Revancha (Joe & Tu)
Dicen que la revancha es una perra.
____ no podía haber estado más de acuerdo mientras deslizaba su mano sobre la entrepierna de su jefe moviéndola lentamente. Estaban en medio de una videoconferencia con algunos peces gordos desde la sede de la oficina central de la corporación cuando ____ exigió su venganza.
Joe, su jefe, se sorprendió por su iniciativa, pero no podía hacer nada al respecto. La cámara estaba enfocada únicamente en él mientras entregaba el informe trimestral de la compañía. Sus manos se congelaron en el aire; con su voz estrangulada en su garganta. En la pantalla gigante enfrente a la mesa, el Sr. Imakita, el padrino de los peces gordos, le preguntó a Joe si estaba bien. Con toda la gracia que pudo reunir, Joe se aclaró la garganta. -Estoy bien, Señor. Pido disculpas…-
____ luchó con fuerza por no sonreír, educando su cara para parecer preocupada y luego cambiando su atención de vuelta a su libreta, pretendiendo garabatear algo importante. Mientras tanto, bajo el escritorio, logró desabrochar la bragueta de Joe. Ella sabía que su jefe, impecablemente vestido como iba, tenía la manía de ir en plan comando, que en esta ocasión le venía muy bien a su malvado plan. La polla de Joe se movió nerviosamente, diciéndole hola. Joe se puso rígido, su mandíbula apretada y con voz tensa mientras recitaba algunos números a sus jefes. Y cuando ____ cogió su polla y le dio algunos apretones suaves, cariñosos, Joe tosió para ocultar un quejido.
Ella le echó un vistazo. Su jefe comenzaba a sudar. Bajo el escritorio, su polla estaba de pie orgullosamente con toda su atención, como un soldado listo para la batalla. Ella no podía verla directamente, pero a juzgar por el modo en que se sentía, Joe era enorme en comparación con una aficionada polla estándar. Él era grueso y muy sensible. Realmente una polla preparada para volar. Era demasiado malo que estuviese atado a un idiota, el hombre que le había hecho la vida miserable durante los últimos cinco meses.
Desde que Joe asumió la posición de su padre, la vida de ____ había sido un infierno. Él se quejó de su rendimiento, micro dirigiendo cada tarea, y hasta había criticado el modo en que se vestía — muy cachonda para una secretaria- había dicho. Tenía mal gusto para la moda, y para todo lo demás.
____ se dijo que podría manejar los insultos — amaba su trabajo. Pero cuando lo oyó por casualidad hablándole al director de RH sobre su despedido hacía un par de días, decidió que era el momento de la revancha. Si tenía que irse después de ocho años de fidelidad a la compañía, podría hacerlo también con un buen portazo.
____ estrechó su mano en la base de su p*@e y le dio varios largos, lánguidos golpes. Joe se aclaró la garganta otra vez y sin poder hacer todavía nada. Con más de veinte altos ejecutivos de alto rango al otro extremo, quienes miraban cada uno de sus movimientos, Joe estaba atrapado. Tenía que soportar su tortura hasta que se terminase la reunión. Joe se retorció en su asiento, su columna crujió. Su erección dura-como-el-granito palpitó en su mano, caliente, palpitando con vida propia.
Tiempo de elevar el juego una muesca. ____ pasó su mano sobre la magnífica longitud, capturando su glande y sacudiendo su pulgar sobre la apertura. Líquido pre-eyaculatorio se filtró en su mano. Su p*@e se estremeció. Joe gimió.
-¿Qué estaba diciendo otra vez de la cuenta Callhourn, Sr. Jonas?- El Sr. Imakita respondió a los quejidos de Joe.
Su jefe lo miró ruborizado. -Tenemos el acuerdo con Callhourn en el departamento legal. Ellos se encargarán del balance financiero, Señor. Creo que ya no hay necesidad de proseguir con este asunto en los tribunales-
____ miró a Imakita. El Gran Jefe parecía contento. -Muy bien, continúe-
Tragando su diversión, ____ abrazó la polla de Joe más duramente y le dio apurados, rápidos golpes. Ella quería verlo correrse frente a estas importantes personas. Quería verle humillado. Una venganza perfecta.
Joe tragó con fuerza, con voz temblorosa. Su polla pulsado pesadamente en su mano. ____ aceleró el ritmo. Joe se puso tenso, inquieto. Ella bombeó más duro, más rápido. El sudor se deslizó por las sienes de Joe a pesar de que la sala de conferencias estaba fría. Parecía como si estuviese en el borde de su auto control.
Vente ya, pensó ____ cuando su bombeo fue balístico.
Joe dejó caer el papel de su mano, luego se agarró la mesa. Sus uñas hicieron un chirriante sonido.
Vamos, vamos…
Joe volvió a toser. Su polla dura como una roca se sentía lista para estallar. Su cuerpo se tensó. Su discurso se convirtió en un murmullo. ____ conocía las señales. Bombeó más rápido. En cualquier momento, ahora…
-¡Fuego!- Joe se ahogó.
Qué demonios…
-¿Perdón?- Imakita parecía perplejo. Los veinte ejecutivos en la pantalla también se quedaron lo estaban.
