El timbre del móvil sobre la mesa, la interrumpió.
Maldito teléfono.
Joe frunció el ceño.
—Realmente necesito contestar. —Eran casi las once en punto. Sabía que una llamada tan tarde en la víspera de Navidad no podía ser nada bueno.
______ se bajo del mostrador mientras él se dirigía a la mesa y cogía su teléfono. Abrió la tapa, lo colocó en el oído y dijo:
—Dígame.
—Jefe, lo conseguimos. —La voz de Manny sonaba entusiasmada. —Acabo de recibir el correo electrónico.
¿De qué demonios hablaba su Principal Redactor?
—¿Qué correo?
Manny se echó a reír.
—Lo siento. La cuenta Bender… han firmado con nosotros. He estado fuera todo el día con la familia política. Acabo de entrar a Internet. Pensé que la noticia sería un buen regalo de Navidad.
Joe observó a ______ poner el pastel de nueces en el refrigerador. Su cuerpo desnudo, elegante y sexy, lo distrajo. La excitación distrajo sus pensamientos. —¿Y qué pasa con las reuniones de la próxima semana?
—Canceladas ―anunció Manny—. El viejo Bender dijo que hablaría con usted a principios de año.
Eso lo cambiaba todo. La emoción corrió a través de las venas de Joe.
—Estupendas noticias. Gracias, Manny. —Si pudiera coger un vuelo esta noche, estaría en casa antes de que su madre pusiera el desayuno en la mesa—. Feliz Navidad. —Terminó la llamada y tecleó el número de American Airlines.
Cuando la persona en la otra línea respondió, le dijo:
—¿Cuándo es el próximo vuelo a Manhattan? ―Desde el rabillo del ojo vio los ojos de ______ ampliarse y algo parecido a decepción o enojo endureciendo su expresión. Con un pequeño alzamiento de barbilla, cuadró los hombros y salió de la habitación.
—A las cinco —repitió—. Bien. —Después de encontrar la billetera en su pantalón tirado en el suelo, dio a la operadora la información necesaria y colgó. No veía a ______, así que se dirigió al dormitorio.
El agua corría detrás de la puerta cerrada del baño del dormitorio. Cuando la puerta chirrió al abrirse ______ apareció vestida con un largo camisón negro. El olor a menta de pasta de dientes y un ligero perfume dulce con un toque cítrico la siguió al cuarto.
Los pies de Joe ya estaban en marcha mientras se acercaba a ella.
—Maldita sea nena, eres hermosa. Ahora ven aquí y déjame verte sin nada.
La cautela asomaba a sus ojos, generalmente brillantes.
—¿No tienes que irte?
—No en un par de horas. ―El envolvió los brazos alrededor de su tenso cuerpo. Incluso cuando puso varios besos en su cuello, ella no se ablandó—. Quiero que vengas conmigo. —Él miró sus ojos ampliados.
—¿Qué? ―El tono de su voz se elevó.
—Quiero que vengas a casa conmigo. —Antes de que ella pudiera decir algo, continuó, —No tienes nada que celebrar aquí. Ven conmigo a casa y conoce a mi familia.
Ella trató de salir de su abrazo.
—Yo… yo no puedo imponerme. Y ¿Qué pasa con Nick? ―Él apretó el brazo que tenía alrededor de su cintura.
Con un toque de su mano libre el tirante del camisón cayó de su hombro.
—Nick se ha ido. —Joe pasó el pulgar a través de su piel sedosa.
Un estremecimiento la sacudió y le preguntó:
—¿Se fue?
El otro tirante del camisón bajó.
—Cuando hablé con él se preparaba para regresar a Texas.
—¿Por qué? ―Su voz se atascó cuando el camisón se deslizó por el pecho, para cubrir apenas sus pezones endurecidos.
Con un paso atrás, él se separó de ella y el tejido cayó entre ellos, revelando sus pechos, quedándose alrededor de su cintura. Él tomó un pecho, con el pulgar rozando suavemente a través de la dura cima.
—Jessie, una amiga de la infancia. Le pidió que se casara con él. Ella lo rechazó. Supongo que no va a conformarse con un no por respuesta. Y yo tampoco. —El se acercó y chupó un pezón. Sus labios se movían contra su carne hinchada—. Ven conmigo.
______ se quedó sin palabras, y su mente se llenó de emoción. Le pasó los dedos a través de su oscuro cabello, sosteniéndolo cerca mientras chupaba su pezón.
—Por favor, ―murmuró él antes de morderle el pezón.
Ella gritó y luego se rió.
—Está bien. De acuerdo. ―Sus dedos agarraron el tanga, bajándolo por las caderas, los muslos y las piernas hasta quitárselo, y también su camisón.
La felicidad burbujeaba en su interior. Quiere presentarme a su familia.
Con un movimiento de los brazos de él debajo de sus rodillas, ella se encontró acunada contra su cuerpo caliente y llevada a la cama. Juntos cayeron en ella suavemente. Aprovechando su peso utilizó las caderas para separar sus piernas, besándola hasta hipnotizarla.
Él empujó su polla contra su coño mojado, las palmas de ella en su culo tenso. ______ levantó las caderas para recibirlo cuando él empujó. Se enterró profundamente, llenándola completamente mientras se balanceaba suavemente.
Era celestial.
Los labios de él eran suaves contra los suyos.
—Eres increíble. —Él mordió su labio inferior tirando de él para chuparlo. Luego la besó en la comisura de la boca, antes de tomar sus labios en serio. Su lengua imitaba a la él, expertas y lentas caricias de su polla entrando y saliendo de su cuerpo.
—Mía. —Creyó oírle decir contra su boca. Sólo la idea hizo a su cuerpo arder, su abdomen apretándose mientras su excitación se construía.
Joe aceleró su ritmo. Ella lo sintió empujando sus muslos más amplios, su ritmo incrementándose. Él se puso de rodillas, sosteniéndole las piernas con las curvas de sus brazos. Sus ojos se oscurecieron al ver la zona donde sus cuerpos se unían.
El hambre en sus ojos creó un seísmo contrayendo su vientre. Ella se agachó y envolvió la base de su erección con su dedo índice y pulgar. El se deslizó libremente a través de su cueva con respiración inestable.
—Joder, nena. ―Su voz era gruesa, entrecortada.
Los sonidos de golpes de carne contra carne tensaron su cuerpo. Los dedos de ella se cerraron en las sábanas mientras ardientes llamas blancas estallaban, encendiendo fuegos artificiales en su interior.
El se estrelló contra ella, echó la cabeza hacia atrás y gimió. Juntos llegaron al éxtasis, sus cuerpos tomando y dando.
Cuando él se relajó, ella se acurrucó y escuchó su suave respiración. Sólo entonces recordó que no habían usado condón. Tuvo un momento de consternación.
¿Un niño? ¿Con este hombre? Si apenas se conocían.
Sin embargo, una sonrisa se deslizó por su cara. Si sucedía ella se ocuparía del tema. Por ahora, sólo quería disfrutar del hombre a su lado.
Se estaba haciendo tarde. ______ miró el reloj de la mesita. Medianoche. Era Navidad.
—Feliz Navidad. —El la besó en la frente—. No puedo esperar a que mi familia te conozca. —La promesa de un futuro en sus palabras.
—Feliz Navidad —susurró ella acurrucándose.
Y un Feliz Año Nuevo ella susurró por lo bajo…
FIN