|
| Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! | |
|
+4MenizdeJonas Beautiful-NO-Tamed. FerJonas12 DrawyoursmileJB 8 participantes | |
Autor | Mensaje |
---|
DrawyoursmileJB Forista!
Cantidad de envíos : 143 Fecha de inscripción : 29/06/2012
| Tema: Caperucita Roja y el Lobo Agosto 5th 2012, 09:37 | |
| — ¿La reserva? —Sí. Él es el dueño. _______ siempre pensó que la reserva era algún proyecto gubernamental. Nunca había visto nada remotamente exótico… excepto el gran lobo plateado. Ella con seguridad nunca había visto ninguna señal de una casa. —¿Es el dueño? —Sí. —Entonces ¿Por qué estaba tratando de conseguir que la abuela vendiera la tierra? La campanilla de la puerta principal sonó—. ¿Hola? _______ se paró rígidamente. Ella conocía esa voz—. Ese es él. —¿Él, quién? —Cherri se echó hacia atrás, tratando de ver a través de la puerta de entrada hacia el mostrador. _______ se quitó el delantal torpemente y lo arrojó sobre el banquillo. Se retorcía el cabello alrededor de las sienes con sus dedos. Girándolos en espiral, revitalizando los rizos. Buscó el moño de cabello en la corona de su cabeza. El desordenado moño, seguía desordenado. Un manchón de harina en el borde de su vestido sin mangas atrapó su atención y se apresuró a sacudírselo antes de comprobar su reflejo en una de las ollas de metal que colgaban por encima de la mesa. Seguía siendo pelirroja. Pecosa. Nada podía ser hecho al respecto. ______ tomó un largo respiro y se dirigió a través de la puerta—. Quédate aquí. —De acuerdo. Pero ¿Quién es? —Cherri dijo después de ella. _______ pasó alrededor de las vitrinas. —Sr. Lupo. ¿Qué puedo hacer por usted? Él se veía confiadamente casual en unos pantalones de color rojizo-marrón, un jersey negro, una camiseta ceñida a su pecho y una ligera chaqueta de cuadros, vestía a la moda. Incluso si llevara zapatillas de deporte o zapatos acordonados, tendrían un costo de cientos de dólares. _______ pensó en la ropa interior. ¿Hecha a medida? Y luego pensó en él paquete dentro de la ropa interior. Todo natural. Sus mejillas se enrojecieron. Muchas gracias, Cherri. Ella trató de pensar en otra cosa. —Señorita Hood, usted se ve… —Él exhaló—. Adorable. —Dijo “adorable” como si fuera una declaración comedida. Bien hecho. Ella forcejeó su sonrisa mientras la mirada de él viajaba por su cuerpo de arriba hacia abajo. No era la mirada más lujuriosa, pero era muy masculina. Un rápido estremecimiento recorrió sus hombros. —Si esto es acerca de mi abuela y la clínica Green Acres, realmente no hay más que discutir. Esos pálidos ojos azules se encontraron con los de ella, él frunció el ceño. —¿Disculpa? —Oh. —Tal vez el no sabía sobre la no-admisión que ella había determinado en Green Acres—. ¿Por qué esta aquí Sr. Lupo? A juzgar por su pequeño sobresalto, ella debía de haber sonado más ruda de lo que había previsto—. Es Joe. Por favor. Sr. Lupo suena demasiado… me sentiría honrado sí me llamará Joe. —Bien. Joe. —Ella esperó una respuesta, aunque la forma en que él la miraba fijamente, era como si estuviera luchando contra el deseo de extender la mano y tocarla. En realidad no parecía importante el por qué él estaba allí. Ella simplemente estaba feliz porque era él. No. Él es un asno. Él sonrió, con una de sus casi-ladeadas sonrisas que la hacían pensar que él podía leer su mente—. Toma el almuerzo conmigo, —él dijo. —¿El almuerzo? —Eso no lo vi venir. —Sí. Ella había pensado que él vendría con advertencias, demostrándole los peligros de desafiar a un hombre de su considerable poder y riqueza. Eso, ella lo hubiera manejado. ¿Pero esto? —No puedo almorzar contigo. —¿Por qué no? Tú todavía no has comido, ¿Verdad? —No. —¿Tú comes, cierto? _______ se burló—. Sí. —Cuando me acuerdo. —Bien. Entonces ven conmigo. —Es medio día. Tengo una tienda que atender. Tú sabes que algunos de nosotros tenemos que ensuciar nuestras manos para mantener nuestros negocios en marcha. No puedo. —Lo tengo todo cubierto, —Cherri gritó desde la parte trasera del salón de preparación—. Ve. Tómate el día libre. Ni siquiera te extrañaremos aquí. _______ podía decir por la cercanía de la voz de Cherri que ella estaba apoyada contra la pared al lado de la puerta, escuchando—. Ella está bromeando. Yo soy absolutamente indispensable aquí. No puede atender el lugar. —Sí, yo puedo, —dijo Cherri—. Lo he hecho antes. Un montón de veces. Ve. Toma el almuerzo. No hay razón para sentirse intimidada. Eso es todo, en la primera oportunidad que tuviera, despediría a esa entrometida. Y esta vez sería en serio. Probablemente. De acuerdo, probablemente no lo haría, pero ella la haría pensar en lo que hizo. _______ miró a Joe en el momento en que se estaba pasando una de sus enormes manos por su cabello. Que contraste tan agradable, una piel bronceada, perdiéndose entre el sedoso color plata y negro. El gesto subió la manga de su chaqueta, mostrando un musculoso antebrazo con oscuros pelos. Algo realmente masculino. Ella no podía dejar de seguir con la mirada su mano dirigiéndose de nuevo al bolsillo delantero de su pantalón, dejando su pulgar colgar de una esquina al igual que el otro. Cuando él dejó de moverse, la mirada de ella se apartó de él. Él la había estado observando mientras lo miraba. Esa media sonrisa tirando de la comisura de su boca apareció de nuevo. El cuerpo de _______ se calentó, una ola de calor se onduló hasta su centro, preparando su cuerpo para lo que quería, sin importar las protestas de su cerebro. —¿Por qué? —Ella dijo. Sus cejas se apretaron, haciendo desaparecer la arrogante sonrisa—. ¿Perdón? —¿Por qué quiere almorzar conmigo? —Él podía citar a cualquiera. Él había salido con todo el mundo. ¿Por qué ella? —Pensé que podríamos hablar. ¡Ajá! Hablar. Sobre la abuela y su terreno, sin