorita Chilcott necesita un baño y una habitación —dijo ____—. Si pudieras encargarte, Regina, te quedaría muy agradecida.

—Por supuesto. —Lady Collingsworth se volvió hacia Joseph—. Tiene visita, señor Jonas. En el salita.

Al ver que ____ lo miraba, Joseph extendió el brazo hacia su prometida. «Yo voy a donde tú vayas», le había dicho ella. A pesar de todo, ____ deseaba casarse con la misma prisa que él. La adoraba por eso, entre otras muchas cosas.

Westfield fue a reunirse con el resto de invitados a la sala de baile mientras ellos dos se dirigían a la sala de visitas. Allí los esperaban cinco personas: los gemelos Crouch, Lynd, Anthony Bell y la señora Francesca Maybourne. Mirándolos con las cejas levantadas, Joseph se preguntó a qué habrían venido. Estaba a punto de preguntarlo cuando ____ se le adelantó: —Buenas tardes, señora Reynolds. Después de todo lo que ha pasado, no esperaba volver a verla.

—He ido a la joyería —explicó Lynd—, pero no he visto a Bell por ningún sitio, lo que ha levantado mis sospechas.

_____ escuchaba el relato de la segunda parte de las maquinaciones de los Reynolds con el corazón encogido. Aunque se alegraba de que su plan hubiera fracasado, era consciente de que la causa del peligro había sido la obsesión de Joseph por destruir a Montague. ¿Cuántas energías había malgastado en ese empeño a lo largo de su vida? ¿Podría contar ___ con tener todo su corazón o le habría entregado la mayor parte a esa mujer de su pasado a la que Montague había destruido? Una cosa sin embargo la animaba: había enviado a Lynd en su lugar a perseguir a Montague para él poder casarse con ella.

—A veces —susurró Joseph—, cuando algo parece demasiado bueno para ser verdad es precisamente porque no es verdad.

Lynd asintió.

—Has hecho bien en enviar a los Crouch. Entre los tres hemos vigilado la calle durante una hora y hemos visto un coche de alquiler que no se movía. Patrick ha pasado por su lado y, gracias a su tremenda altura, ha visto que la señora Reynolds estaba dentro, esperando con una pistola en el regazo. He enviado a Peter a buscar a Bell para que nos confirmara la historia que ella nos ha contado. Bell no la conocía de nada, pero al parecer la dama sabía lo suficiente sobre ti y Montague como para idear el cebo perfecto para atraerte. La hemos traído aquí sin saber que su identidad era falsa y mucho menos que la señorita Martin sabría quién era en realidad.

____ miró a Anne Reynolds con algo parecido al odio, una emoción que hasta ese momento le había resultado desconocida.

—¿Pensaba dispararle al señor Jonas? ¿Iba a matarlo?

La mujer morena se apartó de la cara el pañuelo con el que se había estado secando las lágrimas desde que se había enterado de la muerte de su marido y miró a Joseph con rabia.

—No se llama así. De su nombre de pila no sé nada, pero puedo asegurarle que su apellido es Miller. Es el hijo de Diana Miller, que fue la puta de lord Montague hasta que murió tras una larga enfermedad.

Joseph permaneció tan quieto que ____ se asustó.

—Le recomiendo que modere su lenguaje —le advirtió él, con una calma amenazadora.

—Lo sé todo sobre usted, señor MIller —le espetó Anne—. Le dije a mi marido que se lo contara a la señorita Martin. Al fin y al cabo, fue ella la que contrató a mi cuñado para que investigara su conexión con lord Miller en County Wexford. Le dije que le contara que usted no es quien dice ser, pero a él no le pareció necesario. Dijo que sólo con que supiera que usted la quería por su dinero sería suficiente para impedir su matrimonio. Tenía miedo de que se preguntara por qué no había hecho volver a Tobias de Irlanda cuando ella se lo ordenó. Pensó que, si descubría que había desobedecido sus órdenes esa vez, sospechara que lo había hecho más veces. Debió hacerme caso.

La tensión en la salita era palpable. ____ se apresuró a hablar antes de que Anne siguiera complicando las cosas.

—Fue usted quien escribió esas cartas amenazadoras a mi tío —dijo sin dudarlo—. ¿Por qué? ¿Qué pretendía obtener?

La mujer levantó la barbilla y apartó la vista.

—No voy a decir nada más. Yo no he hecho nada malo.

—¿Y qué tiene que decir del incidente en la Royal Academy? —añadió Joseph en tono glacial.

—Santo Dios, ¿no pretenderán cargarnos con eso también? No somos asesinos. Ya he tenido bastante —dijo la señora Reynolds, levantándose—. No tienen ningún derecho a retenerme.

—Cuando salgamos de aquí será para ir a Bow Street —dijo Bell, balanceándose sobre los talones. Era un hombre delgado y no muy alto, de aspecto casi frágil—. Ya veremos si el juez opina lo mismo que usted. Hasta entonces, siéntese.

—Lleva una capa muy cara —observó Joseph—. Y las esmeraldas del collar y los pendientes llaman la atención. O tenía dinero antes de casarse o la señorita Martin le pagaba muy generosamente a su marido.

____, que no estaba acostumbrada a fijarse en ese tipo de cosas, volvió a mirar a la mujer de arriba abajo. La verdad era que el atuendo de Anne Reynolds parecía más caro que su propio vestido.

—Pero ¿cómo? —preguntó, volviéndose hacia Joseph—. Me ocupo de la contabilidad personalmente.

—Pero no tratas directamente con los arrendatarios, ¿no? ¿Quién se ocupa de cobrar los alquileres?

—El señor Reynolds.

—Exacto —dijo Lynd—. Posiblemente, lo que usted recibe no coincide con lo que los arrendatarios están pagando.

____ palideció.

—Supongo que tiene razón —admitió, mirando a Anne, que estaba pálida pero seguía mostrándose desafiante—. Supongo que fue subiendo los alquileres paulatinamente, o cargándoles a los inquilinos algún concepto extra que yo desconocía. Tendremos que preguntárselo a la señorita Chilcott y a los demás. Santo cielo, ellos son tan víctimas de todo esto como yo.

—Probablemente por eso querían matar a Jonas —dedujo Bell—. Una vez casada, lo más seguro es que la estafa saliera a la luz, o que prescindiera de los servicios del señor Reynolds. Lamento no haberle hecho más caso cuando acudió a mí, señorita Martin. Espero que me sirva de lección en el futuro.

Joseph permaneció quieto y callado como un cadáver.

—Ésta iba a ser mi última temporada —dijo ____ en voz baja—. Pensaba retirarme al campo con lord Melville y dejar casi todos mis asuntos en manos de Reynolds. Estaban tan cerca de conseguir sus objetivos que mi súbita decisión de casarme con el señor Jonas alteró todos sus planes y los hizo actuar precipitadamente.

—Si se casa con él —intervino Anne con frialdad—, se merecerá todo lo que le pase. Al menos, mi marido se preocupaba de que sus negocios florecieran. Estoy segura de que Miller pretende despilfarrar su fortuna.

