Solo fue una memoria. [Joe & Tu]

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Niinoo

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Capitulo 42:
Terminaba de recoger los exámenes en orden sobre el escritorio cuando Troy apareció en el salón, sobresaltándome. Varios papeles volaron por el aire por el susto, y la risa de Troy voló con ellos. Me lleve una mano al pecho notando como mi corazón se había acelerado, y sonreí entre el miedo todavía presente en mi piel. Troy se agachó para recoger los papeles y yo también me agache para comenzar a recogerlos. Troy fue más eficiente que yo con mi panza de cuatro meses la cual, extrañamente, parecía más una de cinco meses y medio, más o menos. Él extendió su mano hacia mí para ayudarme a levantarme, y la tomé con firmeza. Luego, me lancee entre sus brazos y lo abracé con fuerza a pesar de mi barriga.

-¡Troy! –Grité de alegría, riendo-. ¡Qué sorpresa!

Él rió y rodeó mi cuerpo con un poco de miedo. Supuse que era debido al embarazo y que temía hacerme daño. Así que le hice las cosas fáciles y me aparté un poco de él. Agarre su rostro entre mis manos y reí.

-¿Cómo estás? –pregunto él, pasando la mano que mantenía sobre mi cintura hacia mi panza y la acaricio levemente.

-Estoy bien. Genial, debería decir –bajee las manos hasta sus hombros y sonreí-. Todo está yendo de maravilla.

-Me alegro, linda –dijo y se inclinó para besar mi frente-. Estás chiquita. ¿No tienes tacones, cierto?

-No –sacudí la cabeza a mi vez-. Joe no me deja usarlos. Dice que es “peligroso” –hice las comillas aéreas, haciendo reír a Troy-. Es gracioso ya que llevo diez años o más usándolos y jamás me ha pasado nada.

-Más vale prevenir que lamentar, ____ –dijo él, tocando mi nariz con su dedo índice-. No vas a querer lamentar nada ¿o sí?

-Claro que no, y menos si viene esta hermosita cosilla en camino –acaricie mi panza y sonreí. Él también me sonrió.

Me alejé de Troy para caminar hacia mi escritorio, después de coger los papeles que él tenía en sus manos. Coloqué los exámenes con el resto y luego los puse todos en un cajón del escritorio. Agarré mi bolso, mi teléfono y los dejé sobre este antes de girarme de nuevo hacia Troy, quien miraba mi panza con curiosidad.

-¿Cuánto tienes? ¿Cinco, seis meses? –preguntó, sin desviar la vista.

Reí.

-Solo cuatro meses y tres semanas –sonreí-. ¿Por qué?

-No es por ofenderte ni nada, pero guao, ¡estas enorme! –exclamó, abriendo los ojos como platos. Sonrió antes de mirarme a los ojos.

Suspiré. No era la primera persona que me lo decía.

-Sí, lo sé.

-Y chiquita –se burló nuevamente-. No te pareces a la ____ de hace cuatro meses.

-Ni tu al hombre de hace cuatro meses –le saqué la lengua-. Aquel hombre jamás me hubiera dicho que estaba gorda y chiquita.

Él rió, y yo fruncí el ceño al mismo tiempo en que cruzaba los brazos en mi pecho simulando estar enojada. Él se partió de la risa. Y yo no pude evitar sonreír.

-Okey, basta –comencé a reír.

-Te veías graciosa –dijo, apartando un mechón de cabello de mi rostro. Beso mi frente nuevamente-. No te enojes así de feo porque entonces estaré una semana burlándome de ti.

-¡Ay, ves como eres de malo! –golpeé su pecho con mi palma y sonreí-. Te extrañaba, bobo.

-Y yo a ti, tonta –sonrió, antes de volver a abrazarme, esta vez con un poco de menos miedo-. Era divertido venir a buscarte todas las tardes y compartir un rato. Pero supongo que Joe también hace lo mismo.

-No, es “peligroso” –me burlé y ambos reímos.

-¡Genial! También te burlas de mí.

