En los Brazos de un desconocido ... ( Joe y tu ) Hot perturbador erotico

Capitulo VI


Joe contempló a la mujer desnuda que estaba debajo de su cuerpo en la gran cama con dosel. Tu largo pelo se esparcía como seda alrededor de sus hombros. Tenías el rostro arrebatado y los ojos cerrados, ojos bordeados por espesas pestañas negras. tus pequeños dientes blancos se hundían
en su sensual labio inferior.
Apoyado sobre los codos, Joe volvió a penetrarte y te oyó gemir. Sintió cómo se tensaba tu
cuerpo alrededor del suyo y las casi imperceptibles convulsiones de tu orgasmo. Su propio
cuerpo se puso también tenso y avanzó hacia el desahogo, pero su mente permaneció extrañamente aletargada.


Mas Tarde El frío te despertó. salistes tiritando de un sueño inquieto. Te dolía
todo el cuerpo y notabas una sensación de malestar. Te rodeaba una
completa oscuridad y casi te entra el pánico, y así habría sido si no
hubiese notado la sensación inconfundible de estar abrazada
estrechamente por alguien. En tu subconsciente reconocistes el olor, el
tacto, y supistes que no había razón para asustarte por que ahi estaba Joe.
—¿Qué hora es? —preguntastes. El movió la mano izquierda, la levantó y apretó un botón de
su reloj, de modo que la esfera se iluminó brevemente.
—Casi las cuatro y media. Hemos dormido unas cuatro horas. ¿Cómo
te sientes?

—Muy Placentera- Dijistes —
Joe se volvió para mirarte con ojos
enormes, en la pequeña oscuridad —.
Fue muchísimo más que placentera, Fue un poco enervante en algunos aspectos, pero muy, muy excitante.
Tu encantadora franqueza en cuanto al tema hechizó a Joe.
—Me halagas- Dijo el.
—En absoluto —repusistes —Para ser totalmente franca, quisiera establecer contigo
una relación romántica
—Dios santo, espero sinceramente que no- dijo Joe.
Lo mirastes y le lanzastes una expresión
turbada y sorprendida.
—¿No me deseas?
Joe comprendió instantáneamente cómo habías
interpretado sus palabras. y Se adelantó y te ciño
bruscamente con sus brazos, cubrió tu boca con un beso de
tan vehemente posesión que tu reaccionastes temblando.
Cuando finalmente él te soltó, te tomó por la cara entre las manos
y te miró, sabiendo que probablemente la plena fuerza de sus
ansia estaba ardiendo en sus ojos.
—Te deseo más de lo que he deseado a ninguna otra cosa
en la faz de esta Tierra. Nunca lo olvides. Pase lo que
pase, prométeme que nunca olvidarás eso.
Tu le rodeastes las muñecas con los dedos, sonriendo
trémulamente.
—Y yo te deseo a ti, Joe. Jamás he conocido nada
parecido a esta necesidad de ti que siento. Por favor, ¿me
harás el amor?
—________. Oh, mi dulce, y apasionada princesa. —te apretó contra su cuerpo, embriagadote de una extraña
combinación de pasión, ternura y alivio—. Te haré el amor
hasta que te incendies, entonces me uniré a ti y arderemos
juntos.

Capitulo VII


¿Quién habría pensado que sería tan fácil vivir con Joe? ¿Y que era tan
considerado, y tan endiabladamente dulce? - Pensastes-
Hacía casi dos meses desde que te habías cambiado a la casa de el.

Horas después, mientras estaban tumbados entre las enredadas
sábanas de su cama, besándose, acariciándose, hasta riéndose, se dieron
cuenta de que se habían olvidado por completo de la comida.
—¿Quieres pedir una pizza? —sugirió Joe.
—Sólo hay un problema. Alguien tendría que vestirse y abrir la puerta
para cogerla.
Él guiñó un ojo.
—No es un problema. Puedes hacerlo tú.
movistes la cabeza contra la almohada.
—¿Por qué yo?
—Yo hice el desayuno esta mañana dijo Joe
y tu soltastes una carcajada.
—Hiciste los cereales y las tostadas esta mañana, ¿eh?
—Tosté, unté con mantequilla y vertí. Un trabajo duro. dijo Joe riendo.

Sin previo aviso, girastes, empujándolo contra la almohada mientras
frotabas tu pecho contra el de Joe y le ronroneabas al oído:
—Estoy de acuerdo en que has trabajado duro hoy, pero la mayor parte
del trabajo lo hiciste mucho después del desayuno.
—Entonces, ¿tu esclavo sexual te ha satisfecho?
Abristes mucho la boca y pusistes los ojos como platos.
—¿Esclavo sexual?
—Te has vuelto una mandona. - No, así. Hazlo más rápido. Déjame
ponerme encima- dijo Joe Bufeando.
se quedaron tumbados, sonriéndose perezosamente, hasta que le dijistes:
—Nunca antes me había divertido en la cama con un hombre.
El te tomó por sorpresa y se levantó sobre un codo para mirarte.
—¿ En serio ?
—Me refiero a divertirme así. Divertirme... riendo.
Él inclinó la cabeza hacia atrás en reconocimiento.
—Eres imposible.
Tras incorporarte acomodandote en la cama, alargastes la mano para
coger el teléfono y él disfrutó de las vistas mientras llamabas, con el
cable del teléfono a medio camino de tu pecho desnudo.
.

Comieron en la cama, manteniendo los trozos de pizza sobre la caja
para evitar que gotearan, Cuando hubieron comido hasta hartarse y dejaron la pizza a un lado, un vistazo al reloj reveló que eran las tres pasadas.
—Bueno —preguntastes con una sonrisa provocativa—, ¿te apetece uno
rápido?
Joe te regañó juguetonamente.
—¿Es que sólo piensas en sexo?
ladeastes la cabeza de forma provocativa y pestañastes tímidamente.

—Últimamente, sí.
Más que últimamente, pensó Joe.
—Por otra parte —dijistes—, hace un día precioso , así que quizás debiéramos salir, ir a la playa.