____ se levantó, incapaz de aguantarla ni un segundo más.

—Lo dejo todo en sus manos, señor Bell. Confío en que me informe de cómo se desarrollan los acontecimientos.

El agente inclinó la cabeza.

—Por supuesto.

—Señor Jonas —murmuró ____ entonces, lo que provocó un resoplido burlón de la señora Reynolds—, ¿me acompaña, por favor?

—Un momento —respondió él—. En seguida iré a buscarte.

Ella salió de la salita con piernas que le parecían de madera. Se preguntó si iría realmente a buscarla o si lo habría perdido para siempre. Aunque tal vez nunca había sido suyo. Aunque habían prometido ser sinceros el uno con el otro, al parecer ambos habían guardado secretos.

***

Al llegar al final de la escalera, Joseph giró a la derecha, siguiendo las instrucciones de lady Collingsworth para llegar a la habitación de ____. Si a la condesa viuda le había parecido inadecuado que se las pidiera, no lo había demostrado. Al contrario, lo había tranquilizado diciendo que el vicario se lo estaba pasando en grande gracias tanto al champán como a la agradable conversación de lord Westfield, y que había aceptado esperarlos el tiempo que hiciera falta.

Respiró hondo y llamó a la puerta del dormitorio de ____. Mientras esperaba a que ella respondiera, luchó contra la debilidad que lo invadía. Se sentía como si fuera de cristal, como si pudiera romperse en cualquier momento. Tal vez fuera a causa de la larga retahíla de inesperadas revelaciones. O a los nervios propios de todo novio antes de la boda. O al pánico ante la perspectiva de
perder a alguien irreemplazable. No lo sabía. La puerta se abrió y allí estaba ____, vestida con una bata, con la nariz tan roja como los ojos. Recordó que la primera vez que la vio había pensado que era bonita, pero no una belleza. En esos momentos no entendía cómo había podido llegar a esa conclusión. Era preciosa, la mujer más hermosa que había visto nunca.

Ella se echó hacia atrás para dejarlo entrar. Cuando lo hizo, Joseph cerró la puerta discretamente. Se fijó en que sus habitaciones estaban decoradas en los mismos tonos crema y borgoña que las de él y se sintió aliviado en cierto modo. No debía olvidar que se parecían mucho en cosas básicas. Si pudieran dejar a un lado sus diferencias exteriores y pudieran centrarse en lo que los unía...

—Debería habértelo contado... —dijeron los dos a la vez.

Sorprendidos por haber dicho las mismas palabras al mismo tiempo, se interrumpieron y se quedaron mirando el uno al otro. Joseph esperó a que ella siguiera hablando. Tras las revelaciones del día, se merecía desahogarse. Estaba dispuesto a aguantar el chaparrón.

____ se ató el cinturón de la bata con decisión.

—Contraté a Tobias Reynolds cuando te conocí, porque no sabía nada de ti. Me dijiste que podía contestarles a quienes me preguntaran que estabas emparentado con lord Miller y me dije que sería mejor tener un poco más de información por si alguien lo ponía en duda. Pero cuando nuestra relación se afianzó, le pedí al señor Reynolds que mandara regresar a su hermano de Irlanda, antes de que me diera ningún dato. Quería que fueras tú quien me contaras lo que quisieras y cuando quisieras.

Joseph asintió, cruzando las manos a la espalda.

—Y yo debí haberte hablado de mi madre. Pensaba hacerlo, pero me dije que teníamos tiempo...

—Lo tenemos. —____ se acercó a él—. Todo el tiempo que necesites.

—No, tengo que contártelo ahora, para que puedas decidir si quieres casarte conmigo. No podría soportar que me dejaras después de la boda.

—No voy a dejarte. Te quiero.

Joseph cerró los ojos y respiró entrecortadamente.

—____...

—No quiero que digas nada hasta que seamos marido y mujer —lo interrumpió ella—. Quiero casarme siguiendo el mandato de mi corazón, no de mi cerebro. Debo aprender a confiar en mi instinto para poder ser lo que tú necesitas. Necesito ser una persona con una relación más sana y completa con su lado instintivo. Y necesito que sepas que te acepto tal como eres, sin dudas ni
reservas, para que algún día, Dios lo quiera, puedas amarme.

____ estaba desafiando todo lo que le resultaba familiar, rechazando hábitos y rutinas de toda la vida, haciendo una concesión tras otra... por él. Estaba decidida a confiar en él por completo, a pesar de todas las pruebas que se lo desaconsejaban.

—Te quiero —repitió.

Joseph la miró. Se había sentado en uno de los sofás, con las manos unidas sobre el regazo. Era absurdo, pero verla así lo excitó. Verla tan controlada, sabiendo lo desbocada que se volvía cuando estaba entre sus brazos era un gran estímulo. Más que el placer físico, lo que lo volvía loco era ver cómo le mostraba su auténtica naturaleza cuando estaban a solas.

—Estoy a tu merced —confesó él con voz ronca—. Haría cualquier cosa por poseerte.

____ se llevó la mano al esbelto cuello, rodeándoselo con los dedos. Cruzando la habitación, Joseph le cogió la mano, tan blanca que parecía de alabastro. Empezó besándole el dorso y siguió por los dedos, lamiendo la punta de aquel en el que llevaría su anillo antes de que acabara el día. Ella se estremeció. Bajando los párpados, entreabrió los labios y suspiró.
Joseph le succionó el dedo, acariciándoselo al mismo tiempo con la lengua hasta que ella gimió. Fue el sonido de la rendición que él esperaba oír para liberarse de las restricciones. Con la mano que le quedaba libre, se desabrochó los pantalones. Su miembro le cayó pesadamente sobre su mano, tan grueso y contundente que tuvo que agarrárselo con fuerza para aliviarse momentáneamente.

—Joseph.

Él le soltó los dedos para decirle:—Te necesito.

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CristalJB_kjn
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 25th 2014, 17:33

wooooooo ame los capis me perdi d muchos peo x fin yaaa stoy d nuex es q el trabajo y la scuela no m dejan tiempo d nada Sad pero hoy siiii lunes y martes estar aqui Wink
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Lady_Sara_JB
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 25th 2014, 18:24

oh me encanta
siguela
esta hermosa
no creo que nos hartemos de ti y de tus hermosas novelas
y si vas a subir otra ahi estare Very Happy
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PidgeJonas
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 26th 2014, 16:42

Orgullo y Placer

Capitulo 33


____ trató de deshacer el nudo del cinturón de la bata, pero le temblaban tanto los dedos que no resultaba nada fácil. Impaciente, Joseph se dejó caer de rodillas en el suelo y le levantó la prenda con brusquedad. Luego, sujetando a ____ por las caderas, la atrajo hacia sí hasta que cayó sentada sobre su regazo, cabalgándolo. La abertura de su sexo rozaba la suave y ardiente piel de su pene. Joseph la cogió de la nuca, obligándola a mirarlo a los ojos.

—Necesito estar dentro de ti.

—Sí.

