SEDUCCIÓN SOBRE RUEDAS
Capitulo 29-Fuiste mi caballero de brillante armadura -dijo ella.
Él alzó las cejas.
-¿Así?
-¿O quizás un chico malo en brillante ropa de cuero?
Nick lanzó una carcajada.
-Suena mucho mejor para mí.
Terminaron sus sándwiches y pasaron una hora holgazaneando en la sombra, refrescando sus cuerpos y relajándose.
-Tu rostro se está bronceando -dijo Nick.
-¿Sí?
-Sí. -Él extendió la mano y rozó con el pulgar la punta de su nariz-. Te ves como Rudolph el Reno con la Nariz Roja.
____le apartó el pulgar.
-No lo hago.
-Tus mejillas también están rojas. ¿Te ruborizas?
Ella resopló.
-Apenas. Después de estar juntos ya no puedes hacerme sonrojar.
Nick arqueó una ceja.
-¿Quieres apostar?
El desafío en su mirada la calentó más que el sol. Ella tomó un trago largo de agua y sacudió la cabeza.
-Ni por asomo. No quiero quitarte tu dinero.
Él apoyó los codos en la mesa y se inclinó más cerca.
-Nena, definitivamente puedo hacer que te sonrojes. De hecho, por todas partes.
____no quería pensar en todas las formas en que él podría hacerlo. Pero pensándolo bien quizás eso era justo lo que deseaba.
-Demuéstralo -lo desafió ella.
Sin una palabra, él apartó su silla y se puso de pie, luego se acercó a su lado de la mesa.
-Levántate -le dijo. Curiosa y excitada, se levantó y giró para estar frente a él-. Ahora date la vuelta.
Ella alzó una ceja.
-¿Eh? -Él la agarró de los hombros y la giró de tal forma que le diera la espalda y ella mirara el agua. Su pecho le rozó la espalda, sus caderas le presionaron las nalgas. Cuando Nick le rodeó la cintura con un brazo y la atrajo hacia él, ella resistió el impulso de soltar un ronroneo de placer. Siempre se sentía tan bien ser sostenida con él.
-¿Has hecho el amor al aire libre, ____? -Susurró él contra su cuello. Ráfagas de pura sensación atravesaron sus terminaciones nerviosas ante la promesa oscura en su voz.
-No.
-Lo harás.
Los ojos femeninos se abrieron del todo.
-¿Aquí? -Su mirada revoloteó hacia los árboles y las calas cercanas. Ningún barco navegaba en las cercanías, pero había otras propiedades, otras casas. La gente podría verlos.
-Nick, no es una buena idea.
-No me importa. Te deseo y voy a follarte aquí mismo.
Su polla ya estaba dura contra ella, el contorno firme de su pene se apretaba con insistencia contra sus nalgas. A pesar de su conmoción ante los planes de Nick, sus pezones se tensaron y su coño se estremeció. El pensamiento de que la tocara aquí fuera, que le hiciera el amor en un lugar tan público, la excitaba.
-Todos tenemos algo de exhibicionistas, nena -le dijo NIck, deslizando la mano sobre la llanura de su estómago. Su vientre realizó saltos mortales en respuesta-. Saber que alguien pudiera estar observando, sin poder desviar la mirada de nosotros juntos... ¿no te enciende un poco?
____no quería confesar que lo hacía, pero no podía hacer nada más.
-Sí. -Él movió la mano hacia arriba y sus dedos se ampliaron cuando los extendió sobre su tórax, deteniéndose justo debajo del sujetador de su bikini. Su corazón palpitó contra la palma de Nick.
-¿Tienes miedo?
-No. -Excitada, sí. Pero no asustada. Nick cuidaría de ella. Siempre lo había hecho.
-Tu corazón late rápidamente. Apuesto a que tu nata te humedece el bikini. -Tenía razón. Estaba mojada, su coño se contraía por la anticipación de su toque, de la boca de él en su clítoris, lamiéndola y proporcionándole el orgasmo que ansiaba-. Tendrás que aprender a decirme lo que piensas, expresar esas ideas pequeñas y pervertidas que rondan en tu cabeza. Quiero oírlas. Hacen que mi polla se ponga dura.
-Me pregunto cuándo vas a tocarme.
-Te estoy tocando. -Movió la mano hasta el otro lado de su torso, incitándola con los dedos pero sin tocar sus pechos.
-Tócame más.
-¿Cómo?
Deseaba que le arrancara el sujetador, frotara sus pezones y los mamara. Necesitaba mucho más de lo que le estaba dando.
-Toca mis pechos.
Nick movió ambas manos y cubrió con ellas sus senos. Oh, no, eso no estaba bien. Él había dejado el sujetador.
-No, no así. -La respiración de ____se volvió pesada y su voz susurrante.
-Dime lo que deseas.
-Deseo tus manos sobre mi piel.
-¿Quieres que te quite el sujetador? ¿Aquí afuera, donde cualquiera puede vernos?
Maldito fuera por tomarle el pelo de esa forma.
-Sí, quítalo.
