Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo II

“Decisión”

Sus ojos abiertos como la luna llena, merecedora del delirio y deseo de los lobos, pero llenos de liquido cristalino como el lago más puro de la vieja Asia, sus manos temblaban ligeramente mientras tomaban las mías, los círculos purpuras que recordaba cubriendo sus ojos habían tomado un tono rojizo, tal vez producto del roce para limpiarlos, sus labios casi purpuras resaltaban contra su piel blanca pálida por la falta de sol, los músculos de su cuello estaban tensos pero hermosos, su rostro lleno de ligeras pecas, todo demostraba dolor y sufrimiento, la mirada que desconocía estaba llena de agonía, de eso se nutría su nuevo estado de ánimo, uno que estaba notando por primera vez en este preciso momento, Nick se había vuelto una persona agonizante producto de tanto dolor, una punzada de dolor físico aguijoneo mi vientre pero preferí ignorarlo, el estado de Nick me dejaba fuera de sitio –Por favor, no lo hagas– dijo en un tono de voz lleno de suplica, su típica figura de hombre independiente y prepotente se perdía en mis manos, ante mis ojos –me tienes aquí de rodillas suplicándote que no lo hagas, nunca lo había hecho, mi orgullo nunca me lo hubiera permitido…– Nick guardó silencio un poco para ahogar sus sollozos en la manta que cubría mis piernas, no podía verlo llorar, nunca lo había visto en ese estado, ni siquiera aquel día en la clínica junto a su padre, nunca de una manera tan expresiva –no juegues así con la único que me mantiene vivo, no lo hagas por favor– terminó luego en un hilo de voz, la lágrimas no le permitían hablar, entonces entendí a lo que se refería, estaba hablando de mi vida, de mi bienestar, pero no podía complacerlo, no podía decidir quitarle la vida a mi hija o hacerle algún daño a nuestra hija, este era el fruto de nuestro amor, lo único que podría darle a cambio, un hijo de Nick era todo lo que deseaba y quería aunque eso significara sufrir en el camino, todo valdría la pena al final, de eso estaba segura, solo debía resistir el dolor y mi personalidad mártir iba de la mano con eso, no pude evitar que mi cuerpo se estremeciera al notar cómo pensaba de mi misma –levántate por favor– le pedí mientras tomaba con mis manos su hermoso rostro, mis dedos delicadamente limpiaron las lagrimas que él en su tosquedad había olvidado limpiar, no podía creer que un hombre con tales magnitudes se doblegará ante mí de esa forma, no podía verlo en ese estado, era un dolor más grande que el físico, se trataba de ver a la persona que mas amaba en este mundo romper con todos sus principios, lo peor es que no podía darle lo que me pedía, aunque lo veía sufrir de una manera incalculable no me pasaba por la mente quitarle la vida a mi hija, me sentía tan bien al pensarla como mi hija, al pensar que en mi vientre se desarrollaba un pedazo de su cuerpo me sentí egoísta, no me importaba nada mas, mi cuerpo se llenaba de esperanzas “¿Podría cambiar las estadísticas?” “¿Seria la excepción en la regla?” lucharía por serlo, lucharía por ver a mi hija dar sus primeros pasos en dirección al hombre que amo, debía ser lo suficientemente fuerte para resistir las pruebas que me daba la vida, ahora tenía dos motivaciones en mi vida, Nick se levantó aun con sus ojos húmedos –prométeme que no volverás a arrodillarte– le dije sin soltar su rostro, Nick se llevó ambas manos al rostro –dime que tomaras conciencia y terminaras con esto– agregó luego –No puedo hacerlo, no voy a quitarle la vida a mi hija–
–Podremos tener otros–
–Es hereditario, si no es este bebé será el próximo, no voy a poder tener más hijos Nick–
–Podemos adoptar o contratar un vientre, hay muchos métodos– dijo con desespero –no quiero poner eso es discusión, te daré un hijo de mi vientre y lo amaremos más que nuestras propias vidas–
