hOLA REGRESE DESPUES DE TANTO TIEMPO, LO SIENTO HE ESTADO OCUPADA. PERO ADIVINES YA SOY BACHILLER. BUENO SOLO ME FALTA EL TITULO....
2Jade apenas había dormido, pero por alguna razón quería llegar a la escuela lo más antes posible y eso era raro. No era que odiaba la escuela, es solo que bueno si la odiaba. Por muchas razones.
A su tercer tazón de Froot Loops, se apoyó en el mostrador y excavó en él.
-Buenos días, hermano —dijo, mirando a Nicholas arrastrar los pies en la cocina.
Nicholas masculló algo mientras se encaminaba hacia la despensa. Agarró un Pop Tart, la desenvolvió y devoró la masa sin tostarla. Su mirada se movió hacia arriba, encontrando la de Jade.
¿Qué?
Nada —dijo ella, tragando un bocado más—. Va a ser un bonito día
Entrecerrando los ojos, su hermano preguntó directamente
¿Por qué estás tan cantarín esta mañana?
No creo que sea posible para cualquier persona estar cantarín.
¡Buenos días, hijos! — Jaydlien Sacó un tazón de la alacena, sonriente.
Nicholas arqueó una ceja. —Eso es cantarín.
— Y no soné nada como eso —dijo Jade—. Sólo digo.
Nick frunció el ceño cuando entro a la cocina
¿Qué me estoy perdiendo?
Tú hija está todo entusiasmada esta mañana —dijo Nicholas—.Por la escuela. Hay algo inherentemente malo en ello.
Jade sonrió. —Hay algo inherentemente malo en el hecho de que mamá y yo tengamos que estar aquí hablando con ustedes, mientras están en calzoncillos- índico haciendo un movimiento de querer vomitar con el dedo.
Eso es cierto —murmuró Jaydlien.
Lo que sea. —Nicholas se estiró, mostrando una sonrisa perezosa—No estés celosa de que sea el hermano más guapo.
Todo eso lo heredaste de mí, hijo- alardeo Nick- Así que yo soy el más guapo aquí- Jade no puedo evitar rodar los ojos
En lugar de volcar la taza y la cuchara como lo hacía normalmente, Nicholas, los lavó y los dejó secándose, poniéndolos a un lado. Girándose, lanzó su mirada de ida y vuelta entre su hermana y sus padres.
Lo miraban con la boca abierta.
— ¿Qué? —exigió.
— ¿Acabas de... lavar un plato? —Jade retrocedió lentamente, parpadeando. Miró a sus padres—. El mundo se va a terminar. Y sigo siendo vir...
— ¡No! —gritaron los hombres al unísono.
Nicholas parecía que en realidad iba a vomitar.
— Jesús, nunca termines esa oración. En realidad, nunca cambies eso. Gracias.-pidió su padre
La boca de ella se abrió.
— Ustedes esperan que yo nunca tenga...
— Ésta no es una conversación con la que quiera empezar mi día. —
Nicholas agarró su mochila de la mesa de la cocina—. Estoy yéndome a la escuela antes de que esto se vuelva todavía más detallado.
— Oye, hijo- Jaydlien lo detuvo, mientras Jade se partía de la risa.
— Piensas ir así?-le pregunto su hermana mientras su padre también reía
— Si- sonó frustrado
— Estas desnudo, cariño-Jaydlien lo miro y por fin rio.
— Oh santos cielos!-corrió hasta su habitación.
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— Acosándome otra vez, ya veo. ¿Necesito conseguir una orden de restricción?
— En tus sueños, Kitten —sonrió—. Oh, espera, ya soy el protagonista de ellos, ¿no?
Rodo sus ojos. —Pesadillas, Travis. Pesadillas.
Entonces- abordo el mismo asiento que ella.
Que quieres?-dijo en tono molesto.
Está bien te diré, solo acércate- ella se acercó a él- Mas, vamos acércate más, no voy a comerte-cuando estuvieron frente a frente, Jade lo miro curiosa.
Qué?
Travis bajó la cabeza, inclinándola de tal manera que su boca se alineó con la de ella. Por un segundo, Jade creyó que iba a besarla. Lo curioso fue lo que pasó por su mente en ese momento. Los dos calientes. Húmedos uno sobre el otro. Jade podía sentir su frescura, y en el fondo de su mente se preguntaba cómo se sentirían. Y entonces, su boca estaba en la suya. Sus labios estaban cálidos y firmes. Y el grito sobresaltado de ella abrió su boca en la de él.
