Jonas Brothers Venezuela Foro Oficial
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.


Aqui fanaticas y fanaticos de los Jonas Brothers en Venezuela y como en otros paises.. da click y unete al mundo de la diversion Jobromania
 
ÍndicePortalÚltimas imágenesRegistrarseConectarse
¿Quieres participar en la nueva imagen del foro? Ingresa AQUI y deja tu comentario

 

 No todos los principes saben leer.....♥ [Joe y Tu]

Ir abajo 
+43
sofi_jb_love
Shely-Haru
Brigitte!
aDyJonasCullenHunter
kenijonas
Valen de Joe Jonas <3
lүsseth!
Julieta♥
Dulcesiitah_jonas
daniela_n_j
Yam3lTolentiinoC'
'Mari Gabi Mendoza Jß
ashletsa__jonas
Yailyn Demi' Skyscraper
saf095
Laura!..09
caaamishu
PameeJB
MarJos♥Jonas
Marii_JB*
I do Believe ✫
paletaa25
BeckieSummer
Ana.KindOfPerfect
MarianaJB
EuYee
andreisjonas
marijo_love_joe
yhamrzLovato
stellasan
YsmariiTha
cr3wjonas
Krystii D'Jonas
Jenni_kj
andyguillen!
denix_demijonas21
Mrs.President
tefi
fresita
NicholasJerryJonas
princess_vivi_ jonas
-gabyjonas-
karina10
47 participantes
Ir a la página : Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7  Siguiente
AutorMensaje
fresita
Comprometida Con...
fresita


Cantidad de envíos : 761
Edad : 29
Localización : peru
Fecha de inscripción : 16/10/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 9th 2010, 23:12

Capitulo 6:


Tu: podrias contarme la historia de sus padres? Como murieron y por que paso todo lo que paso…
Stela: eso nadie lo sabe, solo nosotras… claro, siempre hubo rumores pero nadie esta seguro de nada, y la verdad tu te mereces nuestra sinceridad… asi que sí, te contare toda su historia, esa que le cambio la vida completamente a mi sobrino… como sabes Joe vivio hasta ahora en una casa de montaña con su padre, sin ver a nadie mas que a él y a nosotras de vez en cuando…
Tu: si, lo se. Pero aun no comprendo por que hizo eso el padre? Acaso habia perdido el juicio?
Stela: (bajando la cabeza) si…
Tu: un loco…?
Stela: pero no un loco como dicen los médicos, sino loco como se vuelve un hombre cuando se ha entregado entero a una mujer y se ve traicionado… como dice mi hermana un loco de desesperación y de celos… un loco de amor…
Tu: y ella?
Stela: Denisse, se llamaba Denisse… era una mujer casi tan loca como él… llena de novelas y fantasias. Y parece que la vida aquí la termino aburriendo… asi que se fue, no le importo su hijo ni su marido…
Tu: pero ustedes cuando llegue me dijieron que habia muerto…
Stela: (mira para todos lados, para verificar que nadie las estaba escuchando) ella en realidad no murio… (volvio a bajar la cabeza) abondono a su familia y se fue sin decir nada…
Tu: como pudo hacer eso?! acaso no le importaba su hijo?!
Stela: eso mismo me pregunto hasta ahora, pero ya no creo que regrese… ya pasaron 16 años y no supimos nada de ella… capaz murio… quien sabe… igual fue mejor asi, porque mi hermano le hizo creer a Joe que su madre murio en un accidente, nada mas… claro no podia esconder el odio que le tenia por abandonarlo pero se aguanto y no le dijo nada a su hijo… imaginese si él supiese que su propia madre lo dejo de un dia para el otro!
Tu: seria muy doloroso para él!
Stela: y trumatico… porque podria tomarlo como lo hizo mi hermano y perder el juicio tambien!
Tu: no digas eso Stela!
Stela: pero es la verdad! ni yo ni Emma nos perdonariamos si eso pasa!
Tu: las entiendo…
Stela: gracias… bueno, como te estaba diciendo cuando ella se marcho mi hermano se encerro 4 semanas en su cabaña, destruyendo todo lo que pudiera recordársela; rompiendo cartas y retratos, desgarrando sus vestidos con los dientes, destrozando sus libros… sobre todo sus libros, como si fueran los culpables! (suspira) no se imagina lo que son treinta noches oyendo llorar a un hombre grande, con una sola palabra repetida como un grito de dolor: Denisse! Denisse!!
Tu: Dios! Que horror!
Stela: si… y recuerdo que una madrugada el grito dejo de resonar por fin y lo oimos subir como si fuera un ladron a robar al niño que estaba durmiendo en una habitación de esta casa!
Tu: y no pudieron impedirlo?
Stela: No… fue imposible… él decia: “mi hijo es solo mio, de nadie mas”! “vivira limpio, sin mujeres y sin libros! Sera un animal salvaje, pero un animal feliz!” (vuelve a suspirar) quiza en el fondo no estaba loco del todo…
Tu: comprendo el arrebato del primer momento, pero Dieciseis años! Perdone que se lo diga, pero como no reclamaron a ese
hijo por la ley?!
Stela: lo que pasa es que el padre era mas fuerte que cualquier ley. Habria sido capaz de matarse con él antes de entregarlo!
Tu: no puedo creer todo lo que me ah contado!
Stela: por favor solo le pido que esto que le conte que no salga de su boca y menos para decirselo a Joe, el sufirira muchisimo! Mas de lo que lo hizo en todos estos años por la ausencia de la madre!
Tu: claro que no dire nada, soy una tumba y le agardezco que haya tenido la confianza para contarme todo esto!
Stela: de nada hija… te molesta que te llame asi?
Tu: (algo emocionada) claro que no…
Stela: eyy que te pasa? (limpiandole una lagrima)
Tu: nada… es que todo esto que me haz contado creo que me puso algo melancolica…
Stela: segura que es solo eso?
Tu: (asiente con la cabeza)
Stela: esta bien, confío en ti… pero sábelo que si algún día necesitas hablar… yo estaré siempre para escucharte, si?
Tu: si… (limpiándose las ultimas lagrimas)
Stela: con el paso de los días me convenzo mas que tu serás la que cambiara el destino de mi sobrino, nadie podría hacerlo, solo tu… mi hermana y yo tenemos toda nuestra fé en tus manos…
Tu: y yo haré todo lo posible para lograrlo… pero ahora es mejor que me vaya a dormir…
Stela: si, yo también… (Parándose)
Tu: gracias de nuevo por tener confianza en mi…
Luego cada una se fue a su habitación para estaba vez poder seguir intentando dormir… Pero al parecer fue todo lo contrario… ______ estaba mas pensativa que antes, era demasiada fuerte la historia de los padres de Joe, y sentia que tenia mucha responsabilidad encima, pero a la vez se tenia fé… aunque le sea algo peligroso, pero también pensaba que el peligro no siempre es un freno… también puede ser una tentación… una tentación a la cual no podía rechazar… Eran las ocho de la mañana y ______ aun seguía durmiendo, claro el desvelo de la noche le estaba dando cuentas por la mañana… Cuando por fin abrió los ojos, algo dormilona se encontró con quien menos se imaginaba sentado al borde de su cama mientras le acariciaba la mejilla…
Volver arriba Ir abajo
fresita
Comprometida Con...
fresita


