Marcos, Lex y Lucas son hermanos, pero a diferencia de otras bandas cuyos integrantes tienen el mismo apellido (entiéndase los Jonas Brothers), detrás de ellos no hay un monstruo mediático, sólo la pasión por la música y muchas ganas de trabajar.
Nacieron en El Paso, Texas, y después se mudaron a Colorado con sus padres y aunque tienen todo el tipo de modelos de Abercrombie, poseen sangre mexicana y mucha familia en distintas ciudades del País.
Con el motivo del lanzamiento del disco Un Mundo Nuevo, los hermanos Sánchez nos cuentan un poco de la historia de su grupo, Manitú.
Por las calles de la ciudadAntes del lanzamiento oficial de su disco, el grupo realizó una gira promocional para ir midiendo al público mexicano.
Estos recorridos ya nada tenían que ver con sus días de preadolescencia cuando cantaban y tocaban por gusto en Colorado Springs, pero reafirmaron en ellos la idea de que un artista que perdura es aquel que de verdad quiere tocar frente a la gente y puede separar la diversión y el trabajo.
Provenientes de una familia marcada por distintos géneros musicales, mencionan entre sus influencias e ídolos a bandas inglesas, estadounidenses y mexicanas.
“Yo crecí cantando canciones en español con mi abuelito. Me decía: ‘Oye, mi’jo, vente. Cántame esta canción de Vicente Fernández’”, relata Marcos, el vocalista y más joven de los hermanos.
Pero lo mismo escuchan a John Legend, Justin Timberlake o Keane, que a Led Zeppelin, Santana, Chicago y música de los 70 que sus padres escucharon y les pusieron desde niños. De cierta forma, el gusto por la música se dio de manera natural.