Moviéndose, rápidamente. Eso no estaba bien. Ni siquiera lo conocía, cuando estuvo consciente lo mordió y se levantó de golpe.
A caso me has mordido?- dijo tocando sus labios con la punta de su lengua, ella rodo los ojos ante la diversión en él.
Como te atreves- el intento decir algo pero ella lo detuvo- Eres un, Oh santos. Mierda, esto es- luego empezó a caminar de un lado a otro discutiendo un parlamento de maldiciones en un fluido Italiano. Travis sonrío al ver lo bonita que se veía enojada. Él se levantó y la tomo por los hombros.
Quítame las manos de encima, eres un tonto, gilipollas, insoportable-forcejeo con él, golpeándolo de nuevo, su puño impacto su mejilla.
¿Qué demonios? —explotó él. Ella estaba lista para gritar, abrió su boca. De la nada, una mano se colocó alrededor de su boca y un brazo se apretó alrededor de su cintura. El pánico se abrió camino hacia su garganta. Pateando y golpeando, intento contonearse para liberarse del fuerte agarre de Travis.
Oh, por el amor de Dios —gruñó Travis—. Acaba ya con esto.- Ella empujo su codo hacia atrás, satisfecha cuando hizo contacto con su fuerte piel.
Jamás, jamás te vuelvas a acercar a mí- dijo cuándo comenzó a darse vuelta, para marcharse antes de que cediera al desenfrenado deseo de estampar su puño en su rostro. O llorar.
Oye-grito el
Jade se detuvo en el escalón inferior, pero se negó a girarse, dejándole saber lo molesta que estaba- ¿Qué?
Te ves muy hermosa cuando estas enojada
Cállate -dijo y agrego en voz baja- Patán
El rio, una risa profunda y gutural-Eso no es propio de una dama, Kitten.
Jade se dio vuelta- No vuelvas a llamarme así- espetó.
Es mejor que llamar a alguien patán ¿No?-El salió descendió un par de escaleras - Ha sido una visita estimulante. Me reiré por mucho tiempo.
Sabes, tienes razón. Que equivocada he estado en llamarte patán, porque un patán es demasiado agradable en comparación contigo-dijo, sonriendo dulcemente- Eres un imbécil
¿un imbécil?-repitió-Que encantador
Jade Lo ignoro. Ella estaba demasiado cabreada. La ira creciendo dentro.
Él rió otra vez y bajo la cabeza. Un lio de ondas cayo hacia adelante, casi ocultando sus intensos ojos azules.
Muy civilizada, Kitten. Estoy seguro que tienes una amplia lista de nombres y señas obscenas para mí, pero no me interesa.
Jade tenía mucho más que decir y hacer, pero su dignidad se lo impidió, camino con pasos pesados fuera del instituto, sin darle el placer de ver cuán realmente cabreada estaba. Odiaba High Lincoln School, odiaba Detroit y odiaba a Travis Hope.
Le había prometido a su padre no meterse en ningún tipo de confrontación, problema o algo parecido, pero ese chico sacaba lo peor de Jade. Y eso no era algo bueno. Cuando llegó al auto, se detuvo frente a la puerta del conductor. Y abrió de golpe la puerta.
¿Nos vemos más tarde, Kitten!-grito, riéndose mientras sea alejaba,.. No lo vería ni más tarde, ni mañana, ni nunca. Ella quería irse a su casa. Los Ángeles. Ahora.
Lágrimas de rabia y vergüenza ardieron en sus ojos. Ningún chico en toda su vida la había hecho llorar pero Travis provocaba una ola de sentimientos. Estaba dispuesta a buscar un arma y dispararle hasta que no quedara nada de él.
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Bajo la ducha, Jade se peina el cabello lleno de bálsamo mientras intenta calmar el deseo de encontrar la casa de Travis y hacerle mucho daño. Fuera Nicholas le sube volumen a su estéreo, Jade echa la cabeza hacia atrás y adelante mecida por aquella rápida canción. Una ligera cascada de agua le quita el bálsamo, que se desliza por su cara, rozándole las facciones, las delicadas protuberancias.
Alguien llama a la puerta.
Mueve tu culo si quieres ir a las carreras.- era Dylan.
¿A qué carreras?
Esta noche todos van a la Olímpica con los autos y hacen carreras. A toda velocidad, ya sabes cómo funciona, Tío Joe te lo explico.- explica
¿La Olímpica?-
Está en South Side. Así que si quieres ir muévete nos vamos en 20- grito antes de salir de allí.
