(wn) •!¦[•Tentación Oscura•]¦!• HoT (Joe&Tu)

CAPITULO 6

El celular replicaba una y otra vez en su mesa de noche, estaba demasiado cansado para contestar llamadas en ese momento. Pero por la insistencia de la persona que llamaba, él supuso que era algo importante. Se levantó medio gruñendo y contestó.

-¿Hola?

-Joe, soy yo, Katerine.-él se frotó la frente, inquieto, el tono de voz de ella era ligeramente tembloroso. Miró el reloj en su muñeca izquierda. Eran las ocho y cincuenta minutos.

-¿Sucede algo malo?-preguntó sin vacilar.

-Bueno, sí, es mi hermana. Es que acabo de llegar de la universidad y la encontré desmayada en el piso de su habitación, aún está inconciente, pero no puedo llevarla a un hospital, me odiaría por ello. Pero no sabía a quien mas llamar, no puedo avisarle a mi papá porque se pondría histérico y Silvana, Anne y Maite se preocuparian demasiado ¿puedes venir tu?-él se tomó un momento en pensar en lo que Kate le había dicho.

-Sí, la dirección de _______ está en su expediente. Kate, ¿sabes qué le pasó?

-No, pero sospecho que alguien debió haberle dicho algo que la alteró mucho, ________ es calmada pero al ponerse muy nerviosa suele desmayarse.-Había sido él, pensó Joe, pero nunca pensó que el asesinato de su hermana la pondría tan mal. No pretendía hacerle daño.

-De acuerdo, estaré allí en unos minutos.-dijo, sabiendo que la casa de _______ no estaba muy lejos de su apartamento.

-Está bien, gracias.-Joe colgó inmediatamente, confirmó la dirección de ella en su expediente. Sus manos temblaban de una forma leve, eso no le había pasado antes.

Llegó en un tiempo estimado de diez minutos, la casa estaba oscura, parecía que estuviese sola...pero antes de que él pudiera tocar, Katerine le abrió la puerta.

-¿Me prometes que te quedarás con ella mientras yo voy por su medicamento?-Joe frunció el ceño.

-¿medicamento?

-Las toma desde...desde la muerte de Suzy. No es adicta a ellas, no las tomaba hacía más de dos años, pero creo que las necesitará ahora. No entiendo qué le habrá pasado.

-Yo sí.-susurró.

-¿Por qué?

-Porque esta tarde le saqué el tema del asesinato de Suzy, pero no creí que la fuera a afectar tanto.-Kate miraba a Joe fijamente con los ojos abiertos.

-No debiste hacerlo, Joe. Aunque supuse que lo harías, te conozco hace seis meses y no te ofendas pero eres muy entrometido.-Joe no pudo evitar sonreír.

-¿Dónde está?

-En la segunda habitación, arriba a la derecha.-dijo señalando las escaleras. Él asintió, Kate salió de la casa y cerró la puerta detrás de sí...el silencio era absoluto, Joe pudo escuchar el motor del coche de su cuñada alejandose poco a poco.

Subió las escaleras casi por inercia, la puerta de la habitación de _________ estaba abierta y ella estaba en la cama, pálida y parecía sin vida. Joe sintió como si le arañaran las entrañas, tampoco pudo evitar sentirse culpable al verla así, fue muy duro con ella al sacar el tema de su hermana a colación.

Se acercó un poco mas, la habitación tambien estaba silenciosa, y pudo notar su respiración lenta y pausada, no se notaba su pecho subir y bajar como se ve normalmente.

-¿_______?.-la llamó suavemente, pero la chica no se movió. Aún asi soltó un suave susurro, Joe tocó su mejilla levemente, ________ entreabrió los labios y los volvió a cerrar.

Sus ojos azules se abrieron muy lentamente hasta encontrarse con los ojos cafes profundo de Joe. No expresaban la mejor de las miradas.

-Joe...-murmuró apenas audiblemente.

-Tranquila.

-¿Qué...qué me pasó?-dijo intentando moverse en la cama. Joe la ayudó a sentarse tomándola por la cintura como si fuese una muñeca de porcelana, ________ parecía mareada.

-Te desmayaste, Kate estaba un poco asustada y me pidió que viniera. ¿Cómo te sientes? ¿Crees que te puedas poner de pié?.

