Hope To See You At The Finish Line

Prólogo.

Todos sabemos que en la vida debes hacer lo que deseas. La otra cara de esa moneda dice que a veces debes hacer lo que tienes que hacer, incluso aunque no te agrade la idea. Así es como se encuentran las cosas para mí en este momento, confusas. El libro de química avanzada está abierto frente a mí en la página doscientos setenta desde hace media hora y aún no logro terminar el primer párrafo del texto.
El ventilador gira lentamente sobre mi cabeza, que cuelga inerte del respaldar de la silla. La brisa que se cuela por la ventana es más reconfortante que la que provee este aparato mediocre. Si cayera ahora mismo cortaría mi cuello en un abrir y cerrar de ojos. Y yo tendría una excusa más que válida para no resolver el cuestionario de quince preguntas.
Oh, Dios, permite que las aspas caigan sobre mí.
Sobre el escritorio mi teléfono vibra levemente avisando que Donald tiene algún inconveniente. ¿Qué espera el ventilador para guillotinarme? No quiero ponerme a disposición de Donald ahora mismo cuando apenas puedo concentrarme en un punto fijo entre el techo de madera.

POR FAVOR, DIME QUE RESOLVISTE LA GUÍA.

Podría intentar pedirle a la guía que se resolviera sola, por favor.

NO ES TU DÍA DE SUERTE, LO LAMENTO.