duda. Ella estaba en lo cierto. Dejaría a un lado a la viejita, y comenzaría a usar sobre ella esos ojos lindos y esa voz sexy. Finalmente. ¿Cuántos acuerdos él había hecho de esta manera? ¿Cuántas de esas mujeres con las que había sido fotografiado habían sido víctimas de su encanto y palpable atractivo sexual? ¿La levaría a algún lugar exótico? ¿La sobornaría con vinos caros y caviar de trescientos dólares? ¿Le compraría joyas y vestidos de diseñador sólo para llevarla a un ballet o tal vez a la ópera? ¿Trataría de comprar su ayuda para ponerla contra su abuelita? —Sólo hablar, ¿Eh? —Ella preguntó. Él era demasiado sexy, pero la rápida cita no le haría olvidar los trucos crueles que él había usado con la abuela. —Sí. Sólo hablar. Y comer. Dios mío, sería genial dejarlo desperdiciar todo su dinero por todo lado, mostrando intermitente casi-sexy sonrisa, pensando que él estaba siendo astuto, manipulándola. Y luego al final del día ella le diría “Muérdeme”, observaría su mandíbula caer al suelo. Eso serviría. Tengo razón. —Bien. Llévame a tomar el almuerzo. *** Joe imaginó que ______ se sorprendería cuando su conductor giró hacia el camino de grava con la señal de la reserva Wild Game, pero parecía casi confundida. —¿Hay una pista privada en algún lugar del bosque? —Ella miró a través de la ventana del carro, tratando de encontrar algo entre los árboles, escudriñando en la oscuridad. Sus manos se tensaron alrededor de la caja de pastelería que tenía en el regazo, causando abolladuras en los bordes. —Uh, no. No hay una pista de aterrizaje. Ni helipuerto. —¡Jesús!, ¿dónde estaba esperando que la llevara a tomar el almuerzo? Él había tenido citas con muchas mujeres que esperaban veladas totalmente excéntricas, pero no había vinculado a ______ con ese tipo de mujer. Ella había sido criada por Ester, así que pensó que ella sería más centrada, más… real. Después de varios minutos de viajar por la grava del bosque, el carro se detuvo. Joe se agachó y sacó una caja de zapatos de debajo del asiento del conductor. Se la tendió a ______—. Ten. Es posible que quieras ponértelas. Ella dio la vuelta, su mirada bajó hacia la caja. Una extraña sonrisa se cruzó en sus labios—. Me compraste zapatos, ¿Eh? —En realidad, yo… —Que son, ¿Manolo Blahnik? ¿Jimmy Choo? ¿Prada? —Ella le entregó la caja pastelera y retiró la tapa de la caja de zapatos como si estuviera exponiendo un culposo soborno. —Son Timberlands, —Joe dijo—. Las botas de mi sobrina. No estaba seguro de tu talla, pero tu pie parece tan pequeño como el de Shelly. Es una especie de caminata. No hay lodo, pero tampoco es para caminar en sandalias con tacón. —Él abrió la puerta—. ¿Querías zapatos de diseñador? Ella palideció prácticamente se echó atrás en su asiento—. No. No, yo sólo pensé… No importa. Estos están bien, perfectos. Dave, el conductor, los había llevado tan cerca del lugar de picnic como pudo. Sin embargo, la cantera del lago estaba a una buena distancia de la carretera. Joe no había estado allí en años, pero había tenido un extraño sueño la noche anterior con ______ y él en el lago. Ella salía del agua desnuda. Joe sacudió el erótico recuerdo de su cerebro. Hoy quería mantener un estricto control, sobre todo en sus acciones, así como en sus pensamientos. No quería arriesgarse a perder el control como lo había hecho en su forma de lobo. Jesús, ella hacia salir el animal en él. Llevando la caja de pastelería por ella, él escuchó el sordo juramento de _______ y miró hacia atrás en el momento en que ella se recuperaba del tropiezo con la raíz de un árbol. Él la agarró de la mano sin pensar. Ella se sobresaltó, pero luego le sujeto la mano fuertemente. Se sentía tan bien. Él trató de ignorarlo. Joe contemplaba su pierna elevarse sobre la raíz del árbol que sobresalía, la pierna bien formada estiraba los límites de su adecuado vestido. La idea era congraciarse con _______, conocerla, dejarla conocerlo un poco. Sí, él usaría la seducción suficiente para influenciarla. Usaría su atracción ya floreciente para ganarse su lealtad. Cuando Cadwick hiciera su movimiento él quería que ______ tuviera todas las razones para rechazarlo. Nada más. No importaba lo que Ester esperaba, no había nada realmente entre él y ______. No podía. Ya había demasiado entre ellos. El hecho de que ella no pudiera recordar, no cambiaba nada. Llegaron al estrecho claro a lo largo del borde del lago. —¡Oh Dios mío! —_______ exhaló las palabras—. La cantera. —Ella se puso pálida. —¿No te gusta? —Él hizo un gesto hacia la mesa bajita fijada sobre una alfombra oriental. Grandes almohadones de colores estaban alineados a los dos lados de la mesa mientras el sol chispeaba rayitos plateados sobre la cubierta de los platos. La mirada de _______ se deslizó sobre la mesa, sus labios se entreabrieron—. No. Es… es hermoso. Estoy sorprendida. Nunca lo hubiera adivinado. Yo… —Ella miró en dirección opuesta y Joe siguió su mirada. Cuando él vio la enorme roca inclinada suavemente hacia el agua, su súbita erección lo dejó aturdido por un segundo. El recuerdo de lo que ella había hecho en su sueño. Buen Dios, llegaría al orgasmo sólo con pensar en eso. Él se dio la vuelta, luchando para controlar sus pensamientos. Pero entonces la mano de ella comenzó a temblar en la suya, la palma estaba humedecida. Ella se había sonrojado, su respiración era poco profunda. Estaba tan aturdida como él lo estaba, afectados con la misma rapidez. ¿Por qué? | |
| | | IrennIsDreaMy Casada Con
Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 5th 2012, 10:09 | |
| me encantaaaaa siguelaaaa por fii | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 5th 2012, 23:11 | |
| Seguila Seguila Seguila Seguila Seguila Seguila | |
| | | PinguinitaJonas Vecina De Los Jonas!
