Una Novia Temporal- Nick y tu- ADAPTADA

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

lo lamento! hace mucho que no comentaba pero hasta ahora pude! tareas y colegio y blablabla! me lei todo y WAAAYYY!!! CADA VEZ MEJOR!!! esa selena merece un tiro en la cabeza! Nick.... Nick por dios!!!! xD siguela!!!!!!!!

Las quiero! Besos.Cuidense...Mis Amores!!!!
Bye

EGRESASTE!!! QUE BIEN!! TE EXTRANIE! SIGUELAAAA


PD: pasen por esta nove please!

BEAUTIFUL DISASTER NICK Y TU

https://jbvenezuela.activoforo.com/t11238-beautiful-disaster-nicktu-adaptada#455698

Aquel comentario, excesivamente valiente, estaba fuera de lugar. (tn) se arrepintió inmediatamente de haberlo hecho, nada más ver la ira que provocó en Nick.
—¿Que ella quiere ponerme celoso?, ¿no serás tú? Sí, ya vi el modo en que te miraba durante la cena... el modo en que te tocaba...
—Eso no tiene nada que ver conmigo—protestó (tn).
Había algo que lo irritaba. Algo que alimentaba su ira y que ella no comprendía, pero que Nick encontraba intolerable
—Así que dices que me encuentras repugnante—continuó Nick con los dientes apretados—. Quizá encuentres poco cortés, poco caballeroso que lo diga, pero no era repugnancia lo que vi en tus ojos hoy mismo, hace un rato. No era repugnancia lo que escuché en tu voz, lo que sentí en tu cuerpo... ¿O sí lo era? ¿Lo era?—exigió saber con dureza.
—No lo sé—contestó (tn) echándose a temblar—, no lo recuerdo.
Aquella era la peor respuesta que le podía haber dado, reflexionó (tn) unos segundos después, cuando Nick continuó, de inmediato:
—¿No lo recuerdas? Entonces, quizá, deba ayudarte a recordar...
(tn) comenzó a protestar, pero sus palabras se desvanecieron. Y no porque Nick no quisiera escucharla, sino porque los labios de (tn) se negaron a pronunciarlas.
—Entonces, (tn), ¿cuándo ha sido, exactamente, cuando me has encontrado repugnante?—exigió saber Nick mientras la estrechaba entre sus brazos, aprisionándola de tal modo que le era imposible escapar—. ¿Cuando he hecho esto...?—añadió posando los labios sobre los de ella, besándola y torturándola, despertando un torrente de sensaciones que ella hubiera preferido no experimentar—. ¿O cuando he hecho esto...?
Nick probó con la punta de la lengua los labios que ella mantenía desesperada y firmemente cerrados. Los acarició y dibujó sus curvas una y otra vez hasta que (tn) escuchó sus propios gemidos impotentes y abrió los labios para él. Pero Nick no se conformó con eso, aquella victoria no era suficiente.
—¿Cómo, no respondes? Me pregunto por qué... ¿No será que es inútil que siga preguntándomelo? Estás acostumbrada a ofrecer tu cuerpo a los hombres, (tn), acostumbrada a sentir placer. Y ahora mismo deseas que yo te procure ese placer.
—¡No!—negó (tn) con un gemido, tratando de girar la cara para liberarse de él.
—Sí—insistió él con crudeza—. Sí, admítelo, (tn)... Me deseas... tu cuerpo desea al mío. Desea la satisfacción sexual a la que está acostumbrado... lo anhela con urgencia.
Un estremecimiento recorrió a (tn) al comprender lo que había de cierto en sus palabras. Deseaba a Nick, pero no tal y como él estaba sugiriendo. Lo deseaba como desea una mujer enamorada, comprendió trémula. Lo deseaba como amante, como esposo, no solo como compañero accidental de cama. Lo deseaba como se desea a la persona que te procura la satisfacción física de una necesidad, tal y como él, cruelmente, decía. ¿Pero cómo era posible que lo amara? Era imposible... pero era así.
Se había enamorado de él en el mismo momento en que lo vio, se confesó (tn) desesperada. Al principio, debido a su lealtad hacia Demi, había tratado de negarlo diciéndose que él estaba fuera de su alcance, que no le estaba permitido sentir nada por él... igual que no le estaba permitido sentir nada en ese momento, aunque por otras razones. Demi había dejado de ser un obstáculo, pero Nick y su opinión sobre ella seguían interponiéndose como una barrera.
—¡Suéltame,Nick !—exigió (tn).
—No hasta que no admitas que tengo razón y que me deseas—se negó Nick —. ¿O es que lo que quieres es que te lo demuestre?