Devuelvo el teléfono a su lugar y muerdo el lápiz negro con fuerza. Concentración, por favor, concentración ven a mí. El conjuro parase funcionar pues logro ver con nitidez las palabras que forman la oración principal y, lo más importante de todo, puedo entenderla. Es entonces cuando la magia se rompe y el teléfono inalámbrico retumba por toda mi habitación.
Es todo, adiós guía, libro y querida química avanzada, te veré en la escuela de verano. No puedo lidiar con esto ahora mismo, lo siento.
—¿Tienes algo de queso y galletas? —chilla Eileen—. Nos espera una noche muy larga, cariño.
—Podría conseguirte algo de jugo de naranjas, también.
Bromeo sin diversión, más conocido como sarcasmo.
—Eso sería grandioso. Compra algo de Red Bull, te lo agradecería enormemente, Faith.
Y la voz de Donald se escucha de fondo. Supongo que tengo diez, quizá quince minutos antes de que estén tocando a mi puerta.
—Me he dado por vencida, chicos, lo lamento. No hay forma de que terminemos esa guía esta noche.
—Es una lástima que te hayan puesto un nombre tan bonito, nena. —Eileen sonríe desde el otro lado—. Vamos, abre la puerta, estamos llegando en tres, dos, uno…
La llamada se ha finalizado. Para cuando cierro la puerta del refrigerador, puedo escuchar como cacarean alarmados desde el otro lado. Será también una mala noche para Eileen, me he quedado sin queso.
Grandes pantalones deportivos y sudadera gris, Donald ni siquiera se ha duchado después de su práctica de futbol, sin embargo su sonrisa es amplia y sosegada. Gracias a sus largas piernas delgadas que son la mitad de su metro ochenta, llega antes que nosotras al sillón y escarba en su mochila.
Eileen lleva calzas negras, una remera vieja de Iron Maiden y vans en el mismo tono. El delineador negro está severamente corrido en sus párpados inferiores, esa es su marca registrada.
—Te veo demasiado tranquila. —murmura tomando el mando hacia la cocina. Se alarma a medida que abre una alacena tras otra hasta llegar al refrigerador y no encuentra nada de su agrado. Detrás de mí un Donald relejado entra masticando un dulce.
—Te daría la mitad de mis dulces pero no he comido nada desde la práctica.
Se encoje de hombros y vuelve a salir hacia las escaleras. Me sorprende bastante encontrarlo sentado frente al escritorio observando con atención las preguntas de la guía. Eileen yace desordenadamente sobre mi cama.
—Bien, chicas… —da varías vueltas completas sobre la silla. Donald es un niño pequeño encerrado cruelmente en el cuerpo de un adolecente—. He hecho mi mejor esfuerzo pero no comprendo nada. ¿Quién es la siguiente voluntaria?
—A mi no me mires, he pasado la tarde entera ordenando libros en la biblioteca, estoy agotada mentalmente.
Y yo no estoy de humor ni siquiera para estar con mis mejores amigos, pero intentare disimular un poco.
—No cuenten conmigo, me duele la cabeza. ―agrego.
No es del todo una mentira por lo que no me siento culpable. Me tumbo junto a Eileen y observo a Donald acercarse a la laptop sobre mi escritorio.
—Veamos que tienes aquí.
Clickea sobre el ícono del navegador y de inmediato escarba entre mis archivos favoritos. Oigo un clic más y espero.
—¿Cómo ha estado Hannah hoy? —pregunto a Eileen. Hannah es la peor pesadilla de Eileen hecha realidad. Es la hermana mayor de su madre, por lo tanto su tía, lo qué la obliga a tener un año tras otro el trabajo de medio día asegurado en la biblioteca.
No es que Eileen odie a su tía, ella sólo odia los libros.
Ella no responde, una voz gruesa sale amplificada desde los parlantes conectados a mi computador. No sé quién es el sujeto, no sé de dónde ha salido pero su locución me obliga a olvidar todo sobre Hannah y el drama que le ocasiona a mi amiga.
—Noche de concursos. —murmura Donald.
—¡Amo los concursos!
Eileen se incorpora de la cama, llevando a su estómago mi almohada y apoyándose en la pared. Me parece una buena idea, un pin-pong de preguntas y respuestas sobre diversos temas podría alivianar nuestras mentes por un rato. Alejar el mal humor sin fundamentos que poseo esta noche.
—Este es un jueves muy emocionante, muchachos. —clama el locutor—. Ya se han ido tres de nuestros premios pero no se alarmen, aún tenemos dos más.
La voz de una mujer tiene la palabra ahora.
—Vamos, Ryan, estoy segura de que nuestros oyentes quieren saber la próxima pregunta.
—Bien, Nina, seguiremos con las preguntas pero antes por favor recuérdanos las líneas que tenemos habilitadas para que puedan comunicarse con nosotros y participar.
La mujer recita los números rápidamente, a su vez Donald los marca en su teléfono y presiona el botón verde después de que la pregunta es formulada.
—¿Qué artista femenina ha olvidado la letras del himno nacional?
Hay un estallido de gritos y comentarios ininteligibles detrás de su pregunta.
—Tenemos una pista, una pequeña ayuda, ha sido reciente, más precisamente en los juegos del súper tazón.
La llamada de Donald jamás es recibida desde el otro lado y él entristece de sobre manera cuando una muchacha de quince años responde correctamente. La respuesta era Xtina y el premio un par de boletos con pases vip a la prueba de sonido y entradas en primera fila para un concierto de Selena Gómez.
—¿Esto es una broma? —bufa Eileen— ¿Selena Gómez, en serio, chicos?
—Ella es linda. Tal vez los llame más tarde para pedir el número de la ganadora y ofrecerme a acompañarla al concierto. —nos guía un ojo y vuelve a preparar su teléfono para la siguiente pregunta.
―¿Cuándo nació Billie Joe? ―pregunta el conductor.
―¿Billie Joe de Green Day?
Eileen nos mira sorprendida. Ella lo sabe todo sobre las bandas de rock. Más importante que nada, ella lo sabe todo sobre Billie Joe.
―Cantante de Green Day. ―acota respondiendo increíblemente a la respuesta de mi amiga―. Les daré una pista, fue en Berkeley, California.
―¡Yo lo sé, lo sé!
Eileen agita sus manos en el aire pidiéndole el teléfono a Don frente al escritorio. Cuando el celular deja las manos de su dueño para pasar a las mías puedo escuchar el < < Hola > > del otro lado.
―¡Diecisiete de febrero de mil novecientos setenta y dos!― exclama Eileen. Yo lo repito. Su sonrisa es amplia cuando Donald aplaude después de que anunciaran que he ganado el último par de entradas del día.
―¿Cuál es tu nombre, encanto? ―quiere saber la mujer llamada Nina.
―Faith Weasley.
―Bien, Faith. Tienes hasta mañana a última hora para pasar por tus tickets aquí mismo en la radio.
Una seña extraña de parte de Eileen me hace entrar en razón, debo preguntar para quienes son los tickets. La desilusión es enorme cuando ella me responde.
―¡El sábado verás a los hermanos Jonas, baby! ―exclama Nina.
¿Están de broma, verdad?