Jade se dirige a su habitación y empieza a secarse el cabello rápidamente. Cuando sale lleva puesto unos jeans negros, unas bostas de combate, una camisa sin mangas blanca con la espalda descubierta y el cabello suelto envuelto en extensiones de colores. Nicholas deja salir una risita que se convierte en una carcajada cuando Jade lo golpea con su codo en las costillas.
— Si papá te ve así vestida, te enviaría a una correccional.- ella se encoge de hombros mientras se concentra en la conversación de André y Cristianno.
— ¿Listos?-pregunta Cristianno como el mayor del grupo
— Y dispuestos—enmarca André.
— Así que vamos a Olimpia?-pregunta Nicholas estirando su piernas dentro del auto.
— ¡Eh! Se llama el invernadero-aclara Cristianno
— ¿Y por qué?- Jade suena curiosa.
— ¡Por todas las flores que hay a lo largo del camino! En recuerdo de todos los que han muerto.- David se pasa la mano por la frente.
Luego de ello no hubo más que silencio, los ojos de Jade observaban los faroles encendidas en una implica línea se veía realmente hermoso. El auto se detuvo y una hilera de súper autos apareció los chicos sonrieron. No eran ricos, pero tenían lo suyo.
Bugatti. Aston Martin. Audi. Ferrari. Lamborguini.
— Yo quiero el Ferrari- exigió Jade- Hare ronronear de placer a ese bebe- observo encantada el Ferrari negro.
— Pero ese día no será hoy, nena- Cristianno la miro subjetivo, ella casi le lanzo proyectiles con los ojos
— Querida- continuo- A penas conocemos las calles no nos vamos a arriesgar contigo, iras con uno de nosotros, conocerás y la próxima vez podrás causarle un orgasmo al Ferrari- ella miro a su hermano
— Lo siento, Cristianno ya ha hablado.-ella rodo los ojos enojada y se subió al auto de Cristianno, en la miro escéptico.
— Querido-imito su voz- Apenas conocemos las calles que mejor que tu como guía, no me voy a arriesgar a que uno de estos zopencos se pierda, además si mi noche se jodio la tuya no será perfecta.-Los chicos rieron el solo gruño.
Cristianno arrancó el motor. Nicholas hizo ronronear el Ferrari mientras se colocaba tras Cristianno lo que hizo que Jade se molestara..
— Lo hace a propósito- dijo Cristianno, Jade entrecerró los ojos mientras sacaba la cabeza por la ventana.
— Presumido- grito a su hermano, su acompañante rio.
— Seguirás gritándole a tu hermano estupideces o disfrutaras del viaje- Jade se deslizo por el fino cuero negro del asiento
— Sorpréndeme- dijo con voz tremendamente seductora.
El auto arranco con un estridente gruñido. Jade pensó tener un orgasmo.
A ambos márgenes de la carretera de amplia curva había mucha gente. Cristianno detuvo su Bugatti en la línea de salida. Ambos observando algunos jeep Patrol con las puertas abiertas que disparan música sin cesar. Muchachos con el pelo rubio teñido, con camisetas y gorras, de físico enjuto, se fingen surfistas y en poses estatuarias se pasan, obsesionados por el físico, una cerveza. Un poco más allá, junto a un
Maggiolone descapotable, otro grupo, mucho más realista, se está liando un porro.
A su lado un especie de auto transformado que salta al ritmo de la música, los chicos que están allí visten como pandilleros, mas al fondo unos chicos de cierta edad a la búsqueda de una noche emocionante, se agrupan alrededor de varias motocicletas, con chaquetas de cuero que representan alguna secta.
Espera aquí, mientras hablo con algunas personas, no salgas si no estás con alguno de los chicos. Mantén tu culito en el auto.- dijo Cristianno pero justo cuando iba a salir de su auto. Otro Bugatti se detuvo al lado de Jade con un rugido furioso. La música del reproductor saltó. Sonaba una de las canciones del disco de Shakira: Rabiosa.
Cuando Jade se volvió en dirección del auto Travis hizo gala una vez más de aquella mirada, arrogante. Tenía una mano sobre el volante y la otra en la ventanilla. Un cigarrillo colgaba de sus labios.
— ¡Rabiosa! —exclamó mientras echaba la cabeza hacia atrás y empezaba a mover los hombros de un lado al otro. Ni siquiera el cachondeo restaba sensualidad a sus movimientos, perfectamente acompasados con la melodía.- Dime, Jade, ¿me morderías la boca?- Jade apretó sus manos en el asiento.