Cantidad de envíos : 761
Edad : 29
Localización : peru
Fecha de inscripción : 16/10/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 9th 2010, 23:15

Capitulo 7:

Eran las ocho de la mañana y ______ aun seguía durmiendo, claro el desvelo de la noche le estaba dando cuentas por la mañana… Cuando por fin abrió los ojos, algo dormilona se encontró con quien menos se imaginaba sentado al borde de su cama mientras le acariciaba la mejilla…
Tu : (al ver quien era abre bien grandes los ojos y se sienta tapandose con la sabana) que haces aca?!?!
****: perdon, es que me dijieron que veniera a ver si estabas despierta… (mirandola algo timido)
Tu: Ah! Esta bien ahora bajo… (silencio) ehh… te podes ir asi me cambio?
Nick: (como volviendo a la realidad) eh?! Ahh si! perdon! (miro para un costado algo timido y salio lo mas rapido que pudo de la habitación)
Cuando cerro la puerta miro el techo y suspiro como si hubiese superado el reto mas difícil de su vida! El hecho de haber tocado a ______ lo hizo sentir un triunfador… Al bajar la mirada se encontro a Joe que habia visto todo y se dio cuenta que tenia que cambiar inmediatamente su expresión
Joe: que hacias ahí adentro? (caminando hacia él)
Nick: nada! solo vine a despertarla! (viendo que Joe parecia algo molesto) tus tias me lo pidieron!
Joe: y lo estaba?
Nick: quien?
Joe: ____
Nick: ah no! estaba durmiendo, pero se acaba de despertar!
Joe: que te pasa?!
Nick: de que hablas?!
Joe: te conosco Nicholas!, aunque yo sea un ignorante se que algo tienes. Asi que contestame!
Nick: a mi no me pasa nada, asi que mejor no empieces! Me voy a ayudar a tus tias, compermiso! (se va)
Joe entro a la habitación de ______ sin tocar la puerta, al entrar vio que ella se estaba abotonando la camisa
Tu: uyy! En esta casa todos entran sin tocar la puerta! (tratando de taparse lo mas que podia)
Joe: descuida, no vi nada que no haya visto antes… (sin dejarle de mirarle los pechos)
Tu: (caminando hacia él) a eso me referia… (agarrandole el menton a Joe para levantarle la mirada) se puede saber para que viniste?
Joe: lo mismo le dijiste a Nick?
Tu: a que te refieres?
Joe: lo acabo de ver salir de aca hace unos segundos…
Tu: él vino a despertarme… tu a que viniste?
Joe: (rascandose la cabeza) aaa….aa verificar que te haya despertado!Tu: (no creyendole nada) ah bueno! Pues ya lo hiciste! Asi que sal, que tengo que terminar de cambiarme!
Joe: esta bien, pero no te tardes! Te voy a estar esperando para desayunar! (ya en la puerta) creo que de todo lo que tengo que aprender, lo que menos me va a gustar es aprender a tocar esta puerta antes de entrar! (apenas termino de hablar, se fue)
Despues de desayunar, ______ dicidio que era el mejor momento para empezar con sus clases… asi que los dos se encerraron en el despacho para poder empezar con su tarea. Lo primero que le enseño fueron las vocales, cosa que Joe ya sabia de tanto que se lo habian repetido sus antiguos profesores.
Joe: no, pasemos esta parte… esto de las vocales ya lo se! Y ademas ya me tienen podrido!
Volver arriba Ir abajo
fresita
Comprometida Con...
fresita