Me sobresalté al escuchar la voz de Joe. Troy, quien obstruía mi vista de la puerta, se hizo a un lado y me dejó ver la sonrisa burlona de Joe mientras avanzaba hacia nosotros con paso tranquilo, sin signo de irritación, molestia o tensión alguna. Sospeché que sus sentimientos –en aquel momento- estaban ocultos muy bien.

-Hola Troy –lo saludó. Le extendió una mano y Troy, con un poco de vacilación, se la estrechó. Me miró y yo me encogí de hombros-. Hola amor –a mi me saludó con un tierno beso en los labios. Reí sobre los suyos-. ¿Qué hacían? –pasó un brazo por mi cintura y se giró para mirar a Troy.

-Solo hablábamos –respondió Troy, metiendo sus manos dentro de sus bolsillos-. Nada relevante.

-Yep –asentí-. Ya planeaba decirle a Troy que saliéramos de aquí. Estar más de siete horas en este salón me da claustrofobia.

Me brindaron dos hermosas sonrisas.

-De acuerdo, entonces salgamos –dijo Troy, dando media vuelta para salir.

Yo me gire para alcanzar mi bolso y teléfono. Comencé a caminar hacia la puerta cuando Joe me detuvo.

-¿Qué hace aquí, ____? –me preguntó, con la leve chispa de rabia en sus ojos notable.

Me encogí de hombros.

-Solo vino a visitarme –dije-. No seas tan celoso, Joe. El hombre se preocupa por mí.

-El problema no son los celos. No tengo problemas con que te veas con él, solo que…

-Tienes celos, Joe –puse los ojos en blanco-. Admítelo. Pero tranquilo, ____ es todita tuya.

-¿Toda, toda? –preguntó, esbozando una leve sonrisa.

-Toda, toda –le di un beso en los labios y me giré para continuar camino hacia la salida. Él me siguió en poco tiempo.

En el estacionamiento, me despedí de Troy con un beso y un abrazo y regañé por no llamarme desde hacía meses. Él prometió que me llamaría después. Y después de otro beso y abrazo, se despidió de mí y se marchó. Sin embargo, de Joe no se despidió ni con un agitamiento de manos.

-Imbécil –mascullo Joe-. No tiene coj*nes.

-¡Joe! –Exclame, indignada por sus palabras al tiempo en que podía ambas manos sobre mi barriga-. No hables así. El bebé podría escucharte.

-Lo siento –dijo bruscamente-. Sube al auto. Ese idiota me amargó el día.

Agito las llaves en sus manos y abrió su Lamborguini blanco con llave inteligente. Él abrió la puerta del piloto y levantó la vista hacia mi alzando una ceja como diciendo: ¿vas a entrar o no? Sin embargo, me quede donde estaba, mirando fijamente a ese hombre desconocido que se había robado el cuerpo de Joe.

-No porque estés enojado por culpa de Troy, te vas a desquitar conmigo, Joseph –dije, y luego respire hondo-. No te voy a soportar cosas así.

Él me miró durante al menos quince segundos, antes de desviar la vista, suspirando, y luego cerrar la puerta de golpe. Se puso frente a mí, volviendo a meter las llaves dentro de su bolsillo. Luego de un suave respiro profundo hablo:

-Lo siento, ¿sí? Fue estúpido. No debo enojarme contigo por cosas que me suceden a mí. Tú no eres la culpable de mis arranques ni mis iras.

Recitó mis palabras. Yo se las enseñé durante los anteriores meses, ya que estas peleas sin sentido siempre empezaban por algo que él dijera o hiciera. Y eran frecuentes. Aunque, en parte, algunas de las discusiones, eran culpa mía por alguna razón también tonta. Pero siempre acabábamos besándonos, abrazándonos o… en la cama.

O, también, como en estas circunstancias.

-Te oyes robótico, diciendo las mismas palabras una y otra vez –me burlé, riendo-. Deja de hacerlo, mi amor. No me gustaría mantenerte en esas circunstancias siempre.

Él solo sonrió y se inclinó para besarme en los labios. Rodeé su cuello con mis brazos, poniéndome de puntillas para alcanzarlo. Joe sujetó mi cintura y rió cuando nos separamos.

