Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo XXXII

“Round III”

– ¿Quien te lo comentó?– dijo con el tono de un hombre de negocios el cual era el caso de mi padre sin duda alguna –no creo que eso importe, te estoy dando la oportunidad de que me des tu versión de los hechos, ya hable con los otros dos monstruos ahora vienes tú– mi padre sonrió con desgana al escuchar cómo me refería a mi madre y a mi abuela –entonces por eso tu madre quiere verme con tanto desespero– dijo para sí mismo –todavía estoy esperando respuestas– dije demostrando que estaba perdiendo la poca paciencia que tenia –Todo lo hice por tu bien– solté un bufido de incredibilidad al escucharlo –Yo pienso que hubieras hecho lo mismo que yo, no podíamos permitir que un chico dañara tu vida, lo mejor era cortar todo desde el inicio–
–No puedo creer lo que dices, tú más que nadie viviste lo que fue para mí el hecho de que Nick me dejara–
–Si supiera leer el futuro no lo hubiera hecho, pero ya no hay vuelta atrás, lo preocupante es que analices tu situación actual–
– ¿A qué te refieres?– le pregunté con escepticismo al ver que intentaba desviar el ritmo de la conversación –Hija, me tienes pendiendo de un hilo, siento miedo por ti– tomó una pausa para llevarse un trago a la garganta –Como tu padre quiero protegerte de todo, pero en este caso no puedo y eso me frustra, si lograras ver lo que nosotros vemos desde este lado de la historia, cada vez que estas en presencia de Nicholas tu mirada y movimientos cambian, es como si él fuera el centro de tu universo, todos tus movimientos se acoplan a los de él, lo que nos lleva a preguntarnos ¿Qué pasaría si la tierra se queda sin sol?– las palabras de mi padre debilitaban mis piernas y ablandaban mi corazón, tal vez tenía razón, Nick era mi universo, sin él yo no podría existir, lo que me llevó a representar su hipótesis en mis pensamientos, un universo en el que a la tierra se le quitaba su sol, la tierra se congelaba y moría, lo que me dejaba en claro que yo moriría sin ninguna posibilidad de sobrevivencia, Nick era mi universo, mi mundo, todo lo que valía la pena en mi vida estaba ligado a él –a eso me refiero, con solo decírtelo tus manos aferran tu pecho como si quisiera partirse ¿Qué clase de padre seria si no intentara salvar de su hundimiento a mi propia hija?– dijo luego, baje la vista y noté que mis brazos envolvían m pecho lleno de dolor ocasionado por una simple ilusión –No tienes ningún tipo de derecho para hacer lo que hiciste, entiendo tus posiciones, pero eso es algo que yo debo decidir, lo que más me duele de todo esto es que yo confiaba en ti y ahora no podre volver a hacerlo, cuando creí que me apoyabas planeabas una estrategia a mis espaldas para destruir lo único que tiene valor en mi vida–
–No deseo que lo veas de esa forma, admito que he cometido muchos errores en mi vida y ese tal vez fue uno de ellos pero si me viera en la necesidad de hacerlo nuevamente por tu bien lo haría sin dudarlo, eres mi tesoro–
–Entonces hasta aquí llego nuestra conversación, no puedo creer lo fácil que fue para ti traicionar la confianza que te tenia–
–Esto se te pasara, te conozco, eres mi hija–
–No me conoces lo suficiente, no estuviste presente en la mayor parte de mi vida y cuando te necesité preferiste ponerte de parte de la mujer que me alejo de tus brazos, debería darte vergüenza–
–No es justo que me hables así, tú más que nadie sabes lo mucho que sufrí durante el tiempo que no pude verte–
–Realmente no lo sé porque no lo vi y basándome en tu forma de actuar ya no sé si dices la verdad, eres un mentiroso más de la familia–
–Entonces me quitaras el habla, me imagino–
–Estas en lo correcto, no creo poder perdonar todo lo que hicieron, me has herido de una manera vil, espero no te arrepientas en el futuro de haber perdido a tu única hija por dejarte influenciar por terceras personas–
–No te vayas, por favor– me duplico al verme girar la manilla de la puerta, introduje mi mano dentro de la cartera para conseguir mi tarjetero, saque las siete tarjetas que eran costeadas por él quedándome solo con cuatro de mi titularidad, de las cuales el limite crédito mayor alcanzaba para comprar una cartera a las que estaba acostumbrada –no puedes quedarte sin nada, llévatelas podrías tener una emergencia–
