Capitolo Ventotto
—¿Estás aquí con Nick?
—Viajamos juntos.
La cara de Joe se extendió en una amplia sonrisa y luego miró hacia el césped. Un grupo de chicas estaban agrupadas, con los brazos alrededor de ellas para combatir contra el frío. Papel crepe y latas de cerveza estaban sobre la hierba, junto a ellas botellas de licor vacías. Entre el alboroto, los hermanos Sig Tau estaban de pie alrededor de su obra maestra: una pirámide de barriles decorados con luces blancas. Joe meneó la cabeza.
—Este lugar estará destruido por la mañana. Elequipo de limpieza va a estar ocupado.
—¿Tienen un equipo de limpieza?
—Sí.—sonrió—. Los llamamos estudiantes de primer año.
—Pobre Shep.
—Él no está en el equipo. Él obtiene un pase porque es primo de Nick y él no vive en la Casa.
—¿Tú vives en la Casa?— Joe asintió con la cabeza.
—Los últimos dos años. Necesito conseguir un apartamento, de todos modos. Necesito un lugar más tranquilo para estudiar.
—Déjame adivinar… ¿estás matriculándote en Negocios?
—Biología, con especialidad en Anatomía. Me falta sólo un año más, tomar el MCAT (Medical College Adimision Test: es un examen computarizado para los futuros estudiantes de medicina en EE.UU. y Canadá) y después espero asistir a Harvard Med.
—¿Ya sabes si has sido aceptado?
—Mi papá fue a Harvard. Quiero decir, no estoy seguro, pero él es un ex alumno generoso si sabes a lo que me refiero. Tengo calificaciones perfectas, obtuve dos mil doscientos en mi SAT (Es un examen de razonamiento para ingresar a la universidad en EE.UU. La máxima calificación es, de acuerdo con la escala del 2006, 2400), treinta y seis en mi ACT (El American College Testing "ACT por sus siglas en inglés" es un examen derendimiento escolar para la escuela secundaria y admisiones universitarias en EE.UU. Lamáxima puntación es 36). Estoy en una buena posición para un lugar.
—¿Tu padre es médico?— Joe lo confirmó con una sonrisa afable.
—Es cirujano ortopedista.
—Impresionante.
—¿Y tú?— Preguntó.
—Aún no he decido.
—La típica respuesta de un estudiante de primer año.— Suspiré de manera dramática.
—Supongo que he arruinado las posibilidades de ser excepcional.
—Oh, no tienes que preocuparte por eso. Captaste mi atención desde el primer día de clase. ¿Qué estás haciendo en cálculo para tercer año como estudiante de primer año?— Sonreí y torcí el pelo alrededor de mi dedo.
—Las matemáticas son fácilpara mí. Tomé las clases en la escuela secundaria y dos cursos de verano en el Estado de Wichita.
—Eso sí es impresionante.— dijo.
Nos quedamos de pie en el balcón durante una hora, hablando de todo, desde los restaurantes locales hasta cómo me hice tan buena amiga con Nick.
—Yo no lo mencionaría, pero los dos parecen ser el tema de conversación.
—Genial.— murmuré.
—Es raro para Travis. Él no crea amistades con las mujeres. Él tiende a ser el enemigo la mayoría del tiempo.
—Oh, yo no lo sé. He visto unas cuantas que tienen pérdida de memoria a corto plazo o son demasiado indulgentes cuando se relaciona a él. —Joe se echó a reír.
—La gente simplemente no entiende su relación. Tienes que admitir que es un poco ambigua.
—¿Estás preguntándome si me acuesto con él?— Él sonrió.
—No estarías aquí con él si lo hicieras. Lo conozco desde que tenía catorce años y soy muy consciente de la forma en que opera. Tengo curiosidad sobre su amistad, sin embargo.
—Eso es lo que es.— me encogí de hombros— Salimos, comemos, vemos T.V., estudiamos y discutimos. Eso es todo.— Joe rió en voz alta, sacudiendo la cabeza ante mi honestidad.
—He oído que eres la única persona con el derecho de poner a Nick en su lugar. Eso es un título honorífico.
—Como sea. Él no es tan malo como todo el mundo le hace ser.— El cielo se puso morado y después rosa cuando el sol se abrió paso por encima del horizonte. Joe miró su reloj, mirando por encima de la barandilla a la pequeña multitud en el césped.
—Parece que la fiesta ha terminado.
—Será mejor que encuentre a Shep y Mare.
—¿Te importaría si te llevo a casa?— Preguntó. Traté de controlar mi emoción.
—No, en absoluto. Se lo dejaré saber a América— Entré por la puerta y después me encogí antes de darme la vuelta—. ¿Sabes dónde vive Nick?— Joe levantó sus gruesas cejas.
—Sí, ¿por qué?
—Ahí es donde me estoy quedando.