Cantidad de envíos : 306 Edad : 27 Localización : Con Joe en mi habitacion 1313 ;) Fecha de inscripción : 11/07/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 6th 2012, 08:00 | |
| | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 9th 2012, 01:22 | |
| Seguila porfis Amooooo tu nove | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 15th 2012, 01:49 | |
| | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 23rd 2012, 05:45 | |
| | |
| | | DrawyoursmileJB Forista!
Cantidad de envíos : 143 Fecha de inscripción : 29/06/2012
| Tema: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 24th 2012, 04:03 | |
| —¿Comemos? —Ella dejó caer la mano y se dirigió a la mesa—. No puedo esperar para ver que hay debajo de esas cubiertas.
Él siguió, pero su mente era un caos con un millón de pensamientos, miles de preguntas. Algo estaba pasando entre ellos, algo que él no podía explicar pero podía sentir, como sentía el bosque a su alrededor. El impulso de vida luchando bajo la superficie, tocando la naturaleza primitiva dentro de él, estaba conectado con el bosque y conectado con Maizie.
Su mandíbula estaba rígida—. No. —Eso no está bien.
—¿Qué?
Su mirada se posó en la de ______, sus ojos eran inquisitivos con unas pequeñas arrugas en las esquinas.
— ¿No vamos a comer aquí? —Ella preguntó. —Sí. Lo siento, yo estaba… Perdóname. Por favor. —Él hizo un gesto hacia el cojín purpura de gran tamaño que estaba más cerca de ellos.
Se quitaron las botas y zapatos, pasándose de ida y vuelta la caja de pastelería, cuidadosamente dieron un paso sobre la alfombra.
Esos ojos verdes estaban mirando fijamente sus pies, una mirada de completa apreciación femenina se proyecto en su cara—. Lindos pies.
Esto era definitivamente una mala idea.
Joe ignoró su semi-dura erección. Se trasladó hacia la mesa, guiando a ______ con su mano en la parte baja de la espalda. Ella se sentó como una dama, las rodillas juntas y las piernas recogidas hacia un lado. El apretado vestido le había dejado pocas opciones.
Annette había puesto dos platos lado a lado. El otro lado de la mesa estaba lleno de arreglos florales, un plato más grande con fruta y dos llameantes candelabros. Con el espacio limitado y _____ ya sentada, Joe no tenía más remedio que tomar el cojín al lado de ella.
Después de un segundo o dos de moverse inquietamente, ambos aceptaron que las piernas de ella se presionaran contra su muslo. Joe hizo su mejor esfuerzo para ignorar la sensación.
—¿Y qué hay debajo de las cubiertas? —Ella preguntó, desconfiada—. ¿Langosta? ¿Trufas? O no, apuesto a que es steaktartare* ¿O tal vez codorniz?
¿Steaktartare? En lugar de contradecir sus bizarras suposiciones, Joe se acercó y quitó las dos cubiertas al mismo tiempo—. Sándwiches de mantequilla de maní, galletitas y un vaso de leche. Me dijeron que era tu favorito.
Ella parpadeó, mirando fijamente el plato.
—Estas decepcionada. Lo siento. Yo pensé…
—No. — Ella le agarró la mano y le sonrió. —Es perfecto. Tienes razón. Es mi favorito. Pero tu… estoy segura que preferirías tener, no lo sé, cangrejos de
concha suave o algo así.
Joe resopló, poniendo las cubiertas a un lado—. No. No soy un amante de la comida de mar. Además, no hay nada mejor que los sándwiches de mantequilla de maní para los nervios.
—Lo sé. —Su mirada se posó en la suya como si acabara de oír lo que él había
dicho—. ¿Estas nervioso? —Oh. No. Quiero decir… — Él la miró fijamente. Algo había cambiado en la manera en que ella lo miraba. Había una suavidad en sus ojos, la fácil curva de su sonrisa, como si él fuera de repente más atractivo para ella. Dios lo ayudara, a él le gustaba la manera en que ella lo estaba mirando.
—Sí. —Él dijo—. Un poquito. Supongo. ¿Tu?
Ella se rió y los pequeños rizos saltaron a los lados de su rostro balanceándose contra sus ruborizadas mejillas—. Sí. Yo también. Él podía oler el aroma de lavanda de su champú, le encantaría sentir su cabello
rojo encendido en la mano, presionarlo contra la nariz, aspirarla a ella, la esencia
misma de ella. Joe parpadeó. Una rápida sacudida de cabeza y estaba fuera de la fantasía mental.
—¿Estás bien? Él no podía dejar de fruncir el ceño—. Sí. Solo estaba… ¿Cómo está tu sándwich? Ella rió de nuevo, ligera y feliz—. No lo he probado todavía, pero es mantequilla
de maní. Es un poco difícil equivocarse con ella. —Sí. Es verdad. —Él trató de reír, pero sabía que sonaría forzado. —Es hermoso este lugar. Sabes, he escuchado que a los adolescentes de la zona
les gusta andar a hurtadillas hasta aquí para darse unos chapuzones desnudos. Su atención se fijo en ella—. ¿Lo has hecho?
—¿Yo? —El rubor coloreó su cara y corrió por su nuca hasta el cuello redondo de su vestido. Joe siguió el rastro de ese rubor. ¿Se había extendido más lejos? ¿Se calentarían sus pechos como lo hicieron sus mejillas? ¿Estaría caliente entre sus muslos?
—Bueno, sí. Una o dos veces. Pero eso fue hace muchísimo tiempo. Cuando vivía en la casita de campo con la abuela.
Él no quería pensar en eso. No podía dejar de pensarlo. El recuerdo de su sueño, la realidad de ella nadando desnuda, los pensamientos e imágenes mezcladas como una película erótica en su cabeza.
Ella tomó un sorbo de leche, dejando un delgado y blanco bigote revistiendo su labio superior cuando terminó. Ella se humedeció su labio, pero una débil línea de leche permaneció—. ¿Entonces por qué me trajiste aquí? Es sobre la tierra de la abuela, ¿Verdad? Por lo menos estoy en lo cierto.
—Sí. —Él tragó saliva, con la mirada pegada en la línea de leche trazando su labio.
—Yo quería que vieras qué está en riesgo si tu abuela vende.
—Pero ¿No es usted el que está tratando de comprar la tierra de la abuela?
—No, ______. Yo no quiero que Ester se la venda a alguien.
—Así que ¿No estás tratando de seducirme?