-Estoy...un poco....mareada.-dijo de forma intermitente.-Pero no creo....que me pueda poner de pié.

-De acuerdo, pero creo que lo mejor será que te des una ducha.-ella asintió.-¿quieres que te ayude con la ropa? -________ no estaba demasiado cansada para hacer una cara de "venga ya" y Joe no estaba demasiado preocupado para echarse a reír. De todas maneras Joe la ayudó a ponerse de pié, pero estaba demasiado débil para caminar por sí misma.-Creo que tendrás que dejar la ducha para despues, cariño.

-Lo sé.-dijo medio sonriéndole.

-__________, lo siento, creo que al hablarte de tu hermana...-ella le hizo un gesto de que se callara. Joe se sentó en el sofá de la habitación esperando que ella hablara.

-Dame tiempo para hablarte abiertamente de eso.-Al menos eso era algo, se dijo Joe. __________ parecía mas calmada y sus mejillas tenian un poco mas de color.

-Ven aquí.-le susurró Joe tomándola de la cintura sentándola en sus piernas.-¿ya te sientes mejor?-ella asintió y recostó su cabeza en su hombro. Joe disfrutó del momento en que ella se acomodó en su cuerpo y se quedó tiernamente dormida.

_________ se despertó con la cabeza pesada, su habitación parecía mecerse de un lado a otro. Al intentar abrir los ojos, los parpados demoraron un poco en cooperar, intentó moverse y se sintió aún mas mareada. Asi que cerró los ojos de nuevo.

-_________, despierta.-dijo una voz de mujer moviéndole el hombro. Era Silvana. _________ abrió los ojos otra vez, se sentó en la cama, pero seguia mareada.-Tienes que comer algo.

-No tengo hambre. Sólo quiero una ducha.

-De acuerdo, le diré a tu ama de llaves que te prepare un desayuno, te lo comerás tengas hambre o no, Joe dejó órdenes claras: sino querías comer, te obligaríamos. Y por nada del mundo te dejaríamos salir hoy de la casa, asi que como Kate ni yo queremos morir en manos de Joe, será mejor que obedezcas.-_________ esbozó una sonrisa.

-Está bien, pero no comeré hasta que me dé un poco de hambre.

-Más te vale. No sea que venga el gruñón de Jonas y nos asesine, es bastante mandón ¿no es así?

-No tienes una idea.

Silvana rió, le gustaba aparte de su trabajo divertirse un poco y lo que mantenían Joe y ________ le parecía definitivamente divertido. Joe era gruñón, mandón, y tenía un genio de los mil demonios, cuando daba una orden con su voz seria y autoritaria, pobre del que lo desautorizara. A pesar de eso, era inteligente, y malditamente guapo, era casi castaño, de ojos cafés, con un aire europeo, quizá, pensó Silvana, tenía un torso ancho, pero no demasiado, unos bíceps como para producir un infarto a cualquier mujer. Y un trasero que válgame Dios. Silvana meneó la cabeza por el curso que tomaban sus pensamientos y volvió a reír entre dientes.

Por el caso de _______, ella tenía el cabello rojo con un toque dorado, de cabellera larga, espesa y ondulada. Sus ojos intensamente azules y profundos, sus caderas eran estrechas, y tenía un bonito trasero tambien, de tez blanca pero un poco mas clara que la de Joe. Lo que más gustaba a los hombres de ella, eran sus largas y bonitas piernas. Y Silvana tenía que estar de acuerdo con eso; tenía las piernas más bonitas que hubiese visto, aunque ________ no usaba faldas ni vestidos, ella la habia visto en bikini muchas veces. En conclusión físicamente eran totalmente compatibles; eran guapos.

-Te has quedado muy callada y eso me asusta.-dijo ________ desvistiéndose.

-Ya luego te comentaré mis pensamientos, ahora mete tu bonito trasero a la ducha antes de que...

-De que Joe venga y te mate, si ya entendí...pareces asustada.-bromeó ________.