-Mis tacones te hacían la vida más fácil, Joe –repliqué-. Sin tacones, soy como diez o doce pulgadas más baja que tu. No es justo que te burles.

-Siempre has sido diez o doce pulgadas más baja que yo –dijo, besando mis labios levemente-. No me quejo por ello.

Golpeé su pecho con mi mano y la deslicé por su abdomen mientras Joe volvía a besarme. Poco después, me abrió la puerta del auto y me ayudó a subir, mientras que con la otra mano sostenía mi bolso. Me lo devolvió y rodeó el auto para subir, y largarnos por fin de la escuela. Quite las sandalias planas de color negro que me estaban molestando y las tiré hacia la parte de atrás del Lamborguini de Joe. Me estire bien en el asiento y coloque ambas manos sobre mi barriga, acariciándola lentamente.

-Rose llamó –anunció Joe, extendiendo su mano hacia mi panza-. Tienes cita esta semana. Y otra para el mes que entra.

Rose, mi obstetra.

-¿Y qué te dijo? ¿Cuándo podemos saber el sexo del bebé?

-Para el mes que entra –hizo una mueca y me miro durante un segundo-. Por algo puso cita para ese mes.

-Gracias, Joe –dije sarcásticamente al escuchar su último comentario-. ¿Te dijo algo más?

-Sip.

-¿Algo importante?

-Sip.

-¿Y, que es? –comencé a impacientarme. Pero al instante intente centrarme; cualquier alteración podría dañar al feto.

-¿Adivina él porque tienes la panza tan grande?

-¿Por qué se está gestando un gigante? –bromee, el rió.

-No. Son gemelos.

Su gran sonrisa, me decía lo rebosante de felicidad que se sentía. Sin embargo, la noticia, me resulto chocante durante algunos segundos.

-¿En serio? –pregunte para estar segura de que había escuchado bien. Desvié mi mirada hacia mi barriga y sonreí-. Dios, ¡gemelos! –reí-. ¡No lo puedo creer!

-Yo tampoco –dijo él-. Rose me dio la noticia y yo me quede en shock, igual que tu.

-¡Oh, esto es maravilloso, Joe! –exclame-. Bendición multiplicada –reí, antes de entrelazar mi mano con la que él mantenía sobre mi panza-. Te amo, Joe.

-Y yo a ti, princesa.

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Niinoo

Ows!
Que lindooooooooo! Gemelos!
Hay que emocion, eh. Ya quiero que subas mas y seguir leyendo que pasara con esos dos pequeños.
Aws! Ya me super emocione. Por Dios Licsa, solo sube mas y que sea lo antes posible, tus nivelas, me dejan, Uf!
Sube. Bye.

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Niinoo

me encanto el capitulo
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Subeeeeeeeeeee!

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Niinoo

siguuela!

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Niinoo

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Capitulo 43:
-¡No puedo creer que hayan suspendido la boda! –exclamo Ally, indignada.

Joe se encogió de hombros y yo esboce una sonrisa de disculpa hacia la chica. Joe halaba de nuestras manos entrelazadas mientras Ally caminaba frente a nosotros, dándole la espalda a lo demás, mirándonos con una expresión entre indignada, furiosa y quejumbrosa.

-Fue cosa de seguridad –dijo Joe; yo casi reí-. ____ no se puede poner esos benditos zancos que ustedes insisten en ponerse.

-Tacones –corrigió Ally-. Pero ____ no necesita de tacones para casarse, Joe, ¿eres idiota? Además, todo iba a resultar de maravilla. El vestido estaba listo, el lugar de la recepción reservado, el día de la boda en la iglesia también, los del catering estaban preparados para la boda, además de los camarógrafos, los reporteros… ¡Todos querían presenciar la boda del año! ¡Querían ver a la novia! ¡Querían capturarlo para tus fans! Todo era genial. Yo misma había visto todos los arreglos que había hecho Denise, ____ también. No fue justo, Joe, no lo fue…

-Cállate, Ally –zanjó Nick, sentado en el sofá de la sala de estar con aire irritado y un profundo ceño en el entrecejo-. Empeoras mi dolor de cabeza.

