Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo XXIV

“Ira”

–Explícame que tan complicada es– dije en lo que parecía más un susurro ahogado que aparecía entre mis cuerdas bocales que palabras concretas, por el rostro de Nick aparecía ligeramente esa mirada de agonía y sufrimiento, aunque intentara ocultarla detrás de esa aparente estructura de fortaleza masculina podía ver como si se tratara de cristales a través de sus hermosos ojos cafés, todos sus gestos podrían engañar a cualquiera pero yo más que nadie lo conocía, sabía que se estaba muriendo por dentro, quizás esto era lo que quería evitar, tal vez hubiese sido mejor que este hijo fuera de otra persona para no verlo sufrir de tal forma, incluso podría mentir al respecto pero de nada serviría, el dolor de Nick correspondía a mi sufrimiento físico mas no a la sobrevivencia de nuestra hija, solo lo haría sufrir aun mas con semejante mentira pero yo soportaría lo suficiente incluso pagaría con mi vida para que Nick pueda tener a esta niña en sus brazos, ya había soñado en varias ocasiones con esa imagen y estaba convencida de que se volvería realidad –¡ya basta Raúl, termina de decirnos que sucede!– dijo Nick perdiendo la paciencia –no es fácil Nicholas, la bebé está reclamando más espacio del que le corresponde, era algo que me esperaba pero no a los cinco meses, cuando eso pasara debería aplicar una cesaría, generalmente es a los siete u ocho meses, con suerte a los nueve, pero tu caso nuevamente se sale de lo estándar, ya varios colegas de todo el país me están ayudando, cuando les di esta noticia se sorprendieron mucho– sus palabras caían como un balde agua helada sobre mi cuerpo mientras mis brazos dejaban atrás el agujero de mi pecho para colocarse como un escudo absurdo sobre mi vientre “¿nunca llegaría a su fin? ¿Nunca recibiría una buena noticia?” me pregunté a mi misma con frustración – ¿Qué recomienda?– preguntó Nick con el mismo tono sórdido e inexpresivo acompañado de unos ojos cristalizados llenos de sufrimiento, una nube de oscuridad y pesimismo llego a la habitación –no solo lo recomiendo yo, también tres de mis cuatro colegas lo hacen, es el momento de desistir, no sabemos cómo avance el embarazo, no hay forma de determina que sucederá, es posible que la bebé se quede tranquila y no haga más, como es posible que decida seguir adelante, no se trata de que sea mala sino que es su forma de sobrevivir, estamos hablando de la vida de la paciente, de aquí en adelante no nos hacemos responsables de lo que suceda– no podía pronunciar palabra por lo horrorizada que estaba, Nick y Raúl se veían uno al otro fijamente –entonces debes sacarle la criatura de inmediato, todo sea por salvarla– dijo Nick luego, aun con sus brazos envolviendo su pecho –¡No!– dije en medio de un jadeo al escuchar como hablaban de mi bebé, ambos voltearon a verme, la mirada de Raúl estaba llena de sorpresa mientras que Nick crujía sus dientes al imaginarse lo que diría, un gesto de frustración recorría su cuerpo mientras se movía con señas de desacuerdo, habíamos discutido tanto al respecto que ya conocía mi punto de vista –por lo que escuche uno de tus colegas no está de acuerdo ¿Qué plantea él?– pregunté con un rayo de esperanza en mi interior –¡¿no estás escuchando?! ¡¿Por qué insistes en arriesgar lo que más amo en esta vida por una criatura que ni cocones?! Podrás tener más hijos tn______ – dijo Nick exaltado mientras colocaba sus amplias manos en mis hombros, no imagine que fuera capaz de hablar de esa forma frente a un extraño, sus ojos estaban llenos de dolor y frustración mientras su hermoso cabello cubría gran parte de su frente blanca y sonrojada, comencé a negar con mi cabeza mientras cerraba los ojos para no seguir experimentando el dolor que me creaba verlo en ese estado – ¡Por Dios! ¡Dime algo!– gritó mientras agitaba mi cuerpo con la facilidad con que yo movería un papel –no hay nada que decir, si dejo que esta bebé muera no podre tener más hijos, por lo menos no tuyos, te voy a regalar esta bebé– dije mientras abría mis ojos llenos de lagrimas para encontrarme con los suyos cristalizados – ¡no quiero que me regales nada, no necesito una hija o hijo, no lo quiero, así lo tengas no lo voy a querer!–