____ se humedeció al oír su voz excitada. Le encantaba verlo así, descontrolado, loco de deseo por ella.
Él la levantó ligeramente. El grueso glande se deslizó por su sexo hasta apoyarse en su clítoris. Gimiendo, ella se agarró de los hombros de Joseph, tensos por la impaciencia y la necesidad. Cuando apuntó hacia su interior palpitante, ____ se estremeció. Con un gruñido, él embistió, clavándole el tenso miembro profundamente. La abrazó con fuerza, inmovilizándola y robándole el aliento.
Ella le arañó la espalda, retorciéndose de deseo. El calor de la piel de Joseph la quemaba a través de la tela de la camisa.

—Por favor —le rogó, temblando a su alrededor—. ¡Por favor!

Sujetándola con fuerza por las caderas, él la hizo subir y bajar, empalándola en su duro miembro. Arriba y abajo. Presionando, clavándose cada vez un poco más. ____ gimió de placer.

—¡Sí!

—Haré que te vuelvas adicta a esto —le prometió Joseph con voz ronca, peligrosamente oscura —. Te volverás adicta a mí. Pronto serás tú la que venga a buscarme, aunque estemos en público, incapaz de resistir ni un minuto más. Te levantarás las faldas y me rogarás que te dé placer con la boca, con la lengua. Estarás tan desesperada que te dará igual dónde estemos. Necesitarás notar mi sabor. Te dejarás caer de rodillas y me darás placer, tomándome en tu boca y succionándome hasta
que me corra dentro de ti, ardiente y loco de pasión.

Ella lo abrazó con fuerza, con los ojos cerrados, mientras él seguía clavándose en su interior. Era una sensación increíble. Nunca se cansaría de hacerlo. El pliegue de su glande rozaba deliciosamente contra las terminaciones más sensibles de sus nervios, provocando un incendio en su sexo. Él arremetió una vez más, llenándola con su calor y su firmeza. Colmándola de tanto placer que
_____ arqueó la espalda sin control. Su posesión era increíblemente erótica. Y tan adictiva como él le había advertido. Cuando se retiró, se sintió vacía. Cuando volvió a entrar, tuvo que morderse el labio para no gritar. No quería que todos los invitados se enteraran de lo que estaban haciendo. Pero Joseph no estaba dispuesto a consentirle ni una pizca de control.

—Déjame oírte. Quiero oírte —la animó—. Quiero oír cuánto lo deseas.

Le separó los muslos con las manos para poder llegar más adentro. Moviendo las caderas, siguió penetrándola con maestría, volviéndola loca de lujuria, ansiosa por tener más. Siempre más. Por mucho que le diera, no tenía suficiente. ____ respiró con esfuerzo y le clavó las uñas en la espalda.

—Acaba, por favor.

—No, es demasiado pronto —respondió él, mientras el sudor le resbalaba por la frente.

—Tenemos toda la vida para ir despacio. No me hagas esperar ahora.

Joseph se clavó en ella con toda la fuerza que pudo, abrazándola y diciéndole al oído: —Te quiero, ____. Te quiero.

Ella alcanzó el clímax con tanta intensidad que se convulsionó. Él la siguió de cerca, moviendo las caderas con rapidez y fiereza. ____ sintió cómo el orgasmo se apoderaba de su cuerpo. Los músculos se le tensaron y los pulmones le trabajaban frenéticamente. Cuando al fin se corrió, el clímax fue violento. El grueso pene se sacudía con cada nuevo chorro de semen que salía de él. Pronunció su nombre entrecortadamente hasta que ella lo besó, tragándose los sonidos de su placer junto con el amor incondicional que brotaba de su corazón.

****

Una hora más tarde estaban casados. Excepción hecha del vicario, que estaba sofocado y feliz gracias al champán, fue una boda sombría. Si alguien se dio cuenta de lo que acababa de pasar en la habitación, nadie lo comentó. Sin embargo, ____ estaba segura de que al menos Regina lo sabía. Cuando pronunció los votos, Joseph aún tenía el pelo húmedo. Había enviado a los hermanos Crouch a su casa a buscar ropa limpia mientras se bañaba en una habitación de invitados para ganar tiempo.
Los invitados que presenciaron la ceremonia no llegaban a la docena. La celebración posterior fue muy breve, ya que todo el mundo había estado esperando a los novios durante horas. ____ llevaba un vestido de raso color blanco roto, con delicado encaje adornándole las mangas y el corpiño. Era nuevo, uno de los muchos vestidos nuevos que iban a marcar su transformación. No
pensaba volver a esconder la belleza que Dios le había dado. Usaría todas las armas de su arsenal femenino para complacer a su esposo y aumentar su amor por ella. Cuando llegó la hora de retirarse, Joseph se sintió aliviado. ____ abrió camino, tirando de él en
dirección a sus habitaciones.

—Tengo una cosa para ti —dijo él, cuando estuvieron a solas.

—Oh. —Ella se mordió el labio inferior—. Yo no me he acordado de comprarte un regalo de bodas.

—Tú eres mi regalo de bodas.

Del bolsillo interior de la chaqueta sacó un anillo. Era un sello pequeño, de mujer. Alargó la mano y le puso el anillo en la mano derecha.

—Era de mi madre.

____ lo miró con los ojos brillantes.

—Gracias.

Joseph se quitó la chaqueta.

—¿Te apetece una copa? —le preguntó, solícito.

Antes había tomado su cuerpo con tanta urgencia que ahora quería compensarla yendo con calma. Pensaba disfrutarla y saborearla.

—No, me apeteces tú.

Joseph sintió una gran satisfacción. Respiró hondo, expandiendo los pulmones. La sangre se le espesó y le circuló de prisa, caliente.

—¿No tienes dudas? ¿Preguntas?

—¿Por qué sigues hablando? —preguntó ella, que se había vuelto de espaldas.

—Nunca dejas de sorprenderme.

Joseph se acercó y empezó a desabrocharle el vestido.

—¿No crees que ya hemos tenido que enfrentarnos a bastantes asuntos desagradables por un día? Ya tendremos tiempo mañana de encarar el resto.

Él le besó el hombro, agradecido. _____ volvió la cabeza por encima del hombro y lo miró con intensidad.

—Si hubieras ido tú a la joyería en vez de Lynd...

—____...

Ella se volvió bruscamente entre sus brazos, atrapándole la boca en un beso poco estético, pero lleno de fervor. Él la abrazó con fuerza, levantándole los pies del suelo. ____ le rodeó el cuello con sus esbeltos brazos, enredándole los dedos en el pelo de un modo que lo enloquecía de pasión.

—Quiero verte desnudo —susurró, provocándole una erección—. Quiero tocarte por todas partes, y la ropa me lo pone difícil.

—No queremos dificultades en el dormitorio —replicó él, reprimiendo una sonrisa. Sentándola en el borde de la cama, dio un paso atrás y se empezó a desabrochar los botones del chaleco.

—Tómate tu tiempo —dijo ella.

—Te gusta mirar.

—Me gusta mirarte a ti —lo corrigió ____—. Te encuentro muy hermoso, sensual y deseable.