-Lo siento, señor Fiesta –dijo ella, volteándose hacia él, ahora dándonos la espalda a nosotros, y coloco sus manos sobre sus caderas-. Debiste pensarlo anoche antes de irte de fiesta en Johany Bar. Nadie te manda a tomarte muchas copas de alcohol excepto, claro, si hiciste una apuesta con algún chico o algo, pero debiste pensarlo. Deberías tomar las medidas pertinentes y no dejarte llevar por la tentación y la locura…

-Es John’s Bar –le corrigió Nick, acariciándose las sienes-. Y si necesitara un sermón se lo iría a pedir a mamá, Ally. Cállate.

-No es justo que todos en esta casa me manden a callar. O sea, yo solo estimulo la lengua para que no se me trabe o que se me quede paralizada por no hablar de nada. O sea, la lengua se hizo para moverla, de cualquier manera, y la más efectiva es hablando…

-Le das estimulo demás –le interrumpí-. Es cierto, Ally, cállate ya. Hasta los bebés empezaron a moverse ya.

Me lleve las manos hacia la barriga y me aleje de Joe para sentarme al lado de Nick en el sofá. Él me miro y sonrió.

-¿Dos bebés? –repitió, sorprendido-. ¿Cuándo te lo dijeron?

-Hoy Rose llamo a Joe –sonreí, emocionada-. Aun no sé el sexo, pero sé que son dos. Dos sobrinos, Nick.

-Demonios, ¡me bastaba con Adam! –rió el-. Pero igual, felicidades. Me alegro mucho por ustedes. Es maravilloso que al final todo este saliendo bien.

-¡Dos! –Chillo Ally-. ¿Gemelos? Ay, no puedo creerlo. Imagina si son dos niñas, una parecida a Joe y otra ____. O con ambos genes mezclados aleatoriamente, combinando lo mejor de ambos padres. Oh, oh, sí son dos niños, ambos parecidos a Joe. ¡O a Adam! ¿Tres Adams en una misma casa? No, no, no se acabaría el mundo. Ese chico es un terremoto. ¡Otros dos como él seria como montarle un grupo para volvernos locos!

Todos nos quedamos mirando a Ally. Yo me pregunte si es que la dejaron caer de chica o si simplemente no la dejaban hablar en su casa cuando era una niña. Debía estar traumada de algún lado porque no dejaba de hablar.

Joe sacudió la cabeza frunciendo el ceño levemente. Rió un poco agachando la cabeza y se dirigió hacia las escaleras.

-Voy a buscar a mis padres –dijo.

-Mamá está en la terraza y papá en el despacho –le dijo Nick antes de colocar sus manos sobre su rostro y soltar un suspiro.

-Gracias.

Joe desapareció en el pasillo.

Ally se sentó a mi lado en el sofá y miro con fascinación mi barriga durante unos cuantos segundos antes de volver a hablar.

-¿Puedo? –pregunto, extendiendo su mano hacia mi barriga.

Vacile unos instantes antes de asentir. Con cierta timidez y emoción casi infantil, ella coloco su pequeña y bien cuidada mano sobre mi panza y la acaricio lentamente. Sonrió y me miro con cierto brillo en los ojos.

-¿Qué tal lo llevas? –pregunto-. Quiero decir, ¿no te parece extraño tener dos vidas dentro de ti? ¿Qué sean como intrusos en tu cuerpo? No es que me parezca algo feo, pero yo no podría hacerlo. Me parece algo demasiado fuerte para mí. En especial con mi trabajo. Tener que cargar, parir, y criar a un hijo es demasiado. Y más si son dos.

-En realidad, no, no me parece extraño –dije, sonriendo-. Es mágico. Y no lo veo como una carga, es simplemente otra etapa de la vida. Estoy feliz por ello.

