In Another Life -TERMINADA-

siguee please

¡Oh! ¿¡Y se lo dice cuando estan garchando!? ¡Ahhh!
No entiendo porque carajos Joe siempre a parece cuando Jess & Nick estan garchando ¡No entiendo!
Que linda a sorpesa de Nick.. ahh
SIGUELA

vamos mujer pon otro capitulo rapido

siguela PLEASEE!!

OMG ... nueva lectora estuve esperando 3 dias para poder comentar y wow cuantas cosas han pasado, he llorado muchisimoooo Sad

y bueno esa sonrisa tonta que te aparece mientras lees ha estado muy presente, hermosos los caps, Excelente la novela y oh Nick es tan tiernooo, bello, perfecto.... y Joe Sad

oh bueno espero que la sigas pronto por que me ha encantado esta nove, siguela... Very Happy

P.S: abajo les dejo un link pidiendoles un inmenso favor, espeor puedan ayudarme Smile

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https://www.facebook.com/photo.php?fbid=3528475571002&set=o.201398476588359&type=3&theater Hola por fis denle MG a la foto enlace espara ganar entrada a Demi En venezuela! Enamorada

necesito muchooooos likes!!
Gracias!

hadita de las novelas por que no pones otro capitulo para ser felices??

siguelaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!

bueno chicas quedan 2 capis para que se termine la nove...se que os gustara y que llorareis igual que con el final de la primera (: el Domingo GRAN FINAL.
y puede que el Lunes empiece a subir la nove Hot...depende de lo que me digan

Capítulo XVII

Toda la sala había quedado envuelta en un aterrador silencio, el cual solo me hacía entrar en suspenso. Los ojos de Nicholas y los de mi madre, se encontraban clavados en mí, esperando ansiosos mi respuesta.
—Sería muy buena idea si…— Comencé y mis acompañantes suspiraron al unísono al no escuchar respuesta concreta. —Sin presión— Me quejé antes de soltar una leve carcajada, mientras los acorralaba con la mirada.
Inhalé y exhalé alrededor de tres veces antes de volver a hablar.
—Esperaré hasta el día del parto— Sonreí segura de mi decisión.
—De acuerdo— Articuló mi doctor, mientras me extendía una mano para ayudarme a bajar de la camilla. —En cuanto a la salud de tu bebé, no hay de qué preocuparse. Todo marcha bien— Sonrió amable.
Prosiguió anotando el procedimiento de mi embarazo en la libreta, incluyendo la fecha en la cual estaba destinada mi próximo control y los “Ejercicios” necesarios que debería poner en práctica durante los siguientes meses.

Mi madre se nos había adelantado en el gran estacionamiento subterráneo y entre tantos vehículos, no lograba divisarla.
— ¿Quieres ir a dar un paseo? — Un intenso escalofrío abarcó a mi cuerpo completo, cuando lo escuché susurrar sobre mi oído derecho, mientras su torso se acoplaba a mi espalda y sus manos acariciaban pasivamente mi cintura.
—Deberíamos… ir a cambiarnos primero ¿No crees? — Hice un vago intento para sonar natural y no demostrar lo agitada que mi respiración podría transformarse con un simple roce.
Aún seguíamos vestidos de gala y yo ansiaba usar un buzo o alguna prenda liviana.
—Pero luces hermosa con el vestido— Se quejó sensual y el cosquilleo por mi piel fue instantáneo al percibir sus acolchonados labios tocar mis hombros descubiertos.
—Y tú luces espectacular con esmoquin, pero hablo enserio— Suspiré y me alejé para ubicarme a uno de sus costados y entrelazar nuestros dedos, una vez más. —Estoy necesitando una ducha caliente y mi pijama— Sonreí infantil. —Pero míralo de esta manera, vamos a casa, te pones cómodo y luego me acompañas en mis tardes de cine, tengo golosinas— Lo miré levantando las cejas. Lo estaba persuadiendo.
—Es perfecto— Aceptó de inmediato mis planes. —Llevaré algunas películas. Debes de haberte dado cuenta que las que están en tu mueble las hemos visto casi todas— Me recordó y no pude evitar sonreír al recapitular aquellos momentos. Nunca terminábamos de ver el final.
—Deberíamos ver el final de cada una ¿No crees? — Opiné mientras daba pequeños saltos. Si, como una pequeña niña.
—No es mi culpa que una señorita se quedara dormida y que la película fuese tan aburrida— Dijo campante y me detuve para clavar una mirada vengativa en él.
—Mis películas no son aburridas— Protesté. —Tampoco es mi culpa que el sexo masculino no tenga gustos para ver películas. No sé qué es lo divertido de ver casas explotar, barcos explotar… Lo que sea que contenga dinamita— Sonreí y solté su mano para caminar “Enojada” unos cuantos pasos más delante de él.
Lo escuché carcajear y a los pocos segundos tironeó de mi mano para acercarme a su cuerpo.
— ¿Te había dicho que eres la persona más dulce que he conocido? — Suspiró mirándome con ternura a los ojos y luego prosiguió depositando un suave beso en mi frente.
Sonreí con los ojos brillantes y esas afectuosas mariposas revolotearon en mi estómago, haciéndome sentir especial, única.