-No sabes cuanto, Joe es guapo, demasiado diría yo, pero provoca miedo cuando da una orden.-_______ meneó la cabeza y se metió a la ducha. Su amiga tenía razón, él era muy apuesto pero era esa clase de personas que cuando daba un mandato o se le obedecía o se sometían a su mal humor y recriminaciones. Ella no le gustaba que le dieran ordenes, siempre se metía en problemas le conviniera la situación o no, asi era ella; independiente y obstinada. Pero en ese momento no tenía ganas de salir de la casa, asi que no iría a ninguna parte. Por el momento.

Se duchó rapidamente, estar de pié la mareaba todavía mas. Salió, se puso unos pantalones de jeans y una camisa negra de tirantes y bajó a desayunar, al menos podía tomar un poco de fruta. Silvana estaba en un puff mediano cerca del comedor, por lo demás la casa estaba vacía.

-¿Desde cuando estás en la casa?.-le preguntó __________.

-Mmm, creo que desde las siete de la mañana, Joe se fue inmediatamente y dijo que llamaría, y Kate se fue a la universidad hace media hora, no quería irse pero le insistí que estarías bien y lo hizo pero a regañadientes.

________ sonrió, Kate era muy parecida a ella en ese sentido; siempre tratando de tomar el control de todo.

-¿No vas a trabajar hoy?-Silvana negó con la cabeza.

-Prefiero quedarme aquí contigo que verle la cara a Miller.-________ medio rió y se sentó a la mesa, empezando a comer su desayuno de frutas, que constituía en fresas y kiwwi.

Silvana siguió leyendo la revista hasta que _________ se sentó a su lado, al terminar de desayunar.

-¿Sabes? Creo que no deberíamos quedarnos aquí todo el día....-Se interrumpió al ver la cara de terror que había puesto Silvana, luego se echó a reír, adivinando lo que estaba pensando.-Por Dios, Joe no te va a hacer nada, es mandón pero no un asesino.

-Yo prefiero no arriesgarme.-echó su pelo detrás de la oreja.

-Ah que eres cobarde. Pero era sólo una broma.-dijo burlona.

-Aunque pensándolo bien ¿qué vamos a hacer todo el día aquí sentadas? apenas son las nueve y catorce de la mañana. Yo podría meterme a la alberca un rato pero ¿puedes tu?

-No creo que tenga muchas fuerzas para nadar.

-Vaya, es la primera vez que dices que estás débil, nunca lo admites.-________ le sacó la lengua en un gesto infantil y Silvana le devolvió el gesto.

-Cuando dejen de jugar como niñas de tres años pueden tomar el fondue.-dijo burlona Laura, la ama de llaves de ________, poniendo dos platos con fondue de chocolate encima de la mesa, a ________ se le iluminaron los ojos, el chocolate provocaba esa reacción en ella. Laura siempre que ella se sentía enferma o indispuesta, le servía un gigantesco Fondue de Chocolate, con fresas, frutas secas o merengues cortados en cubitos.

-Gracias, nana.-le dijo sonriente. Tomó el fondue y la brocheta y se sentó feliz a comerlo. Laura rió al ver la expresión de _______ y salió del living room. Silvana no era muy propicia a comer mucho azucar pero haría la excepción aquel día.

-Por este esfuerzo que estoy haciendo me tienes que acompañar a la alberca.-dijo pinchando con la brocheta un cubito de merengue, hundiendolo en el fondue y luego llevarselo a la boca.

-Vaya esfuerzo el que estás haciendo, te acompañaré, ya me siento bastante mejor. Incluso creo que iré un rato a la oficina.-la expresión asustada de Silvana volvió a aperecer.-Ya basta, si Joe se molesta no la cogerá contra tí.-Silvana se relajó.

-Si, si, que te mate a ti.-dijo de lo mas tranquila.

-Muchas gracias.-dijo tranquila tambien. Al terminar de comer fueron a la alberca veinte minutos, despues _________ se cambió de ropa y salieron en el coche de Silvana, ella se rehusó a que __________ condujera y no cambió de opinión.

Su oficina estaba en total silencio, como siempre, ella esperaba que nadie la molestara en unos quince minutos mientras su cabeza se recuperaba un poco más. Pero despues alguien se aclaró la garganta en el portal de la puerta.

-Cariño, nunca habias llegado tarde desde que trabajas aquí. Dios mio, tengo que ir a buscar a mi mamá a Oakland, se va a acabar el mundo.-dijo Kevin burlón. ________ consiguió reír.