–No podrás amarlo de esa forma si se la entregas antes de nacer– las palabras de Nick perforaron mi cuerpo como navajas pero la esperanza brillaba en mi interior, tenía clara la imagen de formar una familia junto a Nick –es un riesgo que estaré dispuesta a tomar– Nick apretó mis rostro con ambas manos para acercarlo hasta el suyo de una manera en que nuestras frentes pegaran pero nuestros labios solo rozaran –No has entendido que sin ti no puedo vivir, tu eres mi alma, lo único que me mantiene con vida, el día en que tu mueras yo te seguiré sin importar a quien deje atrás– sus palabras estaban llenas de vida y decisión, no se percibía ni una pisca de duda y lo peor es que lo entendía, yo estaba en su posición, mi vida no existiría sin la de él y si un día llegase a morir yo lo haría a su lado sin dudarlo, estaba empezando a comprender su sufrimiento pero no podía ayudarlo, mi decisión estaba tomada mi hija debía conocer al maravilloso hombre que era su padre, debía sentirse orgullosa tanto como yo lo estaba –no lo voy a hacer Nick, te amo tanto o más que a mi vida eso siempre ha quedado claro, pero debo darte esta hija, necesito dártela, no le voy a quitar la oportunidad de vivir– la manos de Nick se tensaron sobre mi rostro de tal manera que un mínimo movimiento hubiera provocado moretones en mi rostro, sus ojos húmedos se llenaron de furia mientras sus dientes se apretaban tensando su mandíbula de tal manera que parecía querer reventarse, instantáneamente se separó de mi cuerpo y con mucha furia se dirigió hacia la pared junto a la cama, su brazo agarró todo el impulso posible para luego dar un golpe a la pared, un estruendo retumbo en la habitación, simulaba el sonido de un mueble recién caído, sin saber cómo logre hacerlo me coloque de pie sin ninguna duda en mi cuerpo, por el impulso y su contextura debía haberse roto un hueso de la mano, envolví su brazo con mis dedos y sentí como su cuerpo se relajaba para luego volver a tensarse –permíteme ver tu mano– le dije con un tono de voz tranquilizante, ese que sabía que lo hacía volver a tomar conciencia de sus actos, con un mínimo empujoncito en sus hombros bastó para que se diera la vuelta y se colocara frente a mí, mis manos se deslizaron por su brazo hasta llegar a su mano roja e hinchada, Nick dio dos pasos colocándose más cerca de mi cuerpo, podía sentir su respiración más pausada golpear mi cabello mientras sus ojos se clavaban como flechas sobre mí –el día en que vuelvas a hacerte daño a ti mismo dejare de hablarte, prefiero que me golpees– tal vez sonará absurdo pero era cierto, sabía que Nick era incapaz de ponerme una mano encima, Nick envolvió rápidamente mi cintura con su mano libre para pegar nuestros cuerpos –primero me corto la mano, preciosa, además es solo un golpecito, cuando tenga verdaderas ganas de golpear algo buscare a tu primo, le tengo ganas– me susurró mientras nuestras narices chocaban, podía sentir el tono de gracia que empleaba para relajar el ambiente y lo lograba con mucha facilidad, había vuelto a arrancarme una sonrisa –te ves hermosa cuando sonríes–
–Nuestra hija sacara mi sonrisa– le dije provocando que Nick sonara los dientes con desagrado –creo que debo sentarme– le dije al sentir como el dolor en el vientre me recordaba que estaba tentando el bienestar aparente de mi cuerpo, hasta que sentí las nauseas, en mi mente apareció la imagen anterior, un liquido rojo y espeso saliendo de mi garganta, lo que provocó que me aumentaran las ganas de vomitar –llama a una enfermera– le dije a Nick mientras le daba la espalda para caminar hacia la cama, escuché como la puerta se cerraba y luego se abría con varias personas entre ellas el doctor –intenta contener las nauseas, es conveniente que vomites lo menos posible– dos de las enfermeras me ayudaron a subir a la cama mientras otra me colocaba un recipiente frente al rostro –¿te duele algo en este momento?– me preguntó Raúl –el vientre, pero es solo una molestia– la mirada de Nick me destruía, sus brazos estaban colocados sobre su pecho y sus ojos volvían a estar agonizantes –doctor revísele la mano a Nicholas por favor, se la lastimo–
–No es nada, continúen con ella– dijo luego de lanzar un bufido – ¡revísenle la mano!– grité luego al notar que no se dejaría ver, todos voltearon a verme con la mirada llena de sorpresa – ¿Qué sucede?– les pregunté al notar que sus ojos se iban llenando de horror.