(tn) se estremeció sintiendo el sofoco, el peligro que suponía aquella mezcla de miedo y excitación, a punto de desbordarse en su interior. Buscó vacilante la respuesta correcta a aquella pregunta, una respuesta sensata y sensible que pudiera calmarlo pero, de pronto, comprendió que estaba tardado demasiado, porque Nick continuó:
—Me estás presionando demasiado, (tn). Te deseo, pero eso tú ya lo sabes, ¿verdad? ¿Cómo podría no haberlo advertido una mujer como tú? Lo notas en mi cuerpo, ¿no es verdad? Aquí...
(tn) se apoyó impotente sobre él mientras trataba de asimilar el shock de sentir que Nick había colocado su mano exactamente sobre la dura y palpitante masculinidad. Tenía que encontrar la fuerza necesaria para apartarla, para decirle que no deseaba aquella intimidad a la que la estaba forzando... Pero sabía que era demasiado débil, que no había forma de detener su ansiedad por aprovechar aquella oportunidad para tocarlo, para explorarlo, para conocerlo...
Gimió mientras su cuerpo se estremecía de deseo. El corazón de Nick latía tan salvajemente que podía sentirlo casi como si lo tuviera en el pecho. Aquella misma noche, un poco antes, mientras él acariciaba su hombro ausente como un amante acaricia a su amada, ella se había conmovido en silencio... y, sin embargo, aquello no tenía nada que ver con lo que estaba sintiendo en ese momento.
Anhelaba estar con él, moría de deseo por él. Al cerrar los ojos pudo verlo tal y como Selena lo había descrito: desnudo y orgulloso, nadando. (tn) volvió a gemir repetidamente, en voz alta, y entonces tomó su boca exigente, apasionadamente. Las palabras que él pronunciaba jadeando contra ella se perdieron en la pasión que le arrancaba a (tn) con su voluptuosidad.
(tn) había abierto la boca bajo la presión de la de él, su lengua voraz buscaba derretirse sensualmente con aquellas caricias. La intensidad de sus propias sensaciones la debilitaban, le provocaban desmayos, se sentía mareada.
—Tú me deseas... me necesitas...
Escuchó, sin poder negarlo. Sus emociones, a punto de estallar por la intensidad de su respuesta hacia él, eran tan nuevas para (tn) que apenas tenía defensa con la que oponerse. De pronto el resto del mundo había quedado relegado al olvido, era insignificante. Lo único que necesitaba... lo único que deseaba... todo lo que jamás desearía nunca estaba ahí, a su alcance.
(tn) gimió y se estremeció al sentir las manos de Nick sobre su cuerpo por encima del vestido. La tocaba agresivamente, con voracidad... excitado, peligrosamente masculino. Sentir la intimidad del cuerpo de Nick, nuevo para ella, le impedía seguir pensando, razonar con la debida frialdad. En aquel lugar nuevo del mundo que acababa de descubrir no había lugar para la lógica.

Quiero verte... contemplarte mientras te hago el amor—decía Nick con voz grave—. Quiero que me veas... ¡Dios mío, ahora comprendo por qué todos esos hombres caen rendidos a tus pies! Tienes algo que... eres una hechicera, una... ¿Qué ocurre?—preguntó Nick al sentir que el cuerpo de (tn) se ponía tenso, que lo rechazaba.
(tn) se sintió incapaz de mirarlo. Aquellas palabras de desprecio lo habían echado todo a perder, habían arrasado el maravilloso mundo recién descubierto para devolverla a la cruda realidad. Se sentía enferma, aterrorizada ante su propio comportamiento, ante su estupidez.
—No, no, no quiero esto—protestó frenética, empujando a Nick.
—¿Qué diablos...?—la voz de Nick sonó enfadada, pero a pesar de ello la soltó—. Si se trata de algún juego...—comenzó a decir en tono de advertencia, para sacudir la cabeza después, incrédulo—. ¡Dios mío, debo de haber perdido la cabeza al considerar siquiera por un momento la posibilidad de...! Supongo que se debe a tantos años de celibato... jamás pensé que sería tan estúpido como para...—Nick se volvió y le dio la espalda—. Estás a salvo, no voy a tocarte. Es inconcebible que...—Nick se interrumpió, sacudió la cabeza y añadió: —Tengo trabajo que hacer.
(tn) despertó en el dormitorio, a oscuras, sin comprender al principio muy bien por qué, pero después volvió a escuchar aquel ruido. Era el sonido rítmico de alguien que nadaba. Las puertas de cristal que daban al patio estaban abiertas de par en par. (tn) giró la cabeza para mirar hacia la piscina y vio las discretas luces que la iluminaban.
NICK estaba nadando... (tn) miró el reloj.
Eran las tres de la madrugada, y Nick estaba nadando... incansablemente, haciendo largos. Se incorporó sentándose en la cama para observarlo. Al girar en el extremo opuesto de la piscina, (tn) volvió a tumbarse, temerosa de que la viera.
Estaba desnuda bajo las sábanas, a excepción de una sola prenda interior. La única prenda que Nick parecía haber olvidado comprarle era, precisamente, un camisón. Aquel descubrimiento la había obligado a permanecer encerrada en el baño durante un cuarto de hora, torturándose y pensando en qué hacer hasta que, por fin, encontró el coraje para salir y correr a la cama envuelta en una toalla. En realidad no le habría hecho falta preocuparse tanto, porque Nick había permanecido en el despacho sin asomar la cabeza.
(tn) comenzó a reflexionar. ¿Sería seguro nadar solo, de noche? ¿Qué ocurriría si...? Sintió miedo y, justo en ese instante, dejó de escuchar el ruido del agua. Se incorporó retirando las sábanas y observó atentamente. El agua estaba en calma... Nick no estaba.
¿Dónde...? (tn) se aferró a las sábanas al verlo salir de la piscina... completamente desnudo. Trató de apartar la vista de él, pero fue inútil. Sus ojos se negaban a obedecer, permanecían fijos, con voraz pasión, sobre aquella belleza pagana masculina. Cualquier mujer habría encontrado irresistible a Nick, reflexionó (tn) mientras contemplaba su espalda y sus piernas caminando por las losetas. Le brillaba la piel, húmeda aún, y bajo ella los músculos se movían de forma tal que le provocaban una reacción desconcertante.
En su ingenuidad, (tn) siempre había creído que sería lo mismo contemplar a una estatua que contemplar un cuerpo masculino desnudo al natural, pero en ese momento se daba cuenta de su error. Quizá la diferencia estuviera en que amaba a Nick, quizá...Nick se volvió y ella gimió. Él parecía mirar exactamente en su dirección. ¿Podía verla? ¿Se habría dado cuenta de que lo observaba? Permaneció inmóvil, rogando para que no la descubriera, pensando en que sería incapaz de soportar sus burlas si se acercaba en ese momento, si se atrevía a...
(tn) consiguió controlar sus propios gemidos y suspiros llenos de deseo. Si Nick se acercaba a ella, si la tocaba, si la besaba... si la tomaba tal y como ella deseaba, aquello no sería amor, sino lujuria. ¿Era eso realmente lo que quería? No, claro que no. Deseaba que él la amara.
Nick se dio la vuelta. Su silueta se dibujó contra la luz. (tn) contuvo el aliento, reprimió sus instintos femeninos y sus deseos. Él parecía... era... era perfecto, reflexionó susurrando esas palabras en voz baja mientras abría inmensamente los ojos contemplando aquella realidad masculina, infinitamente más tensa y poderosa de lo que, en su virginal inocencia, habría nunca imaginado.
Una vez más Nick miró hacia el dormitorio y (tn) contuvo el aliento rogando... esperando... deseando... Al verlo agacharse para tomar el albornoz, (tn) gimió. Luego él se cubrió y, en lugar de dirigirse hacia ella, se alejó. ¿A dónde iba?, ¿a su despacho?
(tn) permaneció tumbada durante un largó rato después de marcharse él, temerosa de hacer ningún ruido, ningún movimiento, de dormir e incluso de pensar. La espera fue eterna. ¿Qué le estaba ocurriendo? ¿Cómo podía amar a un hombre que la trataba así?
Un hombre que tenía una pésima opinión de ella y, no obstante, la había besado. ¿Cómo podía haberlo permitido?(tn) cerró los ojos. No sabía qué responder. Solo sabía que sus sentimientos, su corazón y sus emociones, su más profundo ser gritaba en su interior: ¿cómo no iba a amarlo?