Buenas y santaaaaaas, Jonaticas! Soy Jimena de Argentina y quiero compartir con ustedes lo último que he escrito. Ojala les guste y sino, bueno, pueden hacermelo saber también porque estoy abierta a cualquier crítica constructiva y siempre en el plan de buena onda. Espero sus comentarios.
Este prólogo está dedicado a mi amiga/agente/cuñada Melina Gabriela. Te amo, bitch, gracias por todo

El mundo cree, equívocamente, que el lunes es el peor día de la semana, otros elegirían el domingo. En mi vida, sin embargo, el viernes es el peor de los días, si eres invisible, claro. Nadie te llamará, nadie te llevara a una fiesta, ni siquiera tendrás un lindo mensaje en el muro de tu página de facebook para invitarte a hacer algo. Nada, simplemente nada. ¿Y en dónde nos deja eso? Oh, sí, me recuerda lo sola que me siento.
El mal humor del día de ayer se ha potenciado hoy desde que he perdido mi dignidad suplicándoles a mis únicos amigos en el mundo que me acompañarán a ese concierto que gane sin querer.
El mundo es injusto también. No debería haber ganado esos tickets, tendrían que estar en manos de alguna tonta adolescente histérica que muere de amor por tres muchachos que usan pantalones una talla menor a la que realmente son.
Son casi las cinco cuando dejo mi mochila sobre la cama. El viernes es también el día en que nos explotan intelectualmente. Cada vez me sorprende más el nivel de resistencia que poseo cuando realmente quiero dejar todo y hundirme en la almohada, dormir y no despertar jamás.
¿Conocen ese sentimiento? Sí, exacto, se llama adolescencia. A algunos no los afecta; a otros, como a mí, parece no tenernos compasión.
―No te escuche llegar. ―sonríe Sue cuando la encuentro en el jardín trasero.
Ella es delgada, morena, hermosos ojos verdes completan su perfecta imagen. Sue es su nombre, es la hermana de menor de mi madre que se ha marchado justo cuando yo llegaba. Se preguntaran si está muerta, pues sí, lo está, es sólo que no puedo decir la oración completa. No tengo un solo recuerdo de ella pero mi sistema debe almacenar algo porque me afecta de todas formas.
―¿Qué tal te ha ido?
―Un día agotar que aún no ha terminado. ―le aseguro recordando los tickets. Son dos, demasiados cuando se trata de una muchacha invisible como yo. Hasta las diez es el límite de tiempo que tengo para buscarlos. Luego de eso, supongo que los pierdo.
―¿Qué tienes pendiente? ―bebe su taza de té―. Podría ayudarte.
―He ganado un concurso, son dos tickets para un concierto.
Grandes perlas verdes me miran del otro lado de la mesa como diciendo ¿Ese es tu problema, niña? Por un momento me arrepiento de habérselo dicho, debería haber borrado el tema de mi mente e ir a la cama hasta el lunes. Quizás podrían dárselo a otra chica más desafortunada que yo, está noche.
―Tienes mi permiso, si es lo que te preocupa.
Realmente no quiero ir, Sue.
―Necesito alguien que me acompañe. Eileen no quiere escuchar esa banda, ya sabes como es. Donald no puede realmente, debe trabajar.
―Amia podría acompañarte, si quieres, claro.
Amia es agradable, siempre tiene una sonrisa. El problema es que le temo inmensamente. Con tan solo doce años es capaz de decir sin tapujos todas esas cosas que no me atrevo a oír de mis propios labios. Y las inseguridades empiezan a acumularse en mi mente…
―¿Crees que haría eso por mí? ―reflexiono en voz alta.
―Vamos, Faith, haría cualquier cosa por ti. Sabes cómo se siente frente a ti.
―Soy un fenómeno increíble para ella. ―río.
