Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo XVIII

“Deseos”

Sentí ligeramente los labios de Nick rozar mi espalda mientras sentía como sus manos paseaban por mis pompas, giré mi rostro para dedicarle una sonrisa –no sabía cómo despertarte– me susurró con tono de disculpas –no hay mejor manera de hacerlo que con tus besos– le dije sin borrar mi sonrisa, alce mi vista hacia la ventana para determinar una hora aproximada y noté que aun no amanecía – ¿Qué hora es?– le pregunté más dormida que despierta mientras giraba mi cuerpo para ponerlo frente al de él, solté un gemido al sentir como su dedo paseaba por uno de mis senos aun desnudos, en el rostro de Nick apareció una sonrisa al escucharme –eres tan hermosa– entrecerré los ojos al escucharlo, su mirada bajaba a medida de que su mano delicadamente quitaba de mi cuerpo la sabana del delicado hilo, no podía creer que me despertara para eso –me encanta ser despertada por ti, pero ¿Qué tramas?– le pregunté luego de ahogar el gemido de placer que me estaban provocando sus labios en mis piernas –nada solo quería que supieras lo mucho que te amo– dijo sin detenerse, sus manos se deslizaban por mis piernas mientras sentía su lengua jugar en mis muslos –eso me encanta, pero creo que estas buscando algo más– le dije con doble sentido, Nick dejó caer su rostro en mis piernas –tienes razón, me distraje un poco, debemos levantarnos te llevaré a un lugar muy especial– me dijo mientras me besaba cortamente en los labios y se dejaba deslizar fuera de la cama –aun tengo sueño, déjame dormir solo diez minutos– le suplique mientras ocultaba mi cabeza debajo de las sabanas, sentí como los brazos de Nick me envolvían –te ayudare preciosa, no puedo negarte nada pero en esta ocasión lo hare, podrás dormir en el coche si así lo deseas– dijo mientras me cargaba en dirección al baño –por favor, déjame dormir–
–Me parte el alma no poder complacerte pero estoy seguro de que me lo agradecerás–
–Ok, bájame, ya me convenciste–
–Prométeme que no te irás a dormir–
– ¡Nick!– me dedicó una mirada entrecerrada mientras apretaba sus labios –lo prometo– le dije luego –igual te ayudare, tengo miedo de que te duermas estando de pie– dijo con seriedad mientras me tomaba por el brazo –debo ducharme– le dije cuando termine mi rutina de limpieza –creo que los dos lo necesitamos– dijo mientras arrugaba su nariz, al ver su gesto abrí mi boca demostrando la indignación que había sentido –no, no, no, no lo digo por ti, lo digo por mi preciosa– dijo mientras movía sus manos de un lado al otro –deberás bañarte solo porque podría contagiarte mi mal olor– le dije demostrando el irritante humor que aparecía en mi cuando me levantaban –no esperaba un mejor humor– dijo mientras envolvía mi cintura con su brazo y me halaba hacia la ducha –no tenemos tiempo para malcriadeces– dijo mientras abría el grifo de la ducha, no me dejo respirar cuando sentí como sus manos llenas de jabón recorrían mi cuerpo –aplícate el champú– me dijo mientras sus caricias me introducían en un transe, sus manos lubricadas eran delirantes cuando pasaban por mi feminidad y senos, sin pensarlo y mas como un reflejo me lance sobre su cuerpo, Nick tuvo que sostenerse de las puertas de la ducha para no caerse, pegue mis labios a los suyos demostrando el hambre que tenia de él, las manos de Nick enredaron mi cintura –tienes mucha fuerza cuando te recién despiertas– dijo con una risita ahogada mientras separaba sus labios de los míos –hazme tuya por favor– le dije mientras besaba su cuello y acariciaba su cuerpo –aunque es lo que más deseo no puedo, no tenemos tiempo– en esto no podía dejar que Nick me rechazara por lo que comencé a tocar su miembro con una de mis manos, escuche como su pecho soltaba un gemido ahogado –ya es difícil, relájate por favor– me dijo mientras tomaba mis manos para separarlas de su cuerpo –si eso es lo que quieres– sentí el orgullo aflorar en mí, me di media vuelta para terminar de ducharme –no te molestes, estoy sufriendo mucho por no poder cumplir tus deseos pero baldra la pena preciosa– sentí como me besaba en la mejilla pero lo ignore completamente, estaba muy molesta –ya estoy lista– le dije mientras me movía de su lado para salir de la ducha –¿aun conservas parte de mi ropa aquí?– le pregunté al estar afuera ya que el vestido del día anterior estaba destrozado –estas comenzando a irritarme– dijo mientras clavaba en mi esa mirada entrecerrada, inmediatamente clave mi mirada en la suya para evitar ver su hermoso cuerpo desnudo cubierto por ese manto residual de agua –nunca me desharía de tu ropa– dijo con tono de aplomo –eso dices ahora al igual que decías que no podías negarme nada y mira aquí estamos– Nick comenzó a mover la cabeza de arriba abajo mientras apretaba su mandíbula –la ropa esta en el mismo sitio– dijo con cierto tono molesto por lo que decidí dejar las cosas así, Nick me dio un abrigo mientras él se colocaba el suyo –tengo mucho frio– le dije al entrar al aparcadero, Nick envolvió mi cuerpo con su brazo mientras caminábamos hacia el coche, me ayudo a subir a la camioneta y luego la abordo, apenas colocó en marcha la camioneta prendió la calefacción –¿Así está mejor?– me preguntó mientras frotaba mi brazo con su mano derecha –si así está mejor, gracias–
–Ahora puedes dormir, estamos a cuarenta minutos de viaje– aun las calles estaba oscuras –quería dormir en tu cama, no en tu camioneta– Nick sonrió mientras negaba con la cabeza –todos te tenemos muy malcriada– dijo luego, ignore su comentario mientras luchaba con mis parpados, no quería quedarme dormida.

