Sayin' Goodbye (OneShot!) (:

Buenass! (: He vueltooo! haha y apuesto a que esto les va a gustar! Es un oneshot que escribí hace casi 2 años, y aún me encanta. Siento que no tenga nada nuevo que ofrecerles ): ya no tengo excusas, terminé el colegio y estoy en mi faceta de vagancia total. Se me han pasado un millón de ideas por la cabeza, pero no he podido canalizar la inspiración. Lo siento en verdad u.u

Ok, aquí les traigo otro OneShot. Se llama Sayin' Goodbye y utilizé como inspiración la canción de Miley Cyrus, Goodbye. LO SE, la odio a muerte. Pero he de admitir que esa canción me llegó al alma y tuve que hacer algo al respecto (: acá les dejo un video con ella para que la escuchen mientras van leyendo. Los va a meter en la historia!



Sin más preámbulos, con ustedes:



Los rayos del sol traspasaban la ventana abierta de mi habitación, calentando mis suaves y blancas sábanas. La molestia de estos en mis ojos hicieron que se abrieran suavemente, despertando del cálido sueño del que acababa de darme cuenta de lo que era en realidad. Se sentía tan real, tan cerca…

Despegué las mantas que me cubrían, y coloqué mis pies desnudos en las zapatillas que descansaban en la alfombrilla al pie de mi cama. Giré lentamente la cabeza a la mesa de noche, justo a mi lado, donde se encontraba una fotografía tomada hace ya un par de meses en un portarretratos de madera lisa. Una chica y un chico caminaban juntos por la arena de una playa desierta, a la hora del amanecer, donde el agua mojaba delicadamente sus pies…

-Flash back-

-Mantén los ojos cerrados un segundo más –Dijo el castaño a mis espaldas.
-Huele a mar –Agregué sonriendo ante la perspectiva de estar en uno de mis lugares preferidos en la tierra.
-Te estas acercando –Comentó, con cierto misterio, terminando en una dulce carcajada.
-¿Te dije alguna vez que la playa es el lugar en el que más me gusta estar? –Le pregunté divertida, caminando torpemente sobre la superficie indefinida e inestable, guiada por sus manos cálidas.
-Recuerdo cada una de las cosas que me dices –Nunca me daba una respuesta concreta, y, eso me encantaba.
-Me vas a matar de amor, Kev –Apenas pude decir a causa de la emoción que provocaba en mi organismo cada una de sus palabras.
Sentí sus cálidos y dulces labios posarse en mi mejilla, y casi sentí como se derretía.
Una sensación de agua fría abordó mis zapatos, mojándolos por completo. La sensación era inconfundible. Estábamos en una playa remota solo para nosotros. Solté un grito de felicidad y automáticamente abrí mis ojos, para saltar a los brazos de Kevin, quien estaba sólo a un par de pasos de mi ubicación, chapoteando los zapatos mojados en el agua salada.
-Marie… ¿Te gustaría ser algo más que mi amiga, mi confidente? –Susurró a mi oído.
Cerré los ojos, de nuevo, a penas dando crédito a lo que acababa de oír. Busqué a ciegas lo que había soñado con tener para mí desde la primera vez que vi sus ojos como dos estrellas en medio del universo, para poder unir nuestros labios en el beso que cambiaría nuestras vidas.

-Fin Flash back-

Caminé con un poco de dificultad hacia la cocina, donde un par de platos sucios de la noche anterior descansaban, listos para ser lavados y usados nuevamente. Abrí la heladera y conseguí poco que comer. A penas dos huevos y un rollo de canela que mi madre había tenido la amabilidad de regalarme. La cocina de mamá era casi tan exquisita como la de Denise. Y casi tan exquisita porque nunca había probado algo similar a sus deliciosas comidas. Coloqué el mantel floreado, un plato limpio que quedaba, los cubiertos y un vaso de vidrio. Recordé que había dejado mi móvil cargando, y que seguramente ya estaba completa la carga. En el medio del pasillo, miré de reojo un CD que estaba posado en la superficie de la mesa con el florero. Era un CD sencillo, anteriormente virgen, que ahora contenía la canción que sonaba constantemente en mi cabeza. La letra que estaba escrita encima de este era corrida, perfecta. “We are this”…