-Tonto, créeme que si no me hubiese sentido mal, estaría aquí hace muchísimo tiempo.-Él se acercó y le dio un beso en la mejilla.

-Te extraño como compañera ¿sabes? Anne es agradable pero no tiene sentido del humor, es mas bien amargada.-_______ lo sabía. El trabajo para Anne era mucho mas importante que cualquier otra cosa.-Me tengo que ir, tu compañero está echando chispas hoy y como tiene la costumbre de enojarse mucho más con tu presencia, será mejor que no lo provoques.

Kevin salió de su despacho. ¿Por qué estaría Joe de mal humor? Bueno....siempre lo estaba, era normal. El hombre no tenía más genio que ese, _________ acabó por ir a verlo.

Estaba en el pasillo con Miller, al verla frunció el ceño con su habitual expresión de desagrado y su cara prendia de furia. Dejó a Miller y caminó hacia ella.

-¿Qué demonios estás haciendo aquí?

-Lo mismo que tu, trabajar, eso hago aquí.

-No te pongas sarcástica, ________. Estás enferma y no deberías haber venido.

-No estoy enferma y deja de sobreprotegerme.-Joe meneó la cabeza, no, no había dudas, aquella era la mujer mas testaruda y terca que hubiese conocido nunca.

-Voy a matar a Silvana.-dijo gruñendo.

-Nada mas tengo veinticinco años, ten piedad.-dijo una voz a su espalda, era Silvana y parecía medio asustada.

-Te dije que no la dejaras salir.

-Lo sé, pero tú más que nadie sabes lo terca que es _______.

-Odio cuando hablan de mí como si no estuviera presente.-Joe la fulminó con la mirada y la agarró del brazo, llevándola a su oficina, Silvana suspiró tranquila, al menos tenía unos minutos mas de vida.

-Déjame, Joe.-él pareció no haberla escuchado, y la agarró mucho mas fuerte.-Me haces daño.

-Es que alguien tiene que hacerlo para que entres en razón.

-Tú no tienes ningún derecho sobre mí.

-Ah, ¿eso crees? te lo dejaré claro, por si tienes dudas.-Le agarró el otro brazo y se adueñó de sus labios, ella no protestó dejó que su lengua se sumergiera en su boca, dando paso a miles de escalofríos que recorrían su espalda, la besó largamente, acariciando sus labios de forma suave y constante. ________ se apartó lentamente de él, para decirle.

-Eres bastante mandón ¿lo sabias? -Joe no sonrió, pero hizo una mueca divertida.

-Y tu bastante obstinada... ¿pero te quedó claro que derechos tengo sobre ti? -Asintió levemente, pero de pronto de sintió mareada de nuevo, él lo percibió y atrajo su cabeza a su pecho.

******

Toda la atención estaba sobre él, eso le gustaba. La mirada de ella seguía sobre él, respiraba rápido. Estaba muy asustada, había logrado su cometido. De pronto ella consiguió levantarse y arrastrarse.

La alegría desapareció para él, la muy maldita intentaba huir. Gran error, él la corregiría. De la mejor manera. Caminó hacía ella, lentamente, pero con gesto amenazador y escalofriante. Ella se asustó y gritó, pero no por mucho tiempo, él le tapó la boca con la mano enguantada y fue entonces cuando la apuñaló por primera vez. Él sonrió, la sangre ya empezaba a brotar de su interior. Pero aún asi, estaba decepcionado, la idi0ta lo había decepcionado, no tenía porque haber huido, aunque eso no cambiaba su suerte.

La apuñaló una y otra vez, hasta que el piso de madera se cubrió de sangre. Entonces se cansó, no había sido tan divertido como la última vez. Y entonces, se fue, la noche había terminado.

*******

La miró de reojo y suspiró tranquilo al verla dormida, Joe sabía que todavía estaba un poco mareada asi que por ningún motivo iba a dejarla conducir, ella por supuesto había objetado y se había enojado con él diciendole que ella no era una niña pequeña para que la cuidara de esa manera, mas sin embargo despues de discutir un buen rato había resoplado y se subió al coche de Joe de mala gana.

Joe medio sonrió; era la mujer más terca que había conocido en su vida.