Capítulo XIX

“Sorpresa”

Sentí como los labios de Nick se pegaban de mi mejilla –ya llegamos– me susurró dejándome sentir su cálido y dulce aliento rozar mi rostro, en ese momento noté que me había quedado dormida durante el viaje – ¿Dónde estamos?– le pregunté mientras lo tenía cerca –ya verás– me dijo antes de darme otro beso, Nick abrió su puerta y rápidamente le dio vuelta a la camioneta para ayudarme a bajar –hace mucho frio– dije mientras los dientes me temblaban –tranquila, te traeré algo caliente para tomar– dijo mientras frotaba mi cuerpo con sus manos –espérame aquí– dijo antes de salir corriendo hacia una cabaña que se encontraba a unos metros de nosotros, gire mi rostro para ver donde nos encontrábamos, varios coches estaban aparcados a mi alrededor, Nick apareció con una taza de chocolate caliente la cual significo un sueño hecho realidad en ese momento, el calor del chocolate atravesando mi garganta era satisfactorio –tómalo más lento o te quemaras– hice caso omiso a su comentario mientras sentía como el calor volvía a mi cuerpo, Nick tomó una de mis manos para guiarme hacia lo que aprecia un camino, todo estaba rodeado de pinos pobremente alumbrados por faros que debían tener más de cincuenta años en la zona, a medida de que nos adentrábamos los pinos se hacían más grandes haciéndome recordar los Canadienses debido a que no podían verse las copas de los mismos –debemos esperar– me dijo en medio de lo que parecía un mirador, muchas parejas estaban a nuestro alrededor, todas abrazadas y nosotros no éramos la excepción, Nick envolvió mis hombros mientras yo me amarraba a su ancha cintura, todo estaba oscuro y apenas podía ver su rostro, la brisa pegaba fuertemente hacia nosotros –abre bien los ojos que esto solo se aprecia una vez al año– me susurro mientras sus labios pegaban de mi oreja, de repente todo el cielo comenzó a aclararse y fue cuando entendí todo lo que Nick había hecho para traerme hasta aquí, no podía girar mi rostro hacia otro lado, el sol apareció entre las montañas forradas de nubes espesas que sin duda estaban llenas de nieve, la combinación del blanco con el purpura era sorprendente, los rayos solares forraban esas hermosas nubes con un color naranja, agregándolo a la gama de colores, poco a poco los colores aparecían mostrando ahora los diferentes tonos de verdes de los deslumbrantes árboles que bordeaban un hermoso lago, no me había equivocado segundos atrás, estábamos en una especie de mirador, los brazos de Nick me envolvían mientras su quijada se apoyaba sobre la corona de mi cabeza, estaba maravillada, nunca había visto algo tan hermoso a pesar de todos los lugares que conocía, tal vez influía la compañía u otra cosa, pero sin duda era hermoso, me hacía sentir como si estuviera viendo una pintura famosa en cualquier museo –¡ahhh!– dije ahogada al ver como un grupo inmenso de aves blancas aparecían de la profundidad de la nubes, parecían sacadas de un cuento de hadas, un deseo inmenso de llorar apareció en mí, me sentía estúpida pero no podía controlarlo –están emigrando– me susurró, diez veinte minutos después el sol había traspasado las nueves y las aves estaban desapareciendo permitiendo reaccionar –¡¡Nick!! ¡Esto es maravilloso, el mejor regalo que me han podido dar!– le dije con emoción mientras me giraba para lanzarme en sus brazos en los que fui recibida con mucho entusiasmo –sabia que te gustaría– me dijo entrecortadamente mientras le daba pequeño besos en sus labios y mejillas, no podía dejar de besar su monumental rostro –es hora de llevarte a desayunar preciosa–
– ¡Shuu! No tengo ganas de comer, quiero quedarme aquí, en tus brazos toda la mañana– soltó una carcajada al escucharme –creo que era mejor que vayamos a comer, te prometo no ir a trabajar, estaremos todo el día en la cama abrazados, podemos dormir desnudos todo el día, así podre darte con intereses lo que negué esta madrugada en la ducha– los ojos de Nick chispeaban de deseo mientras me lanzaban esa mirada que me decía lo mucho que me deseaba –Hoy es el día en que me niegas las cosas, tal vez yo debería actuar igual y negarte lo que me pides– Nick entrecerró los ojos mientras sonreía torcidamente –estas muy malcriada– dijo