Sumision ....Hot ..Hot ( Joe y Tu )

Capitulo V

—Tu primera lección en ser mi mujer —te dijo Joe, con una voz
serena, decidida. –Te dije que estaba harto de esperarte. Desde hoy ,
empieza tu primera lección

— ¿Eres un psicópata o algo parecido, Joe? —Le dijistes rechinando
los dientes —
el se rio perversamente
—Joe Esta no
es forma de conseguir una mujer. Realmente. Ya sabes, flores, noviazgo,
ese es el camino al corazón de una mujer, no entrar en su cuarto casi desnudo

— ¿De verdad? —se reía ahora sin disimulo.
—Te envié flores, querida.
- eso fue hace año y no cuenta.
Tus ojos se abrieron

—Mira, Joe—le advirtistes razonablemente.
—Mi padre realmente se enfadará contigo si se entera de esto. Y sabes que se lo contaré.

Durante unos largos momentos el se mostró tranquilo, sus ojos
brillaban con lujuria, con un sereno conocimiento
La mano de Joe se comenzo a moverse hacia tu estomago. Tus músculos se contrajeron
involuntariamente con el calor y la aspereza del masaje en tu carne.

Te daré una muestra del placer del que puedes disfrutar —te prometió él.
—Aprenderás, quién es tu maestro,
lentamente. Un paso a la vez. Nada demasiado fuerte, lo prometo.

apretastes los dientes, absteniéndose de decir cualquier cosa en
respuesta a las vibraciones que comenzaba a cubrir todo tu cuerpo.
suavemente subio hasta tu boca su lengua
perforo tu boca mientras sus labios cubrían los tuyos. En el
instante en que lo hizo, cada célula de tu cuerpo aulló de alivio, y la
furia que corría a través de ti se disolvió en el ardiente deseo que
sentía.

Dulce, oscura miel que invadía tus sentidos de nuevo.
tus uñas se clavaron en su carne mientras la sensación de la piel de
él parecía hundirse en todas tus células. gemistes, tu lengua se
envolvió con la de él mientras una voz interior te gritaba
advirtiéndote. Peligro. Tentación. ¡Huye!

—Esto no es lo que quiero, Joe —le dijistes, luchando por respirar,
por tener el control de nuevo.
— ¿De verdad? —te susurró. —Pienso que me mientes, cariño. No deberías mentirme, eso es malo.

Segundo a segundo podías sentir como tu cuerpo ardía cada
vez más. Tus pechos te dolían, tus pezones eran como puntos duros
ansiosos por atraer la atención de él mientras su torso se frotaba
contra ellos.
Dios, sabes tan bien —La voz ronca de él hizo que te
estremeciese de placer. Él se echó hacia atrás, observándote, sus
ojos entrecerrados, intensos
—. Me pregunto cuánto mejor sabrá el resto de ti.

Su rodilla se deslizó entre tus piernas , presionando contra
el sensible montículo entre tus muslos.

— No me hagas esto, Joe —susurrastes con desesperación, tus
manos se apretaron alrededor de la cintura de él mientras te
estremecías con un exquisito dolor que te acercaba demasiado al
intenso placer.
El duro muslo de él se frotó contra tu sexo y te preguntastes si
él podía sentir la humedad que rezumaba de tu cuerpo. deseabas
apartarte de él y también deseabas atraerlo más hacia ti. Las
necesidades en conflicto dentro de ti luchaban la una contra la
otra, sosteniendo una loca batalla por la supremacía.

— ¿Hacer qué? ¿Hacerte mía? —gruño él—. Ya está hecho,cariño.
No puedo deshacerlo. Y tan seguro como el infierno que no me
arrepiento.

Sus labios se movieron hacia tu oreja, su lengua formaban
sensuales remolinos a tu alrededor mientras tu luchabas por
respirar.
— No puedo hacer esto —gritastes, a pesar de que tu cuerpo se
contorsionaba contra el de él, ansiando su contacto, queriendo
sentir el calor y la dureza que él te ofrecía.

— Calla, cariño —murmuró Joe mientras acariciaba la piel de tu
cuello con los labios—. Todo irá bien. Lo prometo

continuacion

Era la sensación más erótica
que hubieses sentido en toda tu vida, las manos de él, suaves y
cálidas, recorriendo tu carne, apartando la ropa que se interponía
entre su contacto y tu piel .
— Qué hermosa —murmuró él mientras miraba fijamente los
senos cuando te desprendia la bata—.
No puedo esperar a llevarme
uno de esos pequeños y duros pezones a la boca,
Gemistes ante sus palabras, quedándote muy quieta ante él.

temblabas con fuerza, luchando contra la
abrumadora lujuria con cada latido de tu corazón. Esa necesidad no
era natural. siempre lo habías deseado, siempre habías soñado con
sus beso y su contacto, pero no como ahora. No como esta exigencia
embriagadora y primitiva que no podías controlar


¿Me deseas ? —gruñó él mientras bajaba
la vista hacia ti.
Sus ojos ya no eran pacientes, estaban ardientes y hambrientos,
mirándote atentamente

Te necesito —gemistes mirándolo mientras tu cuerpo se agitaba, necesitándolo, deseando tanto hasta el punto que
apenas podía respirar.

— Pronto te aliviarás, Pronto estaremos mejor cariño —te prometió él, su voz tan ronca, tan
ruda, provocó que temblaras de placer

te retirastes asustada y en estado de shok ante las palabras que
Joe te murmuró. ¿Que estaríamos mejor? ¿Tan pronto hiciera
qué?
Le empujastes por los hombros, ignorando los retortijones de tu
vientre. - Oh, esto no estaba bien, en absoluto. tu cuerpo invalidaba tu
mente y no podrías retener las riendas del deseo el tiempo suficiente
como para entender la situación.

Joe hizo caso omiso a tus protestas y Su lengua arraso las cimas de tus pechos. Dulce señor, eran lisa y suaves y calientes.
Sabes tan bien, ______. —Apretastes los hombros cuando sumergió
aún más su cabeza, hacia el interior de la curva de tu pecho
— cariño, no sé si puedo detenerme —susurró cuando sus labios se
introdujeron acercándose peligrosamente
hacía el duro pico de tu pecho
— Joe. No puedo... ¡Oh Dios! —Te arqueastes entre sus brazos
cuando su lengua azotó el duro brote de tu pezón. La electricidad se
disparó desde tu pequeña protuberancia hasta tu matriz, haciendo
que el espasmo de placer robara tu aliento. De acuerdo,
evidentemente no iba a ser capaz de decir que no, pensastes abstraída.