Joseph no supo cómo replicar a eso. ¿Cómo explicarle lo mucho que su honestidad significaba para él? En vez de palabras, se lo agradeció con hechos, reduciendo la velocidad de sus movimientos y sin dejar de mirarla en ningún momento, esperando que leyera en sus ojos lo mucho que la amaba. Cuando se hubo despojado de toda la ropa, se quedó quieto, esperando a que ella le dijera qué hacer a continuación. Antes de la boda la había tomado sin contemplaciones y ella se había entregado sin reticencias. Aunque ella aún tenía poca experiencia sexual, Joseph había sido incapaz de tratarla con la delicadeza que merecía. Esta vez sería distinto.

—Voy demasiado vestida —dijo ____, quitándose los zapatos y dejándolos caer al suelo.

—¿Y qué quieres que haga al respecto?

—Desnúdame. Pero mucho más de prisa de como te has desnudado tú.

Él la agarró por la cintura y la dejó en el suelo. Acabó de desa brocharle los botones del vestido, esta vez con más urgencia. Dejaron el vestido de boda en una silla, con cuidado, pero la camisola y los calzones fueron a parar al suelo de cualquier manera.
Hechizado por la piel pecosa de su espalda, la rodeó con los brazos, doblando las rodillas para quedar a su altura. Apoderándose de un pecho con una mano y cubriendo con la otra su sexo, era el dueño de su pasión. Ella gimió de placer, dejando caer la cabeza hacia atrás.

—Me encanta cómo me tocas. Tus manos son tan grandes y fuertes, callosas pero cálidas.

—Son las manos de un hombre que se gana la vida trabajando —replicó él, recorriéndole la oreja con la lengua.

—Son las únicas manos que me tocarán así.

Con dos dedos, le separó los pliegues del sexo, dejándole el clítoris al descubierto.

—¿Te encontraré húmeda?

____ jadeó cuando empezó a martirizarle los pezones con dos dedos. Separó las piernas, invitándolo a acariciarla más a fondo.

—Sí, todavía te tengo dentro de mí... de antes.

Pensar en ella húmeda de su semen hizo que su erección creciera aún más. Empujándola entre sus muslos, gruñó al sentir la humedad que lo recibía.

—Déjame —le pidió, empujándola hacia la cama y animándola a que apoyara los codos en ella. Al principio, ____ se tensó, pero en seguida se relajó y le presentó las exuberantes curvas de sus preciosas nalgas. Sin poder resistirse, Joseph se las apretó.
Luego la ayudó a subir un poco a la cama, le levantó un muslo y se lo apoyó en la colcha, dejándola completamente expuesta. Con una caricia posesiva, le susurró: —Te quiero.

Ella volvió la cara y apoyó la mejilla en la colcha.

—Dilo otra vez —le pidió, con los ojos cerrados.

Sujetándose el miembro con firmeza, apoyó la punta junto a la diminuta entrada de su sexo sedoso.

—Te quiero.

Con un lento movimiento de caderas, Joseph hizo entrar la gruesa cabeza en su estrecho canal. Sintió como si lo apretara un guante de seda. ____ clavó los dedos en el colchón. Su gemido apagado lo excitó aún más.

—Mi esposa —murmuró, hundiéndose más profundamente.

Ella arqueó la espalda como un gato, abrazándolo con los músculos internos con el movimiento. El placer de esos abrazos, que eran como pequeñas olas, unido a la sensación de ser atraído más profundamente hacia su interior, era indescriptible. Joseph gruñó como una fiera salvaje. Encorvándose, la penetró con embestidas rápidas y poco intensas, deslizándose lentamente en su interior hasta llegar al fondo. Se negaba a permitir que ninguno de los dos alcanzara el clímax hasta que estuvieran totalmente unidos.
____ ahogó un grito.

—Tan hondo... Te siento tan adentro... —dijo, arrastrando las palabras.

Él se retiró unos centímetros y volvió a embestir, llegando aún más profundamente. Ella lo abrazó hasta la raíz, sumergiendo su miembro palpitante en calor líquido. Sujetándola por el hombro, Joseph la aprisionó contra la cama, cabalgándola con embestidas
largas y relajadas. Sus testículos rebotaban a la entrada de su sexo, estableciendo un ritmo regular y muy erótico. ____ gemía con cada nuevo golpe que sentía en el clítoris, dejando el rastro de sus uñas marcado en el terciopelo de la colcha. El pelo se le estaba humedeciendo de sudor. Cuando le pareció que estaba a punto de estallar, Joseph se detuvo en seco, clavado en lo más hondo de su cuerpo, y se mantuvo allí, susurrándole palabras de ánimo mientras ella se derretía a su alrededor. Él también sudaba, tenía el pelo pegado a la cara y el vello del pecho empapado por el esfuerzo de mantenerse duro como una piedra e inmóvil dentro de ella.
El tiempo fue pasando, pero Joseph había perdido toda noción del mismo, como le pasaba siempre que estaba con ____. Sólo sabía que ella había tenido tantos orgasmos que ya no le quedaban fuerzas para agarrarse a la colcha y que sus gemidos eran débiles como los de un gatito recién nacido. Cuando, con voz ronca, le susurró que lo amaba, Joseph no pudo contenerse más. Con la mejilla apoyada en su glorioso cabello y rodeándola con los brazos, la llenó con chorros de lujuria calientes y desgarrados, que nacían de lo más profundo de su ser. Brotaban de un pozo de amor y esperanza que no había sabido que existía en su interior hasta que la había conocido.

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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 26th 2014, 18:14

oww
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PidgeJonas


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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 27th 2014, 17:06

Orgullo y Placer

Capitulo 34


_____ estaba leyendo la prensa de la mañana en la mesa de desayuno cuando Vanessa Chilcott apareció. Su hermanastra iba vestida con ropa del ama de llaves. La camisa de cuello alto le iba algo estrecha en el pecho y la falda un poco larga, pero se movía con innegable dignidad.

—Buenos días —la saludó ____ antes de volver a leer la información sobre el incendio del día anterior.

—Buenos días, señorita Martin.

A ____ le llevó unos momentos darse cuenta de que la joven permanecía inmóvil. Frunciendo el ceño, miró por encima del periódico. Con un gesto, señaló la consola cubierta de bandejas y de fuentes tapadas.

—La comida está allí. Sírvase lo que quiera.

Como si hubiera estado esperando su permiso, Vanessa se puso en movimiento. Cuando hubo acabado de servirse, se sentó a la mesa.

—Felicidades por la boda.

Mordiéndose el labio inferior, ____ dejó el periódico a un lado.

—¿Debí invitarla? Después de lo sucedido en la tienda y de descubrir nuestro auténtico parentesco, no estaba muy segura...

Vanessa parpadeó y se la quedó mirando como siempre la miraba la gente al darse cuenta de lo poco que sabía de etiqueta.

—Buenos días, señoras —saludó Joseph, entrando en la estancia con paso sensual y relajado, como si tuviera todo el tiempo del mundo—. Mi mujer ha sido agraciada con una naturaleza extraordinariamente pragmática, señorita Chilcott. Y no pretende ofender a nadie cuando observa, o como en este caso, deja de observar, ciertas costumbres sociales.