-Joe se ve muy entusiasmado por ello –comento, desviando la vista hacia mi panza-. Suspende la boda, te prohíbe ponerte los tacones, no te deja ir a ningún lugar si no es con él… te sobreprotege. Es otra cosa que no soportaría –bufo-. ¿Un hombre controlándome? No, jamás.

-Joe siempre ha sido así –tercio Nick, colocando su codo sobre su rodilla y su cara sobre su mano, mirándonos a nosotras-. Conmigo y con Adam. Somos los pequeños –se encogió de hombros-. Y antes de que… nos fuéramos, Joe siempre sobreprotegió a ____. Siempre y de cualquier cosa. El amor que sienten el uno por el otro no tiene fondo –sonrió levemente, sin mostrar los dientes-. Porque, sinceramente ____, jamás le hubiera perdonando a Joe lo que hizo.

-Ocho años es demasiado tiempo –asintió Ally-. Y él jamás te dijo a donde iría o que haría –suspiro, apartando su mano de mi cuerpo-. ¡Ay, yo quiero un amor como el suyo! Les tengo envidia, de la buena –sonrió.

-¿Podríamos dejar el pasado atrás? –Pregunte, mirándolos a ambos-. No quiero volver a él. Y menos ahora que todo va tan bien.

-No hay problema –dijo Ally cuando Nick abrió la boca para contestar-. Por ahora podríamos pensar en el presente, en el futuro, en mañana, en el segundo que viene –sonrió con entusiasmo, antes de cambiar repentinamente de tema-: ¿Sabes, Nick? Vi a la chica que te trajo a casa. ¡Me recuerda a Alice!

-¿Qué? –Se sobresalto Nick-. ¿La viste? Si yo llegue… tarde.

-Temprano porque era de madrugada –replico Ally-. Yo tenía cosas de que hablar con… varias personas que hasta esa hora seguían llamándome por lo de la boda –bufo-. Pero eso no es tu asunto. La cosa es que vi a la chica, y el beso que se dieron.

-Esto tampoco es asunto tuyo –le saco la lengua-. No seas metiche.

-¿Cómo que se parecía a Alice? –le pregunte a Ally.

-Sí, tenía el cabello oscuro, la misma altura y el mismo auto que Alice. Sí, he visto el auto. Es un Mustang muy lindo –se mordió el labio inferior-. Podría decir que era ella, pero todo estaba oscuro y no alcance a verla totalmente. ¿Podrías decirnos quien era, Nick?

Fije mi mirada en Nick, y pensé en que ese no había visto a Alice en la escuela. Su salón había estado cerrado y no contestaba el teléfono. Todo encajaba. Llegada tarde a casa, apagado el móvil para que no interrumpieran su sueño, y falto a clases. Tendría que hablar con la chica.

-No les diré quien es –dijo Nick, pasándose una mano por la nuca-. Le he prometido que no lo diría.

-Nick, si es Alice como quiera le sacare la información –alce una ceja, divertida-. Ella no se guarda un secreto, aunque le corten la lengua. Y mucho menos me los guarda a mí.

Nick trago saliva y volvió a pasarse una mano por la nuca, sonriendo nerviosamente. Suspiro y se levanto del sofá.

-Iré a darme un baño e irme a dormir. Tengo una jaqueca horrible.

Mire a Ally y ella miro a Nick con una expresión de incredulidad. No nos puedes dejar con la intriga, decía su expresión. Pero Nick, nos pasó de largo hacia las escaleras.

-¡Eso! –Grito Ally-. ¡Vete, cobarde! ¡Si te encierro en tu cuarto, me convertiré en policía del FBI! ¡Pero mi interrogatorio será más intenso, Nicholas! –amenazo.

Escuche una vaga risa que desaparecía escaleras arriba. A mi lado, Ally bufo con molestia.

-Nos dejo así, con la intriga. No es justo –se cruzo de brazos e hizo un mohín en sus labios.

-Lo sabremos pronto, Ally –dije, a punto de reírme-. Los cotilleos viajan con el viento.

Ella sonrió.