Un extraño resentimiento a medio camino entre el odio y la excitación le recorrió el cuerpo. Le miro encolerizada.
— Tendrás que descubrirlo tú mismo.
¡Dios! Si le odiaba, ¿por qué ella no podía evitar imaginar esa situación? Jade Sí que le mordería la boca, sí…, entre otras muchas cosas.
Su acompañante comenzó a aullar y levantó su puño con el pulgar hacia arriba. Iba sentado al lado de Travis y mostraba la misma chulería que el chico a su lado.
— Lo conoces?-se volvió hacia Cristianno
— Por desgracia- contesto ella en un gruñido molesto.- Ni loca me voy a quedar en el auto- dijo abriendo la puerta con fuerza, esta golpeo el auto de Travis. El exploto.
— Ops lo siento- se escurrió en el pequeño espacio de entre los autos. Y se pavoneo por la calle hasta llegar con sus primos.
Jade se sentó sobre el Audi negro, mientras contemplaba la vista. Los chicos la obligaron a quedarse allí como un buen perro faldero, eso le molesto ella no era una niñita. Se deslizo fuera del capo del auto. Un par de chicos se le acercaron, uno de ellos Travis.
— ¿Acaso has venido hasta aquí solo para estar allí parada de brazos cruzados?-pregunto uno de los chicos. Ella rodo los ojos.
— En realidad, ¿no has venido por mí? —Travis se pone delante de ella—. Estoy seguro de que has venido a verme correr...
Su cara se acerca demasiado peligrosamente a la de ella. Jade lo esquiva haciéndose a un lado.
No en esta vida, cariño. Además ni siquiera sabía que estabas aquí. —ruborizo ante esa idea.
Lo sabías, lo sabías. Te has puesto roja como un tomate. Ves, no te conviene contar mentiras, no eres capaz.-Jade se calla. Exasperada con aquel maldito rubor y con el corazón que, desobediente, le late con fuerza. Travis se acerca a ella lentamente. Su cara se encuentra de nuevo demasiado próxima a la de Jade. Le sonríe.
Ella frunce el ceño
Es verdad no tenía ni la menor idea, si lo hubiera sabido no me acercaría por nada del mundo.-protesto en su defensa.
Ujum mira no entiendo por qué te preocupas tanto. ¿Tienes miedo de decirlo?
Oh por favor! ¿Miedo? ¿Miedo yo? ¿Y de quién? Tú no me das miedo. Solo me produces risa. ¿Quieres saber algo? Esta tarde te he acusado con el director. —Esta vez es ella la que se acerca a la cara de Travis- ¿Has entendido? Le he dicho que intentaste pasarte de listo conmigo. Le he dado tu nombre. Imagínate, pues, el miedo que te tengo...
Travis sonrió. Un silbido prolongado y decidido. Todos se dan la vuelta. Es Siba. En el centro de la carretera hay un hombre bajo de unos treinta y cinco años. Lleva puesta una cazadora negra de piel. Todos lo respetan, en parte porque se rumorea que lleva escondida una pistola en su interior. Levanta los brazos. Es la señal. La primera carrera, la de entrada.
Travis se vuelve hacia Jade.
¿Quieres venir conmigo?
No lo creo- ella frunció el ceño- La verdad es que estás loco si crees que estaré en un auto sola contigo.
No, la verdad es otra: tú tienes miedo.
¡No tengo miedo!
Entonces corre conmigo
Éstas sordo no correré contigo. Piérdete de mí campo de visual.-protesto en tono molesto.
Una SH azul se para delante de ellos. Es una castaña. Saluda a los chicos con una sonrisa, luego ve a Jade. Las dos muchachas se miran fríamente.
¿Me llevas, Trav? — Algo dentro de Jade oscurece. ¿Trav? Por favor! Que alguien la golpee.
Claro, pequeña. Apaga la SH.
La castaña lanza una mirada de satisfacción a Jade, luego le pasa por delante para aparcar la SH un poco más allá.
Travis se acerca a Jade.
Qué lástima, te habrías divertido. A veces el miedo es realmente algo terrible. Te impide disfrutar de los mejores momentos. Si no sabes vencerlo, es como una especie de maldición. - oh mierda le ha tocado los cojones.
Creo que cambie de opinión, hay que hacer esto de una vez por todas- lo tomo de la mano y se dispuso a caminar pero una voz familiar la detuvo
A dónde vas?- Nicholas frunció el ceño.
A ganar una carrera - se dio vuelta y arrastro a Travis. Dejando a la castaña un poco desorientada.
