Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo VIII

“Comienzo”

La mano de Nick me detuvo en el momento preciso, estrechó mi cuerpo contra el suyo rápidamente, el impacto de nuestros cuerpos me dejo sin aire al instante pero esa era un pequeño precio – ¡¿estás bien?!– me preguntó agitado mientras sostenía mi débil cuerpo con sus fuertes brazos, aun se podía notar en su tono de voz que estaba más dormido que despierto –creo que tiene hambre– ya mi vista estaba completamente nublada mientras pronunciaba las palabras, no podía mantener mi cabeza erguida por lo que me vi obligada a apoyarla de su hombro – ¿puedes caminar?– me preguntó, negué con la cabeza aun apoyada de su cuerpo –tengo nauseas, llévame al tocador por favor–
–Resiste un poco– me pidió, uno de sus brazos colocó en mi espalda y el otro en mis piernas, en menos de dos segundos me encontraba en sus brazos –apoya la cabeza de mi pecho– me pidió, su piel se sentía tan tibia que me ardía al chocar con mi nueva piel gélida –busca las pastillas– le pedí al estar sentada en el retrete, Nick corrió rápidamente pero era muy tarde, me vi obligada a sentarme en el suelo del tocador para vomitar, no sabía si sostener mi cabello para evitar que el agua del retrete lo humedeciera, lo que me provocaba aun mas las ganas de vomitar o levantarme e irme a la ducha, sentía mi cuerpo tan frio que necesitaba un baño de agua tibia, mi cuerpo lo pedía a gritos, mientras me debatía dentro de mis pensamientos una las manos de Nick tomó mi cabello mientras la otra acariciaba mi espalda –no tienes porque ver esto, cuando termine te aviso– le dije cuando se me permitió hacerlo –tranquila, cuando estés lista avísame para que puedas tomarte las pastillas– Nick no se separó de mi lado ni un solo segundo de los veinte minutos en los que estuve clavada en el inodoro –ya estoy lista– le dije al terminar, Nick tuvo que ayudarme a levantar mi cuerpo, sus grandes manos tomaron mi cintura logrando sostener todo el peso de mi debilitado cuerpo, las piernas me fallaban, parecían dos masas gelatinosas unidas a mi cuerpo –malditas pernas– refunfuñe –lamento hacerte pasar por esto– le dije luego –tranquila, para eso estoy aquí mi amor, no todo se trata de tener una maravillosa vida sexual– dijo entre risas –gracias–
–No hay de que preciosa– Nick me llevó hasta el lava manos para limpiar mi rostro –volví a vomitar sangre– comenté mientas veía el color que destilaba desde mi boca –lo sé– su voz cambio totalmente, un tono de molestia y agonía se apoderaban de él –regálame un sonrisa– le dije mientras lo veía por el reflejo del espejo del tocador, Nick colocó los ojos en blanco –por favor– le supliqué colocando la cara más deprimente que conocía –si eres exagerada– dijo mientras una hermosa sonrisa afloraba en sus labios –gracias–
–No entiendo porque me das las gracias si acabo de llamarte exagerada, en otro momento me hubieses insultado, por lo menos insensible me habrías dicho–
–Me diste lo que pedí, tu sonrisa me hace olvidar lo que me molesta, en esta época de mi vida solo deseo verte feliz– el cuerpo de Nick envolvió en mío mientras sus labios se pegaban de mi cuello –entonces te sonreiré más a menudo aunque considero que debes preocuparte más por tu felicidad que por la mía–
–Espero que me sonrías mas a menudo, pero creo que en este momento necesito que me des las píldoras que alimentan a nuestra hija– los dientes de Nick tronaron producto del descontento pero no pronunció palabra alguna simplemente tomó las píldoras junto a una botella de agua –aquí las tienes– dijo con molestia evidente, solo esperaba a que le preguntará que le sucedía pero nuevamente me haría la inocente, no le daría la oportunidad de volver a insultar a nuestra hija, era mejor pasar por debajo de la mesa su actitud, poco después soltó un soplido de rendición –¿ya estas mejor?– me preguntó rompiendo el hielo, alcé la mirada para encontrarme con su seño fruncido de tal manera que ambas cejas se encontraban, una hilera de arrugas arrojaban su frente, mientras sus mejillas palpitaban llenas de sangre, el calor y su molestia se expresaban de una manera tierna, apenas termine de examinarlo rodeé su cuerpo con mis manos –te veras muy lindo llenó de arrugas– le dije mientras besaba su pecho desnudo –no entiendo en que se relaciona con el tema–