Sue intenta convencerme de lo contrario, de lo equivocada que estoy pero no lo logrará jamás. Sé lo que soy y lo que no. Sobre todo, sé lo que nunca seré. Y Amia no se cansa de recordármelo, aunque su intención no es mala, duele demasiado.
Me lleva un tiempo considerable darme el valor suficiente para decidirme a subir hasta la habitación contigua a la mía y hacerle la pregunta a mi pequeña prima.
Son las seis y diez cuando abro la puerta. Un mundo verde me da la bienvenida, cortinas en el mismo tono y el leve murmullo de una voz chillona me acompañan en la búsqueda de la niña por aquella selva a la que no me atrevo a ingresar sin que su gobernadora me de la aprobación para hacerlo.
―¿Qué estás haciendo parada ahí? ―pregunta, sobresaltándome, cuando sale del baño―. Entra, Faith.
Obedezco en silencio, le sonrío cuando ella lo hace y me siento sobre su cama revuelta cruzando los pies. Amia es delgada como su madre, de piel aceitunada pero con los ojos de su padre, mieles. Esta en séptimo grado, según sus propias palabras, el mejor año de su vida. Sonrió nuevamente por el recuerdo, cuando creía que la adolescencia era maravillosa a su edad también. Luego se convirtió en esto que intento manejar y gobernar sin éxito alguno.
―¿Sucede algo? ―insiste tomando asiento en el suelo, frente a la enorme hoja sobre la que dibuja. Ella es toda una artista, increíblemente talentosa y estoy casi segura de que si continua puliendo su don, algún día podrá ser la mejor.
Nunca se lo he dicho, pero creo en ella más que en nadie. De todas formas planeo decírselo algún día, pero me llevara años darme el valor suficiente para abrirme por completo con alguien que puede destruirme en dos segundos con comentarios inteligentes y realistas.
―Quería invitarte a un concierto.
Intento sonar entusiasta, como una chica normal. Es complicado para mí, soy callada, tímida, antisocial. No voy a conciertos, tengo simplemente dos amigos, me asusta el mundo, sus imprudentes doce años y las experiencias nuevas.
Los crayones se detienen sobre el trazo. Gira hacia mí, atenta, curiosa.
―¿Estás hablando en serio?
―Claro. ¿Por qué habría de engañarte así?
Se encoge de hombros, volviendo al dibujo sobre el piso, dándome la espalda.
―Tú y yo jamás hacemos cosas juntas. Me pareció extraño, simplemente eso.
Bien, al menos no ha dicho que la extraña soy yo.
―Creí que podía gustarte la idea. Eileen y Don no quieren ir conmigo. Tengo que pasar a recoger los tickets ahora mismo. ¿Te gustaría ir, entonces?
―¿A quienes veremos?
Lo digo lento, casi como un susurro, espero que ella no se ría también de mí al igual que Don.
―¿Los Jonas Brothers? ¡Genial, yo creo que son increíbles! Me encantaría ir contigo, Faith, soy casi una fan.
No lo sabía. Básicamente no sé mucho sobre ella y quizás mis pensamientos salieron por mi boca ya que su respuesta escalofriantemente parece ir dirigida a mis ideas.
―¿Sorprendida? ―ríe―. Te dije que jamás hacíamos cosas juntas por eso no me conoces demasiado lo cual es raro porque vivimos juntas desde siempre.
Okay, miedo, aléjate de mí sistema. Si le doy la razón, lo cual es correcto ya que la tiene, temo poder ofenderla al mismo nivel que ella lo hace conmigo. Sé cómo se siente, cuánto duele y como nunca olvidas las críticas cuando tienes doce años.
Ella no es como es resto.
Sí, ella es muy diferente al resto.
―¿Vamos, entonces?
―¡Vamos! ―exclama dejando los crayones desparramados sobre la alfombra.