–Debes controlarte Nicholas– dijo Raúl intentado calmar la situación, pero algo sucedió, los ojos de Nick se oscurecieron, mi cerebro trabajo rápido para determinar el detonante de su ataque de ira, noté como la mano de Raúl se había colocado sobre su hombro rápidamente envolví con mis manos su rostro –te amo, sé que he cometido errores pero debes entenderme y aceptar una explicación porque sé que te la debo, dame la oportunidad de defenderme– le dije mientras mantenía el contacto visual intentando tranquilizarlo pues si no lograba hacerlo se lanzaría sobre Raúl para desahogar su ira, los ojos de Nick se movieron lentamente en dirección a la mano del joven doctor mientras su quijada se tensaba en una amarga y corta sonrisa, nuevamente aplique fuerza para entrelazar nuestras miradas pero de nada servía así que como última instancia me abalance sobre él para conectar nuestros labios, sus labios estaban duros y fríos como el granito pero carnosos y deliciosos como el más exquisito y afrodisiaco manjar, su exquisito sabor golpeó mi pecho agrandando ese agujero que me recordaba que estaba por dejarme, lancé mis manos sobre sus hombros para retirar la mano del Raúl, luego las baje por su fuerte espalda hasta posarme en el inicio de su pantalón, al no poder mover su cuerpo pegué mas el mío hasta conseguir que nuestros pechos rozaran, aun su reacción era inexistente y rígida hasta que luego de unos segundos se dejó llevar por los sentimientos contradictorios que nos envolvían, sus manos se posaron sobre mis caderas semi desnudas palpándolas con entusiasmo, una de sus manos subió hasta mi cuello para acoplar la posición de mi rostro con respecto al suyo, sus labios se abrieron sin despegarse de los míos, suave pero sensualmente su tibia lengua se introdujo en mi boca, nuestras lenguas se debatían en un duelo de dolor y pasión, al escuchar como la puerta se cerraba a sus espaldas abrí los ojos para descubrir que nos encontrábamos solos, había logrado desviar su furia, pero ahora no podía ni quería detenerme, así que sin pensarlo dos veces me dejé envolver por el deseo que ardía en mi vientre haciéndome olvidar todos los otros sentimientos, el dolor, la ira, la frustración, todo desaparecía con sus besos y caricias, sus dedos se entrelazaban con las hebras de mi cabello, los recesos eras inexistentes, mientras me dejaba respirar besaba mi cuello –tu olor es divino, alborotas todas mis entrañas– dijo entre besos –una de sus manos bajo por mi pecho colocándose sobre uno de mis senos, el suave algodón de la bata era casi impalpable, estaba tan excitada que podía sentir el contacto de su piel a través de la tela, en un movimiento un tanto tosco impulso mi cuerpo hacia la cama colocándose sobre mí, su otra mano recorría mis piernas, mis manos en respuestas luchaban contra los botones de su camisa, sentía como varios se desprendían ante mi falta de delicadeza, al sentir su abdomen ligeramente cubierto por vellos todo mi sistema nervioso explotó, un gemido brusco y masculino salió de su garganta al colocar sus dedos en mi entre pierna, nuestros contactos eran toscos y llenos de ira, no nos lastimábamos pero tampoco nos llenábamos de delicadezas, mordí su cuello al sentir como apretada mi cadera, introduje mi mano en sus pantalones para comenzar el contacto más intimo, pero una pregunta apareció en mi cabeza “¿Qué pasa si nos descubren?” para mal o para bien estábamos en una clínica, a unos pasos se encontraban los doctores, enfermeras y familiares, un instinto de pudor apareció repentinamente en mi cabeza mientras que el ardor de deseo luchaba por desaparecerlo.