Aparcó el coche en el garaje de su apartamento. Se volvió hacia Joe que seguia dormida, no quería despertarla, asi que salió, le abrió la puerta del copiloto y la sacó delicadamente, Joe frunció el ceño; pesaba menos de lo que él imaginó.

Subió las escaleras con ella en brazos y la acostó en su cama. Su expresión era tan contradictoria; despierta era obstinada y tozuda y dormida parecía inocente y tierna, con su cabello rojizo esparcido en la almohada. Pero aún asi, tenía que despertarla y hacer que se diera una ducha; de esa forma su cabeza estaría más liviana y el mareo desaparecería casi del todo.

-Cariño, despierta.-dijo acariciándole el cabello. Como era de esperarse, se despertó al instante; ser un importante agente requería de esos puntos, despertarse con el mínimo roce.

-Joe...-susurró. Luego miró confusa a su alrededor.- ¿dónde estoy?

-En mi apartamento.

-¿Por qué no me llevaste a mi casa? -Joe sabía que ya se iba a enojar, por ese intenso color que se estaba empezando a formar en sus grandes ojos azules.

-Porque hoy es viernes, tu ama de llaves no está, Kate llega hasta tarde; por esa razón.-Ella no pareció muy convencida.

-Si tantas ganas tenías de cuidarme podías hacerlo tanto aquí en tu apartamento, como en mi casa.

-Pues no me dieron ganas de ir a tu casa.-Dijo lo mas suavemente que pudo, porque Joe ya estaba empezando a enfadarse.

-Y siempre hay que hacer sólo lo que a ti te gusta o te parece bien.

Intentó levantarse de la cama pero no lo consiguió, sus piernas cedieron ante su peso. Joe la tomó de la cintura.

-Maldita sea, ¿quieres calmarte?

-No.

-No te llevaré a tu casa hasta que te sientas mejor.-le dijo dándole la vuelta y mirándola a la cara.

-Me siento bien.

-Deja de llevarme la contraria en todo, sabes que no te sientes del todo bien y no te llevaré a tu casa asi me hagas una de tus rabietas.-Hablaba muy serio.

Joe se la quedó mirando intensamente. Se humedeció los labios y se alejó de él, sentándose en la cama. Él voy como su espalda se comprimia una y otra vez al soltar aire.

-_________... no te voy a hacer daño por el amor de Dios.

-Eso lo sé.-le contestó despues de unos instantes de silencio.

-¿Entonces cual es el problema?.-Ella no le contestó, siguió sentada en la cama durante un minuto, antes de ponerse de pié y mirarlo. Se humedeció los labios y Joe hubiera deseado que no lo hiciera.

-Ya me siento mejor. Llévame a mi casa.

-Como quieras.-le dijo duramente. ¿Qué diablos le pasaba? siempre estaba a la defensiva con él, como si temiera que le hiciera daño. Maldita sea eso era lo último que haría en su vida, pero ella por lo visto seguía con cierto recelo. La vio salir por la puerta y la siguió, tuvo que controlarse para no tomarle de los brazos y zarandearla y hasta darle unos buenos azotes por ser tan cabezota y prevenida.

Al intentar abrir la puerta del coche estuvo a punto de caerse, él volvió a tomarla en brazos y la miró furioso. ________ intentaba no abrir los ojos, la luz parecía molestarle.

-Maldición, _________, mira como estás. Te quedarás conmigo esta noche ¿me has entendido? -Ella no le contestó, pero logró medio asentirle con la cabeza. Repitió el procedimiento de llevarla en brazos hasta su habitación. Pero esta vez no la dejó sobre la cama, en cambio hizo que estuviera de pié y no cerrara los ojos.

-Necesitas una ducha fría. A menos que te quieras duchar con la ropa...-________ como siempre no estaba demasiado mal para dirigirle una mirada torva, Joe estuvo a punto de echarse a reír.-Patalees o no te voy a quitar la ropa.

-Estás empezando a jugar con fuego.-le dijo ella que ya no parecía exasperada con la idea.

-Eso ya lo sé.-la tomó de los hombros y la puso de espaldas a él. Al menos esperaba no excitarse viéndole la espalda y el trasero; gran error, nada mas al sacarle la chaqueta y ver sus bonitos hombros, su cuerpo reaccionó. Que Dios lo ayudara.