Joe abrió la boca, pero se dio cuenta que no sabía la respuesta. Exhaló. Cerró su boca y desvió la mirada. Sus ojos aterrizaron en la caja de pastelería, con los bordes abollados, aún puesta entre sus platos.
—¿Nunca me vas a enseñar que hay en la caja? —Él preguntó. No era el cambio de tema más suave, pero lo haría.
______ parpadeó, cogiéndola desprevenida, se enderezó—. Oh. Es… realmente no es nada. Yo pensé en traer el postre.
Ella abrió la caja y el celestial aroma de chocolate flotaba.
—¿Brownies?
—Espero que te gusten las nueces. —Ella dijo.
Él sonrió, ella no podía saber por qué—. Me gustan. Mi madre solía hacerme brownies. Ella era una panadera muy buena. Dios, amaba ayudarla.
—¿Tú horneas?
Joe resopló—. Claro que no. Lo que hice nunca podría ser descrito como hornear. Yo tomaba las medidas. De vez en cuando agitaba la mezcla. Fijaba la temperatura. Mi especialidad. Principalmente la observaba.
—¿Eran cercanos?
Había sido hace mucho tiempo. Ser un hombre lobo había extendido su duración de vida, lo cual significaba que esos recuerdos eran aun más lejanos—. Sí. Éramos muy cercanos. Ella falleció hace muchos años, pero todavía puedo recordarla desplazándose por la cocina, recopilando ingredientes, cocinando en un sartén, mezclando sin ni siquiera mirar una receta de cocina. Se movía como si estuviera flotando en una nube. Nunca cometía un error.
—¿Tú padre también ayudaba?
Joe se burló—. No. Mi padre era de la creencia que los hombres eran hombres y los hombres de verdad no entraban a una cocina excepto para informarle a sus esposas que querían para la cena.
—Wow. Qué acto tan de 1950 por parte de él.
Ella estaba más cerca de lo que pensaba, pero Joe mantuvo esa información para sí mismo—. Correcto. Un hombre de verdad no llora como un niño. No importaba. Yo la tenía a ella. Esas horas que pasaba solo con mi mamá mientras ella horneaba me hacían libre. Podía contarle todo, mis miedos, mis angustias, mis sueños y nunca pensó menos de mí. Nunca me hizo sentir avergonzado por no ser
duro como el acero todo el tiempo. Yo… extraño eso.
—Sé a lo que te refieres. Yo solía hornear con mi mamá también. Ella hacía el mejor pastel de chocolate. Después de que falleció, yo solía sentarme en la cocina por horas con mis ojos cerrados, imaginando que todavía podía oler ese dulce y fresco aroma de algo recién horneado. Era como si ella aún estuviera conmigo.
Una banda invisible presionó el pecho de Joe. Los recuerdos de la noche en que ______ había perdido a su mamá pasaron por su mente. Él los apartó.
—Es estúpido, —Ella dijo—. Pero es una gran parte de por lo que me gusta hornear. Me hace sentir como si ella estuviera alrededor. Raro, ¿Eh?
Él extendió la mano y limpio la leche, todavía una húmeda línea estaba por encima de su labio, él la retiró con el pulgar.
Querido Dios, sus labios eran tan suaves como parecían. Su mano se deslizó por la mejilla de ella—. No. Es increíblemente adorable. Estoy seguro de que ella estaría orgullosa de ti.
Los ojos de ______ se ensombrecieron con su toque. Ella se lamió el labio, trazando en donde el pulgar de Joe había estado.
—Tal vez podríamos tener un tiempo juntos y tú podrías, eh, tomar las medidas por mí.
Ella se rió y el sonido complació su piel e hizo saltar su corazón.
—Me gustaría hacerlo.
—Sí. Seria agradable compartir con alguien que, tú sabes, entiende del tema. — Su sonrisa temblaba, sus ojos de repente brillaron con lágrimas sin derramarse.
El corazón de Joe se encogió, sus músculos se apretaron queriendo recogerla en sus brazos. Sin pensarlo, su mano se había deslizado hacia el cuello de _____, la trajo hacia él. Su mirada se desvió de esos suaves labios hasta sus ojos justo en el momento en que se cerraban y él tomo su boca con la suya.
Caperucita Roja. Jesús, no sólo era el lobo en él quería devorarla.
*SteakTartare: Es un plato de carne de vaca que se elabora con carne picada cruda. Se suele servir con cebolla picada muy finamente, alcaparras y diversos ingredientes, algunas veces se pone una yema de huevo.
Capítulo 6
Ella sintió el beso. Por todos lados. Cualquier pensamiento fugaz que hubiera tenido de recusarse desapareció. Sus emociones se atascaron en su pecho, pensamientos sobre su madre, perdiéndola, perdiendo la comodidad y seguridad de sus padres, danzaban sobre su corazón.
Joe entendió qué era lo que ella había perdido. Él entendió lo que ella necesitaba. Ella no podía rehusarse a él, incluso si quisiera.
Sus labios eran fuertes, pero muy suaves. La lengua de el recorrió el labio inferior, probando la lengua de ella, seduciéndola dentro de su boca. Y cuando ella se deslizó a través de sus labios, él realmente ronroneó. El sonido vibró por todo su cuerpo bajando hacia su sexo.
Su gran mano cubrió la parte trasera de su cuello, manteniéndola presionada contra sus labios. La posición era torpe, inclinados sobre sus encorvadas piernas. Pero a ella no le importó. Este sentimiento tan maravilloso. Hormigueos recorrían su piel desde su cabeza hacia la punta de sus dedos, su cuerpo se calentó tan rápido, se sintió encendida.
Una mano se balanceó sobre la mesa, y alcanzó con la otra sus mejillas. Él lucia un limpio afeitado pero ella podía sentir la áspera textura del nuevo crecimiento con sus dedos. Su colonia impregnó su nariz, dulce, viril, mezclada con los aromas propios de la naturaleza. Intoxicante. Ella lo olió, dejando que el aroma de él la hiciera marearse.
Ella pudo saborear una insinuación de whisky escoses en su beso. Juntos, su olor y el rápido golpeteo de su pulso, era todo lo que ______ podía hacer para no desmayarse y caer en sus brazos.
Ella se movió, levantando su cuello y él la recompensó con un duro, fuerte beso. Era muy fácil, el beso, el deseo. Su cuerpo parecía reconocer su tacto, cálido ante la posibilidad. Ella era un poco más chica que él y su mano se deslizó desde su cuello hacia su cintura. Todavía la empujaba hacia él, tan cerca como ella nunca había estado antes.