Capitolo Ventinove
—Ahí es donde me estoy quedando.— le dije preparándome para su reacción.
—¿Te estás quedando con Nick?
—De hecho, perdí una apuesta, así que estaré allí por un mes.
—¿Un mes?
—Es una larga historia.— me encogí de hombros tímidamente.
—¿Pero ustedes sólo son amigos?
—Sí.
—Entonces te llevaré a casa de Nick.—sonrió.
Troté por las escaleras para buscar a América y pasé junto a un Nick sombrío, que parecía estar molesto con la chica borracha que hablaba con él. Él me siguió hasta la sala mientras yo tiraba del vestido de América.
—Si quieren pueden adelantarse. Joe ofreció llevarme a casa.
—¿Qué?— dijo América con el entusiasmo en sus ojos.
—¿Qué?— preguntó Nick, enojado.
—¿Hay algún problema?— Le preguntó América. Él miró a América y luego me llevó hasta la esquina, su mandíbula revoloteando bajo su piel.
—Ni siquiera lo conoces.— Saqué mi brazo de su agarre.
—Esto no es de tu incumbencia, Nick.
—Al demonio si no lo es. No dejaré que viajes a casa con un completo extraño. ¿Y si trata aprovecharse de ti?
—¡Bien! ¡Él es lindo!— La expresión de Nick cambió de la sorpresa a la ira, y me preparé para lo que podría decir después.
—¿Joe Hayes, Pidge? ¿En serio? Joe Hayes,— repitió con desdén—. ¿Qué clase de nombre es ese, de todos modos?— Me crucé de brazos.
—Ya está bien, Nick. Estás comportándote como un idiota.— Se inclinó, aparentemente nervioso.
—Lo mataré si te toca.
—Me gusta— le dije haciendo énfasis en cada palabra. Él pareció sorprendido por mi confesión y luego su expresión se volvió severa.
—Está bien. Si terminas debajo de él en el asiento trasero de su coche,después no vengas llorando conmigo.— Mi boca se abrió, ofendida y furiosa al instante.
—No te preocupes, no lo haré.— le dije, alejándome de él. Nick me agarró del brazo y suspiró, mirándome sobre su hombro.
—No quise decir eso, Pidge. Si él te lastima, si tan sólo te hace sentir incómoda, sólo házmelo saber.— La ira se desvaneció y dejé caer mis hombros.
—Sé que no lo quisiste.Pero tienes que ponerle un alto a este gran exceso de sobre protección de hermano mayor que tienes.— Nick se echó a reír.
—No estoy jugando el papel del hermano mayor, Pigeon. Nada de eso.— Joe apareció en la esquina y se metió las manos en el interior de los bolsillos, ofreciéndome su codo.
—¿Todo listo? —Nick apretó la mandíbula y di un paso hacia el otro lado de Joe para distraerlo de la expresión de Nick.
—Sí, vámonos.— Tomé el brazo de Joe ycaminé con él unos poco pasos antes de volverme para decirle adiós a Nick, pero él estaba taladrando con la mirada la parte posterior de la cabeza de Joe. Sus ojos se deslizaron hacia mí y sus rasgos se suavizaron.— Ya basta — dije a través de mis dientes, siguiendo a Joe entre la multitud hacia su coche.
—Es ese plateado.— Los faros de su coche parpadearon dos veces cuando él presionó la llave inalámbrica. Él abrió la puerta del pasajero y reí.
—¿Conduces un Porsche?
—Ella no sólo es un Porsche. Ella es un Porsche 911 GT3. Hay una diferencia.
—Déjame adivinar, ¿Es el amor de tu vida?— Le dije, citando la declaración de Nick acerca de su motocicleta.
—No, es sólo un coche. El amor de mi vida será una mujer con mi apellido.— Me permití una pequeña sonrisa, tratando de no parecer excesivamente afectada por su declaración. Él tomó mi mano para ayudarme a entrar en elcoche y cuando él se sentó al volante, apoyó la cabeza en contra de su asiento y me sonrió.—¿Qué harás esta noche?
—¿Esta noche?— Le pregunté.
—Ya es de mañana. Y quiero invitarte a cenar antes de que alguien se me adelante.— Una sonrisa se extendió en mi cara.
— No tengo ningún plan.
—¿Te recogeré a las seis?
—Está bien.— dije, mirándolo tomar mis dedos entre los suyos.
Joe me llevó directamente a casa de Nick, manteniéndose al límite de velocidad y mi mano en la suya. Se puso detrás de la Harley, y al igual que antes, me abrió la puerta. Una vez que llegamos a la puerta, él se inclinó para besar mi mejilla.
—Descansa un poco. Nos vemos esta noche.— me susurró al oído.
—Adiós.— sonreí, girando el pomo. Cuando la empuje, la puerta cedió y me lanzó hacia adelante. Nick me agarró del brazo antes de caer.
—Tranquila.
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