La joven asintió y lo observó recorrer la habitación hasta llegar al rincón donde ____ se había sentado. Lo miraba disfrutando de lo que veía, muy consciente del tipo de hombre que tenía delante: implacable y peligrosamente sexual. ____ supuso que cualquier mujer con sangre en las venas se sentiría atraída por él. Al fin y al cabo, incluso ella, que hasta ese momento había sido inmune a los encantos masculinos, no los había
podido pasar por alto.

—No importa —la tranquilizó Vanessa—. Me sentí muy agradecida por tener un techo sobre mi cabeza.

____ se encogió de hombros.

—Era lo más razonable. Usted perdió más que yo en el incendio.

Joseph apoyó una mano en la mesa y otra en el respaldo de la silla de ____.

—La he echado de menos esta mañana, señora Jonas. Sugiero que en el futuro pida que le suban una bandeja a la habitación.

____ contuvo el aliento. Joseph se había mostrado insaciable a lo largo de la noche, despertándola varias veces para tomarla una y otra vez. De espaldas. Tumbada boca abajo. De lado. Con los pies levantados o los muslos entre los de él. Profundamente, superficialmente, con fuerza, con delicadeza, con rapidez o con desesperante lentitud... la había poseído de todas las maneras posibles. Su repertorio de delicias sensuales era extenso y sospechaba que sólo le había mostrado una pequeña parte.

Mientras enderezaba la espalda, ____ volvió la cabeza impulsivamente y lo besó en los labios. Joseph se tensó un instante, sorprendido, pero en seguida se relajó y ronroneó satisfecho mientras ella lo besaba con dulzura. Su sonrisa le encogió el estómago. Con la punta del dedo, Joseph le recorrió la nariz antes de alejarse en busca de su desayuno. Animada por su presencia, ____ respiró hondo y se volvió hacia su hermanastra. Vanessa tenía la mirada clavada en el plato, como si quisiera demostrar que no se había dado cuenta del escandaloso comportamiento de la pareja al otro lado de la mesa. Se aclaró la garganta.

—No sé si era o no lo más razonable acoger bajo su techo a una inquilina que había mentido sobre su identidad, pero sé que la mayoría de la gente no lo habría hecho.

—Pero tú no eres simplemente una inquilina —señaló ____, tuteándola—. Eres mi hermanastra.

La joven sonrió con ironía.

—Lo que hace que todo sea todavía más incómodo, ¿no?

Joseph se sentó a la derecha de su esposa, en la cabecera de la mesa. No viendo ningún motivo para mentir, ____ asintió con la cabeza.

—Siempre sincera —dijo Vanessa—. A mi padre le gustaba mucho esa cualidad suya, señorita Martin. Le parecía liberadora. Decía que lo inspiraba para ser mejor persona.

—Tutéame, por favor. No quiero ser grosera, pero él a mí nunca me habló de ti.

Vanessa alzó una ceja rubia.

—¿Le diste la oportunidad?

____ abrió la boca, pero volvió a cerrarla sin decir nada.

—Exacto. —Vanessa cortó su porción de budín negro con cuidado—. No te culpo. Eres lista. Desde el principio debías de saber que se había casado con tu madre por la fortuna que le había dejado tu padre. Lo que se dice sobre los Chilcott es la pura verdad.

Desconcertada, ____ se volvió hacia Joseph, cuya cara no revelaba ninguna emoción.

—¿Ves esto? —Vanessa dejó los cubiertos sobre la mesa y alargó el brazo, señalando una marca que tenía en el dorso de la muñeca—. Mi abuela me dijo una vez que los frutos podridos de nuestro árbol genealógico se podían distinguir por estas manchas.

—Ya veo —dijo ____.

—Lo que no ves, sin embargo, es que hasta la fruta podrida a veces tiene partes aprovechables. En el caso de mi padre era su corazón. Cortejó a tu madre por su dinero, pero se casó con ella porque la amaba.

____ juntó las manos sobre la mesa.

—Si la hubiera amado de verdad habría sido una buena influencia para ella.

—Eso suena razonable —admitió su hermanastra—, pero el amor no es razonable. El amor es querer ver a la otra persona lo más feliz posible lo más a menudo posible. Al menos así era como mi padre lo entendía. Como bien sabes, no era fácil lograr que lady Georgina fuera siempre feliz. Si no la hubiera querido, habría hecho que la internaran. O la habría llevado al campo y la hubiera dejado allí. O tal vez la habría enviado a Europa. O a América...

—Entiendo lo que quieres decir.

Joseph le cubrió las manos con una de las suyas.

—Creo que deberías saber —siguió diciendo Vanessa— que fuiste muy buena influencia para mi padre. Cada vez que venía a verme, me hablaba de las ventajas de llevar una vida virtuosa como la tuya. Me convenció de que podría ganarme la vida honradamente si lo intentaba.

____ no sabía cómo enfocar la conversación. ¿Qué podía decir que la joven no supiera?

—Siento los problemas que te ha causado el señor Reynolds.

Vanessa se encogió de hombros.

—En realidad, culpo a mi apellido de los actos del señor Reynolds, no a ti. Creo que me alquiló el local con la intención de sacarme el dinero que él pensaba que yo planeaba quitarte a ti. Cuando lo sorprendí prendiendo fuego a la parafina, me dijo: «No te preocupes. Me aseguraré de que te llegue parte del dinero». En ese momento lo golpeé en la cabeza.

—Dios del cielo —susurró ____.

—Debió de pensar que yo era un regalo de los dioses que había ido a parar directo a su regazo. Otro Chilcott para conseguir un trozo todavía más grande de tu fortuna.

Joseph se volvió hacia ____.

—Al distraerte con el incendio y quitándome a mí de en medio con una bala, probablemente pretendía que te costara más prescindir de sus servicios. Mientras tanto, se habría ocupado de hacer quedar mal al señor Bell y de levantar sospechas sobre Montague para que no buscaras la ayuda de ninguno de los dos en esos momentos difíciles.

—No se imaginó que renunciarías a una oportunidad de vengarte de Montague por quedarte conmigo —murmuró ____, con el corazón rebosante de amor y gratitud.

Él le apretó las manos. Volviéndose hacia Vanessa, ____ le preguntó:—¿Y ahora qué harás?

—He pasado buena parte de mi existencia tomando decisiones basadas en mi apellido. Incluso cuando me decidí a darle un giro a mi vida, lo hice comparándola con mi vida anterior, lo que es una manera distinta de dejar que ese apellido lo domine todo. Pero no volveré a hacerlo. La tienda era un bonito sueño, pero no estoy segura de que fuera mi sueño.

—Me gustaría que te quedaras aquí mientras decides algo —dijo _____, sorprendiendo a todos los presentes, incluida ella misma.

—Una Martin invitando a una Chilcott a compartir casa. La historia se repite.

—No me había dado cuenta del paralelismo.

Era cierto. La había invitado porque le había salido del corazón. Jaoseph le dirigió una sonrisa de ánimo.

—Cuando hayas acabado —le dijo ____—, me gustaría hablar contigo en privado.

—Por supuesto.

Robbins apareció en la puerta con una tarjeta de visita. Acercándose a los recién casados, dejó la bandeja entre los dos.

—El conde de Westfield ha venido de visita.