sin desviar su mirada mientras sentía como me intimidaba –ok, lo admito, si estoy un tanto malcriada, olvida lo que dije, ese será tu premio por traerme a este hermoso lugar, de nuevo te doy las gracias mi amor– Nick besó mis labios lentamente, no fue necesaria la lengua, solo nuestros labios trabajaron de manera inmóvil mientras se adaptaban entre sí –malcriada o no malcriada siempre te amare, además yo siempre cumpliré tus caprichos– su tono de voz era ese que me hacía sentir sentimental, hacia que esas mariposas que Vivian en mi desde el día que lo vi se alborotaran –llévame a desayunar mi amor– le pedí, inmediatamente Nick me tomo de la mano y me guió por un camino rodeado de pinos, uno diferente al que recorrimos para salir del aparcadero de los coches, una cabaña hecha de madera apareció, al entrar noté la cantidad de personas que también habían venido a presenciar este evento natural, unas catorce mesas estaban ocupadas –no hay mesas para nosotros– le dije sin soltar su mano –tranquila, ya tengo reservada una– respondió mientras me guiñaba uno de sus ojos –señor Jonas pase por aquí– le dijo un mesonero inmediatamente al verlo, solo seis mesas estaban dispersas por la terraza en donde nos encontrábamos, inmensos vitrales trasparentes forraban todo el sector cumpliendo doble función, la primera era resguardar a los presentes de la gélida brisa y la segunda era permitir la admiración de la maravillosa vista panorámica de las montañas y el lago –¿Cómo conociste este lugar?– le pregunté luego de que nuestro pedido estuviera completo, me inquietaba la idea –lo conocí con mis padres, aquí mi padre le pidió matrimonio a mi madre, todos los años en su aniversario venimos, la única diferencia es que no están las aves, de eso me entere por uno de los mesoneros–
–Es hermoso–
–Me alegra que te gustara– nuevamente Nick me sorprendió mientras comía –comes demasiado– le dije en cuanto pido en sexto plato de comida –no pienso comer en todo el día– respondió mientras mordía ligeramente su labio inferior, no pude evitar que aflorara en mi una sonrisa de vergüenza –ya es hora de irnos– me dijo mientras me ayudaba a levantarme de la silla –¿Por qué eres tan hermoso?– le pregunte mientras le daba un beso –nunca me lo he preguntado, tal vez solo lo soy para ti–
–Todas las chicas te observan al caminar–
–Creo que envidian tu belleza–
–Te amo–
–Yo también te amo preciosa– nos dimos un beso, tome su mano y nos dirigimos a la salida, pero algo nos sorprendió, en la entrada del modesto café nos esperaban unos doce fotógrafos, los flashes me cegaban, sentí como Nick me alaba por el brazo con fuerza mientras utilizaba su cuerpo como escudo para ayudarme a atravesarlos, Nick me ayudo al subir al coche y luego él lo abordo, rápidamente nos pusimos en marcha, no pronunciamos palabra alguna durante los cuarenta y cinco minutos de viaje alargados a sesenta por el trafico, un vacio apareció en mi pecho, esto era algo que habíamos querido evitar, nunca habíamos negado nuestro amor pero no queríamos que los seres más importantes en la vida de Nick se enteraran de esta forma, esto era algo monstruoso –¡Maldición!– dijo al terminar de leer un mensaje que había aparecido en su celular –¿Qué sucede?–
–No sucede nada– me respondió antes de orillarse en una farmacia, al bajar del coche hice algo que nunca hubiera apoyado pero que las circunstancias ameritaban, tomé su celular y leí el mensaje “te lo advertí hermano, esto es lo mejor para la familia” eso decía el mensaje de Frankie –olvide una de mis medicinas– dijo Nick al abordar el coche –llévame a mi casa por favor– le dije intentando disimular la ira que sentía –puedes venir a la mía si quieres, solo deberás estar sola un par de horas mientras resuelvo algo–
–Recordé que tengo un almuerzo con mi madre– le dije con la mejor sonrisa que me aparecía –ok– dijo poco convencido mientras ponía en marcha el coche, esta mentira era considerada blanca pues los motivos eran precisos si Frankie quería guerra, eso es lo que tendría, solo había ganado la primera batalla y yo estaba segura de que lo derrotaría en la que seguía, yo le demostraría a Frankie porque no debía meterse con alguien que llevara el apellido Tp__________.