-Flash back-

-Quiero que la escuches –Me indicó tiernamente, entregándome un sencillo CD. Lo sostuve un momento, detallando su caligrafía expresada en tres palabras que se enterraban en mi corazón hasta lo más profundo.
-¿Sería idiota preguntar si tienes un reproductor cerca, para oírla juntos? –Trataba de seguir su juego de preguntas y respuestas inconcretas.
Tomó mis manos y me condujo hacia un estante donde se veían al parecer, una montaña de CDs apilados en varias torres, con un pequeño estéreo negro y de diseño clásico. Lo encendió y pulsó el botón de abrir. “Permíteme” susurró, tomando de mis manos el CD que había grabado especialmente para mí. Introdujo el CD y automáticamente comenzó a salir la música, a un volumen moderado. No digamos que soy una especialista en lo que se refiere a la apreciación musical, pero podía decir que era la melodía más dulce y hermosa que había oído jamás. Era de ritmo pausado, tocando cada nota con todo el sentimiento y pasión que una persona podía dar de sí mismo, sin tener que observarle realizando dicha acción. No tenía letra, era simplemente música, como una canción de cuna, una melodía de fondo para una película, que le da el elemento preciso para hacer de la escena el momento perfecto. La canción ya había terminado y yo aún seguía pasmada, mirando un punto vacío y pensando en cada cosa que aquella canción me hizo recordar.
-Música –Agregó simplemente. Quedó observando cada milímetro de mi cara, con sus ojos de color indescifrable examinándome como los rayos X. Eso hizo que la sangre se acumulara en mis mejillas, enrojeciéndolas. Sentía exactamente como la mantequilla que es derretida por el fuego, y que incendiaba sus ojos, irradiando calor. –Eso es lo que somos –

-Fin Flash back-

Pestañeé rápidamente, y cerré mis ojos con fuerza, para atrapar las lágrimas que acechaban con derramarse de mis ojos. Llegué a la habitación y desconecté el cable cargador. Lo tomé con ambas manos, y estas se deslizaron al botón de contactos, donde marqué con pesar la letra K. Allí apareció su nombre, aquel que me había hecho sentir las famosas mariposas en el estómago, aunque mi criterio era más bien como un revoltijo en el estómago, y la aceleración repentina del ritmo de mi corazón. La sensación me invadió de nuevo, como había hecho hace ya un mes atrás. Levanté el móvil y lo llevé a mi oreja, donde lo sostuve por un par de segundos, y recordé los momentos que pasamos horas pegados al artefacto, hablando estupideces, pero sintiéndonos cerca a pesar de la distancia. Aparté el móvil de mi oreja, y mis pensamientos de mi mente, volviendo a concentrarme en el desayuno. Caminé lentamente de regreso a la cocina, donde me esperaba la comida aún caliente. La digerí en silencio, pensativa. Sabía que perdería mi tiempo intentándolo.

Recordé cada uno de los besos que nos dimos. Podía sentir sus labios tibios en los míos helados, transmitiendo su calor. Aún podía sentirlos. Recordé todas las veces que reímos bailando una pieza ausente de música, ya que nosotros mismos éramos suficiente melodía para completar un perfecto baile. Recordé cada detalle, cada sonrisa, cada flor, cada mirada que me regaló. Comencé a derramar las lágrimas que me habían amenazado desde antes de despertar. Recordé exactamente lo que no quería recordar. La única cosa que quería olvidar…

-Flash back-

No entendía lo que estaba pasando. Nunca le había visto derramar alguna lágrima. Y eso me preocupó hasta cierto punto en que también comencé a llorar. El levantó su mirada, y me miró fijamente a los ojos. Las lágrimas salían sin control de los suyos, y yo sin saber que era lo que sucedía. No quería verle sufrir. Lo abracé con fuerza, débil en comparación con la suya, pero hice el intento. Él relajó sus músculos y dejó que mi hombro absorbiera sus lágrimas. En un susurro su voz se quebró, a penas uniendo las palabras “Lo siento, Marie”. Y fue allí cuando entendí todo. Tenía que partir. Tenía que dejarme atrás. No podía aceptarlo. Tomé su cara con mis dos pequeñas y blancas manos, temblando a causa del dolor emocional.
-Dime que no es cierto –Rogué sollozante.
-No quiero mentirte –Agregó en un suspiro de desesperación.
-Te perdonaré todas las veces que sea necesario –Dije tratando de controlar mi dolor.
-Entonces perdóname por esto –Se escondía de nuevo entre mi oscuro cabello.
-Te amo, Kevin –Susurré a su oído, ya sin esfuerzos de parar de llorar.
-Adiós, Marie –Besó mi mejilla suavemente, como la primera vez. Levantó sus piernas pesadas, y se dirigió a la puerta de la habitación, dejando su corazón conmigo.

-Fin Flash back-

Me ahogaba en mis lágrimas. No recuerdo cuanto tiempo pasó desde que me acosté en el suelo de la cocina, recordando y llorando por lo que amé, amo, y amaré toda mi vida. Una música que me sacó, o me introdujo mucho más en mis recuerdos y sollozos, sonó a la lejanía. Quería pensar que era un error, que estaba alucinando, que simplemente no podía suceder en medio de esta crisis, que aquella música era producto de mi imaginación, y que el tono de llamadas no era aquel al que estaba acostumbrada a oír cada vez que deseaba hablar con él. Sin embargo el sonido persistió, se calló, y volvió a sonar muchas veces más. Casi con fastidio, convencida de que si llegaba a donde estaba el móvil y en realidad era solo una alucinación iba a terminar muerta de tristeza, me levanté de mi lecho y caminé casi como un muerto o un fantasma hasta el lugar donde había dejado el aparato.