El auto de Sue es un cacharro viejo pero me alegro de poder conducirlo hasta el otro lado de la ciudad para buscar los tickets. Casi nunca viajo en él, prefiero caminar o tomar un autobús, pero ésta vez ha sido un viaje diferente. Uno que realmente me ha servido para conocer a Amia en profundidad, bueno, realmente para conocer a los Jonas Brothers en profundidad. Si todo lo que ha dicho ella es cierto entonces es más que una ‘casi fan’.
―¿Cómo sabes todo eso? Tal vez has estado espiándolos, eh.
Sonrío, quiero ser divertida, esconder mi alma casada y aparentar lo que no soy. No funciona, jamás puedo engañarla.
―Todo el mundo los conoce, Faith. El problema es que tú ignoras a la mayoría del mundo y no sé por qué.
Yo tampoco lo sé, realmente. Lo lamento.
No ignoro al mundo, lo noto todo al igual que ella. La única diferencia es que yo callo mientras Amia no tiene miedo de alzar su voz para decir ‘aquí estoy’.




Bueno, chicas, al parecer no está funcionando ¿eh? jajajaja pero juro que es buena y quizás esten aburridas porque todavía no aparecieron nuestros bebes pero cuando lo hagan va a valer la pena la espera :B PLeaaaaaaaase, comentarios Aunque digan que fue una basura el capítulo Y no puedo confiar en la Melina mi agente porque para ella lo que escribo nunca está mal ¬¬

Nuevaaa lectoraaa
Siguela me encantaaa :

Att:Greciia<3

Mirá vos! Estoy vagando sin rumbo fijo por el foro (?) y me encuentro con nada más ni nada menos que Jimena! Cómo estás? Tanto tiempo que no hablamos!!
Por si te preguntás, soy la loca quinciañera que hablabla con vos por MSN hasta la una de la mañana llamada Malena
Siempre me gustarons tus novelas, nena, así que si a los demás no les gustan pasámela que yo la leo completita :3
Y bueno eso, te mando un beso y te quiero mucho mucho
PD.: con qué Jonas va a ser la nove? CONTESTAME!

DangercitaH escribió:

Mirá vos! Estoy vagando sin rumbo fijo por el foro (?) y me encuentro con nada más ni nada menos que Jimena! Cómo estás? Tanto tiempo que no hablamos!!
Por si te preguntás, soy la loca quinciañera que hablabla con vos por MSN hasta la una de la mañana llamada Malena
Siempre me gustarons tus novelas, nena, así que si a los demás no les gustan pasámela que yo la leo completita :3
Y bueno eso, te mando un beso y te quiero mucho mucho
PD.: con qué Jonas va a ser la nove? CONTESTAME!

QUE HACES INFELIZ??? OBVIO QUE ME ACUERDO DE VOS!! JAJAJAJA VOLVIMOS A LAS ANDANZAS, ESCRIBIENDO Y LA VOY A LUCHAR, YA VAN A LLEGAR LAS LECTORAS... ESPERO JAJAJAJA BESOTE MALE, LOVE U.
Y LA NOVE VA A SER CON JOE

MenitaJonas escribió:

DangercitaH escribió:

Mirá vos! Estoy vagando sin rumbo fijo por el foro (?) y me encuentro con nada más ni nada menos que Jimena! Cómo estás? Tanto tiempo que no hablamos!!
Por si te preguntás, soy la loca quinciañera que hablabla con vos por MSN hasta la una de la mañana llamada Malena
Siempre me gustarons tus novelas, nena, así que si a los demás no les gustan pasámela que yo la leo completita :3
Y bueno eso, te mando un beso y te quiero mucho mucho
PD.: con qué Jonas va a ser la nove? CONTESTAME!

QUE HACES INFELIZ??? OBVIO QUE ME ACUERDO DE VOS!! JAJAJAJA VOLVIMOS A LAS ANDANZAS, ESCRIBIENDO Y LA VOY A LUCHAR, YA VAN A LLEGAR LAS LECTORAS... ESPERO JAJAJAJA BESOTE MALE, LOVE U.
Y LA NOVE VA A SER CON JOE

FUCK YEAH! No es por nada pero amo las novelas de Joe, son tan asdfghjkllsks y él es tan asdfghjkl también e.e Vos etendés Tranca, que si no vienen lectoras yo las traigo de los pelos (? Lo sé, agresiva como siempre.