-Alarma de incendios. Tiene que perdonarme, señor- Joe furiosamente golpeó el teclado con sus dedos, cerrando la conexión que alimentaba la conferencia de vídeo. Arrancó la mano de ____ de su polla y la fijó contra la mesa. -¿Qué coño estás haciendo?-
____ hizo rodar sus ojos. -¿Necesitas más explicaciones?-
Joe apretó los dientes. -¿Pero, por qué?-
-La revancha es una perra. Sé que me vas a despedir. Me alegro de no tener que trabajar más para un imbécil como tú-
Joe soltó la mano de ____ y se hundió en su silla. -Siento si he sido demasiado riguroso contigo-
-¿Demasiado riguroso?- Lamentó ____. -Eres un pedazo insoportable de mier...-
-¡Me siento atraído por ti! Lo he estado durante mucho tiempo. No puedo hacer mi trabajo contigo alrededor. Eres la única cosa en la que puedo pensar. Día y noche, sobre todo cuando estás cerca de mí. No puedo invitarle a salir desde que tienes novio… Imaginé que si hacía el ambiente de trabajo incómodo, al final dimitirías. Pero estaba… equivocado-
La ira de ____ desapareció al instante. Así que, ¿de esto iba todo el alboroto? -No tengo novio-
-¿Repítelo?-
-Kevin es mi primo. Le gusta ser amistoso en público-
Joe la contempló como un adicto al azúcar al que habían presentado una inesperada magdalena. -Bueno, si ese es el caso…- ____ gritó. Joe la agarró de su silla y la levantó sobre la mesa. La cubrió con su cuerpo musculoso mientras separaba sus piernas. -Vamos a terminar nuestro negocio entonces-
Ella quiso protestar, pero Joe amortiguó su objeción con un beso hambriento. ____ se derritió. El calor reunido en la unión de sus muslos. La mano de Joe estaba en sus bragas, y como por arte de magia, desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Él estuvo en su interior un instante después.
-¡Joder!- ____ jadeó.
-Sí, creo que así es como se llama cariño, joder-
La polla de Joe se hinchó en su interior, tan furiosamente grande, extraña, pero tan bienvenida. Ella se humedeció con el asalto, su coño apretó desesperadamente en su eje hambriento. Él retrocedió lentamente, casi hasta el glande. Enterrando profundamente sus pelotas — casi tan lentamente como si quisiese volver a vivir la penetración inicial. Tercer golpe. Cuarto. ____ se desmayó. El placer le hizo curvar los dedos de los pies.
Joe empujó su falda hasta la cintura y colocó sus piernas sobre su hombro como si se preparase para una penetración más profunda. ____ perdió el aliento, apretando las paredes de su coño. Joe juró. Él perdió su comedimiento en el impacto y la embistió, aporreando, empujando, golpeando brutalmente como una bestia que sólo respondía a su instinto primario. Ella gimió, el éxtasis se sentía tan bien en un cuerpo lleno de endorfinas. ____ asió sus hombros, reforzándose contra el poderoso impacto de su eje-martillo hidráulico.
-Pequeña- Joe la llamó mientras maltrataba su coño con una serie de viciosas folladas, brutalizándola hasta al punto en que ____ sólo podía sentir el fuego, sólo podía ver estrellas, inmaculadas, blancas y puras. Se elevó hasta el cielo. Libre.
El orgasmo la reclamó como una amante celosa.
Fuerte. Largo. Y alucinante.
Cuando ella se estrelló de nuevo en la tierra, se encontró que Joe la contemplaba con una sonrisa maliciosa pegada en la cara. Su polla todavía estaba dura en su interior, rígida y no gastada. Ella se dejó caer en la mesa, preguntándose qué haría falta para que este tipo se corriese.
-¿Tú no?- le preguntó.
-No puedes hacer que termine tan rápido. Adoro follar. Podría seguir y seguir y seguir, igual que con las pilas del conejito-
____ se echó a reír. -Si no fueras tan experto en pollas masculinas, había llamado a esto acoso sexual-
-Entonces, demándame, Princesa-
-¿Aun voy a ser despedida?-
-Sí-
-¡Eres un gilipollas de mie&$a!-
-Sssh- Joe besó sus labios. -Por una buena razón. No puedo tener a mi novia trabajando para mí. Demasiada distracción-
-¿Novia?-
-Bueno, vamos a ver, tengo mi polla dentro de ti, y te sientes tan jodidamente bien. Deseo que quieras esto cada noche y no veo por qué no deberíamos llegar hasta el final-
____ estaba aturdida. No esperaba que todo esto se volviese así. Joe era un buen partido. Un excelente partido, de hecho. Un cuerpo perfecto, hermoso rostro con los ojos expresivos que podían derretirte con una mirada. Una sonrisa asesina también. Ahora que sabía la razón por la que él había sido un imbécil todo este tiempo, podría perdonarle. Pero aun así, no tenía ganas de rendirse todavía. -¿Y si no quiero ser tu novia?-
Joe entrecerró los ojos. Con los labios apretados. -Entonces sólo encenderé la cámara para que Imakita y nuestros jefes en la oficina central puedan ver lo que estamos haciendo-
____ gimió.
La revancha era una perra — si no te salía el tiro por la culata.
FIN