Jade se desliza ahora por el asiento de cuero, esperando que Travis suba al auto y rezando porque no decida secuestrarla. Una multitud de chicos y chicas las rodea. Siba recoge las apuestas. Los señores del Jaguar son los que más dinero se juegan. Uno de ellos lo hace por Travis mientras él se pavonea para llegar al auto, en su caminata le sonríe a Jade, sus ojos brillan intensamente, Jade blanquea los ojos.
Travis se pone tras el volante, luego lo aprieta con sus manos, sus nudillos se tornan blancos. Un destello cruza sus ojos.
— Lista?- una mirada malditamente seductora se despliega en su rostro, Jade jadea. Ella asiente mientras que se pierde en sus labios.
A continuación una chica se coloca en medio a unos metros, está prácticamente desnuda, solo un straples y un mini- short la cubren levanta los brazos bien en alto, Se produce un momento de silencio. Los chicos en los autos miran hacia delante, listos para partir. Los autos rugen. Un sonido excitante para Jade. Ella jadea sin apartar los ojos de la pista. La chica baja los brazos mientras los pañuelos que están en sus manos se mueven ondeándose con la brisa.
Me amaras después de esto- Travis sonríe al camino. A Jade no le dio tiempo a enfadarse por el comentario. Se estampo contra el asiento observando como Cristianno los adelantaba magistralmente y salía disparado.
Los autos son veloces y causando un gran estruendo. Conteniendo el aliento, el corazón a dos mil, el estómago en la garganta. Jade ve pasar corriendo bajo ella la carretera, dura y terrible, su cuerpo se relaja, dejándose llevar por la descarga de adrenalina.
Desplazándose a cien, ciento veinte, ciento cuarenta, ciento sesenta. Él era un maestro tras el volante, mejor que Cristianno quien respira velocidad, desde los doce años. Viro a la derecha, luego arremetió a la izquierda, disputando el primer lugar con Cristianno, ciento ochenta... Travis llega, el primero entre los gritos de alegría de sus amigos presentes y la felicidad del señor que ha apostado por él, no tanto por el dinero que ha ganado como por haber vencido al amigo que lo ha llevado a aquel sitio.
Oh mierda Cristianno va a estar muy enojado.
— Sorprendida?-pregunta con un sonrisa pirata. Jade Blanquea los ojos.
— He corrido con mejores- le sonríe dulce- Pero fue divertido- ella se vuelve hacia la puerta lista para salir, pero la mano de Travis la detiene.
— Quieres celebrar la gran victoria?- una sonrisa lobuna atravesó su rostro.
— Si- los ojos de Travis destellaron- Pero no contigo-dijo saliendo del auto y concentrándose en la carcajada de Travis
— Tú te lo pierdes, Kitten- ella lo fulmino con la mirada
— Sobreviviré, imbécil- lanzo la puerta con un golpe pesado.
De repente, Jade oye otro silbido. Más prolongado. ¿Qué es? ¿Empieza otra increíble carrera? No entiende.
La gente empieza a correr en todas direcciones. Tropiezan con ella. Las motos la rozan. Se oyen sirenas. No demasiado lejos aparecen unos coches. Sobre sus techos luces de color azul claro. La policía. Lo que faltaba. Tiene que llegar hasta su hermano. A su alrededor no hay sino muchachos que escapan. Alguno grita, otros chocan peligrosamente.
Una chica cae con la moto a pocos metros de ella. Jade echa a correr. Varios coches de la policía se detienen a su alrededor. Ahí está. Ve a su hermano parado delante de ella a unos buenos 7 u 8 metros. . De repente, algo la detiene a mitad camino. Alguien la ha cogido por el cabello. Un policía. Tira con fuerza de ella haciéndola caer al suelo, por el pelo. Jade grita de dolor, la arrastra sobre el asfalto, arrancándole algunos mechones.
Nicholas corre desesperado por entre la multitud, tiene que alcanzar a Jade y sacarla de allí de inmediato.
Repentinamente, el policía la suelta. Una patada en plena cara lo ha obligado a doblarse soltando a su presa. Es Travis. El policía prueba a reaccionar. Travis le da un violento empujón que lo hace caer al suelo. Luego ayuda a Jade a Levantarse, la hace subir a tropezones a su Bugatti y parte a toda velocidad. El policía se recupera, sube a un coche que hay allí cerca con uno de sus colegas al volante, y se ponen a perseguirlos. Travis pasa fácilmente entre la gente, las motos y los autos.