En los Brazos de un desconocido ... ( Joe y tu ) Hot perturbador erotico

Capitulo V

Después permanecístes acurrucada entre sus brazos, y dormístes hasta que
llegó la hora de que te fueras. Tardastes tres días en recuperarte, en dejar de
sentir el efecto que había causado tenerlo en tu interior, y para entonces
Joe te había llamado tres veces al día y te habia dado una llave de su casa.
Te detuvistes en la entrada de la casa de Joe. A tu izquierda habia un tramo menor de pasillo con el cuarto de baño, el dormitorio para invitados,
el ascensor y las escaleras que conducían a una planta superior, y a la derecha el tramo largo con dos dormitorios más,con acceso al dormitorio principal . Oístes la televisión
encendida del piso de arriba, el ruido de pisadas, y segundos después
Joe se asomó por la baranda. se veia tan
sensible y a la vez fuerte.

sonrió, mientras descendia por la escalera y en aquel momento parecia el hombre para enamorarse, y se te encogió el estómago solo con pensar eso.
—Hola- dijistes sin pensar-.
—Hola —te aparto el pelo de la cara. A pesar de la frialdad de tu boca, tenía la frente y las mejillas cálidas—.
Pareces acalorado.- reistes-
El comenzo a besarte, parecia el beso más intenso que habia experimentado en toda tu vida. Saboreastes el liquido de los dioses. Tu lengua estába fría al
principio, pero el no tardo en transmitirte su calor.
Besa bien.- pensastes-.
Te apartastes un poco para recuperar el aliento mientras sus boca permanecian a escasos
milímetros,su cuerpo se apretaba con urgencia contra el tuyo.
abristes tu boca bajo la suya en un beso más profundo. Él deslizo una
mano hasta tu trasero, y tu te aferras mas a su cuerpo. Al subir una mano hasta sus bíceps, sentiste la tensión de sus musculos bajo su camisa, y se te acelera el corazón y la sangre se te aglomero en la cabeza, que parecia colapsar con tantas emociones.
Le mordisqueastes los labios antes de descender.
sus dientes recorrian tu cuello, y se tensaron los pezones mientras tus manos aferraban con más fuerza a su espalda.
Joe no parece tener prisa, y comienza a acaricia tu entrepierna con
movimientos pausados. Cuando tus muslos se
estremecen, tu sexo se contrajo. Estába claro que estas excitada de
verdad, La necesidad fluyó en espiral por tu cuerpo, igual que la otra noche, igual que cada vez que estabas con él.
Lo liberastes de sus vaqueros, saboreando la increíble sensación de tener su miembro en
la mano; ya no eras demasiado tímida como para acariciarlo ahí. El te bajó
la falda y las braguitas hasta los pies y con rapidez te desprendistes de ellos.
Su cálido aliento llegó mientras te alzaba hasta el
suave mármol de la mesa, y tu abristes las piernas, totalmente preparada.
De repente, te abre las piernas y se amolda contra tu cuerpo.
Empieza a lamerte la mandíbula mientras te cubre los pechos con
sus manos, y gimio cuando empiezo a frotarte los pezones.
Al cabo de un momento, te agarra las caderas y se coloca en posición.
Gruño al penetrarme, y tu soltastes un grito ahogado.
Joe te embiste con movimientos
rápidos y potentes, y cuando sientes que te acaricia el clitoris, te sientes
sorprendida y agradecida por su consideración. No tardastes casi nada en
llegar al orgasmo; cuando su dedo te frota al ritmo de sus
embestidas.
sueltastes un grito extasiado te aferrastes con tanta fuerza a el que dejastes señales de pequeñas marcas. Después de un par de embestidas más, Joe suelto un gruñido al
derramarse. En total, todo ha durado unos 15 minutos.
Se relaja dentro de tu cuerpo sin soltarte las caderas, y te
echa un poco hacia atrás. Lo siente en tu interior, aún bastante duro, y
te relajas mientras intentas no pensar .
cuando aparto su miembro de tu interior, la casa parecia haberse reducido oliendo a sexo.
Él permanecio inmóvil, durante unos segundos mientras las sacudidas de tu cuerpo desáparecian.
y finalmente se vuelve hacia ti y sonríe.
—¿Te lo has pasado bien?
No sé si se refiere a lo del sexo o tu dia, pero la respuesta es
la misma en ambos casos.
—Sí, muy bien.
—Perfecto, me alegro —dice, antes de tomarte entre sus brazos y comenzar a subir las escaleras, camino a su cuarto´.