Tres Conclusiones (Joe&Tu)

-Título: Tres Conclusiones
-Fecha de creación: 05 de marzo de 2012
-Autora: pinkiiland
-Tipo de Novela: OneShot romántico, de dos partes
-Mensaje para mis lectores: Hola, este es un shot que escribí porque parte de las cosas que están escritas, me pasaron y quise compartirlas con ustedes. Si les gusta, las invito a que comenten


“Una ciudad puede ser tan grande como para perderse dos veces en un día o irónicamente pequeña como para encontrarse a la misma persona todos los días en lugares tan disímiles unos de otros, llevándote a sacar tres conclusiones: una realista como que son meras casualidades, una paranoica como que el tipo te está siguiendo porque es un asesino serial o violador con su cara de inocentón, o la más romántica que es que el hombre es tu otra mitad y el destino los está tratando de juntar. Estas conclusiones pueden ser sacadas a la inversa, es decir, el chico puede concluir lo mismo que tu, lo que lleva a determinar que son completamente parecidos y la deducción más probable sea la tercera”

Viene a pasarme a mí, cuando estoy más sola que la una, a pesar de tener una amiga muy genial, me encuentro con un hombre que, en determinado momento, puede pasar como mi hermano gemelo, mi mejor amigo o hasta yo misma en el cuerpo de un varón. Una combinación fatal que termina en enamoramiento.

Hoy lo vuelvo a ver, luego de siete largos meses me reencuentro con el chico del que creo estoy enamorada y puede que él no tenga ni una fracción de esos sentimientos. Me estoy vistiendo linda pero no exageradamente llamativa para dirigirme a la facultad de arquitectura donde voy a volver a ver a Iván.

Tardaré unos treinta minutos en llegar a mi destino, tiempo suficiente para recordar, como si fuera una película, el tiempo que compartimos.

La primera vez que lo vi fue en el negocio de ropa americana que estaba justo frente a la tienda donde yo vendía las carteras que me traían importadas de América.

Citación :

–Hay que ver lo atrevido que es Joe, no te quita los ojos de encima –dijo Mar, la dueña de la tienda y procedente de New Jersey, igual que yo.
–¿De qué me hablas? –pregunto confusa.
–¡¿No me digas que no lo has notado?! El peso de sus “hermosos” ojos color avellana… –dijo con aparente tono enamorado. –No me mal interpretes, él no es más que un niño para mí –seguía escuchando sin entender nada. –Yo me estoy refiriendo a Joe, nuestro vecino de ventas –apuntando con el mentón.
–¡Ah, él!, –lo observo fugazmente y nos encontramos las miradas. –Mira, lo que pasa es que vengo de afrontar problemas amorosos y en lo que menos me estoy fijando es en chicos. No creo que me mire de forma especial. Además, estoy juntando dinero para pagar la facultad de arquitectura, ¿crees que tengo tiempo para enamoramientos?
–¡Qué chica más dura! Todas las que vienen a comprar acá terminan viendo cinturones para caballero en aquella tienda, con la excusa de que son para su padre, y puede que el hombre muera y nunca reciba un regalo de su hija, –colocando los ojos en blanco y yo alzo las cejas –pero todos sabemos que es sólo para entablar conversación con el muchacho de ojos hermosos color avellana, siempre mencionan lo de los ojos.
Me río con timidez y me atrevo a preguntar –solo por curiosidad, ¿de dónde es el muchacho? Digo, porque no me parece local, parece foráneo por sus rasgos.
–Te sorprenderás –a lo que yo respondo con una mirada incrédula–, por la forma como te mira, no dudo que tarde mucho en venir a saludar.

Estaba muy concentrada en las ventas, cuando de pronto Mar me hace una pregunta en un alto tono de voz.
–¿Cuándo vas de visita a New Jersey?
Y antes de que poder articular una respuesta, siento un soplo de brisa y alguien junto al mostrador.
–¿Eres de New Jersey? –dice una masculina voz que pertenecía a nuestro vecino. Pude corroborar que, en efecto, tenía ojos muy lindos y una sonrisa encantadora, lo llamaría “un no sé qué, qué sé yo” que me cautivo más de lo debido.
–Sí –digo tímidamente sintiendo calor en mis mejillas, me vuelvo a mi amiga–, y Mar, aun no lo tengo previsto. Apenas llevo dos días y medio aquí.
–¿Y eso qué? Puedo inventar cualquier motivo para que volvamos un par de días al pueblo.
–Pero es que yo aun no quiero volver…
Interrumpe de nuevo el chico entrometido.
–No puedo creer que ambas son de allí, tanto tiempo y nunca habíamos hablado. Mar, ¿cierto? –preguntó sorprendido el muchacho.
–Sí, ella es __________ –señalándome.
–Joe –dice él y me extiende su mano en saludo. La aprieta con seguridad sin apartar su vista de mis ojos, yo trato de evadirlo. –Bueno, ya saben, no hagan planes de viaje sin consultarme a mí, ¿de acuerdo?
–Bueno –respondo dudosa y oigo un susurro sarcástico proveniente de Mar, algo como “si claro, en tus sueños, niño”. Le doy un apretón por debajo del mostrador para que él no viera. –¿También eres de allá?
–Sí, ¡vaya casualidades!
Hago una mueca, equivalente a una media sonrisa que, al parecer, él amó.

¿Me habrá extrañado? Me pongo muy tonta cuando pienso en él, cuando me responde un mensaje de texto, pero no estoy segura de si él me querrá un poquito más que como una buena amiga.

Citación :

En aquel día, sin darme cuenta, tenía su número celular, estaba respondiendo sus preguntas relajadas mediante mensajes de texto, y después estaba montada en el mismo avión que él y que nos trasladaría a New Jersey, siendo llevada en contra de mi voluntad por Mar, y sentada justo al lado de ella. Mi padre me esperó en el aeropuerto y se empecinó en llevar hasta el terminal a Joe.

¡Ya quiero llegar y verlo de nuevo! Lo bueno es que aquí no habrá ninguna Virgil que lo arruine todo. Quizás la haya, pero yo lo conozco más que cualquier mujer curvilínea que se cruce. No tendré el cuerpazo más deseado, pero estoy casi segura que le encantan mis ojos verde oliva.

Sigueloo

Citación :

Mar nunca se sintió interesada por él, a la contra, quería que nosotros dos, Joe y yo, tuviéramos algo lindo –ella ya había notado que me estaba gustando cuando me ponía roja como un tomate sólo de pensar en él, e insistía en que yo lo tenía loco de amor–. Pero Mar no ayudó tanto como parece, porque se le ocurrió la brillante idea de contratar a la despampanante de Virgil, que también compartían muchas cosas con él, algo más materialistas o menos espirituales pero también de Jersey –posiblemente me gana por decimas.

Él tiene que sentir algo por mí… después de todo, cuando cambió su número celular, a mi me notificó, pero no a Mar. Algo es algo, o por ahí se empieza.

Un día lo invité a tomar un café conmigo, solos los dos, pensé que no aceptaría pero encantado dijo que sí.

Citación :

–¿De qué parte de Jersey eres? –pregunté de forma inocente.
–De Hudson.
–¿Qué parte? –sonriendo.
–De la primera avenida.
–¿En serio? Por ahí vive mi mejor amiga –con una cara muy sonriente.
–Sí –con un interés fingido. –¿Cuál es su nombre?
–Laura –deja las explicaciones, me dije, sabes que aunque eres más divertida, ella es muy bonita, su cabello rubio y ojos color aguamarina cautivan desde la primera vista. Puede que aunque no coincidan en tantas cosas, te gane al hombre mediante su belleza. Súmale que de ese mismo sitio es Virgil. –Cuando te añadí al Facebook teníamos dos amigos en común, Beatriz y Alirio, ¿de dónde los conoces?
–Ella es la mejor amiga de una amiga, y él porque vive cerca de mi casa –dice siempre con una gran sonrisa resplandeciente. –¿Y tú cómo los conoces?
–A ella, del colegio y a él, de un curso de diseño computarizado.
El rió de una forma tímida y hermosa.
–¿Qué vas a estudiar?
–Arquitectura. ¿Tú?
–Es increíble, ¡yo también! Estoy trabajando para pagarme la carrera en Morris. Presenté la prueba de admisión, aun no sé si quedaré pero no tengo suficiente economía como para pagar la matrícula. Mi papá puede pagar, pero yo no quiero que lo haga.
–No lo vas a creer –abriendo los ojos muy grandes y haciendo una pausa a modo de suspenso, –pero eso es exactamente lo que estoy haciendo, hasta la parte de mi padre –colocando una mano sobre su brazo. –A Mar la conocí por casualidad y me invitó a la tienda para vender las carteras de marca que me traen de América.
–¡Qué loco!

Nosotros compartimos muchos gustos: ambos queremos estudiar arquitectura en Morris, New Jersey, dominamos bastante bien el español –se supone que eres de Estados Unidos– y amamos canciones en ese idioma –pero diferimos en las bandas–, y casualmente elegimos Los Ángeles como ciudad para trabajar. Somos tan condenadamente parecidos, hasta creemos que Mar no es tan buena empresaria como aparenta ser.

Yo digo al principio que me encuentro con una persona todos los días. Evidentemente me refiero a Joe. Un día que no fue a trabajar, lo veo que estaba en una parada de autobuses, opuesta al centro comercial, justo cuando salía de regreso a casa, lo llamé desde el bus donde yo iba y él me acompañó en todo el viaje; otro día que yo no pude ir al trabajo, me lo crucé en la misma parada, yo iba a casa de Mar. En otra ocasión, nos encontramos en la taquilla del cine, él salía de la película y yo entraba; otro día en la pizzería; otro en un restaurante de comida rápida. A veces solo, a veces con un grupo variado de amigos. Cada vez que me lo topaba, alegraba mi vida y luego sentía que flotaba en las nubes. Incluso un día volamos a Barcelona, en el mismo avión, uno al lado del otro, sin haberlo hecho a propósito. Me cuesta creer que mi complemento estaba tan cerca de conocerlo, pero lo encontré fuera de mi zona, fuera del entorno donde era más probable conocer alguien especial para mí, en los lugares que he frecuentado toda mi vida.

Recuerdo el día que salimos a un parque para niños.

Citación :

–Mañana me regreso a New Jersey, tengo suficiente dinero juntado –me dijo él y yo me encontraba inmersa en un dilema de alegría y tristeza.
–Yo pasado tengo que ir a buscar carteras a Jersey y ver si puedo inscribir la carrera, pero no creo que me alcance el dinero o que tenga el cupo –hice un mohín que significaba que tenía poca fe.
–¡A que sí! –dijo animado.
–No lo sé –dije desanimada. –Hagamos algo divertido esta noche –volviendo un poco la alegría a mí.
–Me gustaría, mi vida, pero estoy tan emocionado por irme que no he cuadrado nada especial con mis amigos.
Eso me dolió un poco, porque si bien no lo cuadró antes, podía hacerlo ahora conmigo. O es que como yo era amiga mujer, ¿no entraba en el combo? Siempre me llamaba “amor” o “mi vida”, lo que hacía sentirme profundamente confundida porque nunca mi ex novio me llamó de esa manera, alimentando mi cariño especial hacia él.

¿Ahora entienden por qué estoy enamorada de alguien que oficialmente no se ha comprometido conmigo en ningún aspecto?

Esa noche, acabé yendo a su departamento y pasamos su última noche en Los Ángeles juntos, también habían otros muchachos. No fue la noche que esperaba pero fue diferente del resto.

Citación :

–¡Tengo el cupo en la universidad! –le envié un mensaje, pasada una semana de su partida.
–Ves que sí podías, tú eres muy buena –me respondió de esa forma el mensaje de texto. ¿Cómo sabía que era buena si nunca se lo había dicho? ¡Confiaba en mí!, pensar ello me ponía extremadamente feliz. –Claro que quedarías en la prueba e ibas a conseguir tanto dinero como para pagar la matrícula.
–Sí. Nos veremos allá.
Claro que hablamos más, y los siguientes meses también. No eran todos los días pero cuando hablábamos eran al menos siete mensajes que iba rebotando del uno al otro.

Llegué a la facultad. ¡Qué nervios estos que invaden mi cuerpo! Siento mariposas en el estómago y sudan las palmas de mis manos. Ha llegado bastante gente pero no lo veo.

–¿Dónde estás? Ya llegué a la universidad –le envío en un mensaje.
–Aun voy en camino.
Siempre impuntual, pienso inmediatamente.

Un rato después… llega otro mensaje de Joe.
–¡Ya llegué! No te veo.

Y cuando voy a responder el mensaje, me abrazan la cintura por detrás, noto un el olor de un perfume masculino y al voltear, me encuentro la sorpresa que he estado esperando, era él, mirándome fijo con sus ojos color avellana.

–¡Joe! –exclamé con una notable emoción en mi tono de voz. Lo abrazo muy fuerte, enterrando mi rostro en su hombro y cuando me separo un poco para hablar, él captura mis labios en un maravilloso beso, en el cual me derrito, esperando que no termine nunca y sea el inicio de algo tan hermoso como esta muestra de amor.