Encuentros Sexuales!!! (Nick y tu) (solo mayores)

Capítulo XX

“La Terraza”

Mientras me probaba los conjuntos de lencería en mi recamara casi no respiraba, estaba nerviosa, ese era un serio problema porque ya tenía varios antecedentes de ataques de pánico y Nick podría provocarlos fácilmente, las manos me sudaban y temblaban mientras me despojaba de cada prenda y me colocaba la otra, había comprado seis colores diferentes lo que hizo más difícil el trabajo, el teléfono había sonado varias veces pero no me sentía lo suficientemente segura como para pensar en mover mis piernas del lugar donde me encontraba
–Hola amor– dije al responder luego de la quinta llamada perdida –Preciosa, me desespera que no atiendas la llamada, me preocupa–
–Lo siento, me estaba duchando–
–Entonces te pasare buscando más tarde porque no estarás lista a las seis–
–Amor, si estaré lista, es más, casi ya lo estoy– no podía decirle que ni siquiera me había duchado porque entraría en un ataque de histeria –no importa, ahora estoy lleno de paciencia, además me encantaría verte mientras te vistes– su tono seductor era tan complaciente que casi me hacia fallar las piernas –pues eso podrías haberlo resuelto anoche, ahora deberás esperar y no sé hasta cuando– soltó una carcajada al escucharme –pues nunca es tarde cuando llega algo tan bueno, te amo preciosa, te llamo a las seis–
–Yo también de amo– le dije antes de que terminara con la llamada, ahora estaba más nerviosa, debía ducharme, depilarme, maquillarme y vestirme en una hora, además de que le había dado el día libre a las empleadas así que debía arreglar todo, Alicia tenía una cita con Joe por lo que no pudo ayudarme, me duche rápidamente para dedicar más tiempo a la depilación, luego aun desnuda comencé a secarme el cabello, me maquille y coloque la lencería elegida, el color era negra, sin duda un color elegante y sofisticado, adaptable a cualquier situación, la seda negra era perfectamente hermosa, sin duda un buena elección, me coloque un vestido negro de Carolina Herrera que dejaba descubiertas mis piernas y espalda pero de una manera elegante, una gargantilla de oro blanco muy delgado adornaba mi cuello resaltando con el color del vestido, ya estaba lista, ahora debía comenzar a arreglar las cosas para la cena en la terraza y solo tenía quince minutos, la excelencia caracterizaba al restaurante que había elegido por lo que la comida venia servida directamente en los platos, hasta los cubiertos eran facilitados por ellos, lo único que debía hacer era asignar nuestros puestos, colocar las velas y el mantel, el teléfono sonó en el momento preciso, justo cuando acababa de terminar –ya estoy afuera preciosa–
–Nick no estoy lista, deberás subir– eso fue lo único que se me ocurrió en el momento para hacerlo subir –tranquila yo te espero–
–Amor, por favor necesito que me ayudes a elegir algo– escuche como aspiraba aire lentamente –ya subo– dibuje una sonrisa de victoria en mi rostro, las cosas iban muy bien hasta que lo vi frente a mí, Nick traía un traje gris plomo hecho a la medida, sus fuertes piernas se dibujaban en la parte superior del pantalón mientras se relajaba a medida de que caía hacía sus pies para encontrase con unos elegantes zapatos negros, la chaqueta que hacia juego contrastaba con el color vino tinto de la camisa autografiada por su firma de los tres botones sueltos al inicio, no se me ocurrió anticipar lo que sentiría al verlo frente a mi tan hermoso y seductor, su piel ligeramente sonrojada por el cansancio hacia resaltar su belleza, el entrecerró los ojos al verme –creí que no estabas lista– al escuchar su voz recordé que debía comenzar a respirar –Ese era el plan amor– le dije mientras rodeaba con mi manos su cuerpo para darle un suave beso de bienvenida al que él correspondió sin ninguna objeción –te prepare la cena– le dije con una sonrisa mientras rosaba mis labios de su quijada, se dibujo una sonrisa en su rostro –aunque me encanten tus panqueques, los prefiero de postre ni siquiera he tenido tiempo para almorzar preciosa, hay mucho trabajo en la oficina–
–Entonces es perfecto lo que tengo aquí, no hice panqueques– le dije mientras enredaba mi mano con la suya y lo guiaba al último piso donde se encontraban las recamaras y la terraza, Nick guardo silencio al ver como había preparado todo, una pequeña mesa redonda se encontraba en el medio de la terraza envuelta en un largo mantel blanco con adornos dorados, solo habían dos sillas una frente a la otra, por cada borde de la terraza donde no pegara directamente la brisa habían velas en juegos de tres de diferentes tamaños, dos botellas de champán se encontraban en una mesa aun más pequeña a nuestro lado a temperatura perfecta para ser tomadas – ¿te gusto?– le pregunte un tanto escéptica al ver que no pronunciaba palabra alguna, tardo un par de minutos en reaccionar y luego me apretó contra su pecho –gracias, todo está maravilloso– me susurro cerca de los labios permitiéndome saborear su dulce aliento, por instinto pegue mis labios a los suyos dejando que su lengua comenzara a interactuar con la mía –creo que debemos comer antes que se enfrié– le dije interrumpiéndolo –tienes razón, además muero del hambre, ya quiero probar lo que preparaste– ahogue mi risa al escucharlo, Nick estaba loco si creía que lo expondría a uno de mis ataques culinarios –te va a encantar– le dije siguiéndole la corriente, Nick me acomodo la silla como todo un caballero, luego beso mi mejilla y se fue en dirección a su silla, mientras comía y alagaba mi supuestas habilidades culinarias yo lo admiraba, el reflejo de la luz de la luna en su piel era maravilloso, se podía ver cada centímetro de su rostro influenciado por ese tenue resplandor que le brindaba la luna acercándolo aun mas a la mitología griega, me había convertido en la prueba viviente de su existencia, tenía a uno de sus dioses cenando conmigo, verlo así me hacia recordar la primera noche que pase junto a él en esa cálida playa del Brasil, Nick envolvió una de mis manos con las suya obligándome a salir de mi transe de admiración –preciosa sé que tengo una deuda pendiente contigo, estoy consciente de que debo explicarte todo pero no quiero que sea esta noche, quiero que esta noche esté libre de cualquier problema– me levante de la silla y sin soltar su mano rodee la mesa para sentarme en su regazo, Nick me recibió sin ningún problema envolviéndome en sus brazos –esta noche no es para eso, si debes explicarme todo, pero este no es el momento–
–lo sé– su mirada se desvió de la mía con vergüenza, no quería que se sintiera de otra forma que feliz así que para desviar sus pensamientos lo bese, al principio lo sentí distante pero luego se concentro correspondiéndome mejor de lo que yo esperaba, nuestras respiraciones se aceleraban a medida de que nos besábamos con más pasión aun –quiero pagar mi regalo, claro si tú me lo permites– me dijo mientras me dejaba respirar –nada me haría más feliz amor– Nick se levanto de la silla sin soltarme y con la mirada me pregunto dónde se encontraba mi habitación, ahí fue cuando dejamos la terraza para adéntranos en nuestro mundo de amor
–Quiero verte rebotar preciosa– me susurro minutos antes.