–El amor que siento por ti no se basa en lo material, has roto cualquier sentimiento, siempre te voy a querer porque eres mi padre pero nuestras relaciones están rotas– el rostro de mi padre dibujaba la agonía que yo disimulaba pero sin duda sentía en mi interior, su facciones llenas de dolor me lastimaban pero todo lo que había sucedido era cierto y ya todo estaba dicho, no podía volver a confiar en él, las lagrimas comenzaban a salir mientras llamaba a tres de las mucamas –recojan todas mi cosas, zapatos, prendas, carteras, sombreros, todo, mañana vendré a buscarlos– les pedí –Señorita son muchas cosas, no creo que podamos terminar para mañana– dijo una con sorpresa –No hay prorroga, lo necesito para mañana, pidan más ayuda– las chicas asentaron con la cabeza y desaparecieron obedeciéndome –entonces te vas– comentó Ángel quien me esperaba en una de las columnas del pasillo –es definitivo–
– ¿A dónde iras?–
–No lo he pensado, creo que hablare con Alicia debido a que no puedo pagar el Palace–
–Te deseo suerte, te amo prima– sus brazos me rodearon dejándome percibir su dulce aroma a caballero, me sentía tan segura en sus brazos que no quería soltarlo –debo decirte que mañana me iré a Italia, ya no tengo nada que hacer aquí–
–Me dejaras sola… –
–Nunca estuvimos juntos, cuando me necesites aquí estaré–
–Yo también te amo, aunque no sea de la forma que esperas– le dije, en su rostro se formo una media sonrisa que parecía estar más llena de tristeza que de alegría –Tal vez deba decirte que mientras tu pagabas solo con tarjetas de cerdito mi tío de depositaba una mesada en tu cuenta aunque él no te lo decía, tal vez te sirva, también debes revisar los terminas de tu fideicomiso, los de ambas familias quizás puedas acceder a uno de ellos– me dijo con familiaridad, volví a abrazarlo mientras pegaba mis labios suavemente de su mejilla, Ángel soltó un suspiro –espero poder visitarte en Italia–
–Cuando quieras te mando a buscar– estando en el ascensor no pude evitar soltar todas las lagrimas que sentía ahogadas en mis ojos, mi padre, mi madre, Ángel, todos estaban lejos de mí, me estaba quedando sola y a eso le agregaba el hecho de que ahora no tenia donde caerme muerta, una vez más necesitaría de mi amiga, levante mi reloj cuando los ojos me lo permitieron, limpie mis lagrimas y cubrí mis ojos hinchados con mis gafas de sol, Carlos me esperaba en la entrada, no sabía si utilizar el coche ya que aun mi padre era quien lo pagaba pero no tenía otro medio de transporte y aun no sabía utilizar el transporte público así que no tenia alternativa –Tenemos veinte minutos para llegar al club– le dije a Carlos al notar que eran las doce y treinta minutos, la autopista estaba despejada lo que era raro tratándose de la hora, a la una en punto estaba bajando del coche para dirigirme a las gradas –puedes tomarte el resto del día Carlos, mañana te llamaré, luego deberás hablar con mi padre– la mirada de el chico se lleno de duda pero solo asintió con la cabeza y se marcho –¡Tn_____!– escuche a los lejos, giré mi rostro para encontrarme con Alicia quien agitaba sus brazos para llamar mi atención –Por un momento creí que Nick me estaba enamorando, no ha parado de verme para saber si tu llegaste– me dijo entre risas mientras me saludaba –Me parece bien, así yo podre dedicarme a Joe– le respondí con el mismo tono de burla, sentí como una mirada se clavaba sobre mí, Nick estaba dedicándome una mirada que sin duda estaba entrecerrada y llena de estudio, aunque sus gafas taparan sus ojos lo conocía lo suficiente para saberlo, pude ver a los lejos como sus labios formaban una sonrisa, Nick sostenía el bate con ambas manos mientras estiraba sus brazos para poder prepararse para batear, cada unos de sus músculos se estiraba mientras podía notar como sus mejillas estaban coloradas producto de la exposición de su blanca piel a los rayos solares, sentía como me inundaba el deseo nuevamente solo con verlo, me imaginaba envuelta por sus brazos ligeramente sudados –Amiga vi a Frankie, esta aquí– me dijo Alicia sacándome de mis pensamientos para devolverme a la realidad –no quiero hablar de ese ser en este momento, debo comentarte otra cosa, me acabo de ir de la casa de mi padre– Alicia abrió la boca por una milésima de segundo pero luego estilizó su perfilado y hermoso rostro cubierto ligeramente por las gafas de sol –Debes venirte a mi casa, no pensaras quedarte en un hotel, mi madre me ha cancelado un año entero de alquiler– dijo inmediatamente –Precisamente iba a pedírtelo, no tengo a dónde ir, solo tengo cuatro tarjetas una es de un crédito universitario– Alicia sonrió con cariño –no era necesario que me lo pidieras, el único problema es donde meteremos toda tu ropa, porque tienes más que yo, incluso ayer descubrí que ya tienes uno de mis closets llenos con todo lo que me has prestado, si la vendes te haces millonaria– las dos sonreímos apaciguando la melancolía de la situación, ahora solo debía concéntrame el amor de mi vida quien estaba deslumbrándome mientras ponía en práctica sus hermosas dotes de deportista.