El camino de regreso a casa me resultó sumamente corto. Escuchar Aerosmith a todo volumen, más nuestras voces cantando la canción, mejor dicho, gritando la canción, había sido una linda distracción.
—Nos vemos en unos cuantos minutos— Musité distraída, mientras repartía besos por todo el rostro de mi novio.
Las expresiones risueñas de Nicholas, solo me inspiraban más ternura y dudaba si podría dejarlo entrar al departamento.
—Te amo ¿Lo sabías? — Suspiró cuando finalmente lo había dejado libre.
—Y yo a ti— Sonreí y mi cuerpo sintió esa irradiación de felicidad cada vez que mencionaba aquel sentimiento.
Besé sus labios delicadamente y luego de unos saludos más, entré al departamento.
Antes de correr a mi habitación, me quedé con la espalda apegada a la puerta y sonreí cerrando mis ojos. Definitivamente todo lo que comenzaba a sucederme, luego de casi haber caído por un precipicio, era un milagro. Nicholas había sido el héroe que salvó mi vida.
Cumpliría todos mis planes. Entré a la ducha y dediqué un buen tiempo a mi cuerpo. Usé gel de ducha, repartí suaves masajes con el guante y exfolié mi rostro, mientras el shampoo cumplía su tarea en mi cabello.
Al estar fuera de la ducha y ya seca, busqué mi pijama rosa de raso y enseguida cubrí mi cuerpo con una bata, después de todo, no pensaba almorzar en pijamas.
Durante toda la comida, mi pequeña familia interrogó sobre mi nueva relación amorosa, por lo que me vi obligada a sonreír todo el tiempo y fingir que estaba cómoda bajo la sonrisa insistente de mi padre y mi hermana.
—Nicholas vendrá a ver unas películas esta tarde, así que la sala de estar estará ocupada por hoy— Miré a mi pequeño hermano. Últimamente se la pasaba con los ojos pegados al televisor viendo como unos duendecitos atrapan piedras brillantes.
—Uh, uh, Nick, te gusta, te gusta— Cantó como pudo el pequeño, apuntándome con los ojos entrecerrados. Si, hasta el menor molestaba, por lo menos en él era entendible.

El timbre sonó a las 4:30 en punto y corrí, como si fuese mi primera cita, a la puerta.
—Hola— Sonrió angelical. — ¡Sorpresa! Palomitas, malvaviscos y las películas— Levantó ambas manos, dejándome ver las bolsas que colgaban de ellas.
Lo invité a pasar y ya que nadie se aproximaba a saludar a mi novio, aproveché de besar sus labios fugazmente.
—Te dije que ya tenía golosinas— Regañé sobre sus labios.
—Y yo traje más— Carcajeó y esta vez, fue él quien me robó un beso.
¿Mencioné lo adorable que lucía en con esa polera blanca y con buzo? Era todo un encanto.
—Que no te sorprenda cuando mi hermana, mi hermano y mis padres aparezcan en medio del film con la intención de fastidiarnos— Advertí al llegar a la pequeña salita de estar.
—No te preocupes, tu familia es adorable— Comentó entre suaves carcajadas, a la vez que acomodaba la comida en fuentes, en el centro de la mesa.
¿Se podría saber que era lo adorable?
—Sí, claro, como digas, seguro— Dije con sarcasmo y terminé por reír, lanzándome sobre el confortable sillón.
Nicholas puso la película en el DVD y se acomodó a mi lado, acercándome a su cuerpo, para acurrucarme en su pecho. Podría pagar para vernos desde lo lejos, debía de ser un cuadro adorable.
La película comenzó y pude observar que Nicholas había optado por una de terror o suspenso… la cual, no entendía ni una palabra y mis ojos, ya comenzaban a pesar.
Supuse que el relajante baño que me había dado, logró que me cuerpo se sintiera más liviano y el calor que el cuerpo de Nick me transmitía, era lo necesario para hacerme caer, de a poco, en un profundo sueño. Además el escuchar los calmados latidos de su corazón, me resultaban una suave melodía de cuna.

— ¿Sabías que eres perfecta? — Escuché susurrar a lo lejos. — ¿…Y que eres la más hermosa? No tienes idea, Jess. No tienes idea de lo que sería mi vida si no estuvieras en ella. Cada hora, minuto, segundo, le agradezco a dios por tenerte a mi lado y no puedo creer— Se escuchó una carcajada conmocionada. —No puedo creer que sea así. Lo que siento por ti nunca podrá igualarse y si algún día te pierdo… si algún día te alejas, lo que pueda darle a otra persona, no será ni la mitad de lo que te entrego. Te amo tanto, hermosa…— Y pronto, la voz desapareció.

ahwwwwww Nick es taaan tierno Enamorada

lo amo me encanta Very Happy

y Jess ahww tan linda...
esa voz era de Nick no????
o es parte de la imaginacion de Jess?
en fin!!!
solo faltan 2 caps? Sad

no importa espero quiero saber el final
y CLARO Q ESPERO LA NUEVA NOVE Twisted Evil

jajajjaa
vamos SIGUELA!!!

bueno chicas aqui les dejo el penultimo capitulo, espero que los disfruten.
aqui les dejo el link a la nove HOT que les dije que subiria, solo esta la sinopsis, en primer momento tengo pensado empezarla el Lunes, pero si veo que les gusta puedo empezar mañana
https://jbvenezuela.activoforo.com/t10783-fantasia-prohibida