Capítulo III

“Situaciones económicas”

Sentía como un liquido escapaba de mi boca deslizándose por mis labios, al llevarme la mano a mis labios descubrí que era sangre lo que detonó de manera inmediata mis nauseas obligándome a utilizar el embase que una de las enfermeras sostenía –revísenle la mano– dije al poder respirar –no la hagas estresar– dijo una de las enfermeras, inmediatamente escuché como la puerta de la habitación se abría –tranquila, ya fueron a ayudarlo– dijo otra mientras tomaba mi cabello en sus manos para evitar ensuciarlo –has sentido debilidad en los huesos u otro malestar aparte del dolor de vientre– me preguntó Raúl cuando estuve más tranquila –no, solo ha sido eso– en ese momento entro mi hermana a la habitación –ya nosotros estamos listos, las dejo solas– dijo Raúl al terminar de examinarme, inmediatamente al estar solas Patricia se abalanzó sobre mi –me romperás los huesos– le dije en broma al sentir la fuerza de su abrazo –lo siento ¿te hice daño?– preguntó preocupada –para nada, solo bromeaba–
–No me parece nada gracioso–
–Hermana necesito hablar contigo, pero quiero que seas completamente sincera conmigo–
–Prometo ser sincera–
– ¿Quién se está encargando de pagar las cuentas de la clínica?– Patricia dudo en responderme pero al encontrarse con mi mirada de pocos amigos prefirió hacerlo –Nick se está encargando de todo–
– ¡No! No puedes permitirlo, el no tiene por qué gastar una fortuna para mantenerme aquí–
–Yo insistí en pagar pero no me dejó, tampoco quise decirle a mis padres para evitar cualquier inconveniente entre ustedes–
–Ni a mi mamá ni a mi papá puedes pedirle, yo tengo un dinero ahorrado, no sé cuánto es pero sé que existe, necesito que averigües cuanto es, pídele a algún abogado que te haga una autorización y yo la firmo para que puedas manejar ese dinero, necesito pagarle a Nick–
–Hermana vas a hacer enojar a Nick, prefiero que lo hables con él–
– ¡No!...quiero ser yo quien corra con los gastos, o por lo menos con una parte, no puedo darle esa responsabilidad a Nick–
–Tn_____ no seas tan testaruda habla con él–
– ¿Qué quieres que le diga? ¿Qué mis padres me dejaron en la calle? ¿Qué no tengo donde dormir? ¿Qué debo vivir completamente de lo que él pueda darme? No quiero que esté ligado a mí por una obligación, por favor ayúdame–
–Él no está ligado a ti por obligación, él te ama, pero no discutiré contigo en este momento, hoy mismo haremos lo del poder–
–Tiene que ser completo, que puedas movilizar todo, incluso mis fideicomisos, aunque aun no pueda moverlos, también debes prometerme algo–
– ¿Qué?– preguntó con recelo –Prométeme que si no llego a sobrevivir te encargaras de que mi hija reciba de ti el amor de madre que no podre darle, prométeme que no la dejaras sola– los ojos de Patricia de llenaron de lagrimas e instantáneamente empezó a sollozar, al estar envuelta en mis brazos dejos escapar todas sus lagrimas –hermana recapacita, podrás tener otros hijos, puedes adoptar, me prometiste que siempre estaríamos juntas, no puedes dejarme–
–Ya lo decidí, no quiero otros bebés, quiero uno de Nick, aunque eso me cueste la vida, espero logres aceptarlo–
–Lo acepto pero no lo comprendo, voy a hacer todo lo que me pides siempre y cuando me prometas que lucharas hasta el final–
–Te lo prometo– ambas compartimos un par de sonrisas llenas de diferentes emociones, podía ver pasar por frente a mis ojos las imágenes de toda nuestra vida, sin poder evitarlo me llené de nostalgia al verla salir de la habitación, cerré ligeramente los ojos para sumergirme en lo que fue una siesta profunda, al despertarme una enfermera estaba a mi lado – ¿Qué tal dormiste?– me preguntó con mucha amabilidad –perfecto, gracias–
