Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo I

“Verdad”

Mientras me despertaba aun bajo los efectos del fuerte calmante entendí el sentimiento que experimentaba, estaba obstinada, quería levantarme y saber que era lo que sucedía pero mi cuerpo no me lo permitía, o tal vez eran los calmantes, aun no lo sabía pero estaba molesta pero al abrir los ojos olvide todo, la mirada llena de angustia y emoción de Nick se encontraba con la mía –creí que no despertarías a tiempo– dijo mientras separaba sus labios de los míos, su fragancia volvió a embriagarme, de una manera tan seductora que un ardor de deseo exploto en mi vientre, deseaba tener su cuerpo desnudo y sudado enredado con el mío, pero luego mi nariz capto algo totalmente repugnante, algo que me revolvía las tripas y me hacia querer vomitar –¡¿Qué es ese olor?!– grité eufórica mientras me llevaba las manos a la boca para evitar las nauseas que me provocaba –Yo estoy recién bañado y no he hecho ejercicio– dijo Nick mientras se separaba rápidamente de mi lado – ¡no huele a sudor, el algo peor!– dije con tono de repulsión -¡Café, asco, a eso huele!– dije cuando logre identificarlo, inmediatamente Patricia quien tenía una taza de café en su mano salió disparada de la habitación –no recordaba que fuera tan terrible ese olor– dije pero al terminar la frase no pude evitar expulsar mis nauseas desde mi garganta, justo en el momento preciso mi cuerpo reaccionó girándose hacia un lado evitando ensuciar la cama y a Nick, escuche como lanzaba un bufido lo que me provocó un ataque de vergüenza inmediata, no entendía su reacción, tal vez le daba asco lo que estaba viendo, pero nuevamente mis pensamientos se disiparon al ver hacia el piso, un gemido ahogado salió desde mi pecho cansado, Nick inmediatamente aparto mi cuerpo y en un solo movimiento se abalanzo sobre la cama logrando ver lo que me asustaba, rápidamente apretó el botón de alerta y un grupo de enfermeras entraron a la habitación –me dijiste que esto no sucedería tan rápidamente, me engañaste, no quería que pasara por esto– le dijo Nick de una manera muy desagradable al que suponía era el doctor encargado –no debía haber sucedido, algo está fuera de lo normal–
– ¡Nada es normal!– le respondió Nick mientras alzaba la voz –cálmate– le dijo Patricia a Nick mientras intervenía, las miradas de los tres se colocaron sobre mi intimidándome aun más, mis ojos se enredaron con los de Nick mientras mi cuerpo frio ignoraba las manos de las enfermeras que me toqueteaban todo el cuerpo sin ningún tipo de pudor, su mirada era extraña, era profunda y oscura pero en tonos diferentes a los anteriores, era como si ya no se tratara de Miley –no debía vomitar sangre, por lo menos no aun– continuo en voz aun más baja el doctor –entonces ¿Cuál es el siguiente paso?– preguntó Nick mientras cruzaba las manos en su pecho –le haremos mas exámenes, esto es algo que no nos esperábamos, no podemos intervenirla bajo estas condiciones, además necesitamos su permiso–
–Por eso no te frenes, no hace falta preguntárselo se que ella aceptara– le respondió Nick con plena seguridad inundando sus palabras, sin darme cuenta de lo que provocaba mi subconsciente las palabras empezaron a salir de mi garganta mas como aullidos que como palabras –No sé de qué hablan, quiero estar al tanto de todo ¿Qué sucede?– los tres intercambiaron miradas e instantáneamente Nick se colocó a mi lado envolviendo con sus dedos una de mis manos –tranquila, todo estará bien, ya lo estamos resolviendo–
–Quiero que me digas que es lo que resuelves–
