Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo XXXVI

“Comida”

Giré mi cuerpo aun envuelto por sus brazos para colocar de frente a las sabanas la parte frontal de mi cuerpo aun desnuda, un silencio sepulcral invadió la habitación mientras Nick extrañamente tocaba mi espalda con uno de sus dedos, lo verdaderamente extraño era que hacia círculos más bien óvalos alrededor del inicio de mis caderas, acomode mi cabello atrás de mi hombro mientras apoyaba el peso de mi cuerpo sobre uno de mis brazos para así poder verlo a la cara, al notar que lo observaba me dedicó una media sonrisa que desapareció casi inmediatamente – ¿Qué sucede?– le pregunté mientras deslizaba mi mano por los lunares de su mejilla sonrojada y aun húmeda por las gotas de agua que caían de su cabello –nada, solo observo tu cuerpo– respondió mientras retomaba su actividad en mi espalda, al seguir su mirada encontré la razón de su drástico cambio de humor, Nick estaba observando detalladamente los círculos oliváceos que se habían formado en mi espalda o mejor dicho los que había formado la bebé –no te preocupes por eso, es normal, Raúl me advirtió que aparecerían– le dije intentando aligerar el ambiente –no me importa lo que diga Raúl, y el hecho de que él lo diga no quiere decir que debo despreocuparme, entiendo todo pero aun así no puedo evitar lo que siento al imaginar lo que puede pasar en unos pocos meses– me dijo mientras seguía con la mirada fija en mi espalda –no te preocupes aun, hay otras cosas que debemos resolver– le dije mientras besaba suavemente su mejilla tibia por lo calurosa que era la cabaña –dame tu mano– le pedí mientras acomodaba mi espalda en las almohadas tan delgadas que parecían ser mas parte del débil e incomodo colchón que una almohada, tomé con ambas manos una de las suyas y la coloqué sobre mi vientre mientras resistía el dolor de los movimientos de la bebé, aunque cada patada me lastimaba no podía dejar de sonreír al ver como la mirada de Nick se llenaba se brillo, al sentir la segunda patada Nick colocó ambas manos sobre mi pequeño vientre casi envolviéndolo por completo, Nick levantó su espalda para sentarse en la cama aun con los pies envolviendo los míos, su mirada se llenaba de vida y emoción mientras no la desviaba de mi vientre –será una deportista– dijo con emoción desviando la mirada hacia mí por muy pocos segundos –igual a su padre– agregué –o tal vez será igual de testaruda que su madre– dijo con una sonrisa –cualquiera de las dos cosas seria buena– le respondí con una sonrisa llena de alegría, por primera vez no quería que dejara de moverse, soportaría este dolor por siempre solo para ver el rostro de Nicholas brillar como lo hacía ahora –debes comer algo– dijo al terminar de moverse la bebé –la verdad tengo un poco de hambre pero tengo más ganas de volver a la ciudad, Nick por favor llévame a casa– su mirada se entrecerró mientras torcía un poco sus labios –solo te traeré comida ya resolveremos luego lo de la ida–
–Nicholas por favor, no tengo ropa, no tengo un baño decente y soy una mujer embarazada, sin contar que no confió en lo que me puedan dar de comer acá–
–Ropa tienes porque ya te traje algo, el baño no es decente pero es suficiente además aquí las mujeres tienes entre cinco y seis hijos y todos están muy vivos, la comida es mucho más sana porque la preparan ellos–
– ¿O sea de verdad me dejaras aquí pasando calor hasta que tú te canses? quiero irme ya no se trata de lo que tu desees–
–En eso te equivocas princesa, yo decido cuando nos vamos y no será hoy, debes aprender a ser más humilde, además necesitamos este tiempo a solas– me dijo mientras acariciaba una de mis piernas, con toda la fuerza que pude coloqué mi pie en su pecho logrando sacarlo de la cama –entonces no estaremos más a solas, no hasta que no te duches decentemente porque aun apestas a bestia–
–Ese olor te encanta– replicó con obstinación mientras se colocaba de pie –lo soporto solo porque quería que me sacaras de aquí, en realidad me repugna el olor a tu sudor, deberías salir de aquí ya que no me sacaras de acá no me conviene acostarme contigo– el rostro de Nick se tornó rojo mientras sus músculos se tensaban, por un momento me distraje observando su hermoso cuerpo desnudo –entonces lamento decirte que tu plan fallo porque te quedaras aquí a mi lado así sea en contra de tu voluntad y si quieres comer algo deberás salir a buscarlo porque no lo traeré hasta aquí, resulta que aquí no eres una princesa, te recomiendo que te vistas y salgas– dijo con obstinación mientras entraba al baño recogía su pantalón mojado y salía de la habitación – ¡entonces no saldré de acá, prefiero morirme de hambre antes de comer contigo y tus amigos los indígenas, aunque ellos no serian el verdadero problema!– le grité – ¡bien!– respondió mientras lanzaba la puerta principal de la casucha –¡AH!– grité con rabia al pensar que debía quedarme aquí hasta que a él se le antojara, duré unos treinta minutos acostada en la cama pensando como haría para escapar hasta que un olor terrible entro desde la pequeña ventana al asomarme me encontré con la cosa más horrible que había visto en mi vida – ¡AHHHHH!– grité mientras las nauseas invadían mi cuerpo, escuché como la puertas de la casa retumbaban – ¡¿Qué pasa?!– gritó Nick llenó de preocupación, solo pude señalar hacia la ventana mientras que agachada en la esquina contraria de la habitación intentaba no vomitar –solo matan a un cerdo– dijo con desinterés –no puedo creer que me hayas traído a un lugar tan horrible–