2

Miro una vez más a Amia perfectamente uniformada, idéntica a las otras trece muchachas que forman la fila con nosotras. ¿Podría alguien por favor definirme la frase ‘soy casi una fan’? Camisetas, binchas, bolsos, uñas, caras pintadas, otras deshechas por el llanto. Son carteles luminosos con las palabras JONAS BROTHERS en ellas difíciles de ignorar. Un sentimiento de desencajar en el grupo me invade. Debí haber pasado de los tickets, debí no haber ido a buscarlos.
―¡Oh, mi Dios, estoy tan emocionada por ver a Nick! ―exclama una rubia con la voz quebrada.
―Siempre es como la primera vez. ―comenta otra, ella no luce como las demás pequeñas, quizá tenga dieciséis. O más.
Me pregunto cuantas veces ha hecho esto. Su emoción me dice que es una novata como yo; ella sin embargo alega que ya tiene experiencia. Son simples chicos que hacen música, por favor. No puedo entenderlas. ¿Por qué podrían ser tan especiales?
El único ser humano con el que he tenido un vínculo fuerte de amor en este mundo me ha abandonado, después de eso jamás he sentido algo así por nadie de nuevo. Y estoy segura de que no será por uno de ellos, ni hablar.
―Vamos, chicas, por favor. ―bufa un hombre uniformado de negro―. Hagan una fila y ordénense, los chicos saldrán en cinco minutos.
Ellas exclaman todo tipo de cosas, algo así como juramentos de amor y onomatopeyas que expresan emoción. Observo de reojo mí alrededor, me concentro, casi puedo escuchar la risa burlona de Donald a lo lejos. No va a esperar hasta el lunes para jugarme bromas tontas, estoy segura de que esta noche él será el que llame primero. Bueno, será el único chico que me llame un sábado por la noche, debería ponerme contenta porque no creo que suceda de nuevo. Eileen estará ocupada perdiendo el tiempo en internet o algo de eso, de todos modos no le interesa esta banda, son solo basura comercial en su opinión.
―¡Joe, oh por dios! ―exclama agudamente otra chica a mis espaldas en la fila. Quiero gritarle también pero en el rostro por el desubicado alarido que lastima mis oídos e inunda mis pensamientos.
Tres muchachos jóvenes entran a la habitación con otras personas. Sé como lucen, algo diferentes de cuando saltaron a la fama pero aún creo que puedo recodarlos. Si quiero diferenciarlos entonces tengo problemas, no recuerdo sus nombres ni cual corresponde a cada uno. La primera muchacha pasa al frente para abrazar y besar a cada uno, tomar posición entre ellos y sonreír para la foto. Agradece, jura que los ama y se va feliz. La escena se repite una y otra vez hasta que el turno de Amia y el mío llega. Somos las últimas en la fila.
―Hola, Kevin. ―saluda ella tranquilamente.
El de ojos claro es Kevin. Jamás lo hubiera adivinado. Él abraza con fuerza a Amia y dice:
―¿Qué hay, dulzura?
El siguiente es serio, reconozco sus facciones pero tampoco podría decir con certeza su nombre.
―Es un gusto conocerte. ―Amia extiende su mano, él la estrecha, luego murmura un suave ‘gracias por venir’ y espera.
El último tiene unos hermosos ojos color avellana. Ella lo besa en la mejilla mientras él parece complacido y divertido por mi mirada escéptica. Mi turno ahora, estrecho la mano del primero, intento sonreír, hago lo mismo con el sujeto serio del medio, responde como me gusta, es distante, frío. Todo estará bien si toman la foto rápido y podemos irnos. Pero el tercero, es el tercero quién presiona mi botón de alerta sobre él mismo, sacándome de todos los esquemas que me esfuerzo por mantener, cuando me besa en la mejilla invadiendo mi espacio personal.
―Has sido muy paciente. ―sonríe. Mi ceño está fruncido, lo sé. Mis labios tensos―. ¿Cuál es tu nombre?
―Fa… Faith. ―¿Debería preguntarle el suyo? Nah, olvídalo.
Me quedo a su lado, el serio de risos chocolates a mi derecha. Amia al lado de este y el primero termina la formación del otro lado. Un rápido flash cegador y todo acabo.
―¡Gracias, chicos, los veré está noche! ―declara Amia.