Sosteniéndola, su mano libre se deslizó suavemente sobre las costillas cercanas a sus senos. La respiración de ______ se detuvo incluso después de que su palma tomara su pecho, después de que sus dedos lo apretaran. Cada músculo en su
cuerpo trabajaba por más, más placer, más sensaciones, más…
Un placentero temblor traspasó su vientre. Sus muslos temblaron, los músculos en su sexo pulsaron, húmedo y necesitado. Ella quería sentarse a horcajadas sobre él, presionar su coño contra él, dejar claro lo que él le hacia a ella, lo que quería que él le hiciera a ella. Lo que él le hizo necesitar. El vestido era muy apretado, había sido afortunada de subirlo hasta sus rodillas.
Su mano masajeó su pecho, encontrando su duro y deseoso pezón. Él jugó con el, induciéndola a algo más pesado, presionando innegablemente sobre la fabricación de su corpiño y vestido. ______ gimió y cayó a su tacto, sus caderas presionando su ingle. A ella no le importaba donde estaba, quien era él, qué había echo. Ella lo quería. Ahora. Llenar el vacío entre sus piernas.
Sus dedos pellizcaron duro y _____ echó la cabeza hacia atrás, jadeando. Ella arqueó su espalda y sintió su caliente y húmeda boca a través de su vestido, sus dientes mordiendo los pequeños y ásperos nudos de la tela. Su cuerpo se curvó hacia el otro lado, sus brazos rodeando su cuello, sosteniendo su cabeza contra su pecho.
Joe se puso de rodillas, recogiéndola en sus brazos, presionando todo su cuerpo contra él. La dura línea de su polla presionaba a través de sus pantalones contra su muslo, burlándose de ella sin piedad. La tomó de nuevo por la boca, frenético, con hambre. La finura de su primer beso perdido en una explosión de pasión.
Uno de los brazos rodeaba su espalda, él dejó caer la otra mano hacia su culo. Apretó. Duro. La levantó y presionó su coño contra su polla, su necesidad por ella estaba clara, tan clara como la suya propia.
Ella trató de fundir más sus piernas, pero el vestido mantenía sus muslos capturados. No daría nada, y ella no podía bajar sus manos y subirlo.
—Demasiada maldita ropa —murmuró dentro de su boca. Todo el cuerpo de Joe se puso duro, tenso. Sus labios empujaron los de ella.
—Cristo… —Estaba sin aliento, todavía sintiendo la descarga de su cuerpo—.
¿Qué demonios estoy haciendo?
_____ abrió sus ojos. Él lucia horrorizado, sus pálidos ojos escaneando su cara, su frente ceñida, como si buscara alguna pista de comprensión. Él la liberó y se puso de pie tan rápido que ella cayo cerca por la fuerza misma.
Joe se paseo por la alfombra, se limpió el beso de sus labios con el dorso de la mano, y colocó agitado su flequillo en su lugar, lejos de la cara.
Mantuvo sus caderas en una ida y vuelta, sus ojos hacia abajo, la frente ceñida. ¿Fue algo que ella haya dicho? ¿Qué dijo ella? La mente bebida de ______ se apresuró a desenredar el misterio. Aturdida, se sentó sobre su almohada, su mano limpiando la humedad que bordeaba el labio inferior. El pincel de su dedo hormigueo a lo largo de su boca, todo su cuerpo sensible por la inactividad de sus toques. ¿Qué había ocurrido?
—Esto no es para lo que te traje aquí. —Joe no la miró. Él mantuvo el movimiento de sus caderas—. Yo… lo siento.
—¿Lo sientes? ¿Por qué? ¿Por besarme sin sentido o detenerte?
Él se detuvo, sus enojados ojos llameando en los de ella—. Si, por supuesto que lo siento. Tu no pensaste que yo quería… —Él debió haber leído algo en su expresión, decepción, vergüenza, duda. Él parecía estar reconsiderando sus palabras—. No quise decir… ¡Diablos! Obviamente, quería… quiero decir. Yo era el que… Mierda. ______, hay algo sobre ti que me despista.
Su mirada se suavizó, esperaba. ______ forzó una sonrisa, no grande, pero era lo
mejor que podía lograr. Ella podía aceptar “despistado”. Era mejor que “lo siento”.
Joe gruñó a su tácita tregua y se puso a andar de nuevo—. Esto debería ser algo sencillo. Mensaje de texto. Un picnic. Sucesivamente entendible. Todos los favoritos de las mujeres. (Se refiere a las cosas que más les gustan a las mujeres). Un poco de coqueteo inofensivo para atraparlas mirando cosas en mi. No
esperaba que…
_____ se encogió de hombros, fingiendo indiferencia—. Misión cumplida.
—¿Qué? —Joe se detuvo, mirándola.
—Si todo esto era para tratar de convencerme de que la abuela no vendiera las tierras, entonces has estado seduciendo equivocadamente, por así decirlo.
Él se ruborizó y alejó el rostro por un momento, pero lo subió rápidamente—. Es fácil decirlo, pero cada uno tiene un precio, ______. ¿Cuál es el tuyo?
Ella trató de no sentirse insultada. ______ sabía qué tipo de hombre era Joe Lupo. Un vehículo todo terreno, un comerciante. Un playboy, rico, poderoso, de los que consiguen lo que quieren, sin importar los medios ni tampoco la pequeña pelirroja que se vio atrapada en su camino.
El tipo al que le gustaba pasar tiempo con su madre, el hombre que compartía su placer, se había ido.
Fue insultada. Fue herida. Y le estaba tomando demasiada maldita energía negarlo. Se puso rígida, dejando su temperamento hervir sobre su orgullo herido.
—¿Mi precio? Por la felicidad de mi abuela. Si ella quiere las tierras, quiere proteger a ese lobo que insiste en correr hasta aquí, entonces voy a mantener la tierra. —Él palideció. A ella no le importó el por qué—. Si ella quiere vender hasta la última parcela, entonces voy a venderlas todas mañana. Voy a hacer lo que tenga que hacer para hacerla sentir segura.