—Que pase —respondió Joseph.

Poco después, el conde entró en la sala del desayuno, despeinado por el viento y más atractivo que de costumbre gracias a ello.

—Buenos días —les dijo a todos en general, aunque con los ojos clavados en Vanessa—. Qué suerte. No he desayunado.

—Llegas tarde, milord —bromeó Joseph.

—No recuerdo la última vez que me levanté tan temprano. Si me he levantado a estas horas de la madrugada ha sido sólo por ti.

—Tal vez debería plantearse la necesidad de acostarse más temprano, milord —le aconsejó Vanessa.

—¿Y eso qué gracia tiene, señorita Chilcott?

Ella permaneció con la vista clavada en el plato.

—Depende de quien más esté en la cama —dijo ____.

Joseph la miró divertido.

—Mi mujer y yo tenemos que retirarnos, pero por favor, pasadlo bien.

Westfield sonrió.

—Eso es exactamente lo que pienso hacer.

—Me pregunto si debo avisar a la señorita Chilcott de que tenga cuidado con Westfield — comentó Joseph, mientras ____ y él subían a las habitaciones de ésta.

—Qué casualidad. Yo me estaba preguntando si Westfield no necesitaría una advertencia similar.

—La sonrisa que ella le dirigió era tan radiante que Joseph casi tropezó—. De todos modos, creo que hacen buena pareja. No creo que ninguno de los dos pueda aprovecharse mucho del otro... aunque está claro que el conde piensa intentarlo.

—Lo pierden las mujeres guapas.

Ella lo miró de reojo.

—Espero que a ti no te pase lo mismo.

—Lo siento, pero me temo que sí. Hay una mujer preciosa con la que comparto la vida. Y he perdido la cabeza por ella completamente.

Entraron en la salita privada. Joseph esperaba que se retiraran directamente al dormitorio, al fin y al cabo eran recién casados, pero ____ se sentó en uno de los sofás y se arregló la falda del vestido a rayas como si se estuviera preparando para una larga conversación. Con la nariz y la barbilla levantadas, era la viva imagen de la firmeza y la decisión. Reconociendo los signos, Joseph se quitó la chaqueta.

—Me ha impresionado mucho tu conversación con la señorita Chilcott.

—Entiendo perfectamente lo que dice cuando habla de permitir que fuerzas externas nos condicionen. Durante demasiado tiempo yo permití que la frustración que mi madre me provocaba dominara mis actos y elecciones. —Respiró hondo antes de añadir—: Incluso casarme contigo.

Joseph se sentó a su lado.

—No conozco exactamente tus preocupaciones. Supongo que debías de tener miedo de repetir los errores de tu madre, pero creo que lo has llevado todo muy bien. Si no, a estas horas no llevarías puesto mi anillo.

____ lo miró mientras él se llevaba a los labios la mano donde el día anterior le había puesto el anillo de rubí y diamantes.

—No lo sé. Había estado tan obsesionada con no casarme para no repetir sus errores que cuando cambié de idea seguí dejándome influenciar por ella. Al luchar para que mi madre no fuera la razón de mi rechazo, se convirtió en la razón por la que te acepté.

Joseph no estaba seguro de adónde quería llegar ____ con sus palabras, pero sabía que no le gustaba nada oír que se había casado con él por cualquier razón que no fuera porque lo amaba.

—¿Qué pretendes decirme? —preguntó, sin soltarle la mano.

—El señor Reynolds vino a traerme información que te dejaba en mal lugar, tratando de convencerme de que no me casara contigo. Y lo que yo hice fue acallar mis preocupaciones diciéndome que si no me casaba contigo estaría concediéndole a mi madre una nueva victoria sobre mi vida. ¿Lo comprendes? —preguntó ____, apretándole la mano.

—Creo que sí. ¿Sigues teniendo dudas? —Él se acarició el pecho, tratando de librarse de la opresión que lo atenazaba.

____ sonrió.

—No.

Dándose cuenta de que había estado apretando los dientes, Joseph relajó la mandíbula para preguntar: —¿Has creído alguna vez, aunque fuera por un momento, que al casarme contigo mi intención era impedir que Montague tuviera acceso a tu herencia? ¿Pensaste que te usaría para asegurarme de que él no salía del agujero que ha cavado con sus propias manos?

—Quiero que uses todo lo que necesites para lograr tus objetivos —respondió ella en voz baja—. El dinero y lo que haga falta.

Él se la quedó mirando; se había quedado sin palabras.

—Lo que estuvo a punto de pasar ayer —siguió diciendo _____ —, lo de Anne Reynolds y la emboscada fallida... fue tu pasado influyendo en tu vida, definiéndote como persona. Yo no podía entregarme totalmente a ti hasta liberarme de la influencia de mi madre. Lo mismo puede aplicarse a ti.

Él se puso en pie de un salto.

—Mi madre vino a Londres para ser presentada en sociedad. Era una mujer de una gran belleza. Podía haber elegido al marido que quisiera.

—Pero cayó en las redes del difunto conde de Montague.

El tono dulce y amable de ____ fue su perdición. Tenía que controlarse. Nunca le había contado esa parte de su vida a nadie. Lynd la conocía porque había sido testigo directo.

—Sí —respondió Joseph, pasándose la mano por el pelo—. A diferencia de la joven que oímos el otro día en el jardín de los Cranmore, mi madre se acostó con Montague voluntariamente.

—Jane Rothschild. —____ le recordó el nombre de la desafortunada muchacha.

—Y al igual que Jane Rothschild, mi madre se quedó embarazada. —Joseph empezó a andar arriba y abajo—. Cuando el conde se negó a casarse con ella, ella se lo contó a su hermano. La respuesta de lord Miller fue desheredarla.

—Su propio hermano... ¿Por eso no usas su nombre?

—Me lo cambié legalmente. Él la abandonó en Londres y se volvió a Irlanda. Mi madre no tenía a quién acudir.

—No me lo puedo ni imaginar —susurró ____—. Qué horrible indefensión.

—Y a pesar de todo —replicó él con más dureza de la que pretendía—, ¿me ofreces libremente los medios económicos que te permiten no depender de nadie?

Ella lo miró sorprendida.

—¿Te enfadas conmigo por apoyarte?

—¡No! ¡Maldita sea! Estoy enfadado con Montague por haber ensuciado nuestra relación con dinero. —Al llegar a la pared, se volvió y siguió andando—. Mi madre le pidió ayuda. Le suplicó. Entonces, él la convirtió en su amante y presumió ante todos sus conocidos de haber convertido en su querida a la estrella más brillante de la temporada. Cuando la suerte lo abandonó y perdió una fortuna a las cartas, alguien le propuso pasar la noche con mi madre como pago. Él aceptó.

—Oh, Joseph —susurró ella—. ¿Y tú dónde estabas mientras...?

—Durante el día iba a clase y por las noches no me dejaba salir de mi habitación. Algunos de los hombres que Montague enviaba a casa le traían regalos a mi madre. La recordaban de cuando era una jovencita con un futuro prometedor y les daba lástima. Ella lo empeñaba todo para pagar mis estudios... y su creciente dependencia del opio.

No se atrevía a mirar a ____ a los ojos, consciente de que, si veía lástima en ellos, sería incapaz de continuar.

—A medida que la situación financiera de Montague empeoraba, también lo hacía la calidad de la vivienda de mi madre, la de los hombres que iban a verla y la de los regalos que le llevaban. Pero ella no estaba dispuesta a que mi educación se resintiera, así que siguió rebajándose cada vez más para ganar dinero. »Mientras tanto —prosiguió, con voz dura—, yo procuraba aprender todo lo que podía de mis tutores, con el objetivo de arruinar a Montague algún día, del mismo modo que él había arruinado la vida de mi madre. Cuando murió, antes de que yo pudiese vengarme, me puse furioso.

Durante unos momentos ambos guardaron silencio. Sólo se oía la respiración agitada de ____. Finalmente, fue ella la que habló.

—Lo que le pasó a tu madre es una crueldad tan grande que cuesta de concebir.

Levantándose, se acercó a él. Interceptándolo mientras caminaba, lo abrazó por la cintura, obligándolo a aceptar el consuelo que le ofrecía. Joseph permaneció inmóvil, muy rígido, respirando hondo mientras imágenes del pasado que deseaba desesperadamente olvidar cruzaban por su mente. Finalmente, el aroma del perfume de ____ atravesó la niebla de los recuerdos y lo trajo de vuelta al
presente. De vuelta a la esposa que nunca pensó tener, pero sin la que ya no se imaginaba la vida. Le apoyó la mejilla en la coronilla.

—Sé lo que estás sacrificando con tu ofrecimiento. Si me dejara arrastrar por la sed de venganza, fácilmente podría dilapidar todo lo que tu padre y tú habéis trabajado tanto para conseguir. Eres consciente de ello y, a pesar de todo, me quieres lo suficiente como para poner mis necesidades por delante de las tuyas.

—Es verdad. Te quiero y quiero que seas feliz —admitió ella, abrazándolo con más fuerza.

—Yo también te quiero. Lo vi claro cuando envié a Lynd a ocuparse del caso de la señora Reynolds. Me di cuenta de que lo que más deseaba en la vida era estar a tu lado. Y también comprendí que Montague podía arrebatármelo si se lo permitía. —Echándose un poco hacia atrás, la miró a los ojos—. Si le permitía que condicionara quién soy y lo que hago.

____ tragó saliva.

—¿Qué harás ahora?

—Pienso pedirle a Westfield que le devuelva la escritura y olvidarme del asunto. Para eso ha venido el conde. He entendido que mi madre preferiría verme disfrutar de una vida de felicidad al lado de una mujer preciosa y unos hijos traviesos pero muy inteligentes. Ésa será su mayor victoria.

____ le sujetó la cara entre las manos. Los ojos le brillaban con un amor tan intenso que Joseph se sintió indigno de ella. Estaba a punto de hablar cuando alguien llamó a la puerta.

—No te muevas —dijo él.

Cuando ____ sonrió y le vio los hoyuelos que se le formaron en las mejillas, estuvo a punto de decirle a quien fuera que los estaba molestando y que volviera más tarde. Horas más tarde. O mejor, días. Pero abrió la puerta. Era Robbins.

—Discúlpeme, señor Jonas. Ha llegado un agente de Bow Street. El señor Bell. Quiere verlos, a usted y a la señora Jonas.

—De acuerdo, gracias. En seguida bajamos.

Se puso la chaqueta antes de ofrecerle el brazo a ____. Al pasar frente a la sala del desayuno, oyeron a Westfield hablando con la señorita Chilcott. Sonaba molesto y ofendido. Se reunieron con el señor Bell en el despacho de ____. El detective rechazó el asiento que ella le ofreció. Estaba muy serio.

—Ayer, la señora Reynolds mencionó el nombre de lord Montague varias veces.

Joseph logró mantener una expresión neutra, pero se volvió hacia ____, que asintió.

—Bueno —siguió diciendo Bell—. Aún no sé cuál es la conexión de lord Montague con los acontecimientos, pero he pensado que deberían saber que lo han matado hace una hora.

____ palideció, pero no dijo nada. Joseph también necesitó unos instantes para asimilar la noticia. Tras la sorpresa inicial, sintió un gran alivio al darse cuenta de que no estaba furioso como cuando había muerto su padre. La muerte del conde no le quitaba nada. Todo lo que necesitaba en la vida lo tenía justo al lado.

—¿Cómo? —preguntó finalmente.

—La señorita Jane Rothschild ha acabado con su vida de un disparo al corazón con la pistola de su padre.

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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 27th 2014, 17:24

Orgullo y Placer

Epílogo


En medio del caos del estudio de su tío, ____ se preguntaba cómo iba a encontrar un delgado cuaderno entre aquella multitud de libros.

—¿Estás seguro de que no está en tu dormitorio? —le preguntó.

La cabeza despeinada de Melville apareció al otro lado de la mesa. Su cara apareció poco después; primero las mejillas sofocadas y después los ojos brillantes.

—No, ya he mirado allí.

—¿Y no podríamos comprar un cuaderno nuevo para que lo uses en la isla?

—Lo que yo necesito es la información que tenía en ése —respondió su tío—. No páginas en blanco donde escribir.

—¿Listos?

____ se sobresaltó al oír la voz de Joseph, que se había detenido a su lado. Seguía sorprendiéndola lo sigiloso que era.

—No del todo. Seguimos buscando el cuaderno de mi tío.

—«En el yermo desierto de mi corazón, / floreces, radiante, / llenando el aire con tu aroma celestial.»

Joseph alzó las cejas al oír la voz de lady Collingsworth, que entraba en la habitación leyendo en voz alta de un delgado dietario.

—¡Qué maravilla, Burgess! —exclamó Regina, ruborizándose—. ¿Quién se iba a imaginar que tuvieras alma de poeta?

____ tenía su propia opinión sobre la calidad de los versos de su tío, pero había aprendido que los sentimientos que se ocultaban tras un gesto o un regalo eran más importantes que el gesto en sí.

—¿Ahora sí? ¿Podemos irnos? —Joseph alargó la mano hacia ella—. Preferiría no perder el barco que lleva nuestras cosas.

—Yo estoy lista —contestó Regina, cerrando el cuaderno y devolviéndoselo a Melville. Cuando éste lo cogió, ella se agarró de su brazo.

—Sonará mejor cuando te lo lea al oído —le susurró el conde, guiándola hacia el carruaje que los esperaba.

Al apoyar la mano en la de Joseph, ____ se preguntó si los nervios que la hacían vibrar por dentro serían visibles desde el exterior. Apretándole los dedos, él sonrió.

—Qué nerviosa estás. Lo noto.

—No estoy nerviosa, ¡estoy ansiosa! —Se dirigieron al vestíbulo, donde Robbins los aguardaba con la capa y el sombrero de ella preparados—. Adoro el mar y el clima templado. No veo el momento de partir y estar rodeados por ambas cosas.

—No hay nada como quedarse dormido escuchando las olas —murmuró él—. Pienso llevar una manta a la playa y hacerte al amor a la luz de la luna.