Los sujetos con miradas asesinas se dispersan, lucen más relajados. Ninguna de las excitadas chicas anteriores queda en la habitación.
―Pueden encontrar las fotografías en la página oficial de la banda. ―asegura el fotógrafo, luego simplemente se va, velozmente, justo como ha entrado.
Mi mano se aferra a la remera negra con brillantes letras de Amia para detenerla.
―¿Página de internet? A Sue no le gustara que estemos navegando por toda la red, Amia.
―Sí, no te preocupes, me ocuparé de eso más tarde.
La voz del hermano que ha preguntado por mi nombre nos interrumpe.
―¿Son de esa radio que sorteaban tickets dobles? ―quiere saber, nuevamente.
―Sí, soy bastante afortunada. ―el sarcasmo en mi voz pasa desapercibida para él. Sólo sonríe, él siempre sonríe.
―Deben seguir a las otras chicas, ya comenzará la prueba de sonido y sus pases le permiten entrar allí también.
―Genial. ―sueno justo como el hermano que ha murmurado gracias a mi prima. Seco, indiferente, amargado. Él me agrada realmente, me identifica, de los otros dos no estoy segura que pensar.
El muchacho exageradamente feliz camina hacia la puerta de salida, Amia lo sigue, supongo que yo también debo hacerlo. La habitación contigua está menos iluminada que la anterior, hay una mesa larga y varias sillas. Él toma su lugar del otro lado, nosotras nuestro lugar en una nueva fila al final.
Ellos firman todo tipo de cosas como posters, Cd’s, remeras, incluso una taza de café y el brazo de la chica rubia que aparentaba los dieciséis tiene ahora un lindo tatuaje en fibra negra Sharpey con el nombre del serio. Él ha escrito Nick.
Kevin, el de los ojos verdes. Nick, el serio. ¿Cómo se llamará el exageradamente feliz? Debí preguntárselo después de todo.
Amia se libera de la mochila que carga en sus espaldas, obviamente con el rostro de los tres dichosos receptores de tanto amor femenino y saca de ella un poster de cada uno. Ellos firman con sus nombres el correspondiente a sus rostros y sonríen siempre al final. Camino como idiota detrás de ella sonriendo levemente a los dos primeros, me siento tentada a decirles que no me interesan sus firmas carentes de buena caligrafía pero supongo que debo callar.
Que puedas hacer algo no significa que debas realmente hacerlo. Sólo cállate, Faith.
―¿Puedo firmarte algo? ―pregunta el último. Desde que nos hemos conocido, básicamente dos segundos atrás, no ha dejado de preguntar. Bien, es muy feliz y curioso. O quizás chusma. No me gusta la gente entrometida.
Niego con la cabeza. ¿Una orden que me asegure que no podrás acercarte a mí a menos de quinientos metros, quizás? Eso sería realmente tranquilizante. Y no me gustan sus ojos de todos modos, son inquietantes.
―Oye… ―susurra acercándose a mí―. Podrías entonces anotar tu número en mi mano, ¿Qué dices?
Miro a mi izquierda, Amia esta distraída poniendo a salvo sus nuevos tesoros dentro de la mochila. A mi derecha, los otros dos miran expectantes. ¿A quién le está hablando el extraño? A mis espaldas no hay nadie. ¿Quién?
―¿Estás hablando conmigo?
Esta vez responde, con palabras concisas, el serio del grupo: Nick
―No hay nadie más aquí, lo que significa que está hablando contigo.
Luego me sonríe. Se siente extraño, no sé cómo actuar, qué responder. Me está hablando a mí, quiere mi número telefónico. El curioso se ha callado, el serio ha sonreído, esto no está bien.
Camino por la línea, en dirección a la siguiente puerta, arrastrando a Amia sin haber respondido realmente a la pregunta.
Me siento estúpida un minuto después.


Espero que las siga entreteniendo y les haya gustado el primer cápitulo de muchos más donde aparecen mis bebes :B Ojala les guste

JAJAJAJAJAJA me mató el "exageradamente feliz". Pobre Joe! Él no es EXAGERADAMENTE feliz, es feliz y punto xD Y a mí me gustó el capítulo en donde aparecieron nuestros bebés ♥ Ojalá Joe me pidiese mi número de teléfono
Bueno nena, como tu fiel lectora tengo la obligación de decirte QUE LA SIGAS! Y también que te quiero muchito.