Capítulo XXV

“Lujuria”

El cuerpo de Nick se puso rígido por una partícula de tiempo como si nuestras mentes se hubieran entrelazado, el también dudaba, pero como ya dije fue solo por un pequeño momento pues en un instante un rugido ronco salió de su garganta al encontrase con mis piernas cerradas e indispuestas –no puedo parar…no quiero parar– dijo suavemente en mi oído dejándome sentir sus labios acariciar el lóbulo de mi oreja derecha, sus manos suavemente volvieron a tocar mi intimidad y fue cuando la razón perdió terreno que la lujuria aprovecho, sin percatarme del momento en que sucedió ya mis piernas envolvían el fuerte cuerpo de Nick, sus pantalones yacían en sus rodillas mientras que lo único que nos separaba era la tela de su ropa intima, mis manos bajaron por su espalda aun cubierta por su camisa abierta en el frente hasta llegar a esa impertinente y estorbante pieza de su vestimenta –quítamelos rápido– pidió con un tono de mando disimulado en su aterciopelada y masculina voz, una aguja de deseo se clavo en mi vientre al escucharlo, sin dudarlo deslice el bóxer por sus piernas en dirección a sus rodillas, mis manos acariciaron la parte trasera de sus piernas aun mas velludas que su abdomen, sus piernas fuertes como una roca pero suaves como el terciopelo, Nick besaba suavemente mi cuello para luego posarse sobre mis labios y morderlos con una ternura que me estremecía, sus manos lo ayudaban a mantener el equilibrio pero su agilidad era sorprendente, me acariciaba cada centímetro de la piel sin demostrar una pisca de duda en sus movimientos, en ese momento ya no había anda que hacer, ya había decidido continuar y Nick no planeaba detenerse, en ese instante me penetró, sus movimientos eran suaves y cálidos, mientras la adrenalina se adueñaba de mi cuerpo, y estaba segura que del suyo también, su mano se colocó delicadamente sobre mi rostro para apartar las hebras de mi cabello que lo cubrían, luego con ese gesto que consideraba uno de los más sensuales de Nick entrelazó su mano en su cabellera castaña para permitir que nuestras miradas se encontraran, nuevamente los sentimientos afloraban y nuestras mentes se entrelazaban, la adrenalina también se apoderaba de su cuerpo, era ese peligro de que alguien nos descubriera lo que llenaba de emoción y placer este encuentro, sus movimiento se aceleraron repentinamente haciéndome soltar un suave gemido, los ojos de Nick se llenaron de un pánico envuelto por la diversión –debemos aprender a hacerlo silenciosamente– me dijo justo antes de callar mis reacciones con sus labios, nuevamente su lengua se arrebataba en una lucha apasionada con la mía y sus caricias se intensificaban, mis manos apreciaban los fuertes músculos de su espalda mientras se tensaban y relajaban con cada movimiento lleno de lujuria y desespero, el cual era provocado por la necesidad de llegar al clímax lo más rápido posible, sin anunciármelo Nick apretó mas sus labios contra los míos colocándolos en una posición que no dejaba escapar nada de mi interior y fue en ese momento que sentí como con cada movimiento rosaba mi punto G, mis manos se clavaron como garras en su espalda tensa producto de la bomba de éxtasis que se preparaba para estrellar es nuestro interior, hasta que llegó el momento, por esa minúscula partícula de tiempo mi conciencia y toda clase de raciocinio desapareció, solo podía palpar su esencia y olor embriagador –te amo– fue la frase que me hizo entrar en la realidad, al abrir mis ojos me encontré con su rostro perdido en ese limbo de éxtasis, al volver a este mundo dejo caer su frente sobre mi hombro izquierdo, sus labios sobreararon mi piel por un segundo y luego sin decir más se levanto a un lado de la cama, guardamos silencio mientras acomodaba sus pantalones y luchaba contra lo desaliñada y destruida que había quedado su camisa –permíteme ayudarte– le dije con diversión al ver lo enredado que estaba –no hace falta, tranquila– replicó sin verme a los ojos, en ese momento me percate de lo que había sucedido, y ahora sentía rabia – ¿Por qué no dejas que te ayude?– insistí mientras me acomodaba para poder recibir a cualquier persona que entrara a la habitación –porque puedo hacerlo solo–