–Te sacaremos esa cosa en cuanto podamos hacerlo estarás bien, te lo prometo– un grito de histeria salió desde mi percho – ¡¿A qué cosa te refieres?!– le dije al perder la paciencia, las enfermeras al terminar de limpiar y atenderme salieron de la habitación dejándonos a los cuatro solos, Patricia lentamente se colocó a mi lado mientras apoyaba parte de su cuerpo en la cama, sus manos se colocaron con delicadeza sobre una de mis piernas forrada por la gruesa sabana –hermana debes tranquilizarte– comenzó mientras que en el gesto podía ver que en su interior se debatía con el llanto y el sufrimiento, alcé la vista hacia Nick y me quede helada la ver como sus ojos estaban llenos de lagrimas que luchaban por no salir – ¡me mataran de un infarto ¿Qué sucede?!–
–Estas embarazada– un sentimiento de vida y luz me inundo “¿embarazada?” me pregunté mientras intentaba salir del estado de sorpresa para entrar en un mundo de felicidad “Un hijo” “un hijo de mi Nick” pensé con alegría mientras mis ojos se llenaban de lagrimas de manera inmediata, lo que me hizo recordar los gestos de todos, no los entendían, lo mínimo que esperaba de todos era una felicitación, fue entonces que caí en cuenta –¿Qué le sucede al bebé?– pregunté con un hilo de voz que expresaba amargura y preocupación, ya sentía ese instinto maternal llenar todo mi ser –no es al bebé a quien le sucede algo– susurró Nick con amargura y dolor –señorita, me presento, mi nombre es Raúl Reyes, yo soy su Doctor, usted está presentando un caso muy especial, de hecho un tanto extraño– dijo el joven y moreno doctor dueño de una sonrisa cegadora y un perfilado rostro, sin duda era latino –yo nunca he visto un caso como el suyo, incluso he hablado con varios especialista que me ayudan con su caso, ninguno ha visto algo parecido– dijo luego con amabilidad –explíquese más por favor– le dije mientras en mi estomago se revolvía el bicho de la duda –usted está siendo devorada por su embarazo, hablando de manera coloquial, su hija consume más nutrientes de lo que su cuerpo puede darle por lo que absorbe demás, intentamos inyectarle nutrientes externos pero solo absorbe los suyos, o sea, los generados por su cuerpo, su hija consume por día lo que un feto normal consume por mes, por lo que evidentemente no puede mantenerla–
– ¿Qué me recomienda?– pregunte con seriedad evitando las miradas llenas de dudas que mostraban Nick y Patricia –lo primero que debo decirle es que la niña seguirá consumiéndola día a día, aun no sabemos cómo su cuerpo resistió tanto, lo mejor es sacar a la niña, tomando el criterio de que la madre es a quien debe salvarse–
–Criterio basado en una hipótesis estúpida e insensible, no tiene idea de lo perjudicial que puede ser para una madre decirle algo parecido–
– ¿Es psicóloga?–
–Si– le respondí, el doctor asintió con una media sonrisa dibujada en su rostro –entonces ¿Qué es lo que usted sugiere doctora?– dijo con cierto tono de diversión – ¿Cómo hago para mantener a mi hija viva?– al terminar de hablar los ojos del doctor se posaron sobre Nick y su rostro desfiguro la sonrisa –Eso no está en discusión, no pondremos tu vida en riesgo a cambio de esa cosa– dijo Nick con aplomo, al instante solté su mano –no vuelvas a expresarte así de mi hija, de nuestra hija, escúchame claramente, no te voy a permitir que le hables así– dije mientras las lagrimas afiloraban desde lo más profundo de mi ser, los sollozos eran inevitables –¿Qué es lo que provoca esta situación?– pregunte aun entre lagrimas y jadeos –Su vientre es muy estrecho y su cuerpo es muy delicado, eso es lo que creemos, no hay nada seguro, pero eso es lo más probable, fuera ahora o luego eso pasaría, su vientre quedo estancado en crecimiento, también existe la posibilidad de que sea hereditario–
–Déjennos solo por favor– dijo Nick inexpresivamente, Patricia beso mi mejilla y acompañada del doctor abandonaron la habitación, al girar mi rostro encontré a Nick arrodillado a mi lado.