–No lo sé, simplemente te imagine viejito y bello, claro que el único inconveniente es que yo estaré arrugada–
–Te veras muy bella–
–Eso lo dices ahora porque tengo todo donde va, cuando sea viejita y se me caiga todo pensaras de manera diferente–
–Es tanta mi preocupación que todas las noches rezó para poder verte viejita a mi lado–
–No hay razón para que no veas–
–Si la hay, de hecho ahora te está comiendo poco a poco, pero a ti parece no importarte que me destrozaras la vida entera si llegas a faltarme–
–Nick no me hagas esto mas difícil, nunca será mi intención hacerte daño–
–No vamos a discutirlo en este momento, vamos a vestirnos para salir a comernos algo, deber comer algo de verdad–
–Se me ocurre algo más interesante y la vez más divertido– le dije mientras caminaba a su lado en dirección a las maletas ubicadas a un lado de la puerta – ¿Qué será?–
–Iremos por primera vez a comprar a un supermercado, haremos nuestras primeras compras de pareja, será como el comienzo– los labios de Nick enmarcaron una sonrisa que amenazaba con salirse de su rostro –eso sería una excelente idea, solo debo agregar algo– la emoción salía de su cuerpo mientras se vestía –debemos cenar en algún lugar antes porque me muero de hambre y debemos tomarnos unas pastillas con la cena, la mía para la diabetes y la tuya para que asimiles los nutrientes mas rápido–
–Ok, pero compraremos pocas cosas, por lo menso hasta que yo pueda colaborar con los gastos–
–Voy a comprar todo el supermercado si me provoca, quiero que entiendas que no me molesta ser el que pagué, en realidad me gusta serlo, todo lo que quieras lo compraré y si no quieres nada también–
–A mi no me gusta que lo seas, pero no pienso discutir por eso…ayúdame a subir los pantalones por favor– Nick sonrió nuevamente al ver mi cara de frustración mientras intentaba subir mis pantalones –ya está empezando a formarse la barriga– dijo sombríamente –debo comprar ropa nueva, creo que empezare a acostúmbrame a la ropa en rebaja–
–No va a hacer falta, ya te dije–
–Bebé los dos estamos combinaditos– le dije al notar que ambos llevábamos jeans de color azul y camisas blancas, de alguna manera debía desviar el tema – ¿me acabas de llamar bebé?– preguntó extrañado – ¿te molesta?–
–En lo absoluto, soy todo lo que quieras– dijo mientras se encogía de hombros –estas bello– sus mejillas volvieron a sonrojarse –tu eres la parte bonita de la relación– respondió tímidamente –es muy cómico ver cómo te avergüenzas cuando te digo lo bello que eres–
–No es normal para un hombre que le digan que es lindo–
–Deberías estar acostumbrado porque lo eres–
–Pero… – Nick no me permitió terminar de hablar cuando sus labios silenciaron mis palabras –murió el tema, dime en que coche quieres salir– me preguntó mientras bajábamos las escaleras –no tengo preferencias siempre y cuando sea tan lindo como su dueño– los ojos de Nick se pusieron en blanco mientras soltaba un suspiro –voy a tener que aprender a vivir con esto– dijo con en forma de aceptación mientras pasaba su mano libre por su cabello ligeramente largo, los músculos de su brazo se marcaron suavemente –tranquilo, te lo diré lo menos posible– dije entre risas –puedes decirme lo que quieras, eres la única persona que puede hacerlo– dijo mientras se llevaba mi mano a su boca para darle un suave beso antes de ayudarme a abordar el Porshe color azul, sin duda decía la verdad, el temperamento de Nick era muy transparente, no era de esas personas que se dejaban intimidar por lo demás y mucho menos mandar, su carácter era fuerte e imponente a excepción de cuando estaba a mi lado –iremos a un lugar muy agradable, no sé qué tal es la comida porque nunca he ido pero queda muy cerca de acá, el vendedor de la casa me habló de él, luego conoceremos el supermercado de la zona– dijo mientras colocaba el coche en marcha, mi vida era muy alegre en este momento, toda la felicidad que Nick me daba nublaba las preocupaciones que invadían mi cuerpo, ahora sabia más que nunca que no había cometido ningún error al haber dejado a Kevin por su hermano, estaba comenzando mi verdadera vida en pareja.