________ se quitó ella misma los pantalones de jeans y las botas y él terminó con la camisa negra de mangas hasta sus hombros, sacándosela por la cabeza. Joe sabía que era bonita pero no tanto. Verla en ropa interior le dejaba algo asi como las puertas abiertas para mirar a su antojo.

Maldita fuera aquella mujer por excitarlo de esa manera, su cabello caía como una cascada sobre su espalda llegándole casi al bonito y redondeado trasero. Las curvas de su cuerpo estaban ubicadas en el lugar correcto, las piernas eran largas e increíblemente sexys. Tragó saliva. En ese instante ella se dio la vuelta y Joe maldijo repetitivamente en su cabeza.

El escote dejaba ver la delicada piel blanca de sus senos, que no eran ni grandes ni pequeños, simplemente en el tamaño perfecto. Tenía unas cuantas pecas en su pecho, y hasta aquello la hacía ver deseable. Su vientre era plano y sus caderas estrechas.

La miró a los ojos y en ese momento sus ojos no le parecieron bonitos ni por la forma o el color sino por la forma tan intensa que lo miradaba.

-Será mejor que te metas de una vez por todas a esa maldita ducha antes de que pierda el control.-_________ le sonrió provocativamente.-Maldita sea, _________, no me provoques.

-Hoy estás suceptible. Me alegra saber que un gruñón como tu pierde el control, esa información la tomaré para mi propio bienestar.-Joe no supo como tomarse aquello, sólo sabia que queria besarla.

Y lo hizo, su boca estaba tal como la recordaba; suave y dulce como un jugoso melocotón. Adentró su lengua en su boca sintiendo como se extemecia, diablos, ________ si que sabia como volverlo loco. Pasó la mano por la espalda y la atrajo hacia si. Ella gimió contra sus labios, un sonido bajo y leve que hizo que Joe estuviese a punto de perder el control.

-________...te metes a esa ducha en cinco segundos o...-ella alzó las manos.

-Ya voy.-Caminó hacia la bañera de hidromasaje y los ojos de Joe seguian pagados en su trasero y en ver como se contoneaba al caminar, se quedó sin respiración. Cuando se ponía seductora le gustaba y cuando estaba furiosa tambien. Cuanto más cabezota se mostraba, más azules se le ponían los ojos. ¿Sería igual cuando estuviera a punto de alcanzar el orgasmo? ¿Sería igual con él dentro de su cuerpo? Mirarla le hacía daño.

_________ sintió el agua fria sobre su cuerpo. En el sistema digital tecleó la cromoterapia y la aromaterapia, un excelente sistema de relajación. El agua estaba a presión, estimulando asi las endorfinas actuando en las fibras nerviosas para producir una sensación de alivio y placer y no le ayudaba mucho con Joe afuera. Pero el mareo había desaparecido.

Al terminar se envolvió en la bata de baño y salió. Joe estaba de pié, practicamente en el mismo sitio donde lo había dejado, ella sonrió y lo vió tragar saliva.

-¿Mejor? -le preguntó. Ella asintió.

-Pero ahora tengo un problema.

-Y ahora que pasa.

-No me voy a volver a poner la ropa interior que tenía.-Joe la miró sorprendido, parecia exceptico, como si no supiera que decir, ________ se mordió el labio.

-¿Y qué se supone que tengo que hacer? -_________ se encogió de hombros y murmuró un "Mmm".

-Creo que tendré que vestirme sin ropa interior.

-No te vistas.

-¿Por qué?

-Dijiste que te sentías mejor ¿no? -________ asintió.-Quiero hablar contigo.

-¿De qué quieres hablar?

-No, ya no quiero hablar, quiero volver a besarte, demonios lo que quiero es hacerte el amor y hacerte gemir.-Enmarcó su cara con las manos.-Quiero oírte susurrar mi nombre y gritar de placer.-________ contuvo la respiración.

-Joe...-murmuró ella, sintiendo que le flaqueaban las rodillas. Más que un murmullo, el nombre en sus labios sonó como una súplica. ________ le sujetó el mentón con una mano. Le aprisionó la lengua en la boca y la acarició con la suya. La agarró de la cintura y la pegó a su cuerpo y los senos suaves de ________ se apretaron contra el pecho masculino.