–No parece– repliqué con la intención de provocarlo, quería arrinconarlo – ¡demonios!–
– ¡¿Qué sucede?!– le pregunté con tono desafiante al estar de pie frente a él –no quiero que me toques– dijo aun sin subir la mirada, necesite respirar tres veces antes de poder hablarle sin sentir el deseo de abofetearlo al imaginar lo que había pasado –no parecías querer eso hace un par de minutos–
–Es por eso precisamente que no quiero que me toques–
–No entiendo, creo que debes explicarte porque estoy comenzando a pensar que me utilizaste y no te conviene que eso pase–
–No te utilice, en realidad tú fuiste quien me utilizo, eso no debió haber sucedido– sus palabras me hirieron de tal forma que en otro momento podía haberme desplomado en el suelo pero necesitaba que me explicara lo que sentía –cuando pienso en todo lo que ha pasado me lleno de rabia y deseo dejarte pero cuando te veo olvido todo y deseo poseerte, tocarte sentir que eres mía, hace unos quince minutos estaba decidido a olvidarte pero al sentir tus manos tocar mi piel mi corazón se puso del tamaño de una moneda, mi orgullo fue a parar al suelo y todo lo que había planeado hacer ya no importaba, te amo tanto tn____ que haces que mi integridad desaparezca– dijo aun sin verme a los ojos, su mirada estaba clavada en el suelo, deslice mi mano hacia su rostro para posarlas con suavidad en sus mejillas y así poder encontrar nuestras miradas –necesito explicarte lo que sucedió, necesito que oigas mi versión de la historia, no sé de qué te enteraste al igual que no se si lo que sabes sea cierto o no, pero ya no quiero guardar secretos y si después de eso deseas dejarme ya será una decisión que respetare aunque me duela en el alma, la respetare– su mirada se lleno de esperanza pero luego desapareció ese sentimiento, dejándose opacar por la oscuridad de la furia, Nick estaba herido –el dijo que dirías eso, no soportare mas tus mentiras tn_____, te pido que recapacites y abortes para que ambos podamos continuar con nuestras vidas, cada uno por su lado–
–cuando dices “él me dijo” ¿a quién te refieres?– pregunté para saber cómo podría defenderme, ahora estaba claro que alguien había envenenado la mente de Nick –eso no importa–
–Te equivocas, importa mucho porque esa persona está diciendo cosas de mi que ni siquiera se si son reales o no, porque mi pareja y futuro padre de mi hija prefiere no delatarlo–
–Quien sabe si esa hija es mía– sus ojos se abrieron como platos al terminar de pronunciar sus palabras, ni el mismo creía lo que había dicho –no quise…eso nunca paso por mi mente realmente, discúlpame…–
–No digas mas nada y sal de esta habitación– dije mientras los sollozos de indignación y furia empezaban a salir desde mi pecho, no podía creer lo que había escuchado, esa era la peor de las acusaciones que había hecho y no podía perdonársela, estaba arriesgando mi propia vida para que Nick pudiera tener en brazos a su hija y me sale con esto, sin importar que estuviera ahí me deje caer al suelo mientras mi espalda estaba apoyada de la pared –no quise, nunca imaginaria eso…– dijo mientras colocaba con delicadeza sus manos en mis hombros para intentar levantarme, su voz estaba quebrada pero no me importaba – ¡Nicholas Jonas ¿Cómo te atreves a decir eso?...no te lo perdono, de todo lo que me podías haber acusado esto fue lo peor, no te permito mas humillaciones, sal de aquí!–
–No puedo dejarte así, o sea en este estado, levántate, déjame colocarte en la cama, discúlpame mi amor–
–No vuelvas a decir amor en mi cara, porque con esa acusación mataste todo lo que sentía por ti, te odio Nick, esa es la verdad, desde este momento de odio– sus ojos se quedaron fijos y su cuerpo se paralizo al escucharme, lo más cruel de la situación es que no sabía si lo que decía era verdad, tal vez si estaba odiando a Nick y este podría ser el principio del verdadero final.