Capítulo XVIII

Abrí los ojos con torpeza y la brillante luz del cuarto, me cegó enseguida.
—Lo siento, no quise despertarte— Su suave voz me acogió y antes de volver a hacer un intento por abrir los ojos, sentí como los besaba con una increíble ternura.
Solo sonreí y opté por quedarme en aquel flojo e inerte estado, disfrutando de estar refugiada en sus brazos y de su apaciguada respiración chocando cálidamente en mi rostro.
—Oí todo lo que dijiste— Suspiré y mi mano, por inercia, se elevó con pesadez para alcanzar su suave rostro.
No emitió ni una sola palabra, tampoco se movió. Era muy probable que pensara que estaba lo suficientemente dormida como para no escuchar nada a mí alrededor.
—Y siento… exactamente lo mismo por ti, Nick— Admití, completamente segura.
Abrí los ojos y me encontré con su mirada cristalizada… ¿Eran lágrimas las que se asomaban por sus ojos? ¿Por qué?
—Lo siento— Sonrió y refregó sus ojos antes de que las gotas de agua salada, comenzaran a correr por sus blancas mejillas. —Te amo tanto mi vida— Susurró, mientras la yema de su dedo índice, delineaba mis facciones.
Mi mirada se empañó y sin esperar un segundo más, me levanté de un salto para poder abrazarlo con fuerza, refugiándome en su cuello.
—Igual te amo, de verdad que si, te amo— Podría repetirlo un millón de veces y siempre con la misma sinceridad.