Joe deslizó las manos bajo la tela de la toalla para sentir la piel cálida de la espalda, y después no pudo resistirse y las deslizó hacia abajo, hacia las nalgas redondas y desnudas. Su cuerpo latía de deseo, y su erección presionaba con fuerza contra el pantalón.

CAPITULO 7

Joe le besó el cuello y deslizó ambas manos por la toalla, que abrió dejándola expuesta a su mirada. Su respiración de contuvo por unos segundos, su pecho se comprimió al ver aquel delgado y torneado cuerpo sin siquiera una prenda encima.

Bajó la cabeza y lamió uno de sus pezones.

-Joe...-dijo ella con las manos hundidas en su pelo.

-Shh.-A pesar del rugir de la sangre en las venas, Joe que quería tomarse su tiempo, hacerla disfrutar y que reconociera la increíble pasión que existía entre ellos.

Los pezones eran de un rosado oscuro y estaban muy erectos. Él los lamió una y otra vez, utilizando la punta de la lengua para atormentarla y arrancar gemidos de pasión de su garganta. Después los mordisqueó con los dientes, suavemente primero, después no tanto. ________ tembló.

Le acarició con la palma de la mano entre las piernas. Joe podía sentir la carne hinchada, la humedad en ella incluso a través de la tela. Deslizó los dedos bajo la tela y la encontró húmeda y preparada para él. Joe se sintió a punto de estallar, con una erección firme y dolorosa, totalmente consciente del cuerpo femenino, de su olor, ahora más fuerte por la excitación.

-Vamos, cielo -la animó él, sintiendo que ella estaba llegando al orgasmo.

________ jadeaba sin aliento. Joe la penetró más profundamente con los dedos, deslizándolos una y otra vez en su interior. Después, más delicadamente, buscó el clítoris y lo acarició con movimientos rítmicos y ligeros.

________ gimió y cerró los ojos con fuerza. Joe, que estaba mirándola a la cara, vio el color que cubrió sus mejillas y el temblor de sus labios. Joe respiró profundamente, pero eso no lo ayudó. Le temblaban todos los músculos del cuerpo, y tenía una erección que amenazaba con romper las costuras de los vaqueros.

—Déjate ir, ________ —gimió él, sabiéndose a su vez peligrosamente cerca del límite—. Quiero ver cómo llegas.

Los senos subían y bajaban, la garganta se arqueó hacia atrás, y ella se mordió el labio inferior y rompió en gemidos roncos y bajos, mientras él la sujetaba, hipnotizado por los espasmos que se apoderaron de ella y que parecían no acabar nunca.

Joe se sintió tan unido a ella, que instintivamente supo que las cosas nunca volverían a ser lo mismo.

Pasaron unos largos segundos. Despacio, sacó los dedos del cuerpo femenino. Ella parpadeó y lo miró. Tenía la respiración todavía entrecortada. Joe la miró a los ojos, y manteniéndole la mirada se llevó los dedos a la boca y los lamió.

________ se mordió el labio con una leve sonrisa. Lo miraba intensamente, con aquella profunda mirada azul que lo ponía nervioso, la tomó de la cintura y la depositó en la cama, suavemente.

-Ahora llegarás al orgasmo conmigo dentro de ti.-________ tembló. Joe sonrió.

Se inclinó levemente y depositó pequeños besos en su vientre, mientras ella acariciaba su torso y espalda por encima de la camiseta.

El roce del aire de la noche sobre su piel desnuda la hizo sentirse expuesta, Joe le rozó los pezones con el pulgar y éstos se irguieron. En aquel momento, ella también necesitaba tocarlo, sentir su piel y sus músculos contra los suyos. Le desabrochó la camisa y la deslizó por sus hombros hasta hacerla caer al suelo. Contempló entonces su sólido pecho, las elevaciones de sus músculos, sus bíceps musculados. Después, deslizó la mano hasta su cinturón, lo desabrochó con paciencia.

Estaba ya completamente excitado. ________ tomó su sexo con la mano y tensó los dedos alrededor de aquella aterciopelada superficie. Con la otra mano, le tomó los testículos y presionó delicadamente, haciéndolo estremecerse.