No le importaba. Necesitaba que sus manos moldearan su piel y tocaran sus pezones. Deseaba sentir esa sensación entre las piernas, alimentando su excitación.
Le apartó el sujetador y este cayó hacia adelante, liberando sus senos. Cuando sus manos cubrieron los montículos, ella soltó un quejido que fue mezcla de alivio y agonía. Se concentró en las sensaciones que las manos de él creaban, pero no pudo evitar revisar el área. Sus senos estaban expuestos. ¿Alguien podría verlos? ¿Y si lo hacían, qué pensarían?
La idea la excitó.
-Creo que te gusta esto -dijo Nick, deslizando sus pulgares sobre los pezones.
____jadeó y Nick rodó las puntas entre sus dedos, tirando un poco más duro. Meció sus caderas contra ella, su polla ahora estaba totalmente rígida, su aliento se sentía caliente en el cuello. Le dio mordiscos ligeros en el punto sensible entre su cuello y hombro y ____tembló en respuesta.
Esto era absolutamente perverso. Se sentía tan expuesta. Aunque estuviera medio protegida por la sombra del dosel de los árboles, alguien podría descubrirlos. Nunca imaginó que ser una exhibicionista fuera tan excitante. Y algo extraño, no le importaba quién mirara, sobre todo cuando los dedos de Nick se arrastraban por su estómago, para luego bajar, aflojando la cinturilla de sus pantalones cortos.
Sabía hacía donde se dirigía Nick y estaba desesperada porque la tocara allí, sentir su mano acunándole el sexo y sus dedos penetrándola. Y deseaba que lo hiciera justo allí.
Él hizo una pausa, sus dedos juguetearon con su bikini. ____tembló ante la sensación.
-¿Estás mojada, ____? ¿Deseas que toque tu coño?
-Sí.
-¿Deseas que mis dedos entren en ti?
-Ah, Dios. Sí, sabes que quiero. -Su coño tembló.
-Quieres que entre en ti una y otra vez profundamente y extraiga toda esa dulce nata para cubrir tu clítoris. ¿Eso es lo qué deseas que haga?
La estaba llevando a la locura. Lo hacía deliberadamente, jugando con los bordes de su bikini, pero sin tocarla donde más lo necesitaba.
-Sí -dijo ella, echando la cabeza hacia atrás para apoyarse en el hombro masculino-. Haz que me corra, Nick. Apresúrate.
Él deslizó la mano dentro de sus pantalones cortos, tiró de los lazos laterales de su bikini, se lo quitó y lo arrojó sobre la mesa.
-Esto será a mi modo -dijo él, su voz fue un gruñido bajo contra su oído.
La tensión en su voz era evidente. Nick estaba tan tenso por la necesidad como ella. ____apenas podía respirar cuando le quitó las bragas del bikini y su mano le cubrió el coño. El calor de su palma era semejante a alimentar una hoguera ya embravecida. Ella se arqueó contra su mano, retorciéndose ante la quemadura de su contacto.
Y luego él comenzó a acariciarla, con movimientos suaves y sedosos, empapándose la mano con la crema que se derramaba de su coño. Aún mojada, la mano se deslizó sobre ella en un ritmo delicado y cada vez que él frotaba su clítoris ella sentía el golpe de un rayo profundamente en su vagina. Era semejante a una onda de choque eléctrica, de la clase más agradable de imaginar.
-Maldición, nena, estás mojada. -Empapó la punta de un dedo entre sus pliegues, tentándola con lo que podría ser. Fue un verdadero tormento, porque se retiró, continuando con la tortura lenta de sus caricias.
-Por favor -pidió ella, sin importarle cómo sonaba. Nick tenía el control de esto, de ella. Necesitaba lo que podía darle y ____haría lo que fuera por conseguirlo. Deseaba esta exposición, sentir que la luz del sol calentaba su coño mientras la boca de Nick cubría su dolorido clítoris.
-Dime lo que deseas, ____.
-Lámeme.
La lengua de Nick arremetió contra el lóbulo de su oreja.
-¿Así?
Ella tembló, la carne de gallina erupcionó sobre su cuerpo acalorado.
-No.
-¿Dónde?
-Anhelo tu boca en mi coño.
Nick retiró la mano y arrastró a ____hasta la mesa de picnic sobre la cubierta. Allí no había ningún dosel, sólo la brillante luz del sol y agua.
-Échate en la mesa.
Ella se acostó boca arriba, sus piernas pendían sobre el filo de la mesa. Los ojos de Nick estaban tan oscuros por la pasión... se sentía mareada por él. Ninguna sonrisa arrugaba las líneas junto a sus ojos. Sólo la concentración y la profunda necesidad... tan serio, tan intenso. Su corazón palpitaba a mil por hora contra sus costillas y ____encontró que tenía dificultades para respirar.
-Levanta -ordenó.
Cuando ella lo hizo, él agarró la cinturilla de sus pantalones cortos y los arrastró por sus muslos. Cuando lo llevó a cabo le apartó las piernas y se ubicó entre ellas. ____se arqueó para estar más cerca de él, pero Nick extendió la mano sobre su seno para mantenerla en su lugar.