Los meses pasaban con rapidez y al noveno, no pude creer que la chica que se reflejaba en el espejo, era yo.
Mi vientre estaba crecido del todo y a pesar de mis cortos 18 años, estaba feliz de tener este bebé, era un regalo, una bendición.
Terminé por vestirme con una remera verde, larga y ancha, que anteriormente perteneció a mi mamá. No había nada más cómodo que usar este tipo de prendas.
Mientras cepillaba mi cabello frente al espejo, comencé a analizar cierto tipo de cosas, como por ejemplo: Joseph. Su imagen había dejado de aparecer frente a mí desde aquel día en la casa de Tim, logrando que mi cabeza estuviera repleta de signos de interrogación. Estaba confundida. Ya no sabía si sus apariciones fueron producto del mismo miedo que llevaba dentro o realmente era él. Era probable que solo haya sido paranoia, pero me contradecía al pensar en el rostro triste y amargo que presencié al despedirlo aquel día.
— ¿Cómo está la novia más linda que ha pisado el planeta? — Una voz tierna y risueña interrumpió mis vagos pensamientos y sacudí la cabeza para volver a tierra firme.
Esperé a que en el espejo apareciera Nicholas, abrazándome por la espalda y con cierta dificultad por mi mismo vientre.
—Hola— Saludé con una torpe sonrisa al ver su rostro asomar por mi hombro derecho.
— ¡Vaya! Luces hermosa el día de hoy— Musitó sin deshacer la sonrisa de sus labios y besó sonoramente mi mejilla.
—Dices todos los días lo mismo, comienzo a creer que ya te es de costumbre— Carcajeé y me volteé para enfrentarlo.
— ¿Acaso quieres que te mienta? — Levantó las cejas perspicaz y no alcancé a dar algún otro movimiento, pues sus labios habían capturado los míos suavemente.
Como ya nos era de costumbre, nos estiramos en mi cama y prendimos el televisor para mirar uno de esos programas de talento. Sin embargo, era yo la única concentrada en el programa, Nicholas estaba sumamente concentrado en deslizar un pequeño auto de juguete sobre mi vientre y por otro lado, jugaba animadamente con una de mis muñecas de la infancia.
— ¿Sabes? Me desespera en verdad, no saber cuál es el sexo del bebé— Expresó sin siquiera mirarme. Le parecía asombroso que algo estuviera viviendo allí dentro. —Lo digo porque, le hablo, imitando la voz de una mujer, con una muñeca. No quiero ser el culpable de que cuando sea grande tenga tendencia a las faldas, tu sabes— Sacó sus propias conclusiones y me miró con absoluta seriedad, gesto, al que no pude encontrarle más gracia. — ¡¿De qué te ríes?!— Dijo riendo conmigo.
— ¿Cómo puedes estar tan seguro de que será un hombrecito? — Le interrogué aminorando las risas.
—Una corazonada— Contestó sonriendo y volvió a fijar su vista en mi vientre. —Será idéntico a su padre— Comentó tomando más seriedad y pronto besó, mullidamente, todo mi vientre.
Mis expresiones volvían a ser frías en tan solo pensar en lo diferente que serían las cosas si Joseph estuviera aquí, más… imaginarme a nuestro pequeño, corriendo por toda la casa, destruyendo lo que se encontrara a su paso, me irradiaba de felicidad.
—Nick— Lo llamé cuando otro tema había cruzado por mi cabeza.
—Dime— Besó por última vez mi vientre y luego se acomodó a mi lado, apegándome a su cuerpo cuando rodeó mi cuello con su brazo izquierdo.
—Luego de que tenga al bebé, mi cuerpo cambiará y…— Guardé silencio. Era un comentario bastante superficial, pero de todas formas me interesaba.
Me quedó mirando durante unos segundos, al parecer no captaba la indirecta, pero luego, al sonreírme con dulzura, acariciar mi rostro y besar mi frente, supuse que había entendido.
— ¿Estás tratando de decir, que luego de que tengas el bebé, no me vas a atraer físicamente? — Enarcó una ceja, a lo que yo asentí con las mejillas ardiendo. — ¡Por favor! — Exclamó sonriendo. —Te amo por la grandiosa persona que eres de aquí dentro— Llevó su mano a mi corazón, el cual latía intensamente ante sus palabras. —Además, tu contextura y tu edad, no permitirá que queden las mismas secuelas que en una adulta y estaría enamorado de todas formas, seas como seas, yo te amo— Carcajeó mirándome a los ojos con ternura. Sonreí conmocionada. Me había ganado la lotería al tener un novio como Nicholas.
Mis labios estaban a solo centímetros de encontrarse con los suyos, más un fuerte y agudo dolor recorrió intensamente todo mi cuerpo.
— ¡Cielos! — Gemí alejándome súbitamente de él, para encorvar mi espalda hacia delante.
—Jessi ¿Estás bien? — Preguntó preocupado, incorporándose de un salto a mi lado.
Cerré fuertemente los ojos y asentí. No quería preocuparlo.
—Es solo un simple dolor— Sonreí sin recuperar mi postura anterior. — ¡Maldición! — Exclamé quejándome, buscando su mano sobre el acolchado para ejercer una fuerte presión en ella.
—No, no te hagas la valiente, deben de ser las contracciones—
¿Cuánto sabía? Al parecer más que yo.
—Inhala y exhala. No desesperes, estaremos en unos pocos minutos en el médico. Viene en camino— Anunció mientras me cargaba en sus brazos.
Abrí mis ojos, tratando de no quejarme y lo vi sonreírme con tranquilidad. Tenía muy bien manejada la situación.
— ¡Oh por dios! — Grité alcanzando con una mano, los cortos rulos que habitaban su nuca y tiré de su cabello sin importar qué.
—Jessica, no es la idea de que me dejes calvo— Carcajeó, tratando de hacerme sentir más calmada. ¡No daba resultado! El dolor era sumamente fuerte y se intensificaba cada vez más.
Mis gritos avisaron a toda mi familia que era lo que sucedía, a lo que salieron corriendo se sus habitaciones para prestarme atención.
— ¡Iré a avisarle a Denise y Kevin! — Escuché gritar a mi hermana.
Aunque tratara de abrir los ojos, las lágrimas que comenzaban a asomarse, dejaban mi vista nublada.
El viaje de camino a la clínica, fue un bullicio total. Toda mi familia chillaba tratando de darme aliento, más solo cumplían un objetivo: Desesperarme.
Al llegar, me subieron a una silla de ruedas, la cual mi madre manejó. Nicholas se fue todo el tiempo a mi lado, sujetando de mi mano, mientras que yo, hacía un gran esfuerzo por no hacerle daño.
Me trasladaron de enseguida a la sala de parto, lugar donde me pusieron calmantes y el dolor se disipó un poco. De un momento a otro, me encontré sola, estirada en la camilla, rodeada de cortinas verdes ¿Dónde estaban todos?
Y de un momento a otro, el doctor con tres enfermeras, entraron a la pequeña sala, sin embargo, no necesitaba exactamente de ellos… Quería a Nicholas.
—Nick… ¿Dónde está? — Dije tratando de sentarme en la camilla.
—Recuéstate. No debes hacer ejercer algún tipo de fuerza, por ahora— Sonrió amable y yo clavé mi seria mirada en ella. No estaba de buen humor.
— ¿Dónde está mi novio? — Volví a interrogar, mientras miraba desesperada a mí alrededor.
—No te preocupes— Carcajeó el médico, mientras levantaba un poco la camilla, dejándome inclinada. —Debes saber que para entrar al parto deben de estar con traje especial. Se está cambiando— Me informó jovial. —Ahora, quiero que te relajes y que ahorres energía. Revisaremos que tan preparada estás para iniciar el parto—
Los nervios se agudizaron en todo mi cuerpo, al momento en que escuché a una enfermera anunciar que todo estaba listo, más parecieron irse retirando cuando vi a Nicholas ingresar, vestido de un traje verdoso y delgado, a la sala.
— ¿Cómo estás, preciosa?— Sonrió luego de besar mi frente y tomar mi mano entre las suyas, para acariciarla con cariño.
—Creo que… bien— Sonreí ampliamente, no obstante, mi voz temblorosa me delataba.
—No puedo creer que haya llegado el día— Mordió su labio inferior y besó mis manos con dedicación.
—Tampoco yo— Sonreí. —Bésame— Susurré ahogada, el dolor volvía a aparecer.
Solo acató a mi orden y capturó mis labios con suavidad, mientras su mano posada en mi mejilla me brindaba delicadas caricias.
—Jessica— Llamó el doctor. — ¿Estás lista?— Solo asentí con dificultad. —Necesito que inhales y pujes a la cuenta de tres, luego exhales ¿Está bien? — Volví a asentir y tomé la mano de mi novio. —Uno, dos, tres ¡Puja! — Exclamó y grité al sentir un terrible dolor adormecer de mi cintura hacia abajo.
Volví a repetir el ejercicio una y otra vez, mientras que el insoportable dolor, era cada vez peor.