Cantidad de envíos : 761
Edad : 29
Localización : peru
Fecha de inscripción : 16/10/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 9th 2010, 23:15

Capitulo 7 continuacion:


Tu: esta bien, entonces vayamos al abecedario…
Y asi siguieron, cuando termino de mostrarles todas las letras del abecedario se las hizo volver a escribir en un cuarderno que ella le habia regalado… era sorprenderte lo rapido que iba aprendiendo… Estuvieron toda la mañana viendo las letras hasta que Joe se las termino memorizando. Luego almorzaron y volvieron a sus estudios…
Tu: mira… (le dijo tomando una lapicera y su cuaderno) asi se escribe tu nombre… JOSEPH ADAMS JONAS MILLER (lo escribio lo mas claro que pudo para que Joe pudiese copiarlo perfectamente)
Joe: mientes! Yo solo soy Joseph Jonas! Y por lo que veo ahí hay mas letras que las que lleva mi nombre!
Tu: (no pudo evitar reir) es que este es tu nombre completo, tus tías me lo dijieron… Joseph Adams Jonas Miller… (se lo lee)
Joe: Adams? Como mi padre… llevo el nombre de mi padre!
Tu: si!
Joe: y a mi que no me gustan los nombres largos, mira todo lo que me pusieron! (dice para no parecer tan sensible ante tal descubrimiento)
Tu: jajaja… si, verdad? bueno, copiala varias veces… (Joe obedecio)
Tu: y ahora en cursiva… se escribe así… (lo escribio ella primero)
Joe: (rascandose la cabeza) eso es mucho mas difícil…
Tu: lo se, pero intentalo!
Cuando termino de hacerlo le habia salido algo torcido y con las letras no tan claras especialmente le costo escribir la J en cursiva…
Tu: es así… (apoyo su mano delicadamente sobre la de él y lo guio para poder escribir la letra)
De un segundo a otro sus miradas se cruzaron y ya no estaban prestando atención a la letra “J” sino que ahora el centro de atención eran los labios del otro… se estaban acercando para besarse, sus bocas estaban a milímetros de distancia…
Joe: (sin alejarse) sabes? Tambien quiero que me enseñes otra cosa…
Volver arriba Ir abajo
fresita
Comprometida Con...
fresita


Cantidad de envíos : 761
Edad : 29
Localización : peru
Fecha de inscripción : 16/10/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 9th 2010, 23:16

Capitulo 8:


Joe: (sin alejarse) sabes? Tambien quiero que me enseñes otra cosa… Tu: (sin alejarse también) ah si? que cosa quieres que te enseñe?
Joe: (sin rodeos) a besar…
Tu: (dándose cuenta de lo que estaba pasando) Joe, eso se aprende con la experiencia…
Joe: entonces experimentemos!
Tu: a mi no me pagan para enseñarte a besar!
Joe: estas muy equivocada! Mis tías te dijeron que me enseñes las cosas de la vida, y besar es una de ella no?
Tu: ……
Joe: (agarrándole del mentón para que lo mirara) dale, quiero que me enseñes…
Tu: (algo nerviosa) esto no es muy común… sabes?
Joe: ________! Nada en esta casa lo es!
Tu: es verdad…
Joe: entonces me enseñaras?
Tu: (en un pausa lo miro directo a los ojos) cierra los ojos…
Joe: pero yo quiero ver… (con un mini puchero)
Tu: es mejor sentirlo que verlo… vamos, cierra los ojos
Joe obedecio En ese instante ella apoyó delicadamente sus labios sobre los de él, mientras lo acariciaba despacito la mejilla. Apenas Joe sintio los labios de ______ sobre los de él, empezó a temblar, no lo podía evitar… aunque ya lo habia sentido anteriormente cuando la mordio, esta vez era diferente.
Tu: que pasa?
Joe: nada… no me hagas caso… (nervioso)
Tu: es mejor que sigamos con el estudio… (agarrando el cuaderno)
Joe: (le saca el cuaderno y lo tira) no, yo quiero seguir.
De este modo se aserco lento y delicadamente a ______, para fundir sus labios con los de ella… unos milésimos de segundos antes hubo un intercambio de miradas que decían mas que mil palabras en ese momento… una necesidad creciente, un mudo lenguaje… Un deseo mutuo que ya no quería esperar… Que buscaba al otro, y se negaba a soltarlo, que deseaba fundirse en un plano más intenso… mejor dicho en el beso mas intenso… y el primero de todos. Primero fue una caricia de labios, luego vino otra igual pero con un poco mas de pasión, al parecer Joe ya no necesitaba que alguien le enseñara… tal y como ______ le había dicho hace unos segundos no era necesario ver, sino que lo que importaba era sentirlo, por que realmente sentia lo que estaban haciendo. Estuvieron besándose por mucho tiempo hasta que _____ se separo
Tu: (algo avergonzada) aprendes muy rápido…
Joe: tu crees?
Tu: si… (pequeña pausa) ahora si no te molesta es mejor que sigamos estudiando…
Joe: calma… es mejor que sigamos mañana, (rascándose el cuello) para mi fueron muchas cosas nuevas para un día…
Tu: esta bien, como digas…
Joe: ahora dejame que yo te enseñe algo a ti!
Tu: que?
Joe: vos no preguntes y veni conmigo! (le agarro la mano y salieron de la casa)
La llevo a un lugar apartado de la casa, y con el tambien llevaba su escopeta. Le iba a enseñar a disparar, algo raro, pero para él ______ tenia que saber.
Joe: (dandole su escopeta) anda, quiero ver tu punteria! Trata de darle a todas esas latas de ahí!
Tu: esto me vas a enseñar?
Joe: sí, es lo justo! Vos me estas enseñando cosas de tu mundo y yo te enseñare cosas del mio! Vamos, dispara!
______ obedecio pero no logro darle a ninguna, su punteria no era muy buena al parecer… Lo volvio a intentar pero tampoco logro darle a ninguna.
Joe: eres muy mala! (tono burlón)
Tu: si, ya me di cuenta! es mejor que la cortemos aca! (dandole la escopeta)
Joe: eyy tan facil te rindes?! Vamos, intenta una vez mas! yo te ayudo…
De este modo se puso detrás de ella y le indico como sostener la escopeta y como debía fijar el blanco, mientras le decia al oido…
Joe: solo es cuestion de no mirar otra cosa que no sea lo que quieres disparar… cierra un poco el ojo, asi se te sera mas facil…
Tu: (al principio estaba muy nerviosa, tenerlo tan cerca la afectaba un poco despues del beso que se habian dado…) esta bien…
Hizo todo lo que Joe le habia indicado y logro tirar una de las latas! En símbolo de su triunfo se abrazaron. l parecer ya no era solamente ______ la que enseñaba sino que él también le iba a enseñar lo que sabia hacer. Pasaron toda la tarde juntos deribando latas y al parecer a ____ ya le estaba tomando gusto hacer eso… a la hora de la cena comieron un rico estofado.
Emma: que rico que te salio la comida Stela!
Stela: ya no necesitamos una cocinera parece!
Tu: si no tienen incoveniente yo podria cocinar también…
Emma: tu sabes cocinar?!
Tu: claro que si, vivi un tiempo sola y tube que aprender a hacerlo! Stela: entonces un dia de estos nos cocinas tus delicias! ^^
Tu: claro que si…
Emma: pero aun asi yo sigo con la idea de que contratemos una cocinera… no lo tomes a mal hija, pero tu estas aca para encargarte de Joe…
Joe: claro profe, yo necesito que estes todo el día conmigo… (irónico) ademas esta Nick que las ayuda no?
Emma: si, él es muy eficiente!
Stela: y muy buen muchacho!
Emma: pero aun asi ya tenemos que apurarnos con ese tema! Mañana mismo pondre el anuncio en el diario!
Tu: (recogiendo los platos) por lo menos dejenme que los lave
Emma: no, como crees!
Tu: por favor…
Emma: esta bien… pero sigo insistiendo en que no me parece…
Cuando ____ termino de lavar los platos, se acercaron las dos tías a agradecerle y desearle buenas noches que ya se iban a dormir. Ya cuando los había terminado de secar, Joe entro a la cocina comiendo una manzana…
Joe: terminaste?
Tu: si!
Joe: entonces ven!
Tu: a donde?!
Joe: quiero enseñarte algo!
Tu: a usar otro tipo de arma?
Joe: no! es algo diferente! Vamos, te llevare a un lugar especial…
Volver arriba Ir abajo
caaamishu
Comprometida Con...
caaamishu


Cantidad de envíos : 704
Edad : 29
Fecha de inscripción : 11/02/2010

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 10th 2010, 00:31

hola! nueva lectora me encanta la nove
siguela cuando puedas ! cdte un monton bye ! Very Happy
Volver arriba Ir abajo
MarJos♥Jonas
Casada Con
Casada Con
MarJos♥Jonas


Cantidad de envíos : 1670
Localización : JonasLand- Edo Táchira - Venezuela
Fecha de inscripción : 02/06/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 10th 2010, 18:43

ahhh me encantaron los caps

siguelaaaaaaaaaaaa
Volver arriba Ir abajo
PameeJB
Comprometida Con...
PameeJB


Cantidad de envíos : 726
Localización : nicklandiia
Fecha de inscripción : 26/01/2010

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 10th 2010, 19:33

la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
la amo siguela la amo siguela la amo siguela la amo siguela
Volver arriba Ir abajo
marijo_love_joe
Comprometida Con...
marijo_love_joe


Cantidad de envíos : 736
Edad : 33
Localización : VALENCIA EDO CARABOBO
Fecha de inscripción : 01/10/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 10th 2010, 20:45

DIOOSS AMO TU NOVE ES SUPER SIGUELA PLEASE SI PUEDES PASA POR LA MIA
Volver arriba Ir abajo
fresita
Comprometida Con...
fresita