Refregué mis ojos un par de veces, aún metida en mis pensamientos, sin dar crédito a lo que mis ojos veían. Aclaré mi garganta y apreté la tecla verde de mi móvil.

-¿Marie? –Era su voz, la misma dulce voz que había estado extrañando, pero con un dejo de tristeza, de soledad.
-¿Ke, Kevin? –No podía evitar mi torpeza, y mi sorpresa evidente ante el llamado que parecía que había pedido a gritos telepáticos.
-Marie, es Kevin. Yo… Necesito que hablemos –No podía creerlo. No podía dejar de estar sorprendida.
-Te estoy escuchando –Fue lo único coherente que pude decir.
-Seré directo. No puedo dejar de recordarte. Cada uno de nuestros besos, como el primero. Aún los siento en mí, siento tus labios helados buscándome con desesperación. Recuerdo cada vez que bailamos sin música. Recuerdo cada cosa de ti, cada detalle, cada sonrisa, cada gesto, tus ojos, tus labios, tu cabello, todo. Te extraño y siento que estoy muriendo si no te tengo en mis brazos… ¿Marie estás escuchándome? –
No sabía como reaccionar. Estaba totalmente en estado de shock. Es demasiada información para mi cerebro, y toda al mismo tiempo, difícil de procesar tan rápido.
-Ss, sí. Pero Kevin… tú dijiste… Me dijiste Adiós. Y adiós no es lo mismo que hasta luego –
-Sé muy bien lo que dije, Marie. Y no sabes cuán arrepentido estoy de ello. Es lo único que quiero que olvides, Marie. Si me amas, y sé que lo haces, desearía que pudieras olvidar que alguna vez te dije Adiós. Quiero que me olvides diciéndote adiós, despidiéndome –
La única cosa que él deseaba que olvidara, y la única cosa que yo quería olvidar.
-Te amo, Marie –Agregó. Y supongo que aquello fue lo que me impulsó a seguir llorando. Recuerdo que eso me mortificó muchísimo, pues no me lo dijo cuando más lo había necesitado, al momento de partir. –Te amo más de lo que imaginas, Marie, y lamento haber estado ausente todo este tiempo. Lamento no habértelo dicho por miedo a que esto pasara, y a herirte más de lo que sé que estás. No llores por favor, sabes lo que pasa cuando te veo llorar-
-Pe, pero no m, me ess, estás viendo –Sollocé, no se si de tristeza o de felicidad.
-No me gusta verte así, Marie. Sonríe y mira la ventana –Me indicó su suave voz, sintiéndola tan cerca de mí. ¿La ventana? ¿Qué tenía que ver con eso? Sonreí tristemente, obedeciéndole y levantando la vista hacia la ventana que tenía justo al frente.

Y justo allí, sentado en el borde de la ventana, con una hermosa rosa blanca en su mano derecha, y su mano izquierda colocada justo encima de su teléfono móvil, cerca de su oído, con una sonrisa radiante a pesar del rastro de las lágrimas. Dejé caer el móvil al piso, y corrí a abrir la ventana, para encontrarme con los labios que había estado extrañando, y que me recibían con la emoción y desesperación contenida durante largo tiempo, como si fuera la primera vez que dicha conexión se establecía entre nosotros.



Ahhhh díganme que les encantó fue difícil encontrarlo ya que se me formateó el pendrive y perdí todos mis archivos. Tuve que buscarlo en el JBspain foro (:
un besoo niñas, andie (:

Que lindo!! Me encantó
Menos mal que se te hace difícil canalizar la inspiración {a mi también x) }... pero este te quedó genial
Y me gustó M U C H I S I M O

Gracias chicas! aunque sea un poco decepcionante ): de verdad? tengo que escribir cosas hot para que las niñas comenten? Que desperdicio entonces. Que sociedad tan dañada! /:

Wuaooo es preciosa enserio es increibleeee!!!!!!!

geniaalllllllll

owwwwwwwwwwwwww!!!!!!!!! me encanto!!!!!!!!!!! te juro que llore!!!!!!!

Fue HERMOSO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

woooooooooow te la comiste!!! me encantoooo

Ok AME ESTO esta demasiado HERMOSO!!
esta super lindo!
y no no tienes que escribir cosas hot para que comenten por lo menos conmigo no jajaja!! es mas yo odio las novelas hot!
te felicito! si escribes otro o una nove por fa de verdad avisame por que de verdad ME ENCANTOO!!

Oye Chava, jamas le he dicho esto a nadie, Nadie, pero tu eres la primera

Te Amo!!!!!!!!

Me enamoraste con tu One Shot!!!!!!!!

Estuvo fabuloso, hermoso, divino, grandioso, perfecto, todas las palabras positivas que encuentres.

Si haces otro plis avisame

Te has gananado a una Lectora Fiel!!!!