—No siento mis piernas— Gemí mientras sujetaba con una increíble fuerza la mano de Nicholas.
—Vamos, preciosa, solo un esfuerzo más— Me alentó mi novio, más ya no podía hacer más.
—Necesito un paño con agua caliente, por favor, está sufriendo una hemorragia— Escuché decir al doctor y un nudo en mi garganta se fue formando con rapidez.
— ¿Sucede algo doctor? — Consultó Nicholas y pude presenciar el terror que corría por su voz.
No escuché respuesta del médico cuando sentí que el aire comenzaba a faltarme.
— ¡Jessica! — Sentí la mano de Nick, acariciar mi frente y traté de buscarlo con la mirada, más nada era nítido. — ¡Doctor! ¿Qué está sucediéndole? —
—Joven, me temo que tendrá que salir en este momento— Escuché decir a una enfermera y presioné su mano con las pocas fuerzas que quedaban en mi cuerpo.
— ¡No! ¡No voy a salir hasta que me digan qué diablos es lo que está ocurriendo! ¡¿Acaso no la ven?! — Lo escuché gritar. Fue cuando supe que las cosas no andaban nada bien. —Jessi, mi amor… ¿Me escuchas? Vamos mi vida— Gimió entre sollozos.
—Nicholas…— Susurré arrastrando la voz, sentía que ya ni hablar podía. — ¿Cómo está el bebé? —
—No te preocupes, todo va a estar bien ¿Si? —Trataba de distraerme sonriendo, más podía ver como unas lágrimas se escapaban por sus ojos.
—No puedo moverme…— Sollocé acercando una de mis manos a su mejilla. —No puedo respirar— Continué al sentir que el aire se esfumaba de a poco y como las lágrimas corrían por mi rostro. — ¿Sabías cuanto te amo? — Intenté sonreír, gesto que debió de parecer cualquier otro, menos una sonrisa. —No te preocupes por mi… estaré bien— No quería preocuparlo, no quería decirle, ni tampoco parecer, que estaba a segundos de cerrar mis ojos. Por más que tratara de ejercer algún tipo de presión, me debilitaba aún más.
—Sí, lo estarás— Me aseguró con voz firme. —En un par de segundos todo irá mejor y tendrás al bebé en tus brazos. No alcanzarás a darte cuenta de cuando llegues a casa ¿Cierto? — Su rostro brillaba producto a las lágrimas y trataba de sonreír de vez en cuando para alentar a mi corazón a que palpitara.
Como pude, intenté darme fuerzas a mí misma, debía de tener esperanza, sin embargo, un espantoso dolor se clavó en mi pecho y la constante presión que mi mano sometía a la suya, disipó.
La desesperación penetró mi cuerpo cuando comenzaba a notar lo nubloso que todo se iba volviendo y como mi respiración aminoraba segundo tras segundo. La sensación era bastante parecida a la de caer al fondo de un pozo, en el cual, no se encuentra salida.
— ¡Doctor! ¡La perdemos! — Escuché exclamar a una enferma, como si esta se encontrara a unos cuantos kilómetros alejada de mí.
—No, eso no es verdad… No puede ser…— A pesar de que hablaba en voz baja, se percibía su angustia y desesperación.
—Retírenlo de la sala— Obedeció una voz grave.
— ¡NO! ¡NI INTENTEN SACARME DE AQUÍ! ¡NO! — Gritaba, ahogado en llanto. — ¡JESSICA! ¡POR FAVOR! ¡NO PUEDES HACERME ESTO! ¡POR FAVOR MI AMOR, NO TE PUEDES IR! ¡JESSICA! — Estaba llorando por dentro y mis intentos de poder abrir los ojos, eran cada vez más inútiles.
Finalmente, no pude vencer a lo que mi cuerpo experimentaba.
Los gritos desesperados de mi novio… fueron las últimas palabras que escuché y mis ojos pesaron, sin vuelta a atrás.

OMG! siento q voy a morir es mentira no???
Jessica no se puede morir!!
ahhh nooo
SIGUELA PLEASE!!

bueno chicas aqui les dejo el ultimo capi de la nove, preparen sus pañuelos por el final os hara llorar, tambien os dejo el primer capi de la nove HOT