-¡____! –grito Adam, entrando en la sala. Corrió hacia mí, pero bajo la velocidad al escuchar un regaño de Joe, que venía detrás de él. Me abrazo con extremo cuidado, como todos-. Vaya, es extraño tenerte por aquí.

Reí, al tiempo en que él se sentaba en el lugar que había ocupado Nick instantes antes. Sin inhibición, coloco su mano sobre mi panza, y su cara, con su oído pegado a ella.

-Joe dijo que son gemelos –dijo, acariciando la panza-. ¡Por fin tendré primos!

Eleve la mirada hacia los recién llegados: Joe, Paul y Danielle, la esposa de Kevin, y Kevin. Joe sonreía abiertamente, con ternura, mientras que los demás solo sonreían.

-Es una maravillosa noticia –dijo Paul-. Dos nuevas integraciones a la familia.

-Y no serán las ultimas –dijo Joe, girándose a mirar a su padre-. Tengo planeado expandir esta familia.

Todos rieron. Pero mis oídos solo captaron tres en especial. Además de la risa estridente de Ally a mi lado, me fije en la melodiosa risa un tanto aguda de Kevin, y la risa grave de Joe. Me estremecí con el sonido. Me limite a sonreír.

-Tus planes no los consultaste conmigo, Joe –dije.

-No necesito hacerlo –replico el-. Tú te muestras muy dispuesta a seguirlos.

-¡Basta! –exclamo Kevin, riendo-. Adam esta aquí.

El aludido levanto la cabeza de mi barriga y miro a su padre, alzando una ceja.

-Papá, tengo quince años, se cómo se hacen los bebés –protesto, poniendo los ojos en blanco.

-¿Lo ves, Kevin? –Dijo Joe-. No hay nada de malo en hablar de ello.

-Pobrecitos tus hijos, Joseph –entro en la sala, la fría voz de Denise. Su rostro no tenía expresión, como siempre que yo iba a la casa-. Tendrán una maravillosa educación –su sarcasmo evaporó cualquier tipo de diversión en el lugar.

-Lo siento, mamá –dijo Joe, reprimiendo una sonrisa, al mismo tiempo en que se metía las manos dentro de los bolsillos.

Ella agito las manos e hizo una mueca de disgusto arrugando un poco su rostro altanero y frio.

-Así que, ¿gemelos, no? –Ella se giro a verme-. Joe le atinó fuerte a la suerte. Comprometido y esperando hijos con una rata de calle –sonrió amargamente-. Maravilloso.

Mire la expresión indignada de Joe, quien estaba a unos pasos de Denise, y levante un dedo, sacudiendo la cabeza. El frunció los labios. Luego, fije mi mirada en Denise, mi fría y calculadora suegra, la mujer que me había hecho la vida imposible desde que yo había empezado a salir con Joe. Mientras nuestras miradas estaban conectadas, decidí no discutir con ella, y que ella hirviera en su propia rabia. No me alteraría por ella. No volvería a caer en sus provocaciones tontas.

-¿Sabes qué? Algún día, todo esto te parecerá absurdo. Algún día, toda esta guerra que me proclamaste, se esfumara. Tendrás que vivir con mi presencia en tu familia porque seré una de tus cuñadas, seré la madre de los hijos de Joe, y estaré por aquí tan frecuente como ahora. No podrás llevar esta guerra en pie para siempre, Denise, sabes que acabara. Tú serás la que la finalice porque tú la empezaste.

Sabía que tenía razón. Ambas lo presentíamos.

Esa Denisse.
JUM! Jajaja, enserio, que cruel.
Ya que. Como siempre, me encanto el capitulo. Escribes maravilloso!
Mujer, me impresionas.
Solo sigue y sube pronto!
Bye.

me encanto el capitulo
estuvo super que increible
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

siguela me encanta !!!

GEMELOS!!!! siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
q liiiindoo Smile

y Denisse ush con ella u.u
en fiin!!!
SIGUELA siii?
porfaaa

Aaaaaaawww joe es tan tierno..
Síguela pronto please!! Me encanta, adore el cap <3

siguela porfaa

siguelaaaaaaaaaaaaaaaa

sube capiii =)

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