-¡No! Quédate allí. Eres mía.
Suya. ¿Lo era? Por el momento, sí y eso era todo por lo que se preocuparía. Este momento y lo que Nick le haría. ____se relajó y protegió sus ojos del sol, manteniendo la cabeza ladeada de tal forma que pudo observar a Nick empujar un banco y sentarse entre sus piernas. Él le dirigió un vistazo rápido, sus labios se curvaron en una sonrisa diabólica antes de arrastrarla a lo largo de la mesa y dejar su coño justo al borde.
Nick cubrió su sexo con la boca y ella soltó un chillido que no tenía esperanza en contener, porque sus labios se sentían calientes, su boca húmeda; su lengua le rodeó el clítoris con suaves y lentas lamidas que implicaban provocación y tormento. Ella no podría soportarlo y estaba ya cerca del orgasmo. Se sacudió hacia arriba, frotándose contra su cara con desesperación. Él deslizó las manos debajo de sus nalgas y la sostuvo mientras se daba un festín con su coño, lamiéndola de arriba abajo como si ____fuera un helado de crema que se derretía rápidamente y él quisiera saborear hasta la última gota antes de que se derramara.
Ok, se derramaba. Su clímax la embargó como una ola del océano estrellándose rápidamente y la mantuvo rígida al filo de la mesa mientras éste la golpeaba hasta dejarla sin sentido. Su orgasmo hizo que la ráfaga caliente de líquido que se filtró por su vagina bañara el rostro de Nick. Tembló con espasmos incontrolables a cada onda que se estrellaba sobre ella. Nick, completamente implacable, la lamía, deslizando su lengua dentro de su coño para disfrutar de cada gota hasta que ella yació laxa y jadeante.
Estaba equivocada si creía que tendría tiempo para recuperarse. Él se puso de pie y se sacó la camiseta por la cabeza. Tan abrumada por su orgasmo, ____yació allí, contemplando su cuerpo esculpido mientras Nick dejaba caer sus pantalones cortos y agarraba su pene entre las manos. Lo acarició para ella, empuñándolo en un tenso apretón, usando movimientos lentos y deliberados desde la base a la punta. Gotas nacaradas emanaron del glande y ella se lamió los labios impacientes por saborearlo.
-No pienses siquiera en moverte ¬-le advirtió él, frotando todavía su pene fuertemente en su apretón --Te joderé ahí mismo, pon tus pies en la mesa.
El renovado deseo chispeó en el interior de ____cuando lo vio masturbarse. Ella flexionó las rodillas y plantó los pies en el borde de la mesa. Nick entró entre sus piernas y la penetró con una firme acometida. ____echó hacia atrás la cabeza y cerró los ojos, emitiendo un gemido que señalaba el placer dulce que sentía por su entrada. Él estiraba las paredes de su vagina, tocando terminaciones nerviosas que ningún hombre había alcanzado jamás. Quizás era algo psicológico. Un pene era tan bueno como otro, ¿verdad?
Por otro lado, quizás no, porque ningún hombre jamás tocó su interior como hacía Nick.
Nick se retiró y se hundió otra vez. ____jadeó cuando la sensación explotó en su interior. Alzó las caderas para aceptar más de su polla dentro de ella.
-Mírame.
Ella abrió los ojos y retuvo la respiración, la explosión la catapultó y zarandeó sus sentidos. Porque lo que realmente le dio placer fueron sus ojos, la forma en que la miraba. No estaba concentrado en su coño, no bajaba la mirada hacia donde estaban unidos; la miraba al rostro.
Con cada empuje, la miraba a los ojos para ver su reacción.
La miraba. A la mujer entera, no sólo al cuerpo. Él iba más allá de la exploración física y la alcanzaba a toda ella.
Oh, Dios. Lo sentía y no deseaba esto. La conexión emocional. Maldita fuera. Incluso afuera, durante este experimento pequeño y travieso de exhibicionismo caliente, perverso, que debería haber sido una diversión inocua y provocativa, la hacía trizas el mirarlo.
No la follaba. La amaba. No sólo con su polla, sino con todo él. Ah, él no había pronunciado una jodida palabra.
Pero ____no necesitaba que dijera las palabras para saberlo. Lo leía en sus ojos, lo sentía en la caricia arrolladora de su mano sobre su mejilla cuando él se inclinó sobre la mesa y con los ojos todavía fijos en ella, presionó un beso íntimo sobre sus labios.
Sí, era caliente y atractivo, volvía su mundo del revés, reclamándolo al nivel más básico.
Al mismo tiempo derribaba la pared en torno a su corazón y lo reclamaba.
Lágrimas se formaron y cayeron por el rabillo de sus ojos, rodando por sus mejillas. Lo gracioso era que éstas sólo aumentaban su placer, no lo disminuían.
El conocimiento de que no importaba el tipo de juego con que engañara a su propia mente, que no importaba lo que se dijera para convencerse, no era verdad, esto no sólo era un trabajo. Ella siempre había estado y estaría enamorada de Nick.