Cantidad de envíos : 761
Edad : 29
Localización : peru
Fecha de inscripción : 16/10/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 10th 2010, 21:09

Capitulo 9:



Joe: quiero enseñarte algo!
Tu: a usar otro tipo de arma?
Joe: no! es algo diferente! Vamos, te llevare a un lugar especial…
Caminaron al parecer sin rumbo, pero Joe sabía muy bien donde estaban yendo, ella solo sentia que estaban subiendo una pequeño valle… aunque ya estaba muy oscuro él conocia perfectamente el camino… cuando llegaron:
Joe: aquí es…
Tu: (miraba a su alrededor pero no veía nada extraño) que cosa?
Joe: el lugar que mas me gusta de todo alrededor!
Tu: por? (seguía sin entender)
Joe: (acostándose sobre el pasto) porque es el mejor lugar para poder ver las estrellas! (tirándole del brazo) ven, acuéstate conmigo!
Tu: no es un poco peligroso estar aquí a estas horas de la noche?
Joe: a caso me tenes miedo? (con una pequeña sonrisa)
Tu: (sentándose al lado de él) claro que no!
Joe: entonces?
Tu: yo lo decía por los animales que pueden haber!
Joe: por eso ni te preocupes, los animales me temen a mi. no yo a ellos!
Tu: esta bien, si tu lo dices…
Estuvieron por varios minutos contemplando las estrellas.
Tu: te habrás dado cuenta de que mas que enseñarte estoy aca para hacerte compañía…
Joe: gracias pero la soledad no es muy mala, ademas ya estoy acostumbrado
Tu: antes era distinto; tenias a tu padre…
Joe: eso si, con él no me hacia falta mas nada… ahora los días empiezan a hacerse demasiados largos…
Tu: quieres que hablemos de él?
Joe: uff! Si hablamos de mi padre, nunca terminaríamos! Estaría toda la vida hablando él!
Tu: tanto lo admiras?
Joe: (recostándose de costado para mirarla) tendrías que haberlo conocido, alto, fuerte… y mis tías decían que era muy guapo…
Tu: no lo dudo…
Joe: él siempre tenía la verdad en la boca, como la brasa de un cigarro. Cuando se lanzaba al galope, hasta los caballos más bravos temblaban. Pero junto al fuego contaba historias prodigiosas! Con tanto esmero que cautivaba a cualquiera! (mientras contaba todo esto, se le notaba la admiración que le tenia a su padre) lo que no comprendo, ahora que te conozco, es por qué tenia tanto odio a las mujeres…
Tu: nunca te hablo de eso?
Joe: no, ahora que recuerdo… a veces iban algunos amigos a cazar con nosotros, entones bebían vino o cerveza y empezaban a hablar de mujeres… pero en cuanto mi padre las oía nombrar soltaba una palabra dura y redonda como un puñetazo. Las tías dicen que es una palabra fea, que no se debe decir… la digo?
Tu: no, no hace falta; la imagino.
Joe: esta bien, como quieras. (Volviéndose a acostar para mirar el cielo) después me hacia montar con él y galopábamos juntos horas y horas, como si llevara dentro un fuerza terrible que tuviera que derrochar! Hasta que se ponía el sol y caíamos rendidos en el pasto… así, como estamos ahora… (pequeña pausa) como le llamaba ese poeta a la hierba?
Tu: el pañuelo de Dios
Joe: pues así… tumbados boca arriba en el pañuelo de Dios, viendo llegar la noche. entonces mi padre me iba diciendo en voz alto los nombres de las estrellas: (señalando una) esa por ejemplo es Andrómeda… las de haya son Aldebarán, la perla… mira! (apuntando al otro extremo del cielo) y esas de ahí, son las Tres Marías…

Tu: encerio? (asombrada de todo lo que estaba escuchando)
Joe: si! (Y luego de terminar de nombrarlas, de repente se le cortaba el aliento como si no pudiera seguir y finalmente decia otro nombre, muy bajo): “Denisse” (se sienta para poder volver a verla bien) hay alguna estrella que se llama Denisse?
Tu: (conmovida, esconde su rostro) no sé Joe, seguramente sí!
Joe: entonces, si no era mas que una estrella, por que se le cortaba el aliento a mi padre cuando decia “Denisse”? tu que has estudiado tanto, no puedes contestarme eso?
Tu: no sé… (mirando para todos lados menos a él)
Joe: (tomandola fuertemente de los brazos) no, asi no! dimelo de frente! (la obligo a mirarlo y cuando lo hizo él bajo rotundamente su voz) pero, que te pasa?! Estas llorando… acaso te hice algo malo?!
Tu: al contrario… (se levanta) estaba pensando que la vida puede ser mucho mas hermosa de lo que yo creía, y que soy una pobre maestra bien entupida, que eh venido aquí pretendiendo enseñar… y que no sé ni curar un cachorro! Ni tampoco el nombre de las estrellas!
Joe: (limpiandole las lagrimas) júrame que era eso solo!
Tu: te lo juro! Y ahora, déjame! Ya tengo sueño y quiero dormir!
A penas termino de decir eso, empezó a caminar lo mas rápido que pudo, no se había puesto así solamente por eso… sino que ella sabia perfectamente quien era Denisse, y aun así no le podía decir nada… se odiaba por ocultárselo, él tenia derecho a saber pero no podía decirle nada! había una promesa entre medio, Stela había confiado en ella contándole toda la verdad pero le pedio que no le dijese nada, no era bueno para Joe enterarse de todo así de golpe, saber que su padre estaba loco… que su madre lo había abandonado y que todo lo que había vivido hasta ahora era una mentira… la admiración que le tenia a su padre podría derrumbarse en una milésima de segundo si ella le decía todo y peor la de su madre… no podía decirle todo lo que sabia! Por lo menos no por ahora…
Volver arriba Ir abajo
fresita
Comprometida Con...
fresita