______ se puso de pie, acomodando su vestido—. Voy a dejar mi negocio ir a bancarrota. Voy a mudarme a esa desolada casa. Voy a hacer cualquier cosa para asegurarme que no estas pretendiendo ser mi padre muerto, tratando de convencer a la abuela de vender la única cosa que significa el mundo para ella. —Ella tomó una bocanada de aire, tratando de calmar la ira y el dolor que sacudió sus brazos. Juntó sus manos—. Nos vemos Sr. Lupo, mi precio es simple y no negociable. ¿Feliz?
Ella cruzó los brazos bajo su pecho, la barbilla alta. Su estomago contraído, con las rodillas temblándoles y un torrente de lagrimas que obstruía la parte posterior de su garganta, pero maldita sea, no le dejaba ver nada de eso.
Joe la recorrió con la mirada, las manos apoyadas en la cintura, la chaqueta enganchada detrás de las muñecas. El silencio se estableció entre ellos como un árbitro que llamaba a un tiempo de espera.
Su nariz aleteaba con cada respiración, su musculoso pecho con cada inhalación y exhalación. Un viento suave agitaba las puntas de su cabello a medida que su mirada viajaba por su cuerpo. El estudio era tan intenso que ella podía sentir la ruta. Ella juraría que estaba borracho. ¿Quién no lo estaría después de toda esa perorata? Pero la mirada en sus ojos, el calor, ella esperaba que no fuera ira.
Él gruñó. Las manos cayendo de sus caderas—. Al diablo con eso.
Sus grandes zancadas comieron el suelo en un borrón. En un segundo estaba en sus brazos, la recogió contra su duro pecho, una mano contra su cadera, la otra contra su cabeza. Y luego se congeló. Su cálido aliento acarició sus labios, tan cerca que ella pudo imaginar la sensación del besó. Pero él no la besó. Él se mantuvo, observándola. Después de un largo momento, preparado, impregnado de anticipación. _____ se retorció.
Los brazos de Joe se endurecieron a su alrededor—. Sshh.
Ella conocía esa mirada, sus ojos distantes por un momento hasta que se centraron en los de ella. Él no dijo ninguna palabra, pero ella entendió el significado en su mirada. Él quería que ella escuchara. Algo no estaba bien. Ellos no estaban solos.
______ se enderezó, empujando desde el abrazo de Joe. Ella mantuvo sus ojos en él, pero su mente buscaba, sus sentidos escuchando, oliendo, saboreando el aire.
El chasquido de una rama sonó a su izquierda, luego un largo susurro de hojas. Los bellos de su cuello se erizaron, dedos invisibles rengueando hacia su espalda, congelando su espina dorsal—. ¿Qué es eso?
—La manada. Lobos. Ellos creen que es un juego, pero están muy disgustados. No es seguro. Las cosas se pueden salir de las manos.
—Bueno, volvamos al auto. —Se dio vuelta para irse, pero él atrapó su brazo, empujándola hacia dentro.
—No podemos hacerlo. Mi casa está cerca. Ellos pensaran más claro ahí.
—¿Quiénes?
Joe tomó su mentón con los dedos, y la obligó a mirarlo—. Quédate conmigo. Estarás bien. No mires atrás. No mires alrededor.
—Pero…
—No. Sólo… confía en mí. —Su voz era suave y firme. Totalmente segura. Ella dejó que el sonido la lavara, calmando los nerviosos hormigueos de sus músculos, terminando con su pánico instintivo.
Sin apartar los ojos de ella, se agachó y tomó su palma con su enorme mano, tragándosela, sujetándola con fuerza y firmeza. El simple toque hizo más por ella que cualquier otra droga. Ella estaba a salvo. Sin importar nada.
Sin otra palabra, se volvió y aprovechó su largo paso para guiarlos por el bosque. Descalzo, sin nunca vacilar en su ritmo, pero remarcando cada paso, para encontrar un terreno suave y flexible.
Los caminos de los que siempre había sido consiente aparecían desde ningún lado. Joe hizo su propio camino a su manera, cortando ramas, cayeron arboles y zarzas espinosas sin esfuerzo. Sin dolor.
El suelo boscoso debería ser duro contra sus pies. Pero no lo era. ¿Por qué? Se movían rápido, los pasos de Joe más largos que los de ella, pero se esforzó por mantenerse a su lado.
Su cuerpo estaba liviano, fácilmente empujado y girado como un cometa con cadena.
A cada lado suyo, el bosque era una mancha borrosa, los árboles eran una mancha verde, con destellos de luz, y una maraña de marrones. El viento silbaba pasando por sus orejas, rastrillando a través de su pelo, soltando el moño y dejando que cayera suelto, enganchándose en las ramas. Se mantuvo en movimiento. No fue difícil. Como una gota de agua cayendo a un río. Una parte de todo, pero separada.
Las sensaciones y los sonidos del bosque caían sobre ella, la madre selva, el graznido de un cuervo, savia de los pinos, una madriguera de conejo. Todo mezclado y fundido en ella. A través de ella. Rodeándola. Ella era el bosque,
cada parte de él, y el bosque era ella, uno y el mismo… Y entonces se detuvieron.
Ella casi estrella su nariz con su hombro. Ella sostuvo su cabeza con su brazo por un momento esperando a que el mundo dejara de dar vueltas. Ella miró por encima de su hombro.
—Qué diablos fue eso, —ella preguntó—. Se sintió como si estuviéramos haciendo un suave vuelo. Eso no es posible. ¿Verdad?
| |
| | | IrennIsDreaMy Casada Con
Cantidad de envíos : 1250 Edad : 30 Localización : On the Other Side of the Door with Taylor Swift and Joe Jonas <3 Fecha de inscripción : 21/01/2012
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 24th 2012, 10:00 | |
| me encantooo tienes que seguirla por fi, adoro la nove | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 25th 2012, 23:41 | |
| | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Agosto 27th 2012, 22:42 | |
| Tu nove me encanta xfis Seguilaaaaaaaa | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Septiembre 10th 2012, 00:49 | |
| | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Octubre 9th 2012, 02:31 | |
| | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Octubre 10th 2012, 21:25 | |
| seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Diciembre 22nd 2012, 00:30 | |
| | |
| | | DrawyoursmileJB Forista!
Cantidad de envíos : 143 Fecha de inscripción : 29/06/2012
| Tema: Caperucita Roja y el Lobo. Diciembre 29th 2012, 10:54 | |
| Joe echó una mirada sobre su hombro hacia ella—. Te explicaré después. ¿Okay? Él lucia preocupado, o como si tuviera cosas mas importantes de las que preocuparse en ese momento, y deseara que ella no agregara a la lista estar insistiendo por respuestas. Ella podía hacer eso. Por ahora. Se dieron la vuelta hacia ¿La mansión? _____ parpadeó, su cerebro tratando de reconciliar lo que creía posible y lo que estaba ante sus ojos. —De ninguna manera. Cherri estaba en lo cierto. Tienes una mansión escondida en el bosque. De tres pisos de altura, del tamaño de un pequeño hotel, la enorme estructura era de piedra gris, sin embargo era eclipsada por el bosque circundante. La mirada de _____ se focalizó a través de ellos. El borde del bosque era de por lo menos de diez pies de ancho, denso y sombreado. Se imaginaba caminando dentro del terreno de Joe, y no ver la enorme mansión a través del follaje. Joe tomó su mano y ______ camino después de él hacia las escaleras de su patio. Tres enormes puertas de cristal se abrían en el porche de la casa desde el patio ofreciendo una clara vista de la habitación del lado. Al final de la habitación, escaleras alfombradas hasta la pared del fondo. Ella podía ver una enorme chimenea de piedra, un sofá grande y un sector para fumadores del bar. _____ miro al tiempo que tres mujeres de largas piernas bajaban las escaleras para quedar a la vista. Las mujeres eran hermosas, la segunda una versión ligeramente más joven que la mujer a su derecha. La más antigua y hermosa del trió tenía el cabello del color de azúcar morena, mientras que la mujer del centro tenía un matiz de seda rubia. Ellas vestían con estilo unos kimonos verdes; con solapas y una faja complementaria color rosa, radiante contra sus pieles tostadas. Las mujeres se paseaban ordenadamente, las femeninas curvas de sus caderas bamboleándose. La mujer del medio se dio la vuelta hacia el pequeño patio del bar de la esquina al momento que pasaron el umbral. Las otras siguieron directamente hacia la dirección de Joe. Ella trató de liberarse de su mano, pero él la retuvo. —Joe, mi dulce niño, —dijo la mujer mayor a medida que se acercaba—. ¿Volviendo de tu salida tan pronto? Te hemos echado de menos, querido. —Madre Joy. —Joe respondió, a modo de saludo. Evidentemente, la mayor de las tres, Joy, todavía se veía años más joven que Joe. Su cabello castaño caía en suaves ondas largas sobre los hombros hasta su media espalda. Su piel era impecable, su cuerpo en forma. Sin embargo, había una densidad en ella, la manera de caminar, hablar, que viene con la experiencia y no simplemente la edad. Ella presionó sus manos contra su pecho, se estiró y le beso en la mejilla. Él se quedó de pie, su cuerpo rígido, la cabeza recta, con el ceño fruncido, firmemente en su lugar. —Ella es mi invitada, Joy. —Miró hacia delante, a la nada, como si no quisiera mirar a la mujer—. ¿No podría hacer el menor esfuerzo por comportarse? Con el vestido, por ejemplo… ¿Más acorde a tu edad? La mujer rió, una risa ahogada, golpeando juguetonamente su pecho—. Querido, estábamos curiosas y Lynn nos había convencido de que estabas guardándonos secreto. Dijo que habías elegido una compañera. Puedes imaginar nuestra decepción. —¿Eso es lo que todos ustedes han estado elucubrando aquí arriba? —Su mirada se desvió a la mujer del bar—. Deberías ser conciente que salir en ese estado de ánimo podría habérseles salido de las manos. La mujer mayor encogió un hombro—. Sí. Bueno, podrías haberle dicho a Lynn sobre tu “gracia de la semana” y salvarnos a todos del problema. —Su brillante mirada azul se posó sobre Maizie—. Sin ofender cariño. Estoy segura de que estas perfectamente agradecida. _____ sacudió la cabeza, aunque no tenía ni idea de lo que estaban hablando. La mujer no podía tener más de cuarenta y cinco y _____ no estaba segura del problema que Joe tenía con el vestido. Si _____ lucía tan bien a los cuarenta y cinco, usaría simplemente un vestido similar. Joy se dio la vuelta y encontró un asiento en una tumbona de madera. La menor del trío paseaba por el patio de piedra gris, no tan graciosa, su bonito rostro desfigurado por el pliegue de piel fruncida en su frente. —Ahorra tu aliento, tío Joe. No necesitamos una conferencia. Fue idea de mamá. Y sólo estábamos viendo. Tu sabes, este tipo de cosas no pasarían si tu dejaras de traer a estas zorras humanas aquí. —¡Suficiente!, Shelly. —Ella miró la expresión tensa de Joe, que flexionaba los músculos de su mandíbula por la rabia contenida. Su mirada volvió hacia _____ y después de nuevo a Joe—. ¿Qué? ¿Mamá estaba en lo correcto? ¿Hay algo diferente sobre esta? No. Claro que no. Lo que sea. La joven belleza se estiró sobre sus pies, su mano subiendo suavemente por el pecho de Joe hasta su cuello, forzándolo más cerca. Su cola de caballo se agitaba en su espalda mientras besaba la mejilla de Joe, dejando una mancha de lápiz labial rosa. La mortífera joven mujer dio un paso atrás, haciendo un mohín. La túnica de seda cayo suelta, mostrando su ombligo y su plano vientre. Por lo menos sus pechos lograron mantenerse ocultos, sus pezones tentando a través de lujuriosa tela, erectos como soldados. _____ miró a Joe. Se quedó rígido como antes, sus ojos centrados en línea recta, los labios en una línea, mientras Joy se unía a los muebles del patio para descansar. Sus ropas caían libres, porque podían. Joe no parecía darse cuenta o no le importaba, su atención se situaba en la tercera mujer. Esta, estaba de pie junto a un carrito, con un vaso, removiendo el líquido claro con el dedo. Obviamente disfrutando de la atención, sacó el dedo de la bebida y se lo chupó con largas lametadas con los labios pintados de rojo. —Oh. —_____ tragó su aliento. Ella sabía de esta mujer. Esta era la mujer que había visto teniendo relaciones sexuales en el bosque. Las mejillas de _____ se calentaron. ¿Qué había pasado con el hombre con que la había visto? ¿La marca que había visto en su cuello? ¿O había visto mal?, aunque no se había molestado en mirar lo suficiente como para no evitar atornillarse los sesos. —Mala jugada, Lynn —dijo Joe—. Tú sobrepasas los límites. Ella rió, suavemente y su bonito cabello largo, rubio cubría sus hombros. A sus veinticinco años más o menos el cuerpo de Lynn estaba en la flor de la vida. Ni siquiera se había tomado la molestia de atar la banda de la bata. Caminó hacia él, sus caderas curveadas se balanceaban, los bordes de su bata descubrían su vientre desnudo, paja de color marrón y sus muslos firmes. —¿Tuviste un día maravilloso en el lago, Joe? —Ella preguntó. —Si cualquier daño hubiera le hubiera llegado a pasar a ella… el olor de la presa asustada ¿Sabía lo fácil que podría haber salido mal, haberse salido de sus manos? Has dirigido al resto por ahí sabiendo lo molesto que estarían cuando vieran que era mi compañera. —Sólo demuestro un punto, querido hermano, lo mismo que tú. —Ella tiró de su camisa por el cuello, peleo con su apretón. Un duro tirón jaló de él hacia ella, el reflejo abrió su agarre sobre _____. Ella dejó caer la mano a su lado, observándolo. Lynn tomó la boca de Joe con la suya, su mandíbula se amplio, su lengua profundamente en su boca. Y Joe la tomó. Ningún músculo en el resto de su cuerpo respondió, pero no le negó el beso. Tan profundo y largo como ella quería, lo obligó. Ella lo lanzó con un pequeño empujón, se limpió la boca con el dorso de su mano y tomó un sorbo de su bebida. Su mirada se desvió hacia _____. —Además, si estabas tan preocupado de que hubiéramos perdido nuestros sentidos y le diéramos caza realmente, ¿Por qué la trajiste aquí? Ella es una responsabilidad, al igual que Shawn. —Incorrecto. Estos eran negocios, —, dijo Joe. —¿Y por qué no le traería aquí? Esta es mi casa. Espero que mi familia se comporte como humanos civiles aquí, y en cualquier otra parte. —Pero, por supuesto. —Lynn se escabulló hacia Joy y Shelly, al último salón que no había sido utilizado. El movimiento que fluyó en su cuerpo era fascinante—. ¿Negocios, dices tú? ¿Realmente? Sólo si tu negocio está seduciendo a ignorantes chicas. O tal vez ella consigue enviar algo a través de tu culo y es por eso que tu mano estaba sobre ella. Lynn se rió de su propio ingenio, mirando a las otras mujeres que sonrieron indulgentemente, aunque Joy parecía cansada de la demostración. Lynn se recostó, la bata se deslizó por los lados de su cuerpo, dejándola completamente expuesta. Ella levantó una rodilla, tapándose el arbusto y mostrando la redondez lisa de su trasero. —Esta es la nieta de Ester. —Dio un paso hacia ellas, cada vez poniendo una mayor distancia entre él y _____—. Ella tiene influencia con su abuela. Hice lo que tenía que hacer. Y el resto de ustedes no interferirá. —Tú hiciste lo que querías. Como siempre lo haces. —Lynn puso su copa sobre la mesita de noche entre ella y Joy—. Somos los únicos que cumplimos las normas arcaicas y los códigos. Joe dio otro paso, con el rostro lleno de ira—. No hay razón detrás de nuestras reglas. —Sí. —Lynn se sentó directamente, con el cuerpo rígido—. Y nosotros estábamos ilustrando estas razones, como lo hiciste para mí. Tú eras vulnerable, Joe. Te hacía lento, torpe y vulnerable. Tú no podrías protegerla de esta forma. Tú no puedes protegerte. Ni de tus sentimientos por ella, cuando viste el miedo de su reacción, dejaste de hacer lo que deberías haber hecho. Lo que habrías hecho sin pensar si no fuera por ella. Joe la miró con el ceño fruncido, los músculos de su mandíbula se tensaron. Entonces, de repente una extraña tranquilidad se apoderó de él, como si hubiera elegido la conducta a seguir. Sus manos se deslizaron en los bolsillos delanteros del pantalón, aparentemente casual. —No eres tú la que me educa. Tú fuiste la hermana de mi esposa. Pero no te engañes. Empújame en esto y te voy a bajar. Haz caso a tu lugar, Lynn, o te pondré en él a la fuerza. —Su voz era baja. Sus palabras fueron precisas y el sonido de ello envió una frialdad que bajaba por la espina de _____. —¿Su lugar, tío Joe? —Todos los ojos se volvieron hacia el joven aturdido que empuja la puerta de cristal del patio—. Ah bueno. Discutamos los lugares de Jerarquía. Su cuerpo desnudo, la perfección esculpida, relucía un brillo fino de humedad, de su pelo corto salpicaban gotas de agua. Con cada paso casual hacia vibrar su polla, semi-dura, cada vez más grande cuando él notó que _____ lo miraba fijamente. Una sonrisa se formo a través de sus labios, luego la suprimió, cambió su atención de nuevo a Joe. _____ parpadeaba, desvió la mirada hacia... nada. Sin embargo, Joe se había dado cuenta, vio que abría los ojos sobre el joven. Podía sentir sus músculos tensos, pero no le dijo nada—. No empieces, Rick. —¿Empezar? Tío Joe, cuando me decido, apenas comienzo, voy muy bien y no habrá nada que puedas hacer al respecto. Confía en mí. — Joe gruñó sus palabras a través de sus dientes—. Este es un negocio, Rick. Mantente alejado de ella. —Correcto. Negocio. ¿Por qué no estoy sorprendido? —Los ojos azules de Rick, coincidieron con los de Shelly, y después pasaron a _____—. ¿Te molestaste en decirle a la chica? Por su mirada, yo diría que ella está esperanzada como el resto de nosotros. La diferencia es, que te conocemos. Estamos acostumbrados a ti con el juego de tomar un compañero y siempre fallar. Si tú no la tomas, tal vez yo lo haré. Ella parece bastante abierta a la idea | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Enero 17th 2013, 20:03 | |
| tieness que seguirlaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Junio 12th 2013, 09:15 | |
| seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | jonatik4everrr Novia De..
Cantidad de envíos : 658 Fecha de inscripción : 27/11/2011
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! Julio 7th 2013, 18:11 | |
| seguilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa | |
| | | Contenido patrocinado
| Tema: Re: Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! | |
| |
| | | | Caperucita Roja y el Lobo [Joe&Tu] Hot! | |
|
Temas similares | |
|
| Permisos de este foro: | No puedes responder a temas en este foro.
| |
| |
| |