Capítulo XIX

You & Me Together… Forever

Mis ojos se abrieron de par en par, en un blanco y brillante lugar, cegando mi mirada de inmediato. Nada se encontraba a mí alrededor y dudaba si caminar fuese lo correcto, no había diferencia del suelo con el entorno.
Mi cuerpo se sentía completamente liviano y al conducir mis manos a mi vientre, pude percibir que el bebé ya no se encontraba allí. Como al parecer, nada tenía lógica en este extraño lugar, mis pies comenzaron a buscar algún inexistente camino. Mis pies comenzaban a moverse con agilidad al momento en que entraba a desesperarme y las lágrimas, volvían a hacer aparición.
—Jessica —Una suave voz llamó mi nombre detrás de mí. Una voz familiar, y la cual provoco que mi carrera se detuviera en seco.
Con la respiración agitada, me quedé quieta en ese punto exacto, al parecer mis sentidos habían vuelto a desaparecer. Llevando el corazón en la mano, me giré con lentitud, temiendo a lo que podía enfrentar. Fue tal como lo había creído. Ahí estaba él… a unos cuantos pasos de mí, clavando su parda mirada en mí. Las lágrimas de frustración que antes cubrían mis ojos, habían encontrado una excusa para escaparse y correr por mis mejillas.
—Joseph —Susurré con la voz temblorosa.
Para ser sincera, no sabía que decir, ni que hacer ¿Qué se suponía que estaba ocurriendo?
Sin decir nada, sus piernas se movieron para acercarse y mi cuerpo completo se estremeció al sentir su mano tomar la mía. Me atrajo a su cuerpo de un solo suave tirón, para abrazarme con una débil fuerza.
Estaba sin aliento. Tocar su piel, sentir su cálido cuerpo rodear al mío, me traía a la mente tantos recuerdos. Era increíble que ese perfume, que tanto lo caracterizaba, siguiera abundando en su cuello. Todo esto era un fuerte golpe a mi corazón. No obstante, mis ojos se cerraron plácidamente, disfrutando con conmoción tal increíble momento.
—Te he extrañado tanto— Sentí su susurro vibrar sobre la piel de mi cuello y un temblor volvió a remecer mi cuerpo.
No respondí. Preferí guardar silencio, así intentaba recapacitar y darme cuenta de lo que realmente estaba sucediendo.
— ¿Esto es el cielo? — Musité en un sollozo, aún con la cabeza apoyada sobre su hombro.
—Estás inconsciente— Informó alejándome de él, para acariciar mi rostro y sonreír al observarlo con dedicación.
— ¿Voy a volver? — Me atreví a preguntar, aún así, mi voz se había estabilizado y una extraña y cosquillosa sensación me había envuelto. Estaba calmada.
—Depende de ti— Susurró tomando mi mano nuevamente, para entrelazar nuestros dedos y tironear suavemente de mí, invitándome a caminar junto a él.
El miedo que sentí cuando mis ojos se abrieron en este lugar, se desvanecía a medida que caminaba a su lado, sintiendo que nada podía importarme, más que volver estar a su lado.
Detuvo el andar y me obligó a girar. Movimiento cual encontré incoherente, se suponía que veníamos de esa misma dirección. Sin embargo, me sorprendí al encontrarme con un gran ventanal de cristal frente a nosotros.
—Ven, asómate— Me indicó cuando él estuvo cerca de la ventana.
Caminé hacia él y un fuerte golpe sacudió a mi corazón.
Desde el ventanal se podía ver a los médicos y enfermeras de un lado a otro, a mí en la camilla y a Nicholas sujetando mi mano, mientras lloraba y acariciaba mi muerto rostro. Mis ojos no tardaron en cubrirse de lágrimas, las cuales no tardaron en correr por mis mejillas.
Con torpeza, levanté una mano y la apoyé en el cristal. El dolor que se incrustaba en mi pecho, era mucho más fuerte del dolor físico que antes había sentido. Ver a Nicholas sufrir, de esa manera, me destruía.
—Fue esto lo que vi cuando te dejé allá abajo— Musitó sin despegar la vista de la ventana. —Y necesito que me digas algo— Alejó la mirada del ventanal y buscó la mía, levantando mi mentón para encontrarse con mis ojos rojos. —Pero antes… quien debe decir algo, soy yo— Suspiró. —No podía irme tranquilo sin decírtelo— Besó mi frente. —Sabes muy bien que todo el tiempo te quise solo para mí y verte con Nicholas fue una apuñalada a mi corazón. Simplemente, no podía soportarlo…. Se suponía que me amabas— Iba a hablar, más me calló depositando la yema de sus dedos en mis labios. —Lo sé— Sonrió. —No puedes desperdiciar tu vida, como yo hice con la mía al no haberte dicho lo que sentía— Volvió a besar mi frente con cariño. —Quiero que seas feliz, Jessica, y quiero que me confirmes algo…— Sus ojos se clavaron en los míos con armonía. Quería que le fuese honesta. — ¿Lo amas? — Sonrió acariciando mi rostro con dulzura.
Mis ojos iban desde los suyos, a Nicholas. Era una elección. Mi primer amor, o el amor que me hizo ver la vida con otros ojos, quien me sacó de un profundo y oscuro agujero. Mi corazón dio un vuelco a ver como la cabeza de Nicholas se apoyaba en mi vientre, como sus manos sujetaban las mías, no queriendo soltar mi cuerpo. Al parecer… la decisión ya estaba tomada.
—Lo amo…— Susurré sin despegar mi vista de Nick y sonreí con tristeza, después de todo, dolía admitir aquel fuerte sentimiento frente a él.
Sin más, volví a observarlo, así podría percibir lo sincera que era.
—Lo amo, Joseph… no… yo no puedo dejarlo— Gemí destrozada.
—Y eso está bien— Musitó calmado y me refugió, una vez más, en sus cálidos y protectores brazos. —No quiero que cometas el mismo error que yo, Jessi— Me alejó con delicadez y tomó mi rostro entre sus manos para secar las lágrimas, que corrían por mí rostro, con sus pulgares. —Sé que lo que sentiste por mi fue real y sabes que lo que siento por ti lo es igual— Sonrió. —Ahora, tienes que volver—
—Pero…— Me quejé acariciando su mejilla.
—Ahora iré a ese lugar, Jessica. Estaré tranquilo y estaré ahí para ti y nuestro hijo, siempre— Sonreía mientras me hablaba y una lágrima corrió por su mejilla. Nuestro hijo estaba bien.
Mientras sonreía, con torpeza, en medio del llanto, obtuve el valor necesario para confesarle algo.
—Te amo— Susurré mirándolo a los ojos. —Tienes que saberlo— Tomé su rostro entre el mío y me acerqué para besar aquellos dulces labios de miel. Sería la última vez que lo sentiría de esa manera.
—Y yo a ti, preciosa— Susurró sobre mis labios, con la frente junto a la mía y con los ojos cerrados, mientras sus manos acariciaban mis mejillas.
Sonreí y con un suspiro, cerré los ojos.

Mis ojos volvieron a abrirse de golpe, antes de que la respiración me llegara y al sentir el aire circular por mis pulmones, mi pecho se infló con desesperación.
— ¡Jessica! — Exclamó.
Escucharlo tan cerca, golpeó mi pecho de felicidad. Estaba de vuelta.
— ¡Por dios! ¡Jess! ¡Estás aquí! ¡Estás aquí! — Exclamó mientras acariciaba mi rostro una y otra vez.
Giré mi rostro y lo miré. Su rostro estaba completamente empapado, cual acaricié apenas mis sentidos volvieron a mi cuerpo.
—Nick— Suspiré y sonreí, llorando junto a él.
—No… no hables, está bien, tranquila ¿Si? — Sonrió conmocionado, acariciando mi cabello.
—Estoy bien— Sonreí, mientras mi pulgar barría sus lágrimas.
—Señorita Parker ¿Se encuentra usted bien? Nicholas, deberías salir, es mejor que descanse unos minutos. Necesita aire— Interrumpió el médico. Hablaba tan apresurado, que parecía estar nervioso.
—No, no. Estoy bien, prácticamente, me siento como nueva— Falso. Aún sentía un dolor punzante en mi entrepierna. —Solo… quiero ver a mi bebé—
—Jessica, le recomiendo que descanse. Déjeme informarle que su recuperación, fue, prácticamente, un milagro— Dijo preocupado. —No esperábamos a que reaccionara de inmediato—
—Pero ya estoy mejor. No necesito descansar, necesito ver a mi hijo— Suspiré algo irritada.
Sin decir más, el doctor salió de la habitación.
—Mis presentimientos no me engañaron— Susurró sonriente y besó mi frente.
Abrí mis ojos y sonreí ampliamente. Era varón.
A los pocos minutos, una enfermera apareció con un bultito celeste pálido en las manos.
—Felicidades— Sonrió entregándome el bebé en los brazos.
Ahí estaba, con sus ojitos cerrados, durmiendo cálidamente, mi hijo. Sonreí instantáneamente al observarlo con dedicación y una lágrima corrió por mi mejilla al ver a Joseph reflejado en él.
—Es igual a él— Comentó acariciando mi hombro y sin desviar su mirada del pequeño.
—Se llamara Joseph— Dije sin quitar mis ojos del bebé en algún momento, recordando las palabras de Joe.
No pude evitar sonreír al sentir un beso en mi húmedo cabello.

***

La mayoría de las cosas se encontraban acomodadas en su lugar.
No podía creerlo, mi propio hogar o mejor dicho… nuestro hogar.
Apenas Nicholas alcanzó los 18 años de edad y llevaba en mano su diploma de graduación, las cosas cambiaron drásticamente y no para mal, al contrario. Fue una gran decisión y un gran paso a la vez. Vivir juntos, como pareja, significaba una gran responsabilidad y se necesitaba de mucha madurez. Sin embargo, sabía perfectamente que era lo adecuado.
Escuché la puerta principal cerrarse con suavidad, anunciando la llegada de Nicholas, quien había llevado de paseo al pequeño a la casa de sus abuelos y los cuales vivían en el piso de abajo.
A los pocos segundos, apareció mi novio cargando a Joseph en los brazos, tarareando una pegajosa canción infantil.
—Ahí están— Sonreí dejando a un lado la caja con adornos. — ¿Cómo les fue? — Besé los labios de Nicholas y tomé a mi pequeño en brazos.
—Excelente. No necesitas preparar almuerzo, mamá lo cubrió y créeme que nunca lo vi comer con tantas ganas— Me informó jugando con las manitos de Joe. — ¿Cierto que si? ¿Cierto que estaba rica la comida? — Le habló imitando una extraña y divertida voz.
— ¿Estás diciendo que la comida que yo preparo es mala? — Enarqué una ceja. Mi intención era no reírme, hasta que sus mejillas se tornaran rojas. ¡Bingo! No tardó en suceder.
—No… no estoy diciendo eso— Trató de evadir el tema haciéndole gestos al bebe. —Se devoró el plato porque Kevin estaba haciéndole muecas, es todo— Buscó su excusa y volvió a mirarme.
Carcajeé al ver lo tierno y dulce que era cuando no hallaba las palabras necesarias, cuando titubeaba al estar nervioso ¡Era un encanto!
—Estoy bromeando, Nick— Dije aún carcajeando y dejé a Joseph en su corral, no sin antes haber besado su frente y sus mejillas. Adoraba ver sus ojos brillar cuando observaba sus juguetes coloridos.
Lo miré por un instante y pronto volví a fijar la vista en Nicholas, quien aún seguía con las mejillas sonrosadas.
Con una sonrisa traviesa en el rostro, me acerqué y rodeé su cuello con mis brazos.
—Me encanta lograr que te pongas nervioso— Confesé sin abandonar la sonrisa.
—Ya lo había notado— Contestó posando una mano en mi cintura. —Ten, es para ti— Susurró sobre mis labios y me entregó un paquete delgado que sostenía en su mano derecha.
Me alejé de él y lo recibí gustosa. Adoraba los regalos sorpresa.
Tal como una niña en navidad, destruí la envoltura y tal como un rompecabezas, de a poco fui descubriendo lo que contenía. El papel se encontraba esparcido en el suelo y mis ojos fijos en el porta retrato que mis manos sostenían.
Sonreí instantáneamente al recordar aquel momento en la playa. A pesar de que todos nuestros familiares creyeron que mi sonrisa y mi postura aferrada al cuerpo de Joe, fue falsa —Pues Joe me tenía amenazada con lanzarme al agua sino sonreía— yo sabía perfectamente que disfrutaba de sus brazos rodeando mi cuerpo. Nuestras sonrisas vivas y alegres… demostraban a simple vista de que mejor amistad que aquella… no había.
Mis ojos se cubrieron de lágrimas… y esta vez no fue de tristeza, sino de alegría. Él estaba en un mejor lugar y a la vez a mi lado. Incluso, podía hasta sentirlo… y gozar de ello.
—Es hermosa…— Sonreí y besé sus labios de improviso.
Caminé hasta la mesita de noche y acomodé el retrato en el medio, ahora cada mañana al despertar… su risueña sonrisa me alentaría a seguir día a día.
Tomé a mi pequeñito en brazos y lo recosté a mi lado.
—Ven aquí —Estiré una mano hacia Nicholas, invitándolo a recostarse junto a nosotros.
Sin decir nada, acató a mis palabras y lo tuve al lado izquierdo de Joseph.
Fuese como fuese, éramos una familia y creceríamos todos juntos, como tal.
Mirando a mi hijo y a Nick, recordaba aquel momento en el que mi vida dependió de una elección. Creo que fue exactamente ese día, en el que supe el valor y el significado de la vida. Cuantas oportunidades nos han dado, que hemos desaprovechado, cuantas elecciones tomadas sin pensar… cuantos errores, los cuales hemos vuelto a cometer.
Juzgué a mi mejor amigo por el gran error que cometió y estuve muy cerca de repetirlo. Aprende de los demás, aprende de ti. Nunca podría arrepentirme de mi elección. Ahora puedo jurar que soy la mujer más feliz en la faz de la tierra. Tengo mucho más de lo que podría pedir.
Acaricié el rostro de Nicholas con delicadeza, mientras lo miraba con detención. Era todo lo que siempre quise y no había nada más perfecto de lo que sentíamos el uno por el otro.
—Te amo— Suspiré y sonreí suavemente con los ojos empañados.
—Y yo te amo a ti— Devolvió la sonrisa y se acomodó para acercarse hasta mis labios y besarlos con extrema dulzura. — ¿Juntos por siempre? — Susurró con delicadeza, mientras sus dedos delineaban mis facciones.
—Tú y yo, juntos por siempre— Sonreí y volví a besar sus labios.
Sentirlo entregar ese amor, sano y puro, me hizo recordar, una vez más, que al sentir esas cosquillosas mariposas en el vientre. Que al sentirse confundida al pensar en la sonrisa de esa persona tan especial. El corazón quiere decir algo… a lo que debes escuchar con atención y no dejarlo pasar, pues puede llevarte a la aventura más grande en tu vida.

The End.

ohhh Dios, ame esta novela con todo mi ser u.u
es tan perfecta ahwwww volvio a ver a Joe...y Joesito es igualito a el
y Nick ahww Nick, simplemente maravilloso, perfecto
ahwww GRACIAS por subirnos la nove fue genial!
Very Happy

OMG OMG OMG ¡Por un momento crei que la Rayis murio! y tambien el nene, estaba asi "Csm ¡El tripon se murio, el tripon se murio!" es que, entendi algo mal
Jghjzdhjdfas fue tan bello
AME esta novela, es hermosa, hice mi esfuerzo por no llorar porque no queria que nadie
me viera hacerlo y estoy en la sala ¡Que bello!
Ya me paso por tu otra nove
Bye, cuidate <3

Joe

aun lloro por el!11

termino y quedoooo con con nick y joesito aww hermosa tanto drame me hizo llorar y llorar XD lastima que acabo....
me gusto la novela gracias por subirla super Very Happy

Loved it hermosa!!!

Comencé a leerla a las 7:30 son las 12:12, como ves, no pude dejar de leerla, te juro que me hiciste reír, me hiciste llorar no aguante saber que Joe había muerto y llore como no tienes idea, es hermosa nunca me lo hubiera imaginado, todo parecía tan perfecto estando con joe y de pronto se va, sigo sin palabras simplemente lo mejor que eh leído en mi vida incluso mejor que algunos libros! Felicidades de verdad la novela es muy hermosa! Y al final llore de felicidad nada me había hecho llorar de alegría y tu novela lo logro! Resumiendo todo: AME LA NOVE, ES LO MEJOR!

OMG!:, Siguuela Q Mee Encantaa! Razz

bueno veo que aun despues de terminarla seguis comentando (:
ahora estoy subiendo una nove HOT y tengo otra preparada para cuando la termine os pasais por ella
esta en mi firma
Besitos

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