–No es para tanto, vístete que ya esta lista la comida– no le respondí mientras la furia volvía a inundar mi cuerpo, no pensaba salir y menos con él, Nick salió de la casa y mientras con todas mis fuerzas ignoraba el olor intenté acomodarme en la cama pero el primer grito acompañado del primer golpe retumbo en toda la habitación, seguido de un segundo y luego un tercero, no podía soportar escuchar como mataban a un animal, fui a la pequeña sala tomé la ropa y me vestí lo más rápido posible, la tela era tan áspera que lastimaba mi piel, un conjunto blanco y azul que consistía en una camisa ligeramente amplia y una falda larga era lo que me habían traído, parecía una mujer sacada de una película de gitanas, unas sandalias simples y un sostenedor de cabello “mantener mi cabello ha salido muy caro, no colocaré eso en el” pensé dejando el sostenedor en la mesa, mi cabello comenzaba a secarse por lo que se dejaban al descubierto las ligeras ondas en las puntas aquellas que nunca había permitido que vieran, abrí la entrada principal observé rápidamente hacia los lados contuve la respiración al ver a tres hombres matando al pobre animal, sin saber a dónde iba bajé los tres escalones que separaba la fachada del camino de tierra amarillenta, sentía como la mirada y los susurros de todos comenzaban mientras pasaba pero los ignoré, estaba acostumbrada a eso, los rayos del fuerte sol pegaban en mi rostro encandilándome mientras me lamentaba por no aplicarme protector solar, fue en ese momento cuando visualice a Nick con el mismo Jean que hace un par de horas, las mismas botas, el mismo sombrero y una camisa blanca de la misma tela que la mía, sus hermosura era evidente, me dedico una mirada llena de triunfo –no puedo creer que me hayas dejado sola– le susurré mientras tomaba su fuerte brazo –yo también te amo mi vida– dijo con sarcasmo mientras besaba mi frente – ¡les presento a tn_____ ta______ futura señora Jonas!– gritó en dirección a los presentes, al alzar mi vista descubrí unas treinta personas a mi alrededor sentados en mesas y sillas improvisadas con troncos y neumáticos, solo las mujeres estaban sentadas en sillas reales las cuales parecían ser hechas por ellas mismas debido a lo ornamentales que eran, muy lindas pero clásicas para nuestro estilo citadino, sin duda eran piezas que colocaría en una casa de campo – ¡un placer!– dije con una sonrisa un tanto forzada, Nick rodeó mi cintura con su brazo aprovechándose del publico –siéntate aquí mi vida– me indico mientras alaba una de las sillas hacia una sombra proporcionada por los grandes árboles frutales de la zona, Nick rápidamente se acomodó en el suelo arenosos a mi lado –creí que no saldrías de la casa– dijo con diversión mientras alzaba el rostro hacia mi –debía salir, no soportaba el llanto de ese pobre animal–
–esa cera tu cena– dijo con una sonrisa, justo cuando planeaba responderle apareció una señora de una cuarenta años de edad con un par de platos de comida –que tengan un buen provecho– dijo la señora con un sonrisa a labios cerrados –gracias– respondimos a coro mientras tomábamos nuestros platos, al ver el contenido del plato me quería desmayar –quita esa cara que todos te observan, no tiene mal sabor– susurró Nick mientras se llevaba la primera cucharada de comida a la boca “Lo matare” pensé mientras tomaba la primera cucharada en mis manos de lo que ni sabia con que comida comparar, apenas entró a mi boca lo mande hacia la garganta sin saborearlo, al haber tragado sonreí, instantáneamente una ola de aplausos se escuchó mientras todos retomaban sus conversaciones –no quiero que me hables– le dije mientras los ojos se me cristalizaban como reacción a la impotencia que sentía en ese momento –no hace falta que te lo comas, si quieres me lo das– dijo dándose cuenta de la situación –no me toques– le dije al sentir sus manos acercar a las mías para logar tomar el plato – ¿A dónde vas?– me preguntó mientras me colocaba de pie –en este momento prefiero oír el llanto del pobre animal antes de ver tu rostro– le respondí llena de furia –está exquisito pero con el embarazo he estado sin apetito, muchas gracias– le dije a la señora con una sonrisa mientras le entregaba el plato completamente lleno, di media vuelta y me encamine hacia la casa sin importarme las miradas de todos –tn_____ espera por favor– dijo mientras se colocaba a mi lado –no puedo creer que me hagas pasar esa vergüenza ¿Qué hubiese pasado si no soportaba el sabor y escupía la comida? ¿Sabes cómo se sentiría la cocinera? ni mis padres me obligaron a comer en mi vida y ahora vienes tú y lo haces, me parece muy desagradable– le dije mientras lo dejaba atrás, Nick se detuvó y yo entre a la casa.