–Dentro de poco podrás irte a tu casa– dijo luego con emoción, solo le respondí con una sonrisa al dudar a donde iría, sin duda seria el apartamento de Nick pero no estaba muy de acuerdo con esa opción –su esposo acaba de irse, dijo que volvería en un par de horas, me pidió que se lo dijera si se despertaba–
–Gracias– ahora no sabía lo que sentía cuando alguien nombraba a Nick como mi esposo, días atrás, tal vez horas, me hubiese sentido orgullosa y feliz, pero ahora sentía como un vacio se abría en mi estomago, algo que me recordaba que no era su esposa y que en lo profundo recalcaba que tal vez nunca lo sería –todo saldrá bien señorita, usted es una mujer muy hermosa como para tener una cara tan triste– me dijo la cariñosa enfermera y era de entenderse imaginando la cara tan larga que debía tener en ese momento –aun esta hermosa, nunca sería diferente– dijo un voz masculina evitando que pudiera responderle el alago a la enfermera –¡Joe!– grité emocionada al verlo –ni esto te librara de mi– dijo con una increíble sonrisa –es una lástima pero viviere con eso– le respondí siguiendo con su broma, la enfermera nos dejo solos y Joe lanzó su fuerte y grande cuerpo sobre el sofá de la habitación –no quiero que te sientes ahí, ven a mi lado– le supliqué mientras me movía a un lado de la cama, Joe puso los ojos en blanco mientras se colocaba a mi lado –avísame si te molesto o te lastimo–
–Cuando lo hagas te morderé–
–A no, entonces me voy–
–Estaba bromeando, nunca podrías lastimarme– le dije mientras utilizaba su pecho como almohada para ver la televisión –es que siempre te vi muy delicada, cuando te abrazaba parecía que te romperías, ahora estas peor, estas unos tonos de blanco más claro–
–Bueno ahora nos romperás a las dos– mis palabras no tuvieron el efecto que yo esperaba, Joe no parecía divertido, al contrario su cuerpo se tenso de tal manera que podía imaginar su cara tan tiesa como una estatua –Tn_____ debes estar preparada para lo que les espera al salir de aquí– dijo con tono fúnebre pero protector –no será fácil para Nick y para ti enfrentar todo, se trata de que mi familia los verá como traidores en especial Kevin sin contar todos nuestros conocidos, sobre todo los tuyos que son el doble de los nuestros–
–He pensado en eso Joe, pero ya no puedo hacer nada, Nick es libre de escapar de toda esta telaraña antes de que se enrede– Joe inmediatamente soltó un bufido al oírme –Nick nunca te dejara sola así como tú nunca lo dejaras solo a él, están hechos el uno para el otro tn______ lo que sucede es que tu no lo ves desde nuestro punto, pero todo el que comparte con ustedes sabe que ustedes son su mundo, nunca podrían estar separados, además cuentan con el apoyo de Alicia y el mío–
–Es que no es solo el apoyo emocional…tengo problemas económicos, mis padres me quitaron el apoyo al decirles que no dejaría a Nick y mis fideicomisos aun no pueden tocarse…Patricia está averiguando cuanto capital poseen mis cuentas, pero no será mucho– Joe soltó una carcajada que me hizo temblar la parte del rostro apoyada de su pecho –Eso no debe preocuparte, a Nick eso es lo que más le apetece darte, aquí entre nos debo confesarte que a Nick le molestaba el hecho de que tu pudieras comprarte todo por tu cuenta, el sueña con ser quien te pague todo– dijo entre risas –ese no es el punto, ya no se tratan de carteras y vestidos, ahora son medicinas y doctores, no puedo hacerle eso–
– ¿Hacerme qué?– preguntó Nick mientras abría la puerta.