Cαρíтυℓσ 11
_________ se sonrojó. En cambió observó a Nick por el rabillo del ojo. Él no estaba ruborizado, para nada. Después de la acusación del policía... se imaginaba ¿y si aquello hubiera sido cierto?. Sin pensarlo, se aferró más a la chupa de Nick. Olía bien, olía a hombre, mezclado con un perfume viril y excitante.
-¿A dónde vamos? – preguntó ________ pensativa.
-A una casa que tengo en mi cala privada. – dijo orgulloso. ________ supo que a aquel individuo que la había raptado le sobraba el dinero.
-¿Por qué no me llevas a mi casa y olvidamos lo sucedido? – suspiró – yo como si no te hubiera visto nunca.
-Nena, eso es imposible. – en su rostro se dibujó una sonrisa espectacular. La ronca voz estremeció la espina dorsal de __________, produciéndole un delicioso escalofrió. – Además, los secuaces de Alex, una de las bandas de una mafia rusa, te estarán buscando, ahora que ya has tenido trato con él.
-¿Pero por qué? Yo no hice nada.
-Bastó con las relaciones que tuviste con Alexander Donovan, para que te involucraran con él. Ahora eres tú a la que buscan. Son así de sádicos... – Nick tragó saliva, a ________ le extrañó, y con un hilo de voz terminó la frase – los rusos...
A ________ se le llenaron los ojos de lágrimas.
-No me llores, ya te he dicho que no me gustan las lágrimas. – Dijo Nick entrando en un gran subterráneo donde había un BMW plateado, igual de bonito que el caro Lamborgini. – Conmigo estás a salvo, mi jefe me encomendó que te protegiera e intentara sacar de ti más información sobre la mafia de Donovan. Y así lo haré.
Salió del coche y se dirigió al copiloto. _________ se había olvidado de todo, hasta de desabrocharse los pies. Nick abrió la puerta y al ver que aun seguía con la cuerda se agachó y se la desabrochó. ________ se sonrojó al sentir la respiración de la boca de Nick, chocando contra su muslo. Pronto la cuerda cayó al suelo.
-Habrá un par de normas. – dijo Nick, estricto – No intentaras huir, a no ser que quieras que te maten – rió – Aun que es prácticamente imposible, el acceso aquí es muy difícil hay muchas armas de protección contra personas alienas. Esta enorme cala es mía, todo lo que tiene me pertenece a mí. – la miró – Ahora tú
-No te pertenezco – musitó ________.
-Ahora sí. Estas en mi propiedad, eres de mi propiedad. – la miró – prométeme que por tu seguridad no saldrás de la isla.
________ agachó la mirada.
- _______. – la primera vez que decía su nombre. Y fue como el mejor de los roces, su piel se erizó.
-Bueno... – dijo con énfasis en la segunda vocal.
- ________. – volvió a repetir con más seriedad – si te pasa algo yo seré el responsable.
-De acuerdo… - suspiró - ¿Hasta cuanto tendré que quedarme aquí?
-Hasta que cojamos a los cabro.nes que van a por ti. – empezó a caminar hacia una puerta – O los mataran mis compañeros… - la miró sonriendo – o vendrán y me cargaré a los siete secuaces de Donovan, uno por uno.
_________ tuvo otro escalofrío. Nick era un tipo duro, no le importaba matar a la gente.
-¿Te gusta tu trabajo? – dijo ________ con expresión preocupada.
-¿Te refieres a matar a la gente? – entró en el ascensor, cogiendo del brazo a ________. - ¿O a ser un agente secreto?
-A lo primero…
-No gusta nunca matar a la gente, a no ser que seas uno de esos terroristas, que siguen matando aun que les cueste la vida a ellos.
_________ observó los limpios trechos de su cara. Era guapo… no, guapísimo. Unos ojos marrón oscuro penetrantes, que clavaban la vista al vacio, una nariz recta y unos labios generosos. Nick le pilló la mirada con la suya. Ella agachó la vista enseguida. Él sonrió.
-¿Qué mirabas? – dijo gracioso. El simple tono de frialdad con la que la trataba antes desapareció.
-Na…nada.
-¿Te gusto? – preguntó sin más, abriendo los brazos. - ¿te gusta esto, muñeca?
Cαρíтυℓσ 13
__________ no pudo evitar morderse un labio.
-Me deseas. – sonrió Nick – deseas mi cuerpo ¿verdad?
En ese momento se abrieron las puertas. __________ salió rápido de allí, más roja que un tomate. Nick era un creído. Un creído con el cuerpo de Dios griego. Y la cara de ángel. Topó con algo.
-Perdón. – masculló, aun con la imagen de Nick abduciendo su mente. Un hombre apuesto, fuerte, de rasgos germánicos, rubio y con pequeños pero preciosos ojos azules yacía estático en frente de ella.
-Perdóneme a mí, señorita… - se inclinó para besarle la mano.
-Bueno, ya, ya… cursileras. – dijo Nick poniéndose entre medio –Él es Kellen, un compañero mío, el cual me debe una muy gorda y de momento le dejo que se ocupe de esta casa… pocas veces vengo. Muy pocas. Y ella es ________.
-¿La de Dovone? – dijo el supuesto alemán sonriendo y mostrándose aun más guapo.
-Y dale, que no tengo nada que ver con Alexander. – dijo ________ cruzándose de brazos.
Tenía enfrente a un hombre salido del propio infierno y a otro caído del cielo. Los dos supuestos agentes de la misma agencia, con habilidades y fuerza bruta. El cuadrado alemán se la quedó mirando, descaradamente.
-Alex se habrá puesto las botas – dijo centrando sus ojos en sus muslos desnudos.
-Ya basta, Kellen. – le dijo Nick. – ella dice que no ha tenido ninguna relación con Alex.
-Entonces, que desperdicio. – sonrió relamiéndose.
-Oh dios, quiero irme a mi casa ¡ya! - ________ se echó el pelo hacia atrás, abriendo la chaqueta de nuevo, sin querer y dejando ver sus pechos cubiertos por el sujetador negro. Los dos hombres se la quedaron mirando.
Era un peligro, un verdadero peligro, dos hombres que rebosaban de testosterona, con una sola mujer encerrada en aquella casa de la Isla o cala de Nick.
-Será mejor que te calmes.
-Si, será mejor que me tome una ducha… - dijo bufando - ¿Tienes?
-¿Por quién me tomas? Tengo hasta piscina. – masculló Nick – Primera puerta a la izquierda. Ahora te traigo las toallas y algo de ropa… - la miró de arriba abajo – aun que con el tipito que tienes mi ropa te irá grande… tendré que comprarte algo, aun no sabemos el tiempo que te pasaras aquí.
_________ asintió y se dirigió a la ducha, dejando caer antes la chaqueta, dejando ver un culo deseable y unas buenas piernas, moviendo las caderas. Dejando a Nick aturdido – y eso que para mujeres, él había visto de todo tipo -, aquello lo ponía, aquella mujer lo excitaba, más de lo que pudiera llegar a pensar.