A ________ le encantó verlo temblar de deseo. Joe soltó una maldición suavemente. Aquella bruja lo estaba volviendo loco, deslizó las yemas de los dedos por sus brazos y rodeó a continuación sus pezones para, desde allí, descender hasta su vientre y presionar su clítoris, incendiando al hacerlo todas sus terminales nerviosas.

Joe la besó con una boca tan cálida y húmeda como su propio sexo. Joe buscó su sexo y hundió en él los dedos con una delicada caricia. _______ se retorcía contra sus dedos, consciente de que pronto alcanzaría otro clímax. Pero ella quería hacer algo nuevo, quería saborearlo, de modo que lo detuvo.

-Ahora me toca a mí -le dijo.

Cambió de postura; se tumbó boca abajo, apoyando la cabeza sobre el vientre de Joe y tomó su pene con la mano. Estaba tan excitada que no vaciló. Sin pensarlo dos veces, lo tomó con su boca. Joe sabía a calor, y a sexo. Joe susurró algo ininteligible; su cuerpo se tensó para, casi al instante, entregarse relajado a lo que ________ le estaba haciendo. Ella se movía lentamente hacia arriba y hacia abajo. Tensó los labios y continuó moviéndose, más confiada con cada una de sus caricias.

Rodeó el muslo de Joe con el suyo y comenzó a moverse contra él al ritmo marcado por los movimientos de su propia boca. Notaba cómo Joe iba acercándose al clímax. Joe no podía recordar que ninguna mujer le hubiera ofrecido nunca un placer tan perfecto, en el sexo oral, ________ lo estaba enviando al orgasmo a una velocidad de vértigo. Acababa de cerrar las piernas alrededor de sus rodillas y sentirla deslizarse húmeda y caliente sobre su pierna lo excitaba todavía más.

Bajó la mirada hacia ella mientras continuaba acariciándolo con su boca. Era tan sensual y tan ardiente...y él estaba a punto de correrse.

Y lo hizo. Se sentó, jadeando todavía, la miró y comenzó a reírse.

-Eres peligrosa -le dijo abrazándola y acunándola. Estuvieron así en la cama un rato hasta que él se tranquilizó y recobró la respiración de nuevo.

Joe encaminó su mano hacia su vagina. Ella suspiró y se movió más rapidamente, llevándolos a ambos en una cabalgata asombrosa. Ella se corrió en minutos, jadeando y gritando, y lo envió hacia su propia y brillante descarga. Después, él la sostuvo apretadamente, no queriendo permitirle que se saliera.

-Eh. -Joe acarició su pelo, su mejilla, y su mandíbula bien delineada. -¿te sientes mejor ahora? -Ella asintió y Joe se rió, ella pensó que era la primera vez que lo veia riendose.

-No creo que pueda sentirme mejor.-dijo.

-Ya lo veremos.-________ se rió con él.-No te lastimé ¿verdad?

-Todavía pienso que eres idi0ta.-Joe la miró haciendo cara de ofendido.

-Eh.-protestó.

-Deja de cuidarme como una niña chiquita ¿quieres? Soy bastante grandecita.

-Por cierto ¿que edad tienes?

-Veintisiete.-Joe seguía acariciándole la mejilla.

-Cásate conmigo, _________.-Ella abrió la boca para decir algo, sin embargo la cerró. Lo miró con su intensa y profunda mirada azul. Se pasó la lengua por los labios, para luego preguntar:

-¿Por qué?

-¿Porque qué?

-Por qué quieres casarte conmigo.-Él dió la vuelta y se puso de lado, arrastrandola con él para dejarla a ella tambien de lado, cerca de él, mirandola fijamente.

-Porque me gustas, porque me importas.-________ soltó aire por la nariz y se mordió el labio.

-No creo que esas sean razones suficientes para casarnos ¿no crees?-Meneó la cabeza de un lado a otro en un rapido movimiento.-Tengo que irme.-Y se levantó de la cama. Se vistió rapidamente y Joe la miraba desde la cama, aturdido. No dijo una palabra cuando salió velozmente de su casa. Probablemente se había ido en un taxi, maldijo entre dientes, ¿cómo había podido hacer semejante estupidez, de dejarla ir sola y en taxi? Joe se levantó de la cama y empezó a pasear por su apartamento hasta que estuvo de madrugada. Se casaría con él, ella era suya, su mujer. Y maldita sea la amaba.