Hola aqui les dejo el 1er capitulo de la adaptacion, este es largito para que sepan de que trata
CAPITULO 1
(tn)____ bajó deprisa los escalones que daban al bar y entró. Estaba oscuro y lleno de bebedores que aprovechaban la hora del almuerzo para tomar un trago. No veía a Nicholas; no era lo suficientemente alta como para divisarlo entre las cabezas de hombres de negocios trajeados que tenía a su alrededor. Mientras se abría camino entre los cliente, sintió un estremecimiento. La idea de que la vieran allí, de que la reconocieran la aterraba. Por ello fue un alivio distinguir entre la multitud en el extremo opuesto del local la cabellera negra de Nick. Nick, alto, sofisticado y atractivo, se puso de pie al verla aproximarse a él. (tn)___ se sintió orgullosa.
- Llegas tarde – se quejó él.
- Lo siento, no pude escaparme antes – explicó ella jadeando, mientras se dejaba caer en el asiento y echaba otra ojeada al lugar, temerosa de encontrar alguna cara conocida.
- No sigas. Estás en otra parte de la ciudad.
(tn)____ bajó la cabeza, escondiendo la cara ruborizada detrás de la melena rubia ceniza.
- ¡Ese hombre de allí me está mirando!
- La mayoría de los hombres miran a las mujeres bonitas... y tú eres exquisitamente bonita, mi amor – murmuró Nicholas en voz baja, adoptando un tono íntimo mientras le tomaba la mano-. Me fastidia ver que te miran todos cuando pasas.
- ¿De verdad? – preguntó ella asombrada por sus cumplidos.
- ¿Por qué no vamos a mi apartamento? – sonrió Nick dibujando el labio inferior con el dedo.
(tn)___ se puso rígida.
- No puedo. Todavía no. Ya sabes cómo me siento – musitó. El miedo se había apoderado de ella.
Él cambió su expresión por un gesto frío y duro.
- Nick, por favor...
- Por lo que se ve, estás jugando conmigo mientras tu esposo está de viaje.
- Te amo – los ojos de ella se llenaron de tristeza y ansiedad.
- ¿Entonces cuándo vas a decirle que quieres divorciarte? – le exigió.
- Pronto. Estoy buscando el momento apropiado – (tn)___se había puesto pálida, y en los rasgos bonitos de su cara expresaba cierta tensión.
- Teniendo en cuenta que él solo duerme contigo una noche al mes, puedo esperar sentado aquí hasta el año que viene, según tú. Tal vez lo ames al desgraciado...
- ¿Y crees que es posible? Tú sabes bien que nuestro matrimonio no es como otros.
- ¿Y no quieren los periódicos aprovecharse de esa situación? – se rió Nick burlón.
- No me hace ninguna gracia, Nick.
- Bueno. Lo único que me tranquiliza es saber que si yo no soy tu amante, él tampoco lo es. Un verdadero misterio. Mírate. La esposa virgen después de cinco años. Y sin embargo a él rara vez no se le ve con una jovencita colgada del brazo. Quizás sea un homosexual no declarado.
El estómago de ella se revolvió. Pensó que había sido una locura contarle a Nick la verdad sobre su matrimonio. No se trataba de que fuese a usarlo en su contra. Le tenía verdadera confianza a Nick, pero se daba cuenta de que su confesión podía resultar peligrosa, si bien servía para calmar los celos de Nick hacia Joe.
- ¡No hables así de él! – se quejó (tn)____.
- ¿Acaso no estás cansada de él? No creo que jamás tengas la valentía de decirle que quieres ser libre nuevamente. Me parece que estoy perdiendo el tiempo contigo.
- No, eso nunca – dijo ella aterrada ante la idea de perderlo.
No podía imaginarse volver a los tiempos de su vida sin Nick. Una vida aburrida, vacía. Días interminables. Sin ninguna vida social. No tenía amigos. La observaban en todos los sitios a los que iba. La puerta de su cárcel se había cerrado el día de su boda, y ella había sido tan tonta, tan ingenua de no darse cuenta hasta que había intentado pasar las rejas.
- ¿Entonces cuándo? – presionó él.
- Pronto. Muy pronto. Te lo prometo.
- No entiendo por qué no recoges tus cosas y te vas. No se puede decir que no tengas motivos para divorciarte de él. El adulterio no va a pasarse de moda mientras ande por ahí Joe Andreakis.
- Tengo que hacerlo bien, Nick. ¿No crees que le debo eso al menos?
- No creo que le debas nada. Ni siquiera es tu esposo ante los ojos de la iglesia ni de la ley – Nick insistió.
- ¡Me tengo que ir! – dijo (tn)___mirando el reloj de pulsera.
Nick le rodeó los hombros y la besó con demostrada maestría.
- Te llamaré – le prometió -. Te quiero.
(tn)___ salió corriendo. Estaba cerca de la peluquería en la que había reservado hora para una larga sesión de masaje. Era demasiado arriesgado encontrarse con Nick. Y su cabeza le decía que cuanto más tardase en confesarle la verdad a Joe y pedirle el divorcio, más se arriesgaba a que fuese descubierta. Pero, entonces, ¿qué importaría realmente?
A Joe no le importaba lo que hacía ella. Lo veía una vez al mes cuando él pasaba por Londres, y el año anterior ni siquiera lo había visto con esa frecuencia. A veces Joe le pedía que organizara una cena de negocios. Pero no era frecuente. Había ocurrido pocas veces, y muy espaciadas. Incluso se solía comunicar con ella a través del personal de su empresa, en caso de necesitarlo.
Durante el tiempo que llevaban casados, Joe no la había invitado a salir nunca, ni siquiera la había llevado a una fiesta. Solía llevar a otras mujeres en ese caso, pero a su esposa jamás. Joe dormía en el ala de la casa que había acondicionado para sí. E incluso las pocas noches que habían dormido bajo el mismo techo, lo había oído salir tarde, y regresar al amanecer. Es decir que ni siquiera se podían contar esas noches como compartidas con él.
Por un momento recordó cuánto había llorado y se había preguntado qué había hecho para que las cosas fuesen así, y que podía hacer para atraer su atención. Con rabia, quiso borrar esos recuerdos de su mente. El tiempo se había ocupado de que aquellos tiempos hubiesen quedados sepultados. La joven novia había crecido y era más sabia ahora.
- Lo siento. Me olvidé de la cita – murmuró (tn)___ en la recepción de la peluquería, y además insistió en pagarla de todos modos.
El propietario, Charlie, le ofreció comenzar con ella una sesión inmediatamente, pero ella se disculpó diciendo que se le hacía tarde, y se sentó a esperar a su peluquero.
- ¡Oh! Señora Andreakis, su guardaespaldas ha dejado un mensaje para usted – le dijo Charlie bajando la voz y la cabeza.
(tn)___ se puso tensa y pálida.
- Tranquilícese – Charlie la miró con complicidad -. He dicho que estaba en la sesión de masajes.
- Gracias – ahora (tn)____ se había puesto colorada.
- Será mejor que le de el mensaje. El señor Andreakis le está esperando en casa.
¿Que Joe qué? Joe la estaba esperando.... ¿Joe, que nunca la había esperado en cinco años? ¿Joe estaba en casa cuando no lo esperaba hasta la siguiente quincena? Involuntariamente, (tn)___ se estremeció; se le revolvió el estómago. Sintió terror.
Charlie se sentó a su lado, y le dijo:
- Pequeña, tú no eres el tipo de chica para jugar a esto.
- No sé lo que estás...
- Llevas viniendo a este salón desde hace cinco años. Y desde hace dos meses no haces más que ponerte colorada – suspiró -. Y no quisiera pasar a la historia como un estúpido capaz de facilitarle una coartada a la señora Andreakis. Me da la impresión de que tu marido es un tipo capaz de romperle los dedos a quien haga una falta así. Me dan temblores de sólo pensarlo.
- Lo siento –(tn)___se sintió avergonzada.
- Y yo siento no poder ayudarte más, porque ha sido bonito verte feliz por un tiempo.
- ¿Señora Andreakis?
(tn)___ miró a Boyce, su guardaespaldas, que proyectaba una sombra grande y oscura sobre ella se puso de pie, Boyce le echó una mirada de desconfianza a Charlie, quien se encontraba demasiado cerca de la esposa de su jefe.
Tan pronto como se acomodó en la limusina se desmoronó. Charlie sabía que ella estaba viendo a alguien. Se sentía tan humillada. Y también se sentía terriblemente culpable. Su peluquero además tenía miedo de verse envuelto en un escándalo matrimonial. Aunque lo cierto era que nada de eso sería posible, ya que Joe no tenía ni la menor idea de lo que hacía ella. Pero el dicharachero Charlie, que tantas veces se había reído de sus depresiones, estaba sinceramente asustado.
Todo el mundo le tenía miedo a Joe. Y sin embargo ella jamás lo había oído gritar. Durante los primeros tiempos de su matrimonio, (tn)___había sentido terror hacia Joe, pero con el tiempo ese terror se había ido difuminando, y adquiriendo la forma real de la indiferencia de Joe hacia ella. Simplemente parecía que (tn)___ no existía en la escala de seres humanos importantes para Joe. Él se había casado con (tn)____ para obtener las acciones que su padre le había cedido a ella. Su esposa era parte de un acuerdo de negocios, nada más.
Y sin embargo, ella hubiera jurado que había habido momentos, al principio de la relación, en que Joe la había mirado con odio; un tiempo en que cada palabra de él sonaba como una amenaza hacia ella, cuando la sola presencia de Joe la hacía sentir en peligro. Entonces había aprendido a evitarlo siempre que podía. Había aceptado casarse con ella por las acciones. Pero no obstante el divorcio no parecía una idea que lo convenciera. Y esto era algo que (tn)___ no alcanzaba a comprender.
Y ahora Joe, que no había dado la más mínima señal hacia ella en cinco años, había vuelto a casa y la estaba esperando. Era algo que la ponía nerviosa. Subió los escalones de la enorme casa aferrada a su bolso como si buscase protección en algo.
“La esposa infiel “, pensó con tristeza.