—¡Joseph! —exclamó ____ escandalizada pero al mismo tiempo intrigada—. ¿Al aire libre?

—A plena luz del sol o con lluvia. En la playa y bajo los árboles. Pero también dentro de casa. En cada habitación.

____ sonrió con picardía mientras él la ayudaba a subir al coche. Melville y Regina iban en otro carruaje. Aunque ambos afirmaban ser sólo amigos, era evidente que tenían un vínculo más profundo. ____ se había sorprendido al enterarse de ello, hasta que Regina le contó que su tío había sido su pretendiente muchos años atrás. El conde había llegado a la conclusión de que lo mejor sería que se casase con un hombre que viviera conectado a lo que pasaba en el mundo y se había retirado de su cortejo. Regina había pensado que Melville no la amaba lo suficiente y que había perdido interés en ella. Los años que ____ había pasado resistiéndose al matrimonio les habían dado la oportunidad de reanudar su relación, una relación que de momento parecía muy prometedora.

—No sé cómo piensas combinar todas esas horas de sexo —le dijo ____ a Joseph, mientras el carruaje arrancaba— con el esfuerzo de poner en marcha una plantación de caña de azúcar.

—¿Es un desafío, señora?

—Tal vez...

—Hay una casa de invitados. Melville y lady Collingsworth no serán un obstáculo. Tendré acceso a ti día y noche. Las posibilidades son infinitas.

____ sonrió.

—Mi tío tiene previsto cultivar multitud de semillas, aprovechando el clima.

Joseph le dirigió una mirada traviesa.

—Sospecho que también planea cultivar a lady Collingsworth y hacerla florecer.

—Tienes una mente lujuriosa.

—Eso es cierto —admitió él—, pero me baso en los hechos. Hay una magia indefinible en los trópicos que hace que a un hombre le hierva la sangre.

—¡Ah! —exclamó ella, asintiendo—. Por fin dejas al descubierto tus auténticas motivaciones para este viaje.

Joseph se echó hacia atrás en el asiento y la miró con ojos soñadores.

—¿No te dije desde el primer día que mi intención era seducirte?

—Sí, lo había olvidado, disculpa. —No era cierto, no lo había olvidado, pero durante las semanas que llevaban casados había descubierto que provocar a Joseph solía tener deliciosas consecuencias.

—¿Quieres que te lo recuerde?

____ se pasó la lengua por el labio inferior.

—Puedes intentarlo, si quieres.

Con un ágil movimiento, él la agarró por la cintura y la sentó encima de él.

—Como bien sabe, dejar satisfecha a mi esposa es una cuestión de orgullo, señora Jonas.

—Me temo que puede ser usted demasiado guapo para esa misión —replicó ____, siguiéndole el juego.— ¿Ah, sí? —replicó él, levantándole la falda—. Teniendo en cuenta lo cerca que está el puerto, creo que eso jugará a mi favor.

—Además —la voz de ____ empezaba a sonar ronca—, es imposible disimular ese aire que lo caracteriza.

—Le ruego que me explique a qué se refiere. —Con los dedos, Joseph encontró la abertura en sus calzones y separó los pliegues de su sexo. La encontró como deseaba: caliente y húmeda, dispuesta para él.

—Es usted un depredador. Un hombre peligroso.

—Peligrosamente excitado —admitió él—. Y locamente enamorado.

Con la mano en la cinturilla de sus pantalones, ____ lo besó.

—Y mío.

—Siempre.


FIN

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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 27th 2014, 17:32

Bueno, llego el final, espero que les haya gustado esta adaptacion, y muchas gracias por haber comentado las veces que podian. Aun no sé cuando subire la siguiente novela, mañana no puedo porque tengo clases y llego a casa muy tarde asi que vere si este fin de semana o el lunes. Bueno lindas nos vemos pronto. Bye Smile
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 27th 2014, 20:07

OWWW ESTUVO BELLISIMA
me encanto
que lastima que al final jane tuvo que matar a montague y arruinar su vida
pero bueno...
lo termino haciendo
espero que subas pronto
mientras tanto esperare...
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 29th 2014, 13:23

am tus novelas
estuvo hermosa espero pronto subas otra
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 29th 2014, 17:27

Hola chicas, malas noticias, se acuerdan que dije que tenia una buena novela para subirla?... me ganaron, alguien ya la esta subiendo, no me di cuenta porque no suelo mirar las otras publicaciones, siempre ingresaba directo a mi tema :'( asi que me quede sin novela que subir... tengo algunas que he leido pero no me convencen tanto para adaptarla y no sé que hacer, creo que voy a esperar para subirles la ultima de Nick y un extra de la misma saga nada mas que del amigo de él, se acuerdan de Neil y Elaina? tambien hay un libro de ellos pero todavia no lo traducen, no me queda de otra mas que esperar. Bueno me voy a tomar un descanso de subir novelas, voy a extrañar esto... Gracias por acompañarme en cada historia que subia y espero sepan entenderme... Nos leemos pronto  Rolling Eyes 
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeMarzo 29th 2014, 19:50

mmm, pues ni modo...
si te ganaron no podemos hacer nada al respecto...
esperare la otra con ansias...
extrañare tus hermosas novelas Smile
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CristalJB_kjn
Amiga De Los Jobros!
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeAbril 1st 2014, 20:56

OMJ sube otra porfis es que
estan hermosas
tus novelas espero verte mas seguido x aki y perdon x mi ausencia
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PidgeJonas
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeAbril 5th 2014, 16:59

Hi girls, no se si alguiewn sigue por aqui, pero vengo con una nueva novela, me gusto mucho y es casi igual de intensa que la que pretendia subir, pero me gano Sara, si vos Lady_Sara_JB jaja bueno les dejo el link y espero leerlas por ahi

COLISION (NICK Y TU)
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeAbril 5th 2014, 17:17

dejame adivinar...
ibas a subir la de mi hombre?
up.... perdon... 
ejejeje
bueno, estare con la de colision
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PidgeJonas
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeAbril 5th 2014, 17:35

Lady_Sara_JB escribió:
dejame adivinar...
ibas a subir la de mi hombre?
up.... perdon... 
ejejeje
bueno, estare con la de colision

Hola, si esa era, jaja verdad que es intensa, muy dramatica y te da dolor de cabeza, pero es muy buena. Es una excelente novela la que estas subiendo, y espero que la que estoy subiendo yo, te guste Smile
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Lady_Sara_JB
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitimeAbril 6th 2014, 13:56

PidgeJonas escribió:
Lady_Sara_JB escribió:
dejame adivinar...
ibas a subir la de mi hombre?
up.... perdon... 
ejejeje
bueno, estare con la de colision

Hola, si esa era, jaja verdad que es intensa, muy dramatica y te da dolor de cabeza, pero es muy buena. Es una excelente novela la que estas subiendo, y espero que la que estoy subiendo yo, te guste Smile
La verdad es que si... muchas veces quise matar a Jesse pero bueno... nos vemos en la otra nove  Wink
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MensajeTema: Re: Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada   Orgullo y Placer (Joe y tú) HOT- Terminada - Página 5 Icon_minitime

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