Cantidad de envíos : 761
Edad : 29
Localización : peru
Fecha de inscripción : 16/10/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 10th 2010, 21:13

Capitulo 10:

Los días siguientes fueron pasando bastante rápido, como el aprendizaje de Joe, ya que este iba aprendiendo a pasos agigantados todo lo que ________ le iba enseñando. Ya podía escribir todas las letras sin ninguna dificultad, tanto en cursiva como en imprenta. Y con el paso de los días restante ya también había aprendido a leer…
El silencio reinaba la casa, hasta que De repente la puerta del fondo se abrio de golpe, era ______ que acaba de llegar… también se escuchaban los ladridos de un perro que de a poco se iban calmando. Ella respiraba alegremente, estaba algo fatigada de haber corrido tanto. Traía en la mano una manzana, la cual mordía como Joe. se quitó del hombro la escopeta y la tiró sin mirar sobre uno de los sillones. Luego, Se acercó a la mesa y sentada en el borde, empezó a mirar los cuadernos y dibujos de Joe, mientras cobraba de a poco el aliento. De vez en cuando se dibujaba en su rostro un gesto de asombro y exclamación de maestra satisfecha. Comienzó a corregir, silbando entre dientes mientras hacia su trabajo.
Emma: eras tú hija…
Tu: buenas tardes Emma
Emma: (mientras terminaba de bajar las escaleras) crei que era Joe, el que llegaba con los perros, veo que ya no les tienes miedo!
Tu: claro que no, ahora somos grandes amigos! Hemos estado en la laguna practicando mi puntería!
Emma: y Joe?
Tu: esta encerrado en la biblioteca, estudiando. (cierra el cuaderno que estaba corrigiendo y se sienta en frente de Emma) supongo que Stela ya le contó de nuestra charla…
Emma: sí… y yo también quisiera pedirle que no dijese nada. comprenda que lo mejor es que no le hablemos nunca de su madre.
Tu: entiendo pero también deben comprenderlo a él, antes era posible no hablar de ese tema, pero ahora… Joe sabe que una madre es algo mas que una palabra olvidada. Quiere saber quien fue la suya, y no tenemos derecho a seguir negándoselo. Por lo menos háblenle de ella, cuéntenle como era… no me refiero a que le digan que lo abandono y que hasta ahora no dio señales de vida. Además Él creo que su madre murió no? entonces háblenle de ella como un recuerdo por lo menos…
Emma: no se si sea conveniente… él ha vuelto a preguntarle?
Tu: sí, siempre! Y yo ya no se que decirle, le explique que no tenia idea de nada pero él no es tonto y algo sospecha! Compréndalo… Joe necesita saber… o por lo menos tener entre sus manos algo que ella haya tocado con las suyas, un recuerdo… por pequeño que sea.
Emma: un recuerdo?
Tu: si! por favor Emma… (tomándole las manos) tienen que hacer algo…

Emma: creo que tiene razón… (pequeña pausa) le contaremos a Joe sobre su madre, pero claro no le podemos decir que esta viva, eso nunca! Y eso de enseñarle algo de ella, no es mala idea… (no muy convencida) creo… déjeme que busque entre los armarios y baúles viejos a ver si encuentro algo!
Tu: se lo agradecería mucho!

Emma: (sonriéndole) haberte llamado creo que fue lo mejor que hice en toda mi vida…
Tu: (tímida) gracias… Emma, le puedo pedir un favor?
Emma: claro que si…
Tu: vio Nick, el empleado?
Emma: si, que pasa con él?
Tu: bueno, estas ultimas semanas me eh hecho muy amiga de él y me confeso que nunca ah estudiado… a mi me gustaría enseñarle a leer y escribir, como a Joe. le molesta si lo hago?
Emma: como me va a molestar, me encanta que seas tan buena! Y si te sobra tiempo claro que podrías enseñarle, él es un muy buen muchacho y se merece aprender todo lo que le enseñes!
Tu: muchas gracias! Emma: no agradezcas! Bueno, es mejor que empiece a buscar! A ver que encuentro! (se va)
Apenas su tía se fue, Joe aparecio con un libros en los brazos. Se veía que estaba de muy buen humor.
Joe: donde ah estado mi capitana estas ultimas horas?
Tu: (siguiéndole el juego) corriendo por el monte con Bernardo (el perro)!
Joe: y como estuvo tu puntería?
Tu: mejor que nunca! Le eh dado a todos los blancos que me propuse! Joe: muy bien! un cuadro de honor para la señorita!
Tu: gracias maestro! (dándose un apretón de manos)
Joe: y como te sientes?!
Tu: feliz! me metí en la sangre todo el aire del bosque y traigo un hambre impresionante!
Joe: (abriendo la boca, por el asombro) vaya! Pero que avance tan grande haz hecho!
Tu: gracias de nuevo! Y tu? (El dialogo iba tomando de a poco un tono normal)
Joe: estuve estudiando cinco horas seguidas! Traigo la cabeza hinchada y eh perdido completamente el apetito!
Joe: (con un pequeña sonrisa) entonces todo va bien! cada cual es su puesto! Y los libros como van?
Joe: bastante bien, eh estado leyendo de todo un poco. Lo único que no eh podido terminar es una novela bastante absurda. Cambiaba mucho los personajes, pero siempre los mismos trucos, los mismos robos, los mismos crímenes… me aburrió por completo! Pero esta otra (agarra uno de los libros que había puesto sobre la mesa) si es bastante interesante!
Tu: (viendo el libro) aja! Este es “La vida es Sueño”
Joe: ahora comprendo por que a veces mi padre me llamaba Segismundo. Un gran tipo ese Segismundo eh?! (Sentándose al lado de ella) tu has visto representar esta obra alguna vez?
Tu: si, siendo estudiante.
Joe: (soñador) me gustaría ir contigo a un teatro y salir luego del brazo… ver las calles iluminadas, las fuentes echando agua hacia arriba… debe ser maravilloso!
Tu: a mi también me gustaría (le decía mientras le acomodaba el pelo que lo tenia algo despeinado) pero todavía es pronto para eso, mas adelante será…
Joe: (levantándose de golpe) y por que no ahora mismo?!
Tu: Joe entiende, los hombres de allí abajo son otra cosa! Hasta serian capaces de reírse de ti…
Joe: reírse de mi?! por que?!
Tu: allí los imbéciles siempre se ríen de los inteligentes! Es como una venganza!
Joe: bueno, pero conmigo tendrían que pensarlo dos veces! Ves este puño?! Al primero que se atreviera…
Tu: por eso mismo no puedes ir todavía!
Joe: ya estoy harto de esperar! Siempre lo eh hecho y no quiero mas! así que si tu no quieres venir conmigo, iré yo solo! (estaba por salir del comedor pero _______ lo detubo agarrándolo del brazo)
Tu: escucha Joe, tu tienes Fe en mi?
Joe: en ti toda…
Tu: entonces espera, te lo pido yo… si? (mirándolo a los ojos)
Joe: sabes? Tus ojos tienen una fuerza que no se explicar…
Tu: mis ojos?
Joe: si, antes no quise decírtelo por orgullo, pero nunca había visto algo tan hermoso! Y mas cuando me miras, veo como una luz en ellos que desde que llegaste me guía para no perderme nunca mas!
Tu: Joe…
Joe: Incluso eres tan delgada como una niña, que me dan ganas de protegerte todo el tiempo… realmente eres preciosa…
Tu: (sonrojada) gracias…
Joe: y tus labios… (Dibujándole el contorno de los labios con el dedo) me gusta cuando me besan… déjame volver a sentirlos…
Volver arriba Ir abajo
caaamishu
Comprometida Con...
caaamishu


Cantidad de envíos : 704
Edad : 29
Fecha de inscripción : 11/02/2010

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 10th 2010, 21:25

affraid me encantaron los capitulos
muy buenos no lo puedo creer ojala
que en prox capi le de un besito tiste es tan lindo Very Happy
Volver arriba Ir abajo
MarJos♥Jonas
Casada Con
Casada Con
MarJos♥Jonas


Cantidad de envíos : 1670
Localización : JonasLand- Edo Táchira - Venezuela
Fecha de inscripción : 02/06/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 08:21

affraid affraid affraid
que bellos caps amo tu nove
siguelaaaa Lool
Volver arriba Ir abajo
marijo_love_joe
Comprometida Con...
marijo_love_joe


Cantidad de envíos : 736
Edad : 33
Localización : VALENCIA EDO CARABOBO
Fecha de inscripción : 01/10/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 09:28

nooo, tu nove es demasiado la amo. y joe ahh Love! siguela please si puedes pasate por la mia https://jbvenezuela.activoforo.com/tus-fics-f17/nueva-nove-disenando-un-sueno-joe-y-tu-romantica-t6105.htm
Volver arriba Ir abajo
Laura!..09
Forista!
Laura!..09


Cantidad de envíos : 54
Edad : 27
Localización : Whatever you are Joe!..<3
Fecha de inscripción : 11/02/2010

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 13:22

Holaa!!..Tienes nueva lectora!

Uff!!..tu nove es demasiado buena!

Es tan distinta a las otras q me encanta!..Siguela Wink
Volver arriba Ir abajo
andreisjonas
Comprometida Con...
andreisjonas


Cantidad de envíos : 816
Edad : 28
Localización : In the bed with Nick
Fecha de inscripción : 16/12/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 13:27

Me alegra mucho que la sigas
me encanta esta novela es muy
original

Sube cuando puedas

xoxo
Volver arriba Ir abajo
http://twitter.com/sunshineofjonas
I do Believe ✫
Casada Con
Casada Con
I do Believe ✫


Cantidad de envíos : 1151
Edad : 30
Localización : los JONAS son mi VIDA LOS AMO
Fecha de inscripción : 16/12/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 20:53

siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela
Volver arriba Ir abajo
I do Believe ✫
Casada Con
Casada Con
I do Believe ✫


Cantidad de envíos : 1151
Edad : 30
Localización : los JONAS son mi VIDA LOS AMO
Fecha de inscripción : 16/12/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 20:56

siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela
Volver arriba Ir abajo
I do Believe ✫
Casada Con
Casada Con
I do Believe ✫


Cantidad de envíos : 1151
Edad : 30
Localización : los JONAS son mi VIDA LOS AMO
Fecha de inscripción : 16/12/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 20:56

siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela
Volver arriba Ir abajo
I do Believe ✫
Casada Con
Casada Con
I do Believe ✫


Cantidad de envíos : 1151
Edad : 30
Localización : los JONAS son mi VIDA LOS AMO
Fecha de inscripción : 16/12/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 20:58

siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela
Volver arriba Ir abajo
I do Believe ✫
Casada Con
Casada Con
I do Believe ✫


Cantidad de envíos : 1151
Edad : 30
Localización : los JONAS son mi VIDA LOS AMO
Fecha de inscripción : 16/12/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 20:59

siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela-siguela
Volver arriba Ir abajo
PameeJB
Comprometida Con...
PameeJB


Cantidad de envíos : 726
Localización : nicklandiia
Fecha de inscripción : 26/01/2010

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 11th 2010, 21:23

Very Happy siguelaaa plsi debes seguirla
Volver arriba Ir abajo
MarJos♥Jonas
Casada Con
Casada Con
MarJos♥Jonas


Cantidad de envíos : 1670
Localización : JonasLand- Edo Táchira - Venezuela
Fecha de inscripción : 02/06/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 12th 2010, 04:48

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Volver arriba Ir abajo
YsmariiTha
Novia De..
YsmariiTha


Cantidad de envíos : 664
Edad : 28
Localización : Caracas-Venezuela ( en mi mundo JoeCiity) xD
Fecha de inscripción : 30/10/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 12th 2010, 08:59

Qe espectacular ♥
SIGUELA
Volver arriba Ir abajo
andreisjonas
Comprometida Con...
andreisjonas


Cantidad de envíos : 816
Edad : 28
Localización : In the bed with Nick
Fecha de inscripción : 16/12/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 12th 2010, 13:51

Siguela
Me gusta muchisimo esta novela
Volver arriba Ir abajo
http://twitter.com/sunshineofjonas
paletaa25
Vecina De Los Jonas!
paletaa25


Cantidad de envíos : 359
Edad : 28
Localización : Mexico
Fecha de inscripción : 30/11/2009

No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitimeMarzo 12th 2010, 18:29

niñaa me mataas!!
amooo!! tu novelas es de las mejores novelas que eh leido en mi vida es una historia tan conmovedora y original qe te hace qerer leerla en cada instante
por favor no la dejes asi que nos mattas!! ya siguelaa por favoor!
no habia podido leer porqe tenia muchisimas tareas pero alfin volvi(:

https://jbvenezuela.activoforo.com/tus-fics-f17/i-never-wait-new-noveeromanticaalindaaunpocoohot-t5532-105.htm
https://jbvenezuela.activoforo.com/tus-fics-f17/i-never-wait-new-noveeromanticaalindaaunpocoohot-t5532-105.htm


https://jbvenezuela.activoforo.com/tus-fics-f17/tu-perfume-en-mi-cama-hoot-t5947-15.htm?highlight=amarrame+a+tu+cama
https://jbvenezuela.activoforo.com/tus-fics-f17/tu-perfume-en-mi-cama-hoot-t5947-15.htm?highlight=amarrame+a+tu+cama
Volver arriba Ir abajo
Contenido patrocinado





No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Empty
MensajeTema: Re: No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]   No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu] - Página 4 Icon_minitime

Volver arriba Ir abajo
 
No todos los principes saben leer.....&#9829; [Joe y Tu]
Volver arriba 
Página 4 de 7.Ir a la página : Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7  Siguiente
 Temas similares
-
» ♥♥♥♥ Ểnamorada Ðe mi primo ♥♥♥ un amor imposible (╥﹏╥)
» Todos Sabemos Querer, Pero Pocos Sabemos Amar ♥ Nick & Tu
» Joe relamente sexy en un con concierto =)
»  ♥♥QuE HaGo CoN MiS LaBiOs ♫ sI Me RuEgAn Tus BesOs♥♥!! (Nick y TU)
» &#9829;&#9829;.:Nick Jonas y tu En Una Tierna Historia D AmOr:.&#9829;&#9829; [ ROMANTICA Y HOT]

Permisos de este foro:No puedes responder a temas en este foro.
Jonas Brothers Venezuela Foro Oficial :: Webnovelas/Fics :: Jonas Brothers: